El musical, tanto en cine como en una puesta en escena en un teatro, es un género controvertido que a muchos gusta, e incluso defienden, mientras que para otros no es de su agrado. Heredero de la ópera y la opereta , en donde los diálogos son cantados, el musical se caracteriza precisamente porque las situaciones, ocurridas dentro de la representación, se interrumpen para insertar un número musical cantado acompañado, muchas veces, por una coreografía, lo cual es parte esencial dentro de la historia que se nos está contando.

El musical ayudó en mucho a desarrollar nuevas técnicas en la cinematografía; el lenguaje cambió y los editores fílmicos se esforzaron por presentar un montaje con secuencias en donde las canciones y coreografías fluyeran con ritmo para que la gente disfrutara del espectáculo.  Grandes películas de este género se han presentado en la historia del cine tales como An American in Paris  (Vincent Minelli, 1951), Gigi ( Vincent Minelli, 1958), West Side Story (Robert Wise, 1961), The Sound Of Music (Robert Wise, 1965) y más reciente podemos encontrar obras como Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001), Chicago (Rob Marshall, 2002), Sweeney Tod: The Demon Barber Of Fleet Street (Tim Burton, 2007) y Mamma Mia (Phyllida Lloyd, 2008).

Debemos mencionar que el musical, por su propia naturaleza, admite géneros musicales de índole popular, en los cuales también entra el rock como parte de ello e incluso se ha llamado a estas obras Óperas Rock. Durante la década de los sesenta grupos como The Who, The Moody Blues, The Kinks y algunos más, presentaron obras conceptuales en las cuales nos contaban una historia, en la cual las canciones se utilizaban como diálogos, monólogos o para describir una situación. En 1969 The Who presentó Tommy ( https://elcirculobeatle.com/the-who-el-sorprendente-viaje-de-tommy) que se consideró como una Ópera Rock, la cual el grupo tocaba casi en su totalidad en los recitales que ofrecía.

El teórico de cine, el francés Michel Chion, asegura, en su libro La Música En El Cine (Edit. Paidós) que el surgimiento de la Opera Rock en el cine llegó acompañado de la tecnología en procesos de filmación. así como en las salas de proyección, al desarrollarse nuevos sistemas de audio, en grabación y reproducción, con lo cual el público tenía una mejor experiencia de sonido al ver las películas. Chion señala que una película como Jesus Christ Superstar (Norman Jewison, 1973), basada en la obra escrita por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, en su momento no causó una ruptura, “si no que se insertó en la corriente de un gran número de filmes consagrados al género del rock”.  Además menciona que esta película se podía escuchar en estéreo dentro de las salas de exhibición.  También Michel Chion asegura que la película Tommy (Ken Russell, 1975) fue la primera en presentarse con sonido Dolby a lo cual seguirían muchas cintas entre ellas The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman, 1975).

La versión fílmica de The Rocky Horror Picture Show viene de una Ópera Rock escrita por Richard O´Brien la cual tenía por  título They Come From Denton High, después cambió de nombre por The Rock Horroar Show y finalmente se eligió el nombre por la cual la conocemos. Producida por Michael White y dirigida por el australiano Jim Sharman, la obra debutó en el London Royal Court Upstairs  en junio de 1973 y fue protagonizada por el mismo O´Brien, Tim Curry, Little Nell y Patricia Quinn (quienes estarían también en la película).

En 1974 el productor norteamericano Lou Adler convenció a White para montarla en Estados Unidos, en el teatro Roxy de Sunset Boulevard en Hollywood, California. De igual manera Adler negoció con ejecutivos de 20th Century Fox para producir la película, la cual se rodó en Londres con un costo de un millón y medio de dólares. Se documenta que Adler, previo al estreno del filme, montó la obra en Broadway pero no funcionó y tan solo se llevaron a cabo 45 presentaciones.

