La breve carrera discográfica del grupo británico The Police culminó a mediados del año 1983, cuando lanzó a la venta su quinto álbum llamado Synchronicity. Para ese momento el trío se había consolidado como una de las megabandas de rock que permearon parte de la escena musical de finales de los setenta y principios de los ochenta.

Dentro de su historia la agrupación inició por el baterista de origen norteamericano Stewart Copeland, quien llegó a Inglaterra en 1975 y tuvo participación con un grupo de rock progresivo llamado Curved Air; pero en 1977 su interés se volcó hacia el punk por lo que buscó formar una nueva banda y para tal motivo reclutó en el bajo a un maestro de escuela, de Newcastle, conocido como Sting (su nombre de nacimiento es Gordon Sumner), perteneciente a una banda de jazz de nombre de Last Exit, y al guitarrista Henry Padovani. Nombrados como The Police grabaron un sencillo, Fall Out, bajo el sello discográfico Illegal Records (propiedad del hermano de Copeland), que sólo vendió dos mil copias.

Posteriormente se unió al grupo el guitarrista Andy Summers para sustituir a Padovani, pero debido a la calidad musical de los tres integrantes, decidieron cambiar el punk por el new wave con melodías que se inclinaban por el jazz, rock y reggae, lo cual se notó con el sencillo Roxanne, el cual tuvo un tibio recibimiento en los charts británicos, pero alcanzó un buen lugar en la lista Billboard en Estados Unidos, así como su primer álbum Outlandos D´Amour (1978), que trajo canciones como Next To You, Can´t Stand Losing You y So Lonely que se colocaron en el gusto de los jóvenes.  Sus siguientes obras, Regatta de Blanc (1979), Zenyatta Mondatta (1980) y Ghost In The Machine (1981) también fueron exitosas y dieron hits como Don´t Stand So Close To Me, Every Little Thing She Does is Magic, Message In The Bottle e Invisible entre otras más.

Además de la maestría musical del trío, sus letras, muchas escritas por Sting, no sólo eran divertidas  sino que también estaban influenciadas por obras literarias, psicológicas y filosóficas de autores como Arthur Kostler,Carl Jung o George Orwell. Pero como nada es para siempre, en 1983 publicaron lo que sería su último álbum, Synchronicity. Esta obra los colocó en el primer lugar de popularidad en ambos continentes y la gira los llevó a tocar por grandes estadios alrededor del mundo, para cerrar una carrera triunfante (aunque muchos años después, en el 2007, se volvería a juntar para un tour mundial).

Synchronicity, producido por Hugh Padgham y The Police, continuó con esa búsqueda musical que el grupo ya  reflejaba en sus obras anteriores como Ghost In The Machine. Aquí dejaron un poco de lado su interés por el reggae, que fue parte de su estilo al principio de su carrera y se centraron en experimentar con  sonidos eclécticos que entraron en canciones new wave y por supuesto de  un fino rock pop que ha trascendido. Las grabaciones se realizaron en los estudios, copropiedad de George Martin, AIR (en Montserrat) y Le Studio en Canadá. Stewart Copeland, en una entrevista para la revista Revolver, recordó el momento tenso por el que pasaban: “Bueno, ahí estaba yo, de vuelta en Montserrat con estos otros dos cabrones. Era el único lugar en el mundo donde la gente no me adoraba cada vez que tocaba un tambor. Me encerraron en esta isla lejana con las dos únicas personas que no reconocieron mi Divinidad. De hecho, estaban tratando de convencerme de que yo era completamente inútil… Todo este álbum fue grabado en una atmósfera increíblemente mala. Nos odiábamos mutuamente y no nos respetábamos el uno al otro. En realidad, lo hice, pero me sentí como un pedazo de mierda… Allí estaba otra vez, sentado solo en esa habitación de aislamiento, mirando a mis malhumorados compañeros de banda en el monitor de video. Yo preguntaba: ‘¿Cómo estuvo esa toma, muchachos?’ y podía ver a Sting con la cabeza gacha haciéndole comentarios de reojo a Andy, y sabía que estaban hablando de ese baterista inútil que tenían arriba, y de lo pesado que era. Fue ese baterista de mala calidad, y cuánto más éxito podríamos haber tenido sin este eslabón débil del trío”.

