¡Hola queridos amigos! Espero que estén bien y sean bienvenidos a la primera Semana Temática de este año, que como lo indica su título tratará de pensar en el futuro, pero también de cómo se veía el futuro a nivel popular durante distintas décadas.

El futuro está envuelto en espesas neblinas y siempre ha fascinado al ser humano, quizá porque no nos gusta la incertidumbre del “qué pasará“, quizá porque está en la naturaleza del hombre y la mujer tener el control de la propia existencia.

De ahí la popularidad de los horóscopos (¡conozco gente que no sale de su casa hasta que lo lee en el diario o lo ve por televisión!), de adivinadores y pitonisos, de profetas y oráculos desde la más remota antigüedad hasta el presente.

De la Grecia Clásica (Oráculo de Delfos) pasando por el Medio Oriente (profetas del Antiguo Testamento) por el Imperio Romano (Sibilas y Augures) el inicio de la Era Cristiana (San Juan y su Apocalipsis, que en griego quiere decir Revelación),en el Renacimiento (Nostradamus) incluyendo la Ilustración durante los siglos XVIII y XIX, y hasta la actualidad la especie humana, a falta de evidencias más claras la única que posee raciocinio y capacidad suficiente para sentir inquietud por el porvenir ha sentido la necesidad de saber “qué sigue“.

Hemos especulado, fantaseado, ilusionado y hasta alucinado con la idea del futuro hemos imaginado desde el futuro más optimista hasta el más distópico, y desde luego el género literario especulativo (aparte del religioso, claro está) por excelencia es la Ciencia Ficción (también conocido como Sci Fi), que como tal existe desde fines del siglo XVIII iniciando con la obra Las Aventuras del Barón Munchhausen y que con las miradas de cientos de autores a través del tiempo nos han dado motivos suficientes y diversos para pensar en el futuro sea con gusto e ilusión o con pesar e incluso con temor.

Otras artes que se han sumado a la ola especulativa en diversos grados han sido las Artes Plásticas (pintura y escultura), con apellidos tan ilustres como Fuscelli o Gino Severino y en la Fotografía la obra de los hermanos Braggaglia, en la literatura en su aspecto más formal poetas como Marinetti o el ruso Maiakovski, el belga Verhaeren o el portugués Pessoa también se sumaron a la corriente futurista.

Dicha corriente fue primordialmente representada por literatos y artistas plásticos y también hubo manifestaciones en el campo de la Música Clásica con Francesco Balilla Pretella y con Luigi Russolo. Escapa a la Intención de esta columna el analizar y detallar estas obras y solo las enumero para dar un panorama más amplio.

Hablando de Música, será menester mencionar que a nivel popular han habido muchas manifestaciones a cual más interesantes, y les traigo esta semana tres botones de muestra, a saber:

Telstar, The Tornados. (1962)
Grupo instrumental y de apoyo a otros cantantes ( como John Leyton y Billy Fury) que dependieron del legendario productor Joe Meek llegando a rivalizar con el otro grupo instrumental británico por excelencia, The Shadows.

Los integrantes que grabaron este gran éxito fueron Clem Cattini en la batería; Alan Caddy en la guitarra; George Bellamy también en guitarra; Heinz Burt en el bajo; Geoff Goddard en el teclado claviolina (quien hace la voz en la parte final de la pieza) y por Roger La Vern en teclados adicionales.

Podemos pensar que es el primer éxito pop inspirado en la tecnología, la Sci Fi y el futuro visto desde la perspectiva del progreso científico (Telstar fué el nombre del primer satélite de comunicaciones norteamericano), es un tema que posee cualidades épicas y dramáticas y llega a primer lugar del Hit Parade tanto en Estados Unidos como en Reino Unido en 1962, siendo el primer grupo inglés que tuvo este logro en la era del Rock. Como dato de trivia mencionaré que hay versiones vocales tanto en inglés como en español, la más conocida a cargo de un señor a quien se le conocía en aquellos días como Mr. Sucu Sucu, y quien era nada menos que Alberto Cortez.

https://www.youtube.com/watch?v=ejmYlNUvO2M&feature=youtu.be

Just Blue, Space (1978)

El segundo tema está a cargo de un dotado músico nacido en Mónaco de nombre Didier Marouani quien junto con otros músicos se presentaban como Space. Desarrollaron su carrera en Francia, (la cual a diferencia de Inglaterra en el ejemplo anterior si cuenta con una agencia espacial respetable, valdrá mencionarlo) se inspira en la corriente Space Dance que es un antecedente de la moderna música electrónica Trans y Dance teniendo un gran éxito en ese país y en Europa en general.

Logran dos éxitos en la década de los setenta, el más recordado fue Magic Fly en 1977 y el que les traigo en esta ocasión llamado Just Blue (Sólo Azul) aunque como juego de palabras también podría traducirse como Sólo Triste. El LP tenía un arte de portada fantástico en su concepción, los invito a escuchar este éxito de 1978 que también suena futurista y épico.
Dato de trivia: en el video Marouani es el chavo que tiene el micrófono (aunque intervino en esta rola como voz principal femenina Madeline Bell), en los otros teclados y sintetizadores están Roland Romanelli y Janick Top, y en la batería Joe Hammer.
Marouani es padre del líder de la banda neo-techno Daft Punk, quien sigue los pasos de su progenitor con su gran hit One More Time, en 2006.

Rendezvous IV, Jean-Michel Jarre (1986)

Por último pero no por eso menos importante les traigo a otro gran músico de origen francés, acaso el más reconocido a nivel mundial y es Jean Michel Jarre, quien nació en Lyon el 24 de agosto de 1948. Su obra está influenciada fuertemente por el jazz que escuchaba durante su niñez y temprana adolescencia en su ciudad natal.
Influenciado por la interpretación de aquellos músicos callejeros, pero también como un estudioso de armonía y contrapunto a nivel formal, Jarre tiene en su palmarés los récords de asistencia a sus conciertos masivos tanto en Francia como en Rusia y China, vendedor a nivel de disco de platino.

Con mucho gusto les presento este tema llamado Rendezvous IV que forma parte del álbum Rendezvous del año 1986, que tuvo la coincidencia de ser lanzado para cuando se celebró el 25 aniversario de la NASA. Por cierto, la última pieza del álbum compuesta para saxofón, iba a ser interpretada por el astronauta Ron McNair desde el espacio a bordo del transbordador Challenger ya que él era amigo personal de Jarre; desgraciadamente esto no se pudo realizar ya que la nave explotó al despegar matando a su tripulación, en su memoria la melodía cambió de título y pasó a llamarse Ron’s Piece, siendo interpretada posteriormente por el saxofonista Pierre Gossez.

Epílogo

Los tres temas que les presenté comparten las mismas características: optimismo, sentidos épico y dramático, afán de aventura, expectación ante nuevos descubrimientos y la conquista de nuevas fronteras, al fin y al cabo creo firmemente que para la humanidad eso debe ser el futuro. Además comparto la optimista visión de Gene Roddenberry (creador de la mítica Star Trek) de que la humanidad enviará a las estrellas a sus mejores hijos. Nos leemos en la próxima columna, ¡Bye!

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