Italianos y franceses dicen “mariaqui” cuando se refieren a los mariachis mexicanos, pero cuando uno nació en el país de los Mayas y de los Aztecas, y escucha tal pronunciación, uno siente que despojan de sus trajes a los músicos sombrerudos y que su música se transforma en un ritmo cualquiera alejado del corazón. Lo mismo pasa con The Beatles, y con la infinidad de admiradores que pronuncian “De Birels”, imitando el inglés estadounidense y despojando de todo el carisma Scouser, dialecto endémico de Liverpool, al cuarteto más famoso.
El inglés británico como conjunto de formas del habla no existe, los conocedores no nos dejarán mentir cuando afirmamos que en el centro de Londres si se caminan unos metros, los acentos varían rápidamente. La BBC hizo hace unos diez años, una encuesta sobre la variedad de dialectos en las islas británicas, los resultados fueron sorprendentes: 40 variaciones en un país tan pequeño. Las principales diferencias están agrupadas entre el sur y el norte, pero en cada una de las mitades, la gente habla con, por lo menos, 40 formas diferentes.
Una de las variantes del inglés más conocidas en el mundo gracias a John, Paul, George y Ringo, es el Scouser, dialecto de Liverpool que se forjó con las palabras que aportaban los migrantes irlandeses. En liverpuliano “amigo” no se dice “friend” sino “mucker”. “Arl Arse” significa cruel. Estas palabras no las entienden ni los londinenses y mucho menos los neoyorquinos, y muchas de ellas, nos ayudan a entender mejor el significado de las canciones de Lennon, McCartney, Harrison y Starkey.
El liverpuliano lo usaron The Beatles mucho más de lo que imaginamos, y mucha de esa jerga se conjugó en malas traducciones en México. Algunos ejemplos de canciones que se castellanizaban erróneamente son “Blackbird – El Cuervo / Pájaro negro”, obra en la que Paul McCartney hace referencia a una chica negra, puesto que, en Liverpool, en la época de los Beatles, “Bird” era el argot para señalar a una joven. “Day Tripper – La Coqueta”, que en realidad hace referencia a una persona que viaja por un día, aquí una metáfora de una mujer que no busca una relación formal, sino algo que dure unas horas o unos días, y aunque la traducción con “coqueta” parezca adecuada, la figura se asemeja más a una “aventurera”.
La mejor ilustración de la jerga del Mersey la encontramos en “Penny Lane”, en donde McCartney ayudado por Lennon, plasma el verdadero lenguaje de las calles del puerto inglés: “A Four of Fish and Finger Pies”: se refiere a dos usos del lenguaje de la época, el primero a un cono de Fish and Chips, comida rápida inglesa por excelencia, que costaba 4 centavos, pennies; el segundo: con alusión sexual, a los dedos en el aparato reproductor femenino, bajo forma de caricias callejeras.
En resumen, un trabajo filológico se impone para entender todo el sentido de los textos de las canciones Beatle. Y una pulida a nuestra pronunciación inglesa para saborear con mayor gusto el talento de estas leyendas de la música. The Beatles intentaron imitar la pronunciación estándar estadounidense al principio, pero rápidamente su acento y sus palabras tomaron el control, hasta que, sin pena, defendieron su identidad y la compartieron con el mundo: Ta-ra mates, see you later! Para despedirnos con un buen Scouser. Y recordemos que el verdadero nombre es “Da Bitls”, con la T bien acentuada.
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