“…estamos aquí en México en el día de las madres…!”

Sir Paul McCartney, 2012

¿Un día de las madres común y corriente? ¡De ninguna manera!

Así es. Desde los míticos y legendarios días de las madres que pasé con mi madre santa, Doña Judifluris y Mamá Cholita, mi abuelita que vivió con nosotros, no he vivido uno tan agradable e intenso. Aprovecho para darle mis más sinceras felicitaciones a ellas y a las madres, mamás y mamacitas que siguen nuestras publicaciones de El Círculo Beatle, y con especial dedicatoria a las que compartieron conmigo este conciertazo, quizás el más grande que ha vivido esta ciudad. Y de a gratis, paparrín.

Pero como todos los chismes, reseñas y hechos históricos se tienen que contar de a poquito, pues vámonos por partes y a contar en detalle-hasta donde la memoria me permita- todo lo vivido en aquel día mágico y misterioso, viernes 10 de mayo de 2012.

La Previa

A decir verdad, el plan era absolutamente diferente en sus inicios. El que esto escribe asistiría originalmente con mi cuate y socio de aquellos días el Ing. Alexander Orozco, y con nuestra colaboradora Beatriz Villegas, quien además cumple años el Día de las Madres. El plan original contemplaba la asistencia al concierto del Estadio Azteca del día 8 de mayo, boletos en Ticketmaster y toda la cosa, por lo tanto, había que prepararse con bastante anticipación, cosa que a la que realmente no se le dio la importancia requerida; a la usanza de nuestros compatriotas dejamos todo para lo último, queriendo conseguir boletos de cancha a finales de abril/principios de mayo y con la consecuencia lógica de encontrar los boletos más asequibles a precios que fluctuaban entre los 30 y hasta cuarenta mil pesos, hágame usted el favor.

Pasaron los primeros días de mayo, y al notar la pasividad con la que transcurrían los planes para la fecha, y al verme tan triste y solo cual hoja al viento, tome una rápida decisión; yo tengo que estar en el concierto del Zócalo del 10, a como diera lugar. Llegué a casa y les compartí el alocado plan a mis hermanos Miguel y Patty –El Miguelón y La Pato, a partir de éste momento-, para armar un plan urgente de asistencia al evento.

Para mi sorpresa, el complot fue recibido con entusiasmo; desde estrategias cándidas (llevar sándwiches, banquitos plegables, sombrillas y otros irrealizables en la práctica) hasta cuasi pánico al enterarnos que mucha gente estaba llegando a los alrededores hasta con dos días de anticipación. Al final decidimos salir de casa tan temprano como fuera posible (5:00-5:30 AM) para llegar a encontrar el mejor lugar disponible. A dormir como buenos niños, a las 20:30 del jueves.

La Llegada al Centro Histórico

5:20 AM: Un trolebús de los del Eje Central nos llevó del metro La Raza hasta la parada de las calles de 16 de Septiembre, y me consta que ya el movimiento en el lugar era abundante. En las dos cuadras que nos tomó llegar a la esquina de Isabel La Católica y 16 de Septiembre (uno de los retenes asignados por las autoridades para accesar al Zócalo) había ya muchísima gente; decidimos quedarnos recargados en el dintel y las cortinas metálicas de la boutique de la esquina, justo después de unos vatos de Hermosillo, Son. Que habían pernoctado allí. Llegamos a las 5:50 AM, y tuvimos que esperar a las seis en punto para que abrieran El Molino, para degustar una rica torta de huevo con chorizo, y al Sanborn´s de la emblemática esquina de la Casa Boker, para hacer la escala técnica fisiológica requerida. Pero ya se sentía un ambiente muy especial.

Llegó un nutrido contingente policiaco por ahí de las 7:30, ya habíamos comido y  pasado al Sanborn´s, y fuimos cordialmente informados por la tira de que pasaríamos en fila india, sin bolsas, cámaras de video, mochilas, cinturones y demás artefactos que pudieran blandirse como armas en una reyerta. Qué bueno que no se nos ocurrió llevar los banquitos y demás chunches.

