En el año de 1969 después de la publicación de la obra Tommy, esa Ópera Rock salida de la mente creativa de Pete Townshend, The Who se embarcó en una extensa gira en la cual ofrecieron grandes conciertos, de los cuales podemos mencionar los realizados en los festivales Isle Of Wight y Woodstock, en donde interpretaban un set completo del álbum que nos narraba la historia de ese mesías ciego, sordo y mudo que era un dotado en el juego de pinball. Pero qué seguía para el grupo, los sesenta habían terminado, la generación que proclamaba el amor y la paz poco a poco se iba terminando y a inicios de la década de los setenta los jóvenes comenzaban a escuchar nuevas propuestas musicales que derivarían en nuevos estilos. También la tecnología evolucionaba, la sociedad cambiaba. Townshend seguía con la idea de crear historias y reflejarlas en sus álbumes, por lo que imaginó una que llevaría por título Lifehouse.

Pete Townshend armó un estudio de grabación en su casa y comenzó a experimentar con instrumentos como los sintetizadores, las consolas y cualquier artefacto electrónico que produjera nuevos sonidos. Con estos aparatos creaba secuencias musicales, escribió varias canciones que serían parte de esa nueva rockopera. La trama giraba en torno a un futuro, tipo Aldous Huxley o George Orwell, en donde la humanidad usaría trajes conectados a una red central para ser alimentados por entretenimiento, pero un joven sería capaz de descubrir una forma de poder alimentar a la sociedad con música.

Pete Townshend explicó la idea de Lifehouse: “Es una fantasía ambientada en una época en la que el rock ‘n’ roll no existe. En el oscuro futuro que visualicé en Lifehouse, la humanidad sobreviviría a un desastre ecológico inevitable, la contaminación se ha convertido en un problema tan drástico que la mayoría de la gente nunca puso un pie al aire libre en su vida. Estos trajes están interconectados en la Red Universal, un poco como la Internet moderna, pero combinados con gasoductos y cableado de empresas de televisión por cable a través de los cuales el gobierno les alimenta programas para entretenerlos. La red es operada por un imperioso conglomerado de medios encabezado por una figura dictatorial llamada Jumbo que parece ser más poderosa que el gobierno. Entonces aparece Bobby (mi héroe en Lifehouse), un alma descontenta, conocida sólo como ‘The Hacker’, redescubre la música rock and roll del siglo XX. Bobby sería un buen hombre, un alma avanzada que cometería un gran error y sufriría las repercusiones kármicas. Es un mago de la electrónica y se hace cargo de un teatro de rock en desuso, lo renombra Lifehouse y lo configura como una alternativa a los programas del gobierno”.

El proyecto Lifehouse no cuajaba, como lo hizo Tommy, el guitarrista no solamente quería plasmarlo en un álbum, pensaba en que se pudiera realizar una película con su argumento. Uno de los representantes y productores del grupo, Kit Lambert, pidió a Pete y al grupo que viajaran a la Ciudad de Nueva York para comenzar a grabar, algunas canciones, en los estudios Record Plant, pero hubo problemas durante las sesiones y la relación entre Lambert y Townshend se desgastó. Este concepto con una historia de ciencia ficción comenzó a diluirse, incluso el compositor sufrió una crisis nerviosa porque no podía ensamblar la obra de manera coherente, el proyecto comenzaba a salirse de control, las canciones parecían no encajar con el argumento ideado por el músico.

Finalmente el grupo regresó a Londres para continuar con las sesiones en los estudios Olympic. Pero la idea seguía en la mente de Townshend, quien había llamado el productor Glyn Johns para escuchar el material grabado y trabajar el álbum, Johns oyó la música creada con los sintetizadores y sugirió cambios. Varios de esos demos comenzaron a ser regrabados por la banda, pero la idea original de Pete Townshend se iban perdiendo en cada sesión, hasta que el músico decidió abortar el proyecto,  escogió varias de la canciones para ser incluidas en un álbum que ya no sería conceptual, que no contaría la historia de un futuro con una sociedad bajo en régimen totalitario, al final sería un simple álbum de rock. Una obra que se volvió emblemática dentro de la discografía de The Who.

Who´s Next se publicó el 14 de agosto de 1971, la fotografía de la portada fue tomada por Ethan Russell, quien al principio tenía la idea de presentar una foto de Keith Moon ataviado con lencería y peluca, pero se descartó (aunque estas fotos se utilizaron para promover el álbum). En una entrevista ofrecida, en 2013, para la revista Carmel, Russell aclaró cómo es que vieron el monolito (que recuerda el inicio de la película 2001, Una Odisea Espacial de Stanley Kubrick, 1969) ubicado en Easington Colliery en el condado de Durham: “The Who ya había rechazado varias portadas para este álbum. Para tener ideas, los acompañé a un concierto en el centro de Inglaterra. La manera en que Pete Townshend conducía me asustó tanto que me acosté en el asiento trasero. De camino a casa, Pete conducía rápido de nuevo. Vi esas cosas hechas de concreto y no sabía qué eran. Redujo la velocidad en una rotonda y me preguntó si tenía alguna idea; le hablé de esas formas. Pete se dio la vuelta y salimos a este paisaje lunar”.

