“…Sufrir, me tocó a mí en esta vida…”
Agustín Villegas, 1969
El tema del Rock And Roll y sus derivados es un común denominador en las columnas de El Círculo Beatle. Todos y cada uno de los colaboradores de este sitio web les escribimos con amor y pasión acerca del género y sus diversas manifestaciones, con la esperanza de que les guste nuestra labor.
Algunos antecedentes pertinentes a nuestro tema:
El Rock And Roll nació, creció, maduró y empezó a reproducirse como conejo de libre pastoreo. De su ímpetu irrefrenable salieron varios hijos- ilegítimos si se quiere ver así- pero con un gran parecido al padre que aportó la simiente.
Trataré de explicar mi punto. Paralelamente al Rock And Roll varios géneros musicales no derivados del mismo se iban desarrollando en sus lugares de origen y nos iban llegando a México. Algunos eran de reciente creación y otros ya llevaban años en el gusto popular de sus países para la mágica década de los 60.
Desde 1960 el género musical que conocemos como música tropical sufrió un cambio trascendente. Poco a poco el Mambo, el Danzón, la Rumba y el Cha-Cha-Chá dejaron de escucharse frecuentemente en la radio mexicana, para darle paso a la música de numerosas agrupaciones que se hacían llamar a sí mismas Sonoras.
En ese año y junto con el boom rocanrolero juvenil los chavos de clases medias bajas y populares disfrutaron también de música tropical, bien arraigada en su ADN y que reunía características frescas de sonido que les daba un sentido adicional de pertenencia. Es por esa causa que se empezó a saber del éxito entre la juventud mexicana de La Sonora Matancera, (algo de herencia paterna) La Sonora Santanera y La Sonora Dinamita, entre otros más.
Es bien sabido que durante la línea de tiempo de poco más de sesenta años las reuniones juveniles para ligar y bailar en nuestro país llevaron una dosis balanceada de música de moda, rocanroles, cumbias, salsas-en tiempos más recientes- y demás yerbas. Esta costumbre en los años sesenta nos dió un muy buen termómetro del gusto musical de dicho sector juvenil.
Para 1965 y con el camino pavimentado por artistas de la talla de Sonia López, Carmen Rivero y Linda Vera, llega para quedarse en los gustos de la juventud la tan llevada y traída Cumbia. Desde aquellos lejanos días ha formado parte del repertorio favorito de las juventudes aztecas.
Muy bien, pues ya conocimos a los padres (el joven rock y la fresca cumbia) que prohijaron un primer hijo ilegítimo: la música proto grupera. Este vivaz retoño tomó de su padre la alineación e instrumentación de los grupos así como su pericia musical. De su madre, las voces nasales y agudas-en hombres y mujeres parejo- y la sensiblería rayana en lo cursi.
Pero lo más sorprendente fue que desarrolló una extraña habilidad para colarse en el gusto de los chavos mexicanos sin ofender los mojigatos oídos de los adultos, con lo cual garantizó su supervivencia. Debemos recordar que el padre casi fue eliminado del gusto musical de la época por el malhadado Festival de Avándaro en 1971, año en el que el hijo empezaba a florecer.
Pero no me adelantaré. Regreso a 1965 y el primer Rock And Roll Juvenil mexicano está desaparecido. Nuevas bandas surgen con el terrible reto de competir contra los colosales originales ingleses, gringos, alemanes, franceses e italianos; ritmos como la Yenka (payasada creada por un par de holandeses), el Jerk y una vacilada llamada Dengue cobran popularidad inusitada para mayor desconcierto del mexican rocker que no supo bien para donde hacerse.
Entonces la disyuntiva era clara. O seguir por la brecha espinosa e ingrata del Rock o adaptarse para la supervivencia traicionando -hasta cierto punto- su esencia rebeldona para abrazar las muy rentables mieles del dinero y favor populachero.