Con una puntualidad poco creíble ante el anuncio policiaco, a las 8:30 AM en punto se abrieron los retenes, nosotros estábamos a escasos 200 metros de la reja, y pasamos relativamente rápido; desde la esquina del Gran Hotel de México hasta pasando el asta bandera en la plaza, corriendo los tres hermanitos Larry, Curly y Moe para tomar el mejor lugar posible, llegamos hasta las rejas que separaban el VIP del resto del peladaje, y logramos un lugar envidiable. Era casi como estar en la zona de privilegio, a cien pies del Stage. Allí empezó un periplo de casi doce horas en el mismo lugar, que tuvo detalles simpáticos que paso a relatarles:

Una Antesala de Doce Horas

Maravilloso lugar, nos dijimos. Ni locos nos movemos de aquí, sería una estupidez. ¿Dónde están los baños? No se te ocurra comer. Luego cómo le hacemos. Y cada vez más gente. Que nervios. APENAS SON LAS 9:15 AM, ¿QUÉ CARAJOS VAMOS A HACER AQUÍ, SIN COMER, FUMAR O IR AL BAÑO??? ¿Neta faltan doce horas???? Y seguía llegando gente…!

A eso de las 11:30 ya habíamos resuelto una de las necesidades primarias de los hermanos Brito Flores; encontramos un pequeño nicho entre uno de los monitores de piso y las rejas para fumar y ver pasar por una especie de pasarela a los músicos y ¿por qué no?  Igual a Sir Paul

Para la una de la tarde, ya la parte central de la plaza y hasta el asta bandera hasta la madre de beatleros, pues ya habíamos empezado a cuatificar con los vecinos de plaza. Unos chavos de Puebla atrás de mí empezaron a rolar como 10 bolsas tamaño familiar de papitas, chetos y churritos de maíz, super buena onda los vatillos, y en espíritu avandarero de seamos todos hermanos, no les miento que empezamos a platicar en un grupo como de 40 personas, que rolas te gustan, yo soy de aquí del D.F., no ps yo vengo de ecatepunk, órale yo de Narvarte, y nosotros somos purito norti, de Monterrey, etc, etc.

En eso que llega una chava super guapa, con tipo de extranjera, y los caballeros de dicho corrillo le hicieron lugar para que pasara, pues que se sienta junto a La Pato y que empiezan a cotorrear; como se necesitaba nivel de inglés avanzado, que llego a hacerle al intérprete, y así me enteré que nuestra nueva conocida venía de Irlanda del Norte, y que vió mucha gente y se metió. Se enteró que tocarían los Wings (no manches) y que a su papá le gustaba su música. Al cabo de media hora le comentó a la Pato que si no tendría bronca en acompañarla a su hostal – ubicado en las calles de Guatemala, atrás de Catedral- para pagar y recoger sus cosas, y poder regresar al concierto; cuando los celosos hermanos Brito pudieron constatar de la veracidad del cuento, pues tomaron una de las decisiones más jocosas dela tarde: pasar a las chavas por arriba en brazos como Rock Stars, causando un leve desmadre muy divertido. Ya eran por ahí de las dos de la tarde, y hacia un fucking calor horroroso.

Tardaron como dos horas en regresar, ya teníamos amigas y amigos nuevos y empezamos a cantar a capella algunas rolas pertinentes, el calor ya se había vuelto nubes grises y amenaza de lluvia; para esto, Miguel y yo estábamos acostados en la pancita de dos o tres chavillas del CCH Vallejo, que se habían dado cuenta de nuestra  bonhomía y buena vibra, nos divertimos mucho en muy buena onda.

Cuando regresó La Pato con la irlandesa el Eh! Eh! Eh! Fue mucho más fuerte y desmadroso que el anterior, muy divertido, y coincidió con las primeras gotas de lluvia. Ya empezábamos a cansarnos, y estábamos tirados todos los chavos en la plaza como balaceados en una masacre tipo Tlatelolco; imaginen la escena, tirados, acalorados, sudorosos, asoleados…apestosos como perritos de mercado, jajajajaja.

El siguiente detalle de color, lo notamos por ahí de las seis de la tarde. Entre cuerpos tirados en el piso fuimos a fumar el Miguelón y yo, y al llegar al lugar donde lo podíamos hacer, que nos llega el clásico olor de la hierba quemándose y fumándose; pero a lo bestia, un olor casi como de pastizal quemado, al regresar a nuestro lugar toda la zona estaba invadida del olor y humo de la mariguana-hasta eso, de buena calidad, que conste-, lo cual nos mantuvo casi nutridos y algo elevados, la neta, jajajaja… y a reír mucho por cualquier estupidez. I Love To Turn You On…

Casi anochecía –ocho y pelos de la noche-, final de un atardecer bizarro, muertos de hambre, hacinados, medio grifos, sin podernos mover pues se había duplicado el número de personas ahí reunidas, y que empiezan los mensajes políticos; que gracias al gobierno de Ebrard se había realizado el concierto, etc. y que de uno de los balcones del hotel-restaurante Majestic ¡¡¡QUE SE DESPLIEGA UNA PANCARTA EN APOYO AL CANDIDATO DEL PRI, PEÑA NIETO!!! ¡Ya se imaginarán el concierto de mentadas chifladas y gritadas a todo pulmón en la plaza…!