En septiembre de 1975 se exhibió The Rocky Horror Picture Show en cines, a lo largo y ancho de la Unión Americana, pero la película fracasó, fue un desastre para los productores. Lo que nadie podía imaginar, en ese momento, es que meses después el filme se volvería de culto dentro de los circuitos de proyección de medianoche. El primero de abril de 1976, el famoso April´s Fool, la película se reestrenó en función nocturna, en el cine Weverly en Greenwich Village, en la ciudad de Nueva York con un inesperado éxito que fue creciendo poco a poco y se fue extendiendo a diferentes ciudades en Estados Unidos.

El crítico de cine Danny Peary, en su libro Cult Movies (Edit. Gramercy) explica que en un principio los espectadores que asistían a las funciones de media noche, en Nueva York,  era un público integrado por homosexuales y travestis que buscaban encuentros casuales pero de algún modo la película los fue atrapando. Después comenzó a llegar una audiencia más variada que incluía a estudiantes de psicología, punk-rockers, aficionados a los comics y a la ciencia ficción, y por supuesto sin olvidar a la comunidad gay que encumbró a la cinta como una obra de culto.

Precisamente Michel Chion describe que la película constituyó un fenómeno de culto “al hacer de la proyección una especie de ceremonia puntuada y acompañada por las intervenciones de los espectadores. Éstos se visten como los personajes de la pantalla, gritan los diálogos al mismo tiempo que lanzan chistes entre las réplicas. Los espectadores repiten los bailes como verdaderos participantes en un ritual. Aunque la propia naturaleza del fenómeno (que reposa sobre una sola sala de cine que mantuvo a la obra en cartelera durante varios años) impidió que el filme alcanzara el rango de un gigantesco éxito comercial, al menos contribuyó, gracias a la prensa, a crear la idea de una nueva forma de participación en el cine  mediatizado por la música”.

La historia de The Rocky Horror Picture retoma los viejos clichés de las películas clásicas del género de horror y ciencia ficción, uno de ellos es el que los personajes, en este caso la pareja joven Brad Majors (Barry Bostwick) y Janet Weiss (Susan Sarandon) se queden varados en una tétrica noche  y descubran un siniestro castillo  en la cual deban pernoctar sin saber del peligro al que se exponen. La Canción que abre la obra, Science Fiction Double Feature, es un bello homenaje al cine de este género cuando menciona en sus estrofas filmes clásicos como King Kong (Merian C. Cooper, 1933), The Invisible Man (James Whale, 1933), The Day the Earth Stood Still (Robert Wise, 1951), Flash Gordon (Frederick Stephani, 1936), The Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956), Tarantula (Jack Arnold, 1955), It Came From Outer Space (Jack Arnold, 1953), When The Worlds Collide (Rudolph Maté, 1951).

Pero más allá de la historia de esta  pareja, que se conocerá a extraños personajes y a un científico que está creando una criatura, el discurso de la obra se centra en la libertad de la sexualidad en una sociedad conservadora representada por estos jóvenes vírgenes que están comprometidos para contraer nupcias y por fin consumar su amor. Richard O´Brien rodea a estos inocentes jóvenes de criaturas extrañas, que trastocaran sus valores morales, seres  inspirados en personajes de filmes de horror, como Riff Raff (interpretado por O´Brien) o en el caso de la groupie Columbia (Little Nell, también conocida como Nell Campbell) y la sirvienta Magenta (Patricia Quinn) quienes tienen una sexualidad ambigua. Pero quizá el mayor impacto que reciben Brad y Janet es cuando aparece el Dr. Frank- n- Furter (Tim Curry, excepcional) con la canción Sweet Transvestite, un científico alienígena travesti que poco a poco, a lo largo de la historia, seducirá a estos personajes.

