Al hablar de The Flaming Lips debemos referirnos a una agrupación que heredó parte de ese rock psicodélico que preponderó en la segunda mitad de la década de los sesenta y que además lo han llevado por caminos experimentales con lo que le han dado otra dimensión sonora con obras conceptuales, que han marcado un camino sólido, tales como Clouds Taste Metallic (1995), The Soft Bulletin (1999), At War With The Mystics (2006) y más recientemente American Head (2020). Pero dentro de su discografía, que hasta el momento cuenta con 16 álbumes de estudio, debemos destacar Yoshimi Battles The Pink Robots (2002), la cual curiosamente los llevó a estar por primera vez en el listado Billboard 200, en donde ocuparon el casillero número 50.

The Flaming Lips se formaron en el año de 1983, en la ciudad de Oklahoma, con Wayne Coyne, Michael Ivins y posteriormente, cinco años después ingresó Steve Drozd, quienes han sido los integrantes principales de la banda. En 1984 publicaron un Extended Play que pasó desapercibido, bajo el sello Restless, en donde participaron el hermano de Wayne Coyne, Mark, como vocalista principal y el baterista Richard English y fue hasta 1986 cuando lanzaron su primer larga duración, Hear It Is, en donde ya aparecían como un trío, porque Mark Coyne dejó al grupo y Wayne tomó su lugar como vocalista. 

En la siguiente década abandonan Restless y firman con Warner Bros. por lo que en 1992 editan Hit To Death In The Future Head, seguido de Transmissions From The Satellites Heart, de donde se desprendió el sencillo She Don’t Use Jelly. Pero la inquietud musical de Coyne y compañía los llevó a experimentar con su ambicioso proyecto llamado Zaireeka (1997), una obra con cuatro discos compactos que se debían escuchar simultáneamente para darle un efecto envolvente a su música, lo cual lo hacía toda una locura, se podía pensar que luego de esto la discográfica cesaría su contrato por las bajas ventas, pero se les dio confianza y publicaron su novena producción titulada The Soft Bulletin que alcanzó el lugar 150 en el listado Billboard 200 y el sencillo Race For The Prize se convirtió en un éxito, que pese no a llegar a los primeros sitios del hit parade, alcanzó mucha notoriedad dentro de un público nuevo que comenzó a seguirlos.

Para su décima producción discográfica, Yoshimi Battles The Pink Robots (2002) que estuvo bajo la producción de Dave Fridmann,,el grupo nos entregó una obra conceptual que se encamina a narrarnos una historia de ciencia ficción, inspirada en las novelas de escritores como Isaac Asimov, Philip K. Dick o Ray Bradbury. Un álbum que contiene canciones que exploran la mortalidad y la pelea del hombre contra la tecnología. En cuanto al estilo musical del disco en una entrevista Wayne Coyne declaró: “Cuando íbamos a hacer Yoshimi Battles the Pink Robots, estábamos experimentando con música pop. Escuchábamos cosas como Nelly Furtado y Madonna y decíamos: ¿Por qué no intentamos hacer eso con nuestra música? ¿No sería divertido ? No estábamos haciendo música que se escuchara comercial, pensábamos que íbamos a poner estos grandes ritmos y estos sonidos divertidos y extravagantes en nuestras pequeñas y sencillas canciones divertidas sobre robots. Incluso una canción como Do You Realize??, la tocábamos contra Timbaland y algunas de esas cosas y volvíamos y reelaborábamos la dinámica, para que tuviera esa intensidad pop”.

Pero quizá fue este sonido rock pop que le dio al álbum la identidad que se requería, ese que fue parte de su éxito, en donde además mezclan parte de folk y por supuesto los sonidos de rock psicodélicos en los temas instrumentales que sirven de transición de un episodio a otro. El personaje central es Yoshimi, una mujer que es cinta negra en karate que se prepara para combatir la amenaza que cae sobre la humanidad representada por robots de color rosa (Su nombre es Yoshimi.Ella es cinturón negro en karate. Trabajando para la ciudad, ella tiene que disciplinar su cuerpo porque sabe que es exigente para derrotar a esas malvadas máquinas. Sé que ella puede vencerlos). Con respecto al nombre de este personajes se sabe que hicieron referencia a la cantante japonesa Yoshimi P-We del grupo Boredoms. Incluso muchos fans del grupo aseguran que la obra es una alegoría a la batalla de las mujeres en contra del cáncer de mama, que es representado por los robots rosas.

