Una de los agrupaciones importantes surgidas en lo que va del siglo XXI es la canadiense Arcade Fire. Fue en el 2004 cuando lanzaron su primer larga duración titulado Funeral, para ese entonces el grupo integrado por Win Butler, Régine Chassagne, Richard Parry, Will Buttler, Tim Kingsbury, Sarah Neufeld, Owen Pallet y Howard Billerman, nos ofrecieron una bella obra con un rock muy intimista que se rodeó de melodías agradables al oído, tales como Wake Up, la saga Neighborhood, Crown Of Love, Rebellion (Lies) y Haiti, sólo por mencionar algunas. Pero la evolución del grupo, tanto en lo temático como en lo musical, se fue dando a lo largo de estos 18 años, en donde nos presentaron álbumes como Neon Bible (2007), The Suburbs (2010), Reflektor (2013) y Everything Now (2017), ahora en su madurez, como personas y artistas, publicaron su nueva obra llamada WE (2022). De acuerdo a distintos portales informativos se nos informó que “el disco toma prestado su título de la novela de ciencia ficción de 1921, del autor ruso Yevgeny Zamyatin, Nosotros (una antecesora de 1984 de George Orwell), y viene después de que se divide en dos partes -YO- y -NOSOTROS-, con “YO” canalizando el miedo y la soledad del aislamiento y NOSOTROS expresando la alegría y el poder de la reconexión”.
El sexto álbum de Arcade Fire, WE, es una colección de 10 temas, cuasi conceptual, que nos refieren a los miedos que provoca el llegar a una edad madura, en donde se ha formado una familia y cuyos desasosiegos tienen que ver con una sociedad que se desmorona. Pero además de este pavor también hallamos un optimismo en que los seres humanos aún tenemos un buen futuro. Producido por la pareja de Win Butler y Régine Chassagne, en colaboración con Nigel Godrich, la obra, musicalmente, está más emparentada a sus tres primeras producciones, aunque no deja de existir momentos que nos remiten a Reflektor y Everything Now. Además es el último disco en el que colabora el hermano de Win, Will Butler, quien decidió abandonar el grupo para enfocarse a proyectos solistas. Ante esto el vocalista del grupo declaró a Zane Lowe de Apple Music 1: “Creo que hay otras cosas además de la música en las que tiene interés. Pero creo que, fundamentalmente, sólo tienes una oportunidad de criar a tu familia y de tener una vida con tu familia… Estoy orgulloso de él por hacer lo suyo”.
WE, en su lado A, llamado “I” (Yo) , en el formato en vinil, inicia con el primer dueto de canciones tituladas The Age Of Anxiety y The Age Of Anxiety (Rabbit Hole) las cuales pertenecen a esta primera mitad que tiene que ver con el temor y la individualidad. El primer corte nos presenta una entrada con un piano, que se acoplara en armonía con los demás instrumentos, en donde la voz de Win Butler nos habla acerca del sentir personal en los momentos en que la sociedad se aisló en la pandemia: “Es la era de la duda y dudo que lo averigüemos ¿Eres tú o soy yo? La era de la ansiedad. Combate la fiebre con la tele, en la era donde nadie duerme y las pastillas no me hacen nada. En la era de la ansiedad”. En donde el internet (el laberinto de espejos) y las redes sociales aumentaron más su poder de penetración y nos preguntamos: “Cuando te miro, veo lo que quieres que vea. Cuando me miras, ves lo que quiero que veas”. Para la mitad de la canción el ritmo cambia para decirnos:”Tengo que sacarme el espíritu, esta ansiedad que está dentro de mí.
Para su continuación, Rabbit Hole, con un ritmo heredado del viejo rock pop del siglo pasado, el cual el grupo retomó para su synth pop del álbum Everything Now, sigue con las referencia hacia el encierro en la madriguera del conejo con el alma plástica (claro que con otra connotación muy diferente al famoso plastic soul en donde muchos músicos afroamericanos del género soul acusaron a los artistas blancos, entre ellos The Beatles, David Bowie, de robarles su sonido), que sólo sopla el cartucho del video juego Kid Icarus.