Varias bandas son referencia de lo que les acabo de contar. Desde las primeras como Los Tribunos (con el roquerísimo Pepe Negrete) y Mike Laure y sus Cometas, hasta Los Apson Boys -ya decía yo que por algo no me convencieron mucho- su derivado Frankie y Los Matadores, Mario y Sus Diamantes, Los Baby’s (sic) , La Tropa Loca y hasta la mismísima La Revolución De Emiliano Zapata, que en sus inicios nos dejó rolas seminales como Nasty Sex o Shit City y que abandonó su esencia para cantarnos baladas proto gruperas como Mi Forma De Sentir o la muy gustada Cómo Te Extraño.
El grupo Los Solitarios fue una de esas bandas que iniciaron tocando Rock con un nivel decente, nada extraordinario y que decidieron hacerle caso a no sé quién (quizá a su sentido común) pero que les aseguró fama y fortuna en los años venideros. Parece que a final de cuentas la jugada no les salió nada mal. Su historia comienza así:
Tijuana, B.C. 1963. Daniel López y Pablo Valdez, guitarra líder y batería respectivamente, forman junto con otros tres chicos de la localidad una primera alineación. Al año siguiente Agustín Villegas (apodado El Tocos) sustituye a Alfredo “el fachas” y amenizan fiestas y eventos locales con un repertorio rockero y baladero en español e inglés.
Al paso del tiempo van puliendo su calidad interpretativa. Después de mucho batallar logran un contrato con la RCA Víctor para sus primeras grabaciones formales. De su primer LP RCA Camden, estos dos bien logrados covers:
Amor Que Terminó, 1969
Busco Mi Amor, 1969
Covers a Lodi del Creedence Clearwater Revival y a Gimme Gimme Good Lovin’ del grupo Crazy Elephant respectivamente.
El grupo cambia de sello discográfico pasando a Peerless en 1969. Ellos seguían teniendo un debate interno entre qué rumbo musical emprender. Vale la pena recordar que ya habían logrado un buen prestigio tanto como covereros rockers- con predilección a fusilarse al Creedence- como con baladas de propia composición. La dirección artística de la Peerless les dijo algo así como “déjense de gringaderas y dedíquense a lo que mejor les sale” y así lo acordaron, permitiéndoles grabar un LP completo. De ese LP surgieron sus primeros grandes éxitos:
Sufrir, 1969
Ya Se Va, 1969
En este video de Ya Se Va, podemos ver el aspecto que tenían los bailes que se organizaban en la unión americana para las juventudes méxico-americanas.
La revista Notitas Musicales fue una especie de fanzine para las juventudes de clases medias y para abajo en aquellos tiempos. El rock y la música pop eran mencionados de forma menos frecuente en sus páginas en comparación a la década anterior. En su sección Canciones que México Canta, y en conjunto con figuras como Leo Dan, Raphael, Roberto Jordán y César Costa, se pudo notar la presencia cada vez más notoria de los proto gruperos. La prueba de ello, son estos grandes hits:
Mi Amor Es Para Ti, 1970
Nada De Tu Amor,1970
A estas alturas del partido, Los Solitarios empezaron una inercia de éxito pocas veces vista en nuestro país. Presencia en la radio en español de México en emisoras como Radio Variedades, Radio Felicidad y la DF programándolos a manta; Radio Mil incluso tenía una hora dedicada al grupo.
También se presentaron en televisión, bailes, entrevistas (en las que eran muy penosos para salir pues asumían que su presencia física con melenas descomunales no era para andarla presumiendo, según el simpático Pablo Valdez, el gordito del grupo), así como giras por toda la república y el sur de los Estados Unidos. Éxito y buen dinero, fans enloquecidas y todo por lo que habían soñado como roqueros. ¿Qué más se puede pedir?
