A la hora de destacar las habilidades de cada Beatle allá en los inicios, el mánager Brian Epstein (1964) da cuenta en su biografía que: “aunque no es uno de los compositores prolíficos, es muy músico. George tiene mucho cuidado con la puesta a punto antes de un espectáculo. Tiene un oído muy fino para el sonido y para la afinación y los demás lo respetan por ello”. El tiempo terminó de confirmar esa apreciación realizada a priori, cuando la banda y cada integrante recién comenzaba a despuntar.  A lo largo de sus años como Beatle, Harrison realizó distintas búsquedas musicales, que ya hemos dado cuenta en otro artículo publicado en este mismo sitio (https://elcirculobeatle.com/aqui-llega-george) Esa búsqueda lo llevó a aprender la ejecución de distintos instrumentos de cuerda como el sitar entre otros propios de la música hindú.  Pero, quizá no resulta tan conocida, al menos en el gran público, su fascinación por el ukelele. Como con las guitarras, George se compenetró tanto con este pequeño y particular instrumento a punto tal que llego a tener una colección de 40 ukeleles, según confiesa su hijo Dhani quien utiliza alguno de ellos para las presentaciones con su banda. En estas líneas hablaremos entonces, sobre una de las pasiones no tan conocidas y que el Quiet Beatle desarrollara especialmente, durante su etapa solista.

Cuatro cuerdas

El ukelele, cuya traducción literal es “pulga saltadora”, es un instrumento de origen hawaiano con la forma de una pequeña guitarra. Su conformación final resulta de una adaptación del cavaquinho portugués, también originario de Hawái y creado a fines del siglo XIX por inmigrantes portugueses. Posee cuatro cuerdas y se presenta en cuatro tipos de acuerdo con su tamaño:  soprano, concierto, tenor y barítono.

El “uke” como lo llamaba George, resulta un instrumento de fácil ejecución y transporte. Según confiesa, cuando salía de gira solía llevar alguno encima como garantía de poder tocar en cualquier momento. Dhani Harrison comenta que George se volvió muy fanático del ukelele cuando, a fines de la década del ochenta, redescubre al cantante y comediante británico George Formby. Este artista había tenido su esplendor durante las décadas del 30 y el 40 a partir de interpretar canciones humorísticas en el ukelele y el banjolele. Este último, un banjo pequeño, instrumento que también adquirió y aprendió a tocar Harrison.

https://www.youtube.com/watch?v=WCKH2An_9I8

Pero además de su fácil ejecución y traslado, George descubrió que este pequeño instrumento podría resultar un motivo para compartir encuentros musicales con amigos.  Según se sabe, Harrison tenía ukuleles en cada habitación de su casa. En general los compraba en Hawaii y luego regalaba algunos a sus amigos. De ese modo se garantizaba compartir algunas sesiones musicales.  Dhani recuerda de chico que, en algunas oportunidades, había en su casa hasta diez personas tocando ukeleles. En 1999, Harrison escribe una nota manuscrita, a modo de “manifiesto del ukelele” donde confiesa su amor por el instrumento y sostiene además que cada persona debería tener uno. Para firmar la carta utiliza un seudónimo hawaiano: “Keoki”.

Cuando se produce el encuentro de los tres Beatles sobrevivientes en 1994 y en el marco del proyecto Anthology, puede observarse que, en un momento de relax en el jardín de la casa de George en Friar park, realizan una pequeña sesión con ukeleles. Tal vez George compartiera uno de esos queridos instrumentos con Paul. Y pareciera, por lo que puede verse después de la partida de George en 2001 que McCartney, músico inquieto también, adopta el ukelele como instrumento.

Uno de sus amigos, Tom Petty, con el que Harrison compartiera la aventura de los “Travelling Wilburys” recuerda que le dio su propio ukelele y que le enseño a tocarlo. Otra vez en su casa y a punto de irse le dijo: “Espera, quiero dejar algunos ukeleles aquí”.  “Tengo uno”, respondió Petty”.  “Es posible que necesitemos más’ “ repuso Harrison mientras abría su camioneta. “Creo que dejó cuatro en mi casa” recuerda Petty. Antes de despedirse, George dijo: “Nunca sabes cuándo podrías necesitarlos. Porque no todo el mundo lleva uno ‘”.

Sin embargo, a su cariño por esos sonidos no le fue suficiente con ir a Hawái para conseguirlos. En los últimos años compra una casa en Maui frente al mar. Allí compone una de sus últimas canciones, ‘Rocking chair in Hawaique aparece en su obra póstuma: Brainwashed (2002).

En ese mismo álbum se encuentra un tema en cuyo video puede verse a George ejecutar, no el ukelele sino una pequeña guitarra. En realidad, se la conoce como “guitalele”, una guitarra de seis cuerdas, pero del tamaño de un ukelele. El tema en cuestión es “Between the devil and the deep blue see”, una canción popular estadounidense de 1931 de Arlen y Koehler y que ha alcanzado la categoría de standard de jazz.

El ex Pearl Jam, Eddie Vedder, lanza en 2011 un trabajo Ukelele songs. Allí se acompaña en las 16 canciones con un ukelele. Hoy, el ukelele se ha vuelto un instrumento muy popular. A la posibilidad de traslado se suma que no es difícil aprender correctamente su ejecución. En este sentido resulta una interesante opción para adolescentes y jóvenes. Algunos han desarrollado una gran destreza.  Veamos:

Finalmente, McCartney entiende que la mejor forma de recordar a su amigo y compañero para homenajearlo arriba de un escenario es, justamente, ejecutando el ukelele en la versión de “Something”, quizá uno de los puntos más altos en la carrera de Harrison como compositor

 

Bernardo Suárez, Buenos Aires 9 de agosto de 2021.

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