El disco abre con una voz que indica que “la prueba inicia ahora” y da paso a Fight Test, una canción en donde el personaje es un pacifista que se ha dado cuenta que no tiene otra opción que pelear para defenderse: En el texto del  booklet señala con respecto a este corte: “El tema de esta canción es el arrepentimiento del cantante por haber llevado la actitud de no pelear al extremo – y al final de la canción se da cuenta de que ha cometido un error y a veces una persona no tiene otra opción – por muy desagradable que sea. Considera que rendirse a cada conflicto sin desafío es peor que recibir una paliza”. Curiosamente la canción es similar al track Father and Son de Cat Stevens de su plato Tea For The Tillerman (1970), por lo que la demanda no se hizo esperar y se llegó a un acuerdo, muy a pesar de Wayne Coyne, en el cual Stevens recibió el 75% de las regalías.

La temática de Fight Test continuará en In The Morning Of The Magicians en donde nos preguntamos ¿Quién es el personaje que canta en ambos temas? ¿Es el robot que se pregunta qué es el amor, qué es el odio? (Por la mañana me despertaba y no podía recordar ¿Qué es el amor y qué es el odio? El error de cálculo) . Para esto en el track One More Robot/Sympathy 3000-21, tenemos a una máquina asesina que comienza a experimentar sentimientos de carácter humano, lo cual incluye el amor (Un robot más aprende a ser algo más que una máquina. Cuando lo intenta como lo hace, hace que parezca que puede amar, porque es difícil decir qué es real cuando sabes lo que sientes ¿Está mal pensar que es amor?¿Cuando lo intenta como lo hace? Sintiendo un tipo de amor sintético. Soñando con un deseo comprensivo. Mientras las luces parpadean más rápido y más brillante), una premisa que nos recuerda a Philip K. Dick  y la pregunta, título de su novela, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y quizá vaya más allá de las tres leyes de la robótica planteada por Asimov. 

Las atmósferas sonoras envuelven los fragmentos de la historia, a veces irregular, que nos narran la trama, con canciones como Ego Tripping At The Gate Of Hell, Are You Hypnotist??, In The Summertime y All We Have Is Now, las cuales encajan una con otra de una manera eficaz. Todo este aspecto musical posteriormente marcaría parte del estilo futuro del grupo y que plasmó en el soundtrack de Christmas in Mars (2008) y en los tributos que le hicieron a Pink Floyd y a The Beatles. Pero aquí en Yoshimi Battles The Pink Robots todo se centra en el amor que nace entre la protagonista y un robot, es la premisa de un ser mortal y uno inmortal, los cuales son parte de clanes que están enemistados y cada uno lucha por su supervivencia, una especie de Romeo y Julieta en un universo fantástico. En la canción Do You Realize?? Coyne y compañía se refiere a la conciencia de la mortalidad (Y en lugar de despedirte de todos, hazles saber. Te das cuenta que la vida va rápido, es difícil hacer que las cosas buenas duren. Te das cuenta de que el sol no se pone. Es sólo una ilusión causada por el mundo dando vueltas. ¿Te das cuenta que todos a los que conoces algún día morirán?) en una historia romántica imposible que no da tregua como El Hombre Bicentenario (Asimov, 1976) con un robot que busca asumirse como humano para trazar su destino incierto. En este caso la historia de Yoshimi toma tintes trágicos que se descubren en All We Have Is Now al señalar: “No lo vamos a lograr, explicó cómo llegará el final. Tú y yo nunca estuvimos destinados a ser parte del futuro”

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