Lo más común en éstos días tan aciagos, sometidos a una obligatoria cuarentena, es no ver todo tan negativo y buscar un poco de diversión a nuestro entorno. Aparte de mantener la casa limpia por varias veces, jugar dominó o ajedrez, o cualquier juego de mesa, así como recetarse sesiones de series y películas, un rato de ejercitar el cuerpo, también muy aparte de hacer ejercicio, es más que recomendable. Y que más a quienes nos gusta la música que… ¡Bailar!
No todos tenemos la dicha de ser grandes bailarines y al menos no pasar vergüenzas en alguna fiesta o reunión. Así nos podrán decir que cuando no somos diestros en éste bello arte, pues que tenemos “dos pies izquierdos”. Pero, ¡vaya! dejémonos de tristezas y echemos un ojo primero a uno de los ritmos más pegajosos y dinámicos:
El Swing
A finales de los años 20, el Jazz cubría una época en los Estados Unidos que trataba de aminorar los efectos de la gran depresión del 29 así como la llamada ley seca que hacía que la gente de clases medias y obreras buscaran refugio en salones de baile y en los bares clandestinos llamados speak easy, para tomar alcohol casero y eludir a los hombres de la ley.
Derivado de aquellas bandas de Jazz nace un ritmo con mayor velocidad que provocaba mover las piernas con mayor ímpetu y si bien, acompañado por una linda pareja. El Swing. Palabra que en español sería balanceo por la forma en que la pareja se tomaba de las manos y se balanceaba al ritmo que tocara la orquesta, construyendo algunas figuras que iban desde lo más fácil hasta lo más intrépido.
De ese género, que lo han estado rescatando algunos jóvenes, destacan músicos afamados como Glen Miller, Benny Goodman, Duke Ellington y Count Basie. Aunque sus raíces y estructura pertenecen al Jazz, la simetría musical era única, sin variantes, usando los mismos instrumentos, desde incluso un solista tocándolo en guitarra o violín, cuartetos o quintetos utilizando lo más elemental como metales, contrabajo, percusiones diversas, wash board, y hasta llegar a elementos más grandes como las Big Band.
Otros músicos emblemáticos del Swing fueron Stan Getz, Zoot Sims, Artie Shaw, Tommy Dorsey y Bob Crosby. Ellos pertenecían a la llamada Escuela de Nueva York manteniendo una clase muy distintiva que llegó a envolver, en la década del 40, el ambiente de la Segunda Guerra Mundial de donde sobresalieron crooners como las famosas Andrew Sisters.
Ellas provenían de otra escuela muy distante: La escuela de Kansas de donde nace un género aún más juvenil y comercial como lo es el Boogie Woogie, mucho más bailable y que enmarca sin lugar a dudas, esas épocas de la guerra y la post guerra.
Aquí, una singular muestra de una de las piezas que marcaron esa época: In the mood con la genial orquestra de Glen Miller, escena extraída de la película de 1941 Sun Valley Serenade con Sonja Henie y John Payne.
Al igual otra joya de ésa época con el gran y genial Germán Valdés Tin Tan, Rosita Arenas y su carnal Ramón Valdés en una escena de “El Revoltoso” (1950)
Y aquí otra muestra del Boogie Woogie en la película “Esquina Bajan” de 1948 con David Silva y Olga Jiménez, bailando en el famosísimo salón “Los Ángeles” (“Quién no conoce Los Ángeles no conoce México”) de la gloriosa colonia Guerrero.
Y, por último, una pareja de la escuela europea de Swing que nos demuestra esa clase que se diseñó allá en el viejo continente, que nos recuerda sobre todo a un gran guitarrista: Djiango Reinhart:
El Rockabilly
Una serie de raíces echadas a partir del Swing y el Boogie Woogie, hay una que se formó en el centro sur de la Unión Americana, arriba de los Apalaches, de orígenes negras extraídas del Rythm & Blues como fue el Rockabilly. Si, nace junto con el Rock’n Roll pero de una esencia Hillbilly, que significa esa parte folk de las montañas de los Hillbillies, pero mezclando el sonido del Rock.
Queda impreso su estilo, único a partir de la apariencia en los chavos: Peinado engominado con tupé al frente conocidos como Greasers y las chavas con grandes crinolinas y peinados estilizados incluida la cola de caballo.
La agrupación musical es simple y sencilla pero no menos poderosa: Contrabajo para darle ese sonido profundo que llega hasta el alma, guitarra eléctrica de acompañamiento y guitarra líder que lleva la melodía.
Hasta la fecha son varios grupos que han permanecido durante las generaciones que hoy las siguen y hacen vigente éste género, no solo en los Estados Unidos, sino en Inglaterra, Francia, España, Italia, Japón, Corea del Sur y México por mencionar algunos.
Indudablemente que éste estilo impregnó el estilo de Elvis Presley que lo llevó a nivel mundial. Pero aún están varios, que, aunque no conservaban en el mismo atuendo, fueron importantes figuras dentro del Rockabilly como Warren Smith, Tennessee Ernie Ford, Jimmy Bryant y los Maddox Brothers.
Aquí uno de los grupos actuales que reviven ese estilo cincuentero y hoy tan seguido por las nuevas generaciones, recordando la fuerza de ese espíritu que gestó al Rock’n Roll, ahora en su versión Rockabilly con el Tom Stormy Trio y su hermosa vocalista Rhythm Sophie.
Y para darle otro “quemoncito” a nuestros primos gabachos, una muestra de lo que se hace aquí con uno de los grupos que hacen ruido en el ambiente Rockabilly en México: Los Rockets 55, de lo mejorcito. Disfrútenlo.
Y ya para finalizar un recorrido de varias parejas alrededor del mundo, incluido México. ¡Si a ustedes como un servidor, no se les puso la “piel chinita” con este ritmo pues a mover los piecitos, solos o a buscar pareja en casa, ya sea con la novia, la hermana, la mamá, la cuñada o hasta con la abuelita, pero a darle que eso es Rockabilly y Rock’n Roll!!
Bueno, pues en esta fue mi aportación para la Semana Temática esperando sus comentarios y hasta la próxima.
BEATLES 4EVER!
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