La canción se corta de repente para dar paso a un interludio que nos traslada al otro par de tracks, End Of The Empire I-IV que podemos tomar como uno solo. Una mini obra maestra conceptual que nos ofrecerá una influencia de ese viejo rock que mezcla lo hecho por grupos surgidos en la psicodelia y el glam. Con un sonido que alude desde Moody Blues, hasta Mott The Hopple y recientemente The Flaming Lips con lo hecho en su obra American Head (2020). Aquí el sentimiento agridulce ante una distopía se divide en cuatro partes. En la primera, la melancólica Last Dance, que nos habla del inminente apocalipsis: “un último baile al final del imperio. Me hace llorar. Mirando la luna en el océano donde solía estar California, Al menos así es como recuerdo la guerra, cuando Nueva York solía ser”.
Para la segunda parte de la canción, Last Round, la sociedad colapsa ante el entorno que se vive en ese ficticio futuro incierto (Y sabemos que es hora de irse. Escuché las noticias en la radio, una última ronda antes de irnos a través del pálido resplandor atmosférico. Y el oxígeno se está agotando) en donde el tono cambia para darnos un bello momento que nos lleva a recordar ese All The Young Dudes escrito por David Bowie para el grupo Mott The Hopple. Para la tercera parte, Leave The Light On, se escucha decir a Butler, “es tan triste” para más adelante advertir: “Somos tú y yo, es hacer o morir. Misión suicida, nena a mi lado tenemos una vida y la mitad de ella se ha ido. Sabes que no puedo dormir con la televisión encendida”.
La cuarta parte de End Of The Empire, Sagittarius A*, es el tema que concluye la primera parte del disco, el de la oscuridad. En este escenario incierto se externa un hartazgo al expresar: “Me doy de baja, esta no es una forma de vida”. Sumado a esto la canción expresa una sensación de abandono, en donde el agujero negro, Sagitario A*, arrastra todo al olvido (y el espacio donde dicen, el cielo se ha ido. Sagitario A* veremos un día que hay del otro lado).
Pero en contraste con estas primeras canciones, tenemos las cinco restantes dentro del lado B denominado como WE (Nosotros), las cuales son optimistas en donde el “yo” temeroso de un apocalipsis da un giro por el “nosotros” en donde existe la esperanza en que como sociedad nos podemos apoyar. Para esto el par de temas The Lightning I y II, cuyas melodías nos recuerdan a The Suburbs, nos van elevando el espíritu desde su entrada con esa música de un rock agradable en donde el entusiasmo es como un relámpago que ilumina la oscuridad.“ Podemos lograrlo si no me abandonas, no renunciaré a ti, no me abandones, no renunciaré a ti, nunca me rindo contigo”. Para su segunda parte,The Lightning II, el ritmo se acelera para esperar la luz que nos traerá ese relámpago “al escuchar un trueno en un cielo azul perfecto”.
La última dupla de cortes son Unconditional (Lookout Kid) y Unconditional (Race and Religion), en la primera, Lookout Kid, los creadores de Funeral han madurado, aunque siguen recordando su dormitorio de adolescentes y el de sus padres y hacen túneles para comunicarse, ahora con la experiencia de la vida dan consejos de vivir plenamente en un mundo que no es perfecto y en el cual se vale ser feliz pero sin olvidar que también existe la tristeza (Niño vigilante, confía en tu cuerpo, las cosas se romperán, cometes errores. Pierdes a tus amigos, una y otra vez, porque nada es perfecto. Nadie es perfecto). En la conclusión, Race and Religion, iniciamos en una encrucijada inspirada en una intersección en Nuevo Orleans, curiosamente llamado calle Raza y calle Religioso. Se habla del “nosotros” unidos como raza y religión, la voz cantante de Régine Chassagne se une a la de Peter Gabriel (quien le hizo un cover a My Body is a Cage en su álbum Scratch My Back del 2010).
Y para cerrar la obra el track final, WE, Arcade Fire nos regresa a la melancolía y el cansancio al querer renunciar y escapar de estos tiempos de duda (¿Te gustaría salir de este viaje conmigo?) una bella tonada acústica que podría haber salido de la inspiración de Cat Stevens y se parte de Tea For Tillerman (1970). Con sus 40 minutos de duración, WE, es una obra honesta, que se disfruta intensamente, en donde el grupo originario de Montreal nos muestran sus miedos, en una sociedad que fue sacudida por un virus y un gobierno inestable, pero en donde aún prevalece la esperanza en nosotros mismos como individuos y sociedad.
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