En resumen, un montón de experiencias vividas, mucha incomodidad, mucha gente, cansancio natural, enormes expectativas, que crecieron cuando Brian, Rusty y Abe salieron a fotografiar y filmar al público que iba cuando menos con un motivo Beatle, camisetas, y hasta disfraces completos; pero buena vibra, mucha buena vibra.

Como se vivieron las horas previas al concierto, según la TV mexicana:

El Concierto

Desde las 20:30, las pantallas gigantes a los costados del escenario se iluminaron con imágenes coloridas de flores, paisajes, Londres, Liverpool y una que otra foto de Paul con la banda, así como para calentar motores. Sobra indicar que a estas alturas del partido la carga emocional y la fatiga natural habían causado estragos en La Patito y el Miguelón, a tal grado que de plano éste último se nos estaba desmayando en plena plaza de la Constitución; Dios sabe de dónde apareció milagrosamente una gelatina que le dió vida a mi brother y compañero de correrías aquí en ECB.

Al filo de las 21:00, el segundo conato de inicio del toquín; volví a despertar a Miguel, quien ya no quería queso, sino salir de la ratonera, al paso del tiempo he comprendido los achaques de la edad, jajajaja…

A decir verdad, para ese momento ya estábamos todos hasta la madre, fastidiados y bastante cansados, pero yo tuve el presentimiento de que algo, muy grande nos aguardaba. Y no faltaría mucho para darnos cuenta de que sería así. Vi por enésima vez mi reloj, el cual marcaba las 21:06, cuando de repente se encendieron las luces incandescentes del estrado, y…

¡SALE TRIUNFANTE CON EL HOFNER 500/1 EN EL BRAZO Y EN ALTO, NUESTRO ADORADO PAUL MC CARTNEY, Y DETRÁS SUYO TODA LA BANDA!

¡Escándalo total, producido por las casi 300,000 almas que estábamos en el Zócalo! Mucho más impresionante, pues nunca estuve antes en una experiencia así. El magnífico equipo de sonido dio cuenta de los saludos en idioma español que nos dedicó; se veía tan impactante, con un blazer rojo chingón, y diciendo la frase que utilizo al inicio de esta columna. Nuestra privilegiada ubicación nos permitió ver a unos 30 a 40 metros del escenario, hasta sus pronunciadas arrugas consecuencia de su edad. Qué diablos importa, es un rey.

En ese momento volteo a donde estaba el Miguelón, quien se encontraba impertérrito ante la escandalera y la entrada triunfal de Macca. Le dije “ Carnal! Ahí está Paul!” masculló algo, y se medio despertó. Creo que le mentó la madre.

Pero ese malhumor desapareció ante la entrada de la primera canción del set, Hello Goodbye. A partir de ahí, los ecos de la Beatlemanía de hacía cincuenta años se vivieron en pleno en el Zócalo, al estilo mexicano. Algo que nunca pudimos tener en su tiempo aquí. Gritos y más gritos, todo mundo cantando a grito pelado, lágrimas y llanto a moco tendido de muchos de nosotros ahí, que no paró en toda la tocada; incluso debo de aceptar que los demonios patrioteros me hicieron suyo ante las arengas en español, el momento en el que agitó las banderas de Inglaterra y de México, ese efectivo y preparado discurso de Hola México, Hola Chilangos son a toda madre, y el detalle del Mariachi Gama 1000 acompañándolo con Obladi-Oblada, que chingonería.

 

Más lágrimas a moco tendido con Eleanor Rigby, Los recuerdos a John y George, y el paroxismo total con el estallido de los fuegos artificiales que iluminaron Palacio Nacional y los alrededores al sonar:

“…to live and let DIE!!!!!!!!!!!” BOOOOOOM!!!!!!!

Y tantas cosas lindas…

Highlights de la noche: TODO. Ver a Macca en vivo, es ver el mejor espectáculo musical que puedes ver en estos días, si tienes oportunidad de verlo en vivo, no te lo pierdas. Cualquier adjetivo sale sobrando, y por eso te recomiendo ver el concierto completo que te adjunto a esta publicación. De verdad, siempre que veo este concierto, no puedo evitar llorar de felicidad y nostalgia.