Por supuesto que en ese periodo ningunos de los integrantes del power trio se llevaban bien, cada uno pensaba en sus próximos proyectos en solitario y por otro lado, Summers y Copeland, se sentían como simples músicos de sesión que acompañaban las canciones escritas por Sting y la magia de sus primeras grabaciones en donde cada uno de ellos aportaban a las melodías se había perdido. Pero aún con estos detalles el álbum fue todo un suceso en lo comercial y lo estético. El título del álbum, Synchronicity, fue inspirado por el libro de Arthur Koestler, The Roots Of Coincidence, que trata de teorías de parapsicología, percepción extrasensorial y telequinesis.

 

El álbum, con diez tracks originalmente y uno extra en su versión para compact disc, abre con el tema Synchronicity I, en donde más que referenciar a Koestler se va más por el concepto difundido por Carl Jung, en su obra Sincronicidad,  en donde se explica “como la experiencia de dos o más incidentes están significativamente relacionados, en lugar de estar relacionados casualmente”. Musicalmente es un tema poderoso que parece dar golpes desde las percusiones y la voz de Sting. Por su parte su segunda parte, Synchronicity II, es otro tema con un rock  que habla acerca de recuerdos de su familia durante la infancia de Sting, en su natal Newcastle (Otra mañana familiar suburbana. Abuela gritando a la pared. Tenemos que gritar arriba. El estrépito de nuestros Rice Krispies. No podemos escuchar nada en absoluto).

Por una parte cada canción es una pieza que retoma el propio estilo de la banda como en O My God (con una coda muy al estilo jazz), Miss Gradenko, Tea In The Sahara, los sencillos King Of Pain y Wrapped Around Your Finger y el tema extra Murder By Numbers, mientras que por otra encontramos una experimentación musical como esa melodía tribal en Walking In Your Footsteps, en donde resalta las percusiones de Copeland que se mezclan con los efectos de guitarra de Summers y la voz de Sting que hace una analogía de la extinción de los dinosaurios con la aparente extinción de la humanidad. Y por supuesto el corte Mother, que parece salido de una opereta, escrito por Andy Summers, con una letra que refleja un autoritarismo materno, con la voz del guitarrista que da gritos en un ambiente musical de paranoia.

La canción Every Breath You Take es una bella balada que va más allá de una canción aparentemente de amor. Muchos la han interpretado como una oda al vouyerismo con un personaje obsesionado por una persona que no deja de mirar y seguir; aunque también varios críticos admiten que la letra de Sting sea una inspiración de la novela de George Orwell, 1984, que habla acerca de un gobierno totalitario que vigila y controla a la sociedad a través de cámaras. En una entrevista con la revista NME, Sting comentó: “Es una pequeña canción desagradable, realmente bastante malvada… sobre los celos, la vigilancia y la propiedad”. ¡Bastante espeluznante! Y en una plática con BBC añadió un poco más al narrar que una pareja se le acercó para agradecerle por la canción: “Una pareja me dijo: ‘Oh, nos encanta esa canción; ¡Fue la canción principal que tocaron en nuestra boda!’ Pensé: ‘Bueno, buena suerte’”.

Después de más de 40 años se publicó un boxset para conmemorar el aniversario de Synchronicity. La caja incluye seis discos con el álbum original remasterizado, así como lados Bs, demos, tomas y mezclas alternas y un par  de discos con un concierto de The Police en 1983. Podemos destacar rarezas como Loch, Goodbye Tomorrow o Three Steps to Heaven. También se incluyó la pieza paródica Every Bomb You Make (cantada por el mismo Sting), en la cual hace referencia a la Guerra Fría y otros conflictos bélicos, que fue parte del popular programa británico de televisión Spitting Image.

Sin duda uno de los grandes discos de rock que se hayan grabado y el cual, en el año 2023, fue seleccionado, por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, para su preservación en el National Recording Registry debido a que es considerada una obra culturalmente, históricamente y estéticamente significante.

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