“Los niños del 2000 seguirán escuchando a The Beatles“, esta frase dicha en los años sesenta puede ser fácilmente asociada a un loco. ¿Quién en su sano juicio puede hacer una aseveración tan específica sobre una banda de Rock and roll?, el único dispuesto a fantasear de tal manera fue Brian Epstein, manager de dicha banda, que más que un acto publicitario pudo visualizar un futuro donde posiblemente los autos volarían, pero lo más asombroso de todo es que seguirían escuchando a su banda y la verdad es que en este siglo no sólo se mantienen en reproducción, sino que se siguen consumiendo y de una manera única.
Es raro pensar que una banda que tiene casi 50 años de haberse separado siga siendo fuente de inspiración para las personas de este planeta, me atrevo a decir que no hay persona fanática a la música que no conozca (aunque sea Yellow Submarine) algo de esta agrupación originaria de Liverpool. La cuestión es sobre lo que tiene que hacer alguien para permanecer en el circulo por mucho tiempo, y The Beatles lo hizo bien, son recordados por marcar tendencia en diversos ámbitos, los cuales van desde la moda, estilo de peinado, videos musicales, diseño de los álbumes y sobre todo un estilo propio al juntar cada instrumento.
Con todo eso es fácil que una persona que creció a la par de ellos se enamore de inmediato provocando la Beatlemania de los años sesenta donde todo el mundo quería estar cerca de John, George, Paul y Ringo, pisar donde pisaron y asistir a un concierto que se parecía más a una sinfonía de gritos adolescentes; tales jóvenes crecieron y la Beatlemania fue haciéndose menos presente hasta ser casi nula después de la separación de la banda inglesa en 1970.
La industria Beatle dejó de consumirse directamente y ahora cada integrante supo hacer carrera llevándose a los fans a su lado: con algunas colaboraciones entre ellos, estaba muy lejos el reencuentro de la banda más influyente de la década de 1960, y aunque en un par de ocasiones esto fue casi posible, las diferencias continuaron y en 1980 con la muerte de John Lennon se le dijo adiós a una nueva etapa Beatle.
La reunión tan esperada llegó en 1994 cuando tres de los cuatro integrantes terminaron un demo Free as a bird, que contó con la vieja voz de John y una instrumentalización nueva de Paul, George y Ringo, no era algo nuevo, pero era la esencia Beatle. Un año después la industria comercial contemporánea de The Beatles tomó forma con el lanzamiento de The Beatles Anthology, que era más que un documental, tres discos y un libro, comenzó la Beatlemania contemporánea, una especie de “Neobeatlemania” si se me permite fantasear.
Ya no eran gritos en estadios ni estampidas humanas, pero después del año 2000 los bolsillos de la banda seguían llenándose, desde el álbum 1 hasta Love, dichos proyectos constaron de remasterizaciones y nuevas mezclas musicales, se seguía explotando la marca.
Y cuando parecía que todo había terminado y viviríamos de la nostalgia llega el Dia de los Beatles, 9 de septiembre del año 2009 (09*09*09), un día histórico y donde por lo menos para mi comenzó una Beatlemania comercial, en un mismo momento salieron a la venta catorce discos completamente remasterizados, seguido de un videojuego para las consolas más populares de simulación musical con canciones originales de la banda (Rock Band: The Beatles), su propósito era acercar a las nuevas generaciones a la música del cuarteto de Liverpool.
Después de eso los lanzamientos no pararon, desde canciones en streaming hasta discos ediciones de aniversario, pasando por el lanzamiento de los discos de E.E.U.U, y lo impensado, el regreso de los acetatos remasterizados para el deleite de los fans. Paul McCartney y Ringo
Starr hacían lo propio llenando estadios y auditorios; en México, McCartney, según la revista Expansión, logró una asistencia de 200,000 personas para apreciar su música, la cual es equilibrada entre su carrera como solista y sus años con The Beatles. Aquel día asistieron muchas personas que crecieron con su música en 1960 pero lo interesante es la cantidad de jóvenes con playeras de la banda coreando y gritando en una nueva Beatlemania.
Existen grupos en redes sociales que simpatizan con las ideas de dicho cuarteto, gente que vende mercancía, otros que intercambian artículos; al año hay demasiados tributos a esta banda, Morsa y Help son un ejemplo en México, orquestas sinfónicas deleitan a conocedores de lo clásico. Esta banda se volvió parte del mundo y ha sido la inspiración de un sinfín de conceptos, musicales, cinematográficos y artísticos. En pleno 2019 se estrenó una película que como trama plantea un mundo sin The Beatles, ¿se imaginan?
El ejemplo de la Neobeatlemania se encuentra en los fans más pequeños que, aunque no pudieron ver el desarrollo de la banda, la misma banda los acompaña en su vida mientras ellos crecen. Muchas veces con el nerviosismo del nuevo lanzamiento ya sea de mercancía, discos o la nueva gira de Ringo Starr. Hoy en día este fenómeno sigue estando firme no solo de manera comercial, es algo cultural que se transfiere de generación en generación, en muchos casos los abuelos le dan a escuchar a los nietos una canción o un disco cuando son bebes, y estos a una edad avanzada deciden si seguir ese camino.
Con esto quiero llegar a que el denominado Quinto Beatle (tema con un amplio debate), Brian Epstein tenía razón y puede que lo dijera jugando o con cierto sarcasmo pero bien se sabe que era un visionario que sabía lo que tenía en sus manos y como vemos no solo se escuchan, se consumen, desde México hasta Japón y así seguirá siendo otros 50 años, me atrevo a decirlo, porque el concepto siempre se renueva y cuando parece que ya se conoce todo referente a la banda de Liverpool hay algo que nos logra sorprender.
¡Larga vida a The Beatles!
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