Les comparto las canciones que se tocaron y el minuto en el que podrán localizarlas en el video que acompaña a esta publicación:

0:00 Hello Goodbye

02:16 Junior’s Farm

05:58 All My Loving

09:20 Jet

14:25 Drive My Car

17:19 Sing The Changes

21:47 The Night Before

25:03 Let Me Roll it/Foxy Lady

31:56 Paperback Writer

36:32 The Long and Winding Road

40:04 Nineteen Hundred and Eighty-Five

44:36 My Valentine

48:09 Maybe I’m Amazed

53:28 I’ve Just Seen a Face

56:30 Hope of Deliverance

1:00:14 And I Love Her

1:03:58 Blackbird

1:07:53 Here Today

1:11:09 Dance Tonight

1:14:45 Every Night

1:18:09 Mrs. Vandebilt

1:23:03 Eleanor Rigby

1:26:55 Something

1:32:19 Band on The Run

1:38:18 Ob-La-Di Ob-La-Da

1:43:39 Birthday

1:46:29 Back in the U.S.S.R.

1:50:06 I’ve Got a Feeling

1:56:30 A Day in The Life

1:59:43 Give Peace a Chance

2:02:38 Let it Be

2:06:41 Live and Let Die

2:10:33 Hey Jude

2:21:07 Lady Madonna

2:24:06 Day Tripper

2:27:53 Get Back

2:34:24 Yesterday

2:37:49 Helter Skelter

2:44:01 Golden Slumbers

2:45:42 Carry That Weight

2:47:22 The End

41 canciones sin desperdicio alguno, el sueño dorado de todo beatlero.

El concierto completo:

Después de esta experiencia mágica y misteriosa de día de las madres, sobra decir que estábamos mis hermanos y yo, en los primeros minutos del 11 de mayo en el Centro Histórico de la ciudad de México, casi afónicos, famélicos, con nuestros niveles de glucosa por los suelos, pero con una carga personal de adrenalina que nos hacía vivir al máximo y con intensidad nunca experimentada en la muy particular Gestalt de mi familia; no tengo duda alguna que al desplazarnos hacia la salida por la calle de Madero, los siblings y un servidor tuvimos que pasar por encima de varios cuerpos inertes que resintieron la jornada tan estoicamente como nosotros. Un pisotón de esos podría haber provocado una trifulca de consecuencias enormes, pero entre la conciencia de paz y amor generalizada y el sueño, el hambre y el frío no dieron lugar a ningún suceso.

Llegando a la altura de los centros joyeros de dicha avenida, y encontrándonos a cada momento con parejas, familias enteras y hasta los solitarios que nunca faltan, cantando desafinados pero emotivos Let It Bes, Day Trippers y las demás, atisbamos a un vendedor de jochos a punto de terminar las labores cotidianas. Al precio que fuera, o si tuviera que regalarle mi apreciada camiseta del bajo Hofner de Macca que llevaba, o dar a cambio a La Pato o al Miguelón, por Dios santo, dos jochos con todo; y nunca me ha sabido tan delicioso y revitalizante alguna asquerosa y nauseabunda Lulú de grosella. Casi besamos al vato.

Solo un poco repuesta nuestra lamentable condición, continuamos por Madero hasta el Eje Central, en donde un solícito chofer de taxi nos regresó a nuestra querida colonia Industrial, de donde habíamos partido hace poco más de veinte horas, en poco más de 10 minutos, casualmente con música de The Beatles en su estéreo Sony. Al llegar a casa, como dice la canción, un beso corto de despedida y un adiós a mis cómplices de Day-Off, yendo a dormir con la más grande de mis sonrisas. Creo que ellos también la pasaron super.

Así fue otro día en la vida de la familia Brito Flores, en el único concierto al que hemos asistido juntos en toda nuestra existencia; por azares del destino, nunca habíamos coincidido en un evento tal, y espero que vuelva a suceder pronto. Pero una cosa sí es muy clara para nosotros: es sin duda, el mejor concierto al que yo haya asistido jamás, y creo que así seguirá siendo, no veo cómo cambie esa situación al menos en esta vida; quien sabe en la otra…¿están de acuerdo conmigo, amigos de El Círculo Beatle?

A guisa de despedida, el cómo lo reseñaron las televisoras al otro día:

Alguien, en algún día y en algún medio hablará de como la Beatlemanía se vivió tan de cerca a México, en un lugar cuasi sagrado para nosotros. En resumen, un día de las madres a toda madre; gracias vida, gracias Dios, por permitirme vivirlo.

“…chilangos, son a toda madre…”

Sir Paul McCartney, 2012

error: Contenido protegido