Si bien es interesante comprender la historia y los hechos de la música, es sano de vez en cuando voltear a ver qué está pasando en estos días, a dónde va el rumbo. Más allá de lo que dictan los cánones mercadotécnicos, hay que darse una buena vuelta…y se hallaran con sorpresas inesperadas.
Raúl Rivera-Melo es un personaje que en Tijuana se le conoce en la escena musical y cultural, por su aporte en lo académico, pero también como un diestro músico curtido en el jazz y otros sonidos afines. El jazz tijuanense, como anotación importante, si bien aún se toca en los clubs y foros tradicionales, también se toca en escenarios subterráneos, alternando con bandas de punk y metal, en fiestas caseras y con una actitud más rebelde, lo cual, presenta una perspectiva fresca, más experimental y retadora ante lo tradicional, una ruptura como la que se dio en su momento y le trajo fórmulas novedosas.
Si bien ha participado como integrante o invitado en algunos ensambles, Raúl Rivera-Melo ahora presenta una exploración musical que ha emprendido y que es uno de los viajes musicales más sorprendentes e intrépidos en la música de la ciudad, ya que rompe con las expectativas y presenta su primer disco, Agente De Cambio, como toda una experiencia personal, con sonidos más allá, como el neo-soul, future pop, neo disco, sonidos noventeros, rap, etc.
Con otra, es un disco de 22 tracks entre canciones e interludios, algo impensable en el reino moderno del Extended Play y los sencillos…pero para el artista el disco es un ejercicio catártico, de hablarse en primera persona, a él mismo, cómo salir de un punto oscuro, motivarse y brillar. El disco mueve y conmueve a quien lo escucha. Las letras son claras, no hay ambigüedades o interpretaciones figurativas, hay un cantante interpretando sus sentimientos desde el corazón con la mayor sinceridad posible…tampoco hay intenciones grandilocuentes de orquestación…no hay nada que desmerezca ante cualquier artista indie mexicano o de fuera.
Entre invitados como P.S.L.I.E. , Wendy Hernandez , Xsamlaratax, Incognito (ensamble donde Rivera-Melo participa), Federico Ramplona, Pronda Greux, Dardin Coria y Alorah Meraki, se va hilvanando una historia, que empieza en una noche de fiesta, de ahí comienza a desmoronarse su mundo, pasar a tener el alma rota, para finalmente, mirarse al espejo, hablarse a sí mismo y volver al mundo otra vez.
Musicalmente, el disco navega, reiterando, en sonidos como el dance, el sonido noventero como el de los recordados Black Box, toques de trap e incluso, y tal vez no tan conscientemente hasta yacht rock (yep, me recordó a algo de Christopher Cross uno de los temas). Se nota que está en su elemento el artista, demuestra la destreza en los ritmos y tiempos en los coros y en las canciones. Considero que es un disco que deben de darse la oportunidad de escuchar, es un disco que se puede escuchar una y otra vez, y no deja de sorprender, conmover y entusiasmar.
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