Si no está descompuesto, no lo compongas. Si está dando éxito tu fórmula, explotarla hasta que se acabe. A continuación, dos de sus más finos momentos dentro de la balada región cuatro:
No Debes Llorar, 1972
Nunca Digas,1972
Grabaron 22 discos LP y tuvieron logros como el ser reconocidos en 2008 por la Sociedad de Autores y Compositores de México como La Leyenda Romántica de México, con senda medalla áurea por ello. Su presencia quedó para la posteridad en cuatro películas, Las Musiqueras, Preso Sin Culpa, Contrabando del Paso y La Silla Vacía, en donde tuvieron algún pequeño papel actoral que no les valió para ser considerados para el premio Ariel.
No Dudes De Mi Amor,1973
Hoy, 1974
Es una tarea titánica y difícil de lograr, el obtener videos contemporáneos de las exitosas actuaciones de Los Solitarios en programas de TV rastacueros como Siempre en Domingo. El único video setentero que me fue posible encontrar los incluye en una actuación forzada con La India María, por respeto a ustedes lectores y a la trayectoria del grupo no lo incluiré aquí.
Dicha actuación saca a flote el pensamiento anticuado y quesque humorístico de la momiza ante las nuevas corrientes. Es de lamentarse que el desgraciado terremoto de 1985 nos haya quitado más de la mitad del valioso acervo de videotapes con que contaba Televisa y que habría ilustrado de mejor manera esta columna.
Pero lo que sí encontré fue una actuación de hace algunos años atrás donde los podemos escuchar con un buen poder interpretativo, en su último gran impacto musical en las listas nacionales. Se los dejo:
Hay Cosas Inolvidables, 1975
Después de 1976 y hasta los inicios de este 2020, se mantuvieron participando en bailes (nombre con el que se conoce a las tocadas de este tipo de grupos), explotando hasta la saciedad sus éxitos setenteros y siempre con buen aforo. Se acompañan de otras agrupaciones del género y como ahora se dice, la siguen rompiendo. También han sufrido la suplantación y piratería de chaneques sin escrúpulos que se hacen llamar como ellos y que no tienen nada más que avaricia por la explotación del nombre. Vaya que hicieron sufrir a Agustín con esto.
Los Solitarios dentro de su nuevo género fueron punta de lanza y son considerados como parte del triunvirato de mejores grupos mexicanos durante la primera mitad de la década de los 70, en conjunto con Los Freddy’s y Los yucatecos Baby’s. Sin duda, fueron los que mejor música hicieron.
La Onda Protogrupera-Grupera es un fenómeno de masas digno de análisis más profundo pues sigue siendo una generadora de recursos económicos muy importante en México y los Estados Unidos. Alguna vez me dijo en una charla informal el líder de uno de estos grupos que si los discos piratas vendidos contaran como legales, serían los músicos mejor pagados de la historia en nuestro país. ¿Qué opinas, amigo lector?
En estricta justicia, el nivel de interpretación de Los Solitarios era bastante bueno -producto de las habilidades roqueras descritas anteriormente- y reconozco personalmente ante ustedes que varias de estas canciones me siguen gustando. Debe de ser por la nostalgia cuasi enfermiza que me caracteriza por todo lo que intervino en mi feliz infancia y mi formación personal.
Por otra parte, siempre me ha parecido muy interesante el fenómeno proto grupero- con sus cimas y sus simas- ya que aunque usted no lo crea, se han logrado crear momentos musicales de excelente calidad. El análisis concienzudo de las canciones incluidas le quitará el dejo de exageración que seguramente percibes, amigo lector. Te invito a que las escuches sin prejuicios.
Sirvan también estas líneas en homenaje a Agustín Villegas ”El Tocos” líder y voz principal de Los Solitarios, quien partió de este mundo a los 79 años en mayo de 2020. En honor a su memoria escribo la presente columna.
Amigo lector, ¿te gustaría leer más columnas de este tipo en El Círculo Beatle? Házmelo saber en tus comentarios a la presente columna.
¡Hasta la próxima!
“…llorar fue mi destino, hasta el morir…”
Agustín Villegas, 1969
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