Pero cómo surgió la idea de que el grupo orinara ese objeto Russell aclaró: “Estaba tomando Polaroids de prueba cuando miré hacia arriba, Pete había meado en ella. Pensé ‘¡Está bien!’  y tomé alrededor de ocho placas”. En este punto el fotógrafo explicó que el guitarrista del grupo si necesitaba orinar, pero sus compañeros no, así que Russell se le ocurrió la idea de que pareciera que los integrantes de The Who acababan de orinar aquella estructura, por lo que llenó de agua unas latas de película y la vertió sobre el monolito, “excepto por la de Pete, la orina fue agua que vertimos sobre el concreto. ¡No pudieron funcionar! Totalmente espontáneo. Lo intentamos, pero no se puede hacer una lluvia de ideas sobre ese tipo de cosas”.

Who´s Next es uno de los grandes discos clásicos de rock con sus nueve tracks, una obra maestra que inicia con Baba O´Riley (que combina el nombre del gurú indio, Meher Baba, que hizo un voto de silencio desde 1935 hasta que murió en 1968 y del compositor  de música clásica Terry Riley, ambos gran influencia en Pete) con una introducción hecha con un sintetizador en un loop que suena a lo largo de la canción, el bajo de John Entwistle y piano se unen a la fuerza de la batería de Keith Moon que por momentos es contenida, mientras que la guitarra de Townshend le da el ritmo y las figuras musicales necesarias a la melodía, el cierre es soberbio con el violín de Dave Arbus y qué decir de la fuerza vocal de Roger Daltrey que en cada corte se desgarra la voz. Luego de esta entrada llega Bargain, que aún nos mantiene con esa energía musical inicial del álbum.

Love Ain´t For Keeping es la canción de más corta duración dentro del plato, un track que curiosamente no lleva sintetizadores, una fina pieza de rock que da paso a My Wife, escrita e interpretada por John Entwistle, una agradable canción que nos narra la historia de un hombre que salió a emborracharse y se perdió varios días porque fue encerrado por las autoridades debido a su estado de ebriedad  y ahora teme por su vida porque seguramente su esposa cree que está con otra mujer (Mi vida está en peligro. Asesinado a sangre fría es lo que voy a ser. No he estado en casa desde el viernes por la noche  ahora mi esposa viene por mi).

The Song Is Over cierra el primer lado en su versión original en vinil. Una bella canción, acompañada por el piano de Nicky Hopkins, una power ballad compuesta alrededor de la idea del proyecto Lifehouse (como casi todas las del disco) que nos da en su coda un reprise de Pure and Easy, por cierto un tema que quedó excluido pero Townshend lo rescató para su primer álbum en solitario (Who Came First, 1972) ) y existe la versión del disco Odds and Sods de 1974 (Excepting one note, pure and easy Playing so free, like a breath rippling by) y de igual manera con el piano ejecutado por Hopkins el primer lado abre con otra balada poderosa, Getting In Tune. Por su parte Going Mobile nos lleva por la alegría de poder viajar en una casa rodante.

La penúltima canción del disco es la reflexiva Behind Blue Eyes, un tema también parte del proyecto Lifehouse, un corte que nos coloca desde el punto de vista del villano de ojos azules (No one Knows what it´s like to be the bad man, to be the sad man, behind blue eyes). De esta balada se ha dicho que tiene que ver con lo que Pete Townshend sentía en esos momentos, pero se ha desmentido y nos quedamos que se trata solamente de un personaje (My love is vengeance that’s never free). El cierre de Who´s Next nos presenta uno de los clásicos del rock, Won´t Get Fooled Again, una pieza que mezcla ese poderoso sonido de The Who, en donde los sintetizadores se hacen presentes al inicio y hacia la parte final para dar paso a un solo de batería de  Keith Moon y culminar con un grito de Roger Daltrey que retoma la canción. Un himno rockero sin duda.

“Me quitaré el sombrero ante la nueva Constitución
Haz una reverencia por la nueva revolución
Sonríe y sonríe ante el cambio por todas partes
Toma mi guitarra y toca igual que ayer
Entonces me arrodillaré y rezaré
No nos engañaran de nuevo”.

Who´s Next es para The Who uno de los momentos cumbres de su carrera, para Pete Townshend sirvió como una dirección musical en una década que traería cambios en las nuevas corrientes del rock. Aunque en un principio al músico no le agradaba el álbum por no contener su obra inicial Lifehouse, con el paso de los años ha reconocido que es uno de sus mejores trabajos. Una obra fundamental en la historia del rock.

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