Ah, ¡Los Reyes Magos! Hermosa tradición de algunos países europeos y de América Latina en la que todos tenemos una historia que contar, dependiendo de cómo nos haya ido en la vida y puede ser variopinta. En el caso de su nostálgico de cabecera en El Círculo Beatle sin duda fue gratísimo, tanto como niño como padre. Eso de hacerle al terrorista de la felicidad -como lo dijo el ilustre Quino en Mafalda- es algo de lo más gratificante que puede existir.
Como niño, los recuerdos de chutagoles, trenes eléctricos, aventureros de acción, kid aceros, ropa y dulces son un tesoro. Como adulto, recibir algún detalle como una loción, accesorios musicales o cualquier gustito personal palidecen ante la emoción de ver a tu niña las madrugadas del seis de enero con ese brillo de felicidad en sus ojos. Es algo que simplemente no tiene precio.
En el aspecto musical, existió una canción popular -hoy un poco olvidada- que conocí a mis seis años y que me parece de interés para platicarles a ustedes con respecto a la fecha. Si eres de mi generación, seguro la conociste. ¿Me acompañas a recordarla?
Pero antes, un poco de historia…
Los Reyes Magos de Oriente (o simplemente Reyes Magos) es el nombre con el que la tradición cristiana denomina a los “magos” (denominación que recibían los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente) que según el evangelio de Mateo y tras el nacimiento de Jesús de Nazaret acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
El Oro significa el reconocimiento a la realeza de Jesús. El Incienso, un homenaje a su divinidad y La Mirra, un anuncio a sus padecimientos como redentor.
Cabe mencionar que sólo el Evangelio de Mateo habla de estos “magos”. No precisa sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres. Fue en el siglo III después de Cristo cuando se estableció que pudieran ser reyes, ya que hasta entonces, por sus regalos y las iconografías que los representaban, tan sólo se consideraba que eran personas pudientes.
Fue también en ese siglo cuando se estableció su número en tres, uno por regalo, ya que hasta entonces había dibujos con dos, tres o cuatro magos, e incluso la Iglesia ortodoxa siria y la Iglesia apostólica armenia aseguraban que eran doce, como los apóstoles y las doce tribus de Israel, ¿Qué les parece?
Los nombres actuales de los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecieron por primera vez en el conocido mosaico de San Apolinar el Nuevo -ubicado en Rávena, Italia- que data del siglo VI después de Cristo, en el que se distingue a los tres magos ataviados al modo persa con sus nombres escritos encima y representando distintas edades. Aún tendrían que pasar varios siglos, hasta el siglo XV después de Cristo, para que el rey Baltasar aparezca con la tez negra. Los tres reyes, además de representar las edades, representan las tres razas de la Edad Media; Melchor encarnará a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos. Sin broncas de racismo ni edad, pues.
La noche del cinco de enero -la previa a la Epifanía- es considerada a partir del siglo XIX para iniciar la tradición como ahora la conocemos en los países de herencia hispana (y en los católicos en general, con pocas excepciones), de celebrar una fiesta infantil con regalos, a semejanza de la de San Nicolás en la Navidad.
Ahora sí, la canción que nos compete…
La música y letra original de “Tweedle Dee Tweedle Dum” fueron obra de los italianos Glosy y Mario Capuano, así como del compositor inglés Harold “Lally” Stott. Y nada tenía que ver originalmente con los simpáticos monarcas; curiosamente, se refería a los gemelos del mismo nombre y algo pasados de peso del cuento de Lewis Carroll, Alice In Wonderland.
En el cuento, ellos son bastante pesaditos y atosigan a Alice queriéndole contar historias pues están aburridos y vaya que saben muchas. De paso les cuento que también son referencia de varias rimas infantiles así como de la canción de 1955 Tweedle Dee Tweedle Dum de LaVern Baker. Para mayor referencia, aquí en México la conocimos como La Felicidad Llegó,en su exitoso cover de 1963 cantada por Alberto Vázquez.
Por otra parte, Middle of the Road fue un grupo de música pop originario de Glasgow, Escocia que contó con mucha popularidad en toda Europa y América Latina a inicios de la década de los 70. Sus mayores éxitos fueron Chirpy Chirpy Cheep Cheep (el cual vendería cerca de 10 millones de copias en todo el mundo), Sacramento, Samson And Delilah, Soley Soley y nuestra rola de referencia. Para principios de 1972, el grupo había vendido más de 5 millones de discos.
Aquí les dejo la primera versión de esta canción en 1971
La canción francesa adaptó esta rola para hacer un cover temático a la bonita tradición, también en 1971. Annie Chancel adoptó el nombre artístico de Sheila para su carrera musical desde 1962, gracias al hit del mismo nombre que cantó Tommy Roe. Ella tenía solo 16 años cuando grabó un cover en francés a dicha rola.
Formó parte de un dueto musical con su esposo Guy Bailey denominándose Sheila & Ringo. Tuvo una importante carrera como cantante solista -más de 30 discos de larga duración y 54 sencillos- bajo el nombre de Sheila así como en su alter ego Sheila B. Devotion. B. Devotion significa Black Devotion y significó una reinvención de su personaje de blanda cantante pop en una moderna y vanguardista cantante de música disco, con éxitos notables como Singin’ In The Rain y Spacer. Canta en varios idiomas. Como actriz, estuvo presente en tres películas y su música ha aparecido en varias más.
Como dato curioso, la letra afirma que los Reyes Magos llegan a Galilea, cuando la tradición indica que arribaron a Judea. Sin duda, una canción sumamente entrañable para los de mi generación.
Cabe mencionar que, hablando de covers al español, son de mención las versiones de la misma Sheila, la española de la polifacética Marisol y la que incluyo a continuación.
De esta versión, es lamentable que no haya mucha información referente al grupo que la interpretó, Las Salinas. Lo que sí se sabe es que este cover grabado para la Capitol en 1971 (sencillo 6943) contó con la impecable producción del Jefe Hooligan Humberto Cisneros y que tanto las voces como la música no desmerecen en absoluto contra la original. Júzguenlo ustedes mismos amigos lectores:
Ah, Los Reyes Magos. Pórtense bien niños, si no quieren que les traigan puro carbón en vez de los juguetes anhelados. Sin duda alguna, una de las tradiciones más bonitas que existen aún, y quizás una de las más difíciles de preservar. ¿Tienes tu historia o anécdotas de los Reyes Magos? ¡Compártelas con nosotros en tus comentarios! Por lo pronto, a disfrutar de una sabrosa Rosca de Reyes con chocolate en compañía -en estos días forzosamente virtual- de tus seres queridos. Paw,Paw/ Paw Paw Paw…se te queda en la cabeza, jajajaja…
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