En cuanto a la visión musical y artística recordamos que dentro de Inglaterra se encontraba  en su apogeo el glam rock del cual, además del estilo en la música compuesta para la obra, los vestuarios de los personajes nos remiten a este subgénero del rock. El glam cobró relevancia a finales de los sesenta. Dentro de su contexto histórico en Reino Unido existía una ley que permitía a las autoridades detener y encarcelar a los homosexuales, muchos hombres fueron víctimas de esta situación. En 1967 se eliminó este estatuto, pero no del todo, aún había ciertas condiciones que no se habían excluido. El glam sirvió a muchos artistas para crear obras que hablaran de una sexualidad gay o bisexual sin el temor de ser arrestados. El maquillaje sobrecargado, el vestuario en tonos dorados, plateados y multicolores fueron parte primordial de este movimiento contracultural que rompía con el conservadurismo de la época el cual se resquebrajaba poco a poco, desde la década de los sesenta, con los movimientos psicodélico, hippie y el London Swinging los cuales ya se abrían a la sexualidad libre . Se podría afirmar en este caso que Ziggy Stardust estaba muy relacionado con el Dr. Frank-n-Furter ¿Quizá serían del mismo planeta?

La película tiene estupendos momentos musicales, con temas llenos de esa energía e irreverencia que permite el rock tales como Hot Patootie (Bless My Soul) intepretada por ese zombie rocanrolero llamado Eddie ( Meat Loaf), la atrevida Touch-A  Touch-A Touch Me, I Can Make  You a Man y Time Wrap. Con el pasar de los años la obra sigue dando de qué hablar, se le han hecho varios homenajes en programas de televisión como Glee y hace poco tiempo salió una versión televisiva llamada The Rocky Horror Picture Show: Let´s Do The Time Wrap Again (2016) con la participación de Victoria Justice, Adam Lambert, Reeve Carney y Laverne Cox.

En México también se ha presentado en teatros en donde ha tenido éxito. En la década de los setenta, la cantante, actriz y productora Julissa, adaptó la obra en 1976, en donde tropicalizó la historia, cambió los nombres de los personajes para “mexicanizarlos”, a Brad lo llamó Carlos, Janet tuvo el nombre de Chelo, al doctor Everett Scott la bautizó como el doctor Evaristo Carrillo; las canciones también sufrieron una curiosa adaptación en su letra, casos como Science Fiction, Double Feature paso a ser Un Relato Bien Extraño y Muy Pesado la cual eliminó todo el homenaje a las películas clásicas de horror y ciencia ficción,  Hot Patootie (Bless My Soul) se convirtió aceptablemente en ¿Qué le ha pasado al sábado?  Pero quizá el mayor desacierto (¿o no?) fue cambiar Time Wrap con el insufrible titulo de El Baile del Sapo que por años tuvimos que soportar con grupos infantiles como Timbiriche. Por lo menos el reparto de ese momento, así como la producción, estuvo bien conformado por la misma Julissa, Héctor Ortiz, Gonzalo Vega, Manuel Gurría, Paola Zozaya y Lauro Pavón.

En los ochenta hubo una reposición, con la misma adaptación de Julissa, producida por Luis de Llano que se presentó en el teatro Fru Fru, en esta ocasión con Alejandra Avalos, Jaime Garza, Gerardo González, José Flores, Alejandra Espejo, Manuel Gurría, Martha Escobar y Luis Roldán. En 1990 apareció una edición de vigésimo quinto aniversario de la obra, en el cual se incluyeron cuatro discos compactos que recogían las versiones originales de la puesta original en el teatro Roxy, así como el soundtrack de la película. También se acopló una selección de canciones con las versiones que se llevaron a cabo en diferentes partes del mundo, incluida la mexicana de 1976, de la cual se extrajeron tres canciones que fueron Un Relato Bien Extraño Y Muy Pesado, Qué Le Ha Pasado al Sábado y Toca Toca Toca. Estos temas, como apunta el booklet del boxset, se extrajeron de un disco que publicó la discográfica Orfeón en 1978.

The Rocky Horror Picture Show es un musical que ha trascendido en el tiempo, quizá el que no sea reconocido por críticos de cine como una de las grandes películas clásicas ha ayudado a que siga manteniendo su carácter de culto. De igual manera su música en cualquiera de sus versiones, incluida la de México, se disfruta y por supuesto aún nos ponen a bailar.

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