The Cure es uno de los grupos más importantes de rock que siguen vigentes en nuestros días. Su historia comienza desde finales de la década de los setentas cuando lanzaron su primer disco Three Imaginary Boys (1979) y a lo largo de su carrera cuentan con 13 álbumes de estudio (con una reciente promesa de Robert Smith de que preparan tres nuevos platos) y muchos éxitos en su carrera. Fue en el año de 1992, con la gira Wish, cuando vinieron a México, para ser más exactos a la ciudad de Monterrey, a ofrecer un concierto el Estadio Tecnológico. Posteriormente el grupo ha regresado a tierras mexicanas, en diversas ocasiones, para ofrecer conciertos inolvidables y llenos de emotividad.

Ahora The Cure se ha presentado de nueva cuenta en el Foro Sol de la Ciudad de México dentro de lo que han llamado Summer Festivals 2019, aunque hubo tres bandas teloneras (Violet Vendetta, al que pertenece el hijo del bajista Simon Gallup, Eden; los mexicanos Rey Pila y los escoceses The Twilight Sad) realmente no clasifica como un festival. Fue en el 2013 cuando Robert Smith y compañía pisaron la tarima de este inmueble y dieron un recital que duró alrededor de cuatro horas, con 40 canciones en el setlist, sin olvidar un temblor que le dio a esa noche un toque aún más especial. Pero ahora estamos en una noche agradable con viento frío y con una asistencia de más de 50 mil fans (pero a ojo de buen cubero, según varios sitios de seguidores de la banda, se calcularon 70 mil personas con eso del sobre cupo en la explanada), el grupo volvió a deleitar a propios y extraños con un concierto de una duración de alrededor de dos horas con 45 minutos, que recorrió su historia musical con temas que se han vuelto clásicos en el género del rock.

Pasada las nueve de la noche, con las luces que siempre estuvieron apagadas en el lugar aún sin grupos en el escenario, en El Foro Sol The Cure comienza a tocar los primeros acordes de Plainsong para que entre al escenario Robert Smith, que viste de negro, y su voz se deje escuchar por todo el estadio, una ovación mayor se hace presente y al terminar continúan con Pictures Of You. The Cure ha iniciado con estos dos temas de su álbum Disintegration (1989), una obra que ha cumplido los 30 años.

Estamos ante un momento mágico lleno de nostalgia y de buena música cuando el grupo toca sus hits como A Night Like This, Just One Kiss para regresar con dos cortes más de Desintegration con Lovesong y Last Dance. Recordemos que The Cure a principios de año dio varios conciertos celebrando el 30 aniversario de la obra en donde interpretaron todo el disco completo, incluyendo los lados B incluidos en los sencillos. La voz y carisma de Robert Smith se mantienen intactos sin importar el paso del tiempo, nadie puede negar que es uno de los mejores frontman que existen.

La noche sigue avanzando y escuchamos la fuerza de 39, de su álbum Bloodflowers (2000), Burn, que muchos la identificamos con el soundtrack del filme The Crow (1994), con Robert Smith que inicia tocando una flauta que envuelven la excepcional guitarra de Reeves Gabrels, el bajo sin igual de Simon Gallup, la batería bien ejecutada por Jason Cooper y los teclados de Roger O´Donnell. La presencia escénica de Smith nunca pasará desapercibida y con Fascination Street, Never Enough y Push llevan al concierto a niveles gloriosos. Nadie puede estar exento de contagiarse de ese estupendo rock que The Cure interpreta, los gritos de los fans retumban por todo el lugar, las luces de los celulares adornan las gradas en varias ocasiones. el vocalista agradece en español con un “gracias”.

Los asistentes cantan las canciones a todo pulmón, la alegría se desborda cuando inicia In Between Days, la gente brinca y corea la canción y no deja de hacerlo en la siguiente pieza, Just Like Heaven, dos grandes éxitos del grupo de su época ochentera. From The Edge Of The Green Blue Sea del año 1992 suena con fuerza, algunas personas se sientan en las bancas de concreto del lugar para tomar un respiro. Se da una sorpresa cuando suena Want del álbum Wild Mood Swings (1996), después de esto The Cure sigue con cuatro temas que son parte de sus inicios, con ese sonido new wave que los caracterizaba, Play For Today, A Forest, Primary y Shake Dog Shake para dar paso a Prayers For Rain y Disintegration que cierran la primera parte del concierto. El grupo se despide, toma un breve descanso y regresa para el primer encore.

The Cure de nueva cuenta está sobre el escenario, con un Robert Smith conmovido ante la reacción del público que no deja de ovacionar a la banda, tocan Lullaby y en la pantalla observamos una telaraña con todo y arácnido (On candy strip legs the spiderman comes), The Caterpillar se deja escuchar y siguen con más éxitos como The Lovecats, Hot Hot Hot, Let´s Go To The Bed, Friday I´m In Love, Close To Me y Why Can´t I Be You. Los asistentes bailan en sus lugares, no importa que la noche sea fría o que los molestos vendedores de fritangas, golosinas, nieves, diademas de luces, refrescos y cervezas griten por encima de las canciones y obstruyan por instantes la visibilidad hacia el escenario.

Lo que muchos no esperaban fue un segundo encore, para esta última parte del concierto, The Cure ha decidido tocar canciones exclusivamente de su primera etapa aquella en donde la música llena fuerza e ingenuidad de unos chicos veinteañeros buscaba sobresalir en un periodo post punk , Three Imaginary Boys se hace presente en el Foro Sol, Boys Don´t Cry, Jumping Someone’s Else Train, Grinding Halt, 10:15 Saturday Night y Killing an Arab cierran una noche para recordar, una noche que se guardará en la memoria como aquella en donde una vez más The Cure ha conquistado a los espectadores mexicanos, de diferentes generaciones, que se han dado cita en El Foro Sol.

 

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