Con la última transacción de venta que KISS realizó de todo su catálogo musical, me vino a la memoria el recuerdo del gran Neil Diamond quien fue uno de los primeros artistas en realizar este tipo de acuerdos. Fue una buena decisión para este músico de 83 años y con 63 de brillante carrera, ya que tomando en cuenta que siempre las herencias provocan tantos problemas y si el catálogo es resultado del esfuerzo de toda su vida, es mejor que lo disfrute precisamente en vida. Se habló en su momento que la transacción estuvo en el promedio de 600 millones de dólares entre Neil y Universal Music por un acervo que ha vendido más de 130 millones de copias, lo que lo convierte en uno de los artistas más vendidos de todos los tiempos.

Analizando su vasta obra, nos topamos con The Jazz Singer, El cantante de Jazz o Nace un Ídolo, como se le tituló en México. Este es un filme del año 1980 dirigido por Richard Fleischer y que para Neil Diamond probablemente desencadenó sentimientos encontrados. Fue su primer y único intento de entrar en el mundo de la actuación y tristemente con malos resultados, ya que le valió un Premio Golden Raspberry por el peor actor en ese año (una ceremonia desenfadada que “premia” los momentos más cuestionables de Hollywood). Pero en el otro lado de la moneda, la banda sonora de The Jazz Singer fue un triunfo total y hasta la fecha ha vendido millones de copias y es aclamado como un clásico. Con estos contrastes, no es de extrañar que Diamond dijera más tarde: “Mientras actuaba en The Jazz Singer, decidí que prefería ser un buen cantante que un actor mediocre; y mejor me concentraría en mi música, mis discos y mis shows”.

La película fue una nueva versión del clásico de Al Jolson de 1927, Diamond la protagonizó en la ciudad de Nueva York junto a Laurence Olivier y dentro del filme interpretaba a Yussel Rabinovitch, un joven cantor judío que entonaba salmos e himnos religiosos en la sinagoga junto a su autoritario padre interpretado por Olivier. Neil Diamond, que estaba a punto de cumplir los 40 años cuando se hizo la película, demostró un coraje considerable para asumir el desafío de la actuación, especialmente si se toma en cuenta que la tuvo que realizar después de un largo período en una silla de ruedas pues se recuperaba después de haber tenido una cirugía para retirar un tumor de su columna vertebral.

La trama de la película se centra en la decisión del personaje principal de dejar Nueva York, a su padre y a su esposa e irse a Los Angeles, con la esperanza de ingresar a la industria musical. Toda esta historia de dejar el terruño y de romper los lazos con su familia parecería algo extraño en un personaje de edad madura. Muchos críticos opinaron que Diamond era demasiado mayor para interpretar estas escenas. Pero en opinión de otros cineastas, The Jazz Singer es considerada también el santo grial de la historia del entretenimiento judío y una película con legado para la comunidad sionista.

 

En los aspectos étnicos judíos, la película presenta para comenzar, unos 30 segundos del himno religioso llamado Adon Olam, que el personaje del hijo impetuoso apresura para terminarlo rápidamente y así poder fugarse a un concierto donde se pinta la cara de negro para poder ingresar a un club de gente de color y asimismo presenta una interpretación, de aproximadamente minuto y medio, del canto Kol Nidre que los judíos cantan para comenzar las celebraciones del Yom Kipur (El día del perdón).De hecho, Neil Diamond, para prepararse para el papel, se entrenó con uno de los más grandes cantores religiosos judíos del país, Uri Frenkel del Temple Ner Maarav. El mismo Frenkel también aparece en la película y terminó convirtiéndose en un amigo personal de Neil. Para la secuencia descrita del Kol Nidre, que aparece al final, también se contrataron a los mejores coros judíos religiosos que son vistos y escuchados desde la bimá (Estrado colocado en el centro de la sinagoga en donde se hace la lectura de la Torá). Estos cantantes corales profesionales fueron reclutados de las impresionantes congregaciones del Templo del Sinaí y el Templo Beth Am.

En dicha secuencia, para evocar esta sensación de un joven que regresa a la comunidad judía heimish con su familia de juventud, los productores optaron por filmar las tomas en el interior de la sinagoga judía ortodoxa más antigua de Los Ángeles; la Talmud Torá de la Congregación – The Breed Street Shul en Boyle Heights. La escena se inicia con la cámara enfocada hacia las luces de la menorá de siete brazos del shul (candil de 7 velas) y luego la filmación realiza un paneo para revelar un santuario lleno. Todo esto desde el nivel del piso.

