Una de las grandes virtudes del ser humano es el poder levantarse ante cualquier tipo de adversidad sin importar lo dura que sea la prueba. Pero adherido a este levantamiento también podemos encontrar un propósito en la vida, el cumplir un sueño que nos deje una satisfacción y por supuesto el tratar de llegar a ese sentimiento que conocemos como felicidad. En el año de 1991, debido a un accidente automovilístico, el ucraniano Nikolay Podrezan quedó confinado a una silla de ruedas, pero este hecho no quebró su espíritu, al contrario, lo llevó a emprender una misión de vida a través del proyecto “Alrededor del Mundo en una Silla de Ruedas”, el cual consiste en visitar los países que han sido sede de Juegos Olímpicos y realizar un recorrido en ellos llevando la antorcha olímpica como un símbolo de paz.
La manera en que planea sus viajes es primero buscar el país y la ciudad en Google Maps, después investigar por donde pasó la llama olímpica en esos lugares, para así saber por dónde tiene que transitar y llevar a cabo su cometido. El ucraniano ha ido a ciudades emblemáticas como Barcelona, Seúl, Montreal, Berlín, Los Angeles y Londres entre otras. Ahora en su visita a México, Podrezan explica que con esto también, de alguna manera, concientiza y motiva a las personas, que tienen alguna discapacidad, a seguir sus sueños, a perseguirlos porque la vida continúa y no necesariamente termina al tener un impedimento físico.
Nikolay Podrezan además es un ferviente admirador de la vida y la música de The Beatles. En varios de los países en donde ha pisado suelo también gusta de visitar los lugares históricos en donde estuvieron en algún momento los cuatro de Liverpool. En una entrevista ofrecida a El Círculo Beatle, Podrezan reflexiona acerca de su labor humanitaria y de la problemática social y política que vive su país. “Mi tarea principal es demostrar al mundo que mi amor por The Beatles no tiene fronteras, que las personas que los aman no tienen edad. Además Ucrania vive tiempos difíciles debido a la guerra con Rusia y diario los jóvenes ucranianos mueren por culpa de las armas, ellos con más ganas preferirían escuchar la música de The Beatles en lugar de tomar las armas. También muchos jóvenes, debido a las heridas causadas en combate, se vuelven discapacitados y con esto piensan que la vida terminó. Lo que yo hago es un ejemplo para muchos de ellos, hay que demostrarles que pese a los problemas la vida no termina”.
El peregrino ucraniano, con una sonrisa en su rostro, cuenta que fue a la edad de diez años, en 1963, cuando escuchó por primera vez a The Beatles, en el momento en que históricamente su país aún pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). “En aquel tiempo los discos de The Beatles eran muy difíciles de conseguir, por tenerlos uno podía ir a prisión. Había mucha censura; algunos jóvenes que tenían sus grupos musicales tocaban temas de Beatles, pero para poder hacerlo, tenían que hacerlas pasar por canciones tradicionales de Escocia, no se decía que eran de The Beatles. Ni pensar en tener un club de aficionados a Beatles, porque era imposible por ser ilegales”.
Nikolay Podrezan recuerda que hace aproximadamente cinco años atrás él, junto al Embajador por parte de Ucrania del Beatles Story, Sergey Radchenko, montaron una exposición, que duró tres meses, en un museo en Hamburgo, Alemania, en donde mostraron, a través de diferentes objetos que sirvieron de testimonio, cómo se vivió la beatlemania en la Unión Soviética. Ahí mismo en esa ciudad alemana estuvo en el festejo de los 50 años del Star Club, ese legendario lugar en donde alguna vez se presentaron The Beatles.
Al cuestionarle acerca de cuál es su canción favorita, él explica que no tiene una en particular porque estas pueden cambiar según el instante que este viviendo. “Cuando me encontraba en Londres en la calle de Savile Road número 3, en donde The Beatles llevaron a cabo su última presentación en vivo en la azotea en el edificio de Apple, si en ese momento me hubieran preguntado cuál es mi canción favorita, sin duda respondería que es Let It Be”.
Tampoco tiene un beatle favorito. “No puedo creer que alguien que ame a The Beatles, diga este tipo me gusta más que el otro, es imposible responder a esta pregunta”. Nicolay narra que en algún momento visitó, por fuera, la mansión de Friar Park de George Harrison y no pudo evitar pensar el tema While My Guitar Gently Weeps, también durante su estancia en Nueva York fue a Central Park, al Dakota y sintió la emoción de estar en los lugares en donde estuvo John Lennon. En Kiev fue al concierto que ofreció Paul McCartney en la Plaza Independencia en el año 2008 y al recital, en esa misma ciudad, de Ringo Starr en 2011, de alguna manera estos momentos que ha disfrutado le evitan pensar en tener un Beatle favorito. “Beatles es parte de mi vida, The Beatles son como un compromiso matrimonial, estas con ellos en todo tiempo. La música de The Beatles amplia el gusto musical de las personas y permite abrir la cultura. Los Beatles son un planeta que vive en nuestro planeta”.
Nikolay Podrezan nos contagia con su alegría cuando recuerda unas divertidas anécdotas, como en algún concierto de Carlos Santana en Kiev, él se encontraba frente al escenario con su sillas de ruedas y la verlo tan entusiasmado el propio guitarrista le obsequió una de sus plumillas “por tal motivo no puedo dejar de adorar a Carlos Santana”. En alguna otra ocasión en un show de Status Quo, Podrezan, se encontraba moviendo el cuerpo a ritmo de la música, también cerca del escenario, cuando lo vio Francis Rossi, cantante del grupo, exclamó “¡Hey miren, esa silla de ruedas también baila!”.
De todos los lugares, en donde alguna vez The Beatles, que ha visitado, quizá el más significativo ha sido la iglesia de St Peter en Woolton, Liverpool, ya que ahí fue el lugar en donde John Lennon y Paul McCartney se conocieron el 6 de julio de 1957.
Sin duda la labor humanitaria que realiza Nikolay Podrezan está dejando huella en los lugares que ha visitado, los cuales hacen un total de 35 ciudades en 27 países y que tiene marcados en un pequeño globo terráqueo que lleva consigo, además de la antorcha olímpica. Nadie puede negar su pasión por la vida y sobre todo su gusto por la música y el legado cultural de The Beatles.
El Círculo Beatle agradece a La Embajada de Ucrania, a través de su Agregada Cultural, Oksana Skrypets, la cordial atención y las facilidades prestadas durante la entrevista.
Embajada de Ucrania. Paseo de la Reforma 730, Col, Lomas de Chapultepec. C.P. 11000, Ciudad de México.
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