Y dado que las congregaciones judías ortodoxas nunca permiten filmar durante el Shabat o en sus días santos, con esta película probablemente se obtuvo el único testimonio de cómo habría sido realmente un servicio dentro de la sinagoga Breed Street Shul. Cuando se estrenó la película en 1980, esa comunidad judía ya había emigrado más de un cuarto de siglo antes; sin embargo, un pequeño grupo de fieles todavía regresaba regularmente para los servicios en el santuario; especialmente en los días en que se necesitaba un minián (numero de judíos necesario para llevar a cabo un rito) en los servicios de la Torá y en los Días Santos. Sin embargo, apenas unos años después de que se rodara la película, el 1 de octubre de 1987, el edificio de la sinagoga sería dañado y abandonado por el terremoto de Whittier Narrows, un terremoto de magnitud 5,9 que comprometió la integridad estructural del edificio de ladrillo no reforzado. El gran santuario sufrió daños y posteriormente fue clausurado coincidentemente sólo dos días antes del Yom Kipur. Este trágico evento hizo que las imágenes filmadas del santuario en The Jazz Singer fueran aún más valiosas e incluso más memorables pues el edificio se muestra lleno de hombres en la planta baja y por mujeres que llenan el balcón; según la tradición judía ortodoxa. Es bastante impresionante ver este santuario engalanado para las fiestas mayores y lleno hasta el tope.

A pesar de la escasa recepción de la película, el álbum como se mencionó, fue un éxito instantáneo con hits de canciones tan emotivamente potentes y para Neil, como hijo en la vida real de una pareja de judíos de Nueva York que se dedicaron primordialmente al negocio de las lavanderías, vio mucho de su formación real reflejada en la trama de esta película hollywoodense. El mayor éxito del soundtrack fue Love On The Rocks, una canción de amor que se convirtió en una de las canciones obligatorias en sus conciertos y posteriormente fue un éxito para Gladys Knight y la banda de rock inglesa The Darkness.

En cuanto al otro éxito, América, es el tema principal de la película y es una interpretación positiva de la historia de la inmigración en los Estados Unidos, tanto a principios del siglo XX como en la actualidad. Combinando la interpretación típicamente poderosa de Diamond, el arreglo dinámico y la voz grandilocuente, termina con una interpolación de la canción patriótica tradicional My Country, ‘Tis of Thee (Mi Patria, esto viene de ti). En los conciertos de Neil, la canción era el número de cierre tanto en los Estados Unidos, como fuera de ellos. Se ambientaba con una gran bandera de los Estados Unidos que a menudo se cambiaba por la bandera del País donde se estaba interpretando la canción siguiendo la señal de la letra, Cada vez que se despliega esa bandera / Vienen a América. La canción se ha utilizado en varios contextos, incluso como tema principal de la campaña presidencial de Michael Dukakis en 1988 y en la promoción de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Diamond también la cantó en el centenario de la nueva dedicación de la Estatua de la Libertad y poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, por este ultimo motivo, la modificó ligeramente en la letra de durante las presentaciones en vivo. En lugar de la frase They’re comin’ to América (Están viniendo hacia America), la cambió para convertirla en Stand up for América (Defiendan a América).

En el momento que se terminó de filmar la película, Neil se convirtió en uno de los actores debutantes mejor pagados por su actuación en The Jazz Singer al cobrar $ 3.5 millones de dólares, pero luego declararía a Larry King Live en CNN que no fue una experiencia feliz: “Realmente no entendí el proceso. Fue un poco aterrador para mí. Nunca lo había hecho antes. Y nunca tuve un gusto real por las películas”. Paradójicamente, las pérdidas en las taquillas fueron en este caso ganancia para la música y The Jazz Singer sigue siendo un álbum histórico y es por eso que se le conoce como el mayor fracaso exitoso de Neil Diamond. La película fue lanzada el 19 de diciembre de 1980, y fue una decepción para la crítica y mal negocio comercial; aunque si obtuvo una ganancia marginal al recaudar $27.1 millones de dólares duplicando su presupuesto original de $13 millones de dólares, esto sin incluir las ventas del álbum de la banda sonora, que fue declarado seis veces platino (ventas de más de 6 millones de copias), lo que lo convierte en el álbum más exitoso de la carrera discográfica de Diamond y es hasta la fecha y uno de los álbumes de bandas sonoras de películas más exitosas de la historia.

 

En cuanto mi experiencia personal con la película y el álbum, recuerdo haberla visto con mi madre y mi hermana en un reestreno en los Multicinemas El Toreo a mediados de los 80. Desde entonces, no sé cuántas veces en mi vida la he visto y tampoco cuentas veces escuché el álbum LP que mi hermano mayor compró. Cuando él se casó, se lo llevo a su nuevo hogar y pasaron algunos años para que lo volviera a conseguir en un remate de las tiendas Discolandia y pasaron algunos años más para que durante una caminata a la hora de la comida de un día laboral, en la sección de discos de un restaurante Vips me llevara la grata sorpresa de toparme con el CD de la banda sonora de The Jazz Singer y no dude en adquirirlo. Es hasta la fecha uno de mis albums favoritos musicales de principio a fin. Y como dato adicional, The Jazz Singer fue uno de los 75 álbumes clásicos elegidos para celebrar el hito que marcó el 75° aniversario de Capítol Records

Si no han visto aun la película de The Jazz Singer o escuchado a Neil Diamond (uno de los mejores compositores norteamericanos del último siglo) háganlo cuanto antes, les garantizo que no se arrepentirán.

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