Para aquellos que seguimos la música de The Beatles desde hace tiempo, Ringo Starr no necesita ningún tipo de justificación para ocupar un lugar entre los Fab Four. Sin embargo, para algunos, su presencia resulta foco de algún tipo de cuestionamiento. Claro que estar en medio de tres de los más importantes compositores de la música contemporánea y que, además desarrollaron interesantes cualidades vocales, resulta encontrarse con una vara muy alta.  Especialmente porque Ringo no componía ni cantaba y comenzó a hacerlo impulsado, justamente, por sus compañeros de banda. En estos días se encuentra festejando su cumpleaños ochenta y uno y, juvenil y lleno de entusiasmo como nos tiene acostumbrados, ha aparecido en las redes sociales invitando a sus seguidores a postear mensajes bajo su lema, ya casi un eslogan, “Peace and love”. Pues bien, creemos que es un momento oportuno para reivindicar al gran Ringo Starr y dar cuenta, aunque él no lo necesite, acerca de por qué fue elegido unánimemente por sus compañeros para sentarse en el trono de parches y metal, y enfundado con los palillos como arma, cuidar así las espaldas de la banda más importante e influyente de todos los tiempos. He aquí a Sir Ringo Starr.

De cuando “Richie” fue Ringo

Cuenta la leyenda, que el destino quiso que Richard Starkey naciera en la portuaria ciudad inglesa de Liverpool, un siete de julio de 1940 a poco de que la aviación alemana comenzara a bombardear la ciudad; el mismo año, pero unos meses antes de que  naciera su futuro amigo, John Lennon. Luego de una niñez atravesada por el temprano divorcio de sus padres, padeció de algunas enfermedades importantes: una grave peritonitis primero, luego una pleuresía que le llevo dos años de internación. Según se cuenta, en ese último período de convalecencia, aprende la técnica el tambor. Ya repuesto y sin terminar sus estudios, el joven Richie recala como baterista en distintas bandas hasta llegar a Rory Storm & The Hurricanes que, junto con The Beatles, resultaban de las más populares en la escena juvenil liverpuliana. Ambas incursionaban los géneros de Skiffle y Rhythm and blues. Fue en esa banda donde es rebautizado como “Ringo”, debido a los múltiples anillos que le gustaba lucir en sus hábiles dedos. A principios de 1960, los dos grupos se encontraban de gira por Hamburgo. Seguramente habrán compartido escenarios y muchos momentos durante las largas jornadas de trabajo en los clubes nocturnos rodeados de un público duro y desafiante. The Beatles, que contaban con Pete Best como baterista, seguramente habrán recalado en la forma de ejecución de la base rítmica que realizaba el pequeño Richie, por ese entonces de jopo y barba.

Debieron transcurrir un par de años, la decepción por el rechazo que sufrieron al realizar las pruebas en Decca, para que John, Paul y George se plantaran ante su manager, Brian Epstein, y pidieran por Ringo. En su biografía A cellarfull of noise (Un sótano lleno de ruido) escrita en 1964, Epstein da cuenta de cómo abordó ese difícil momento de la banda:

“George Martin no estaba muy contento con la batería de Pete Best y The Beatles, tanto en Hamburgo como en casa, habían decidido que su ritmo era incorrecto para su música. (…) tarde o temprano querían que Pete se fuera. Pensaban que era demasiado convencional para ser un Beatle (…) Y una noche de septiembre se acercaron y me dijeron: “Queremos que Pete salga y Ringo entre”. (…) Tuve una noche de insomnio después de mencionar casualmente a Pete que me gustaría que llamara a la oficina al día siguiente porque había algo que quería discutir con él. Llegó a tiempo, tan tranquilo como siempre. (…) le dije que traería un nuevo baterista para The Beatles (…) después de dos horas de hablar sobre el tema, Pete salió de la oficina muy molesto y pesimista (…) nunca más tocó con The Beatles (…) Las pandillas merodeaban por Matthew Street arriba del Cavern y la multitud gritaba: “Pete para siempre, Ringo Nunca “, y ondeaban pancartas. (Ringo) Se afeitó la barba, se peinó y se convirtió en puro Beatle” (1998: 51).

Páginas más adelante, Epstein traza un perfil de cada Beatle en pleno fervor de la beatlemanía. Al llegar al baterista, afirma:

“Ringo Starr, el último en convertirse en Beatle, entró en el grupo no porque yo quisiera, sino por decisión de los chicos. Pensé que su tamborileo era bastante fuerte y su apariencia poco impresionante y no pude ver por qué era importante para The Beatles. Pero otra vez confié en sus instintos y ahora estoy agradecido. Se ha convertido en un excelente Beatle y un amigo devoto. Es cálido e ingenioso, un buen baterista y me gusta enormemente. Es un joven muy sencillo y agradable. Rara vez nos peleamos porque él, probablemente más que los demás, está dispuesto a la mayoría de las sugerencias” (1998: 75).

Podemos ponernos en lugar del longilíneo productor George Martin, escuchar dos versiones de un mismo tema (con Pete Best y con Ringo) y sacar nuestras propias conclusiones. Para no ser injustos, resulta necesario aclarar que, para la segunda versión, además de contar con Ringo en la batería, el grupo ya se encontraba bajo la mirada musical de George Martin.

“Money” con Pete Best

https://www.youtube.com/watch?v=fYaUQ7NrJfs

“Money” con Ringo Starr:

De todos modos, llegar a ser un Beatle no le fue fácil a Ringo. The Beatles habían realizado una versión de “Love me do” con Pete Best que Martin no aprobó; luego volvieron a grabarla ya con Ringo en la batería, pero Martin cuestionaba la forma de tocar y de no sostener el beat. Por lo que para la versión que finalmente aparece en el disco lanzamiento Please, please me (1962) llamó al baterista de sesión Andy White, y Ringo terminó tocando la pandereta.

El dueño del trono

Ringo tenía una forma particular de ejecutar la batería, muy distinta a los que por ese entonces seguían el formato del jazz o del Rocanrol.  Tal vez eso fue lo que llamó la atención de los tres Beatles. Y a la larga, esa particularidad, brindará a la banda nuevas posibilidades para ampliar los horizontes musicales hacia la experimentación. Al respecto, el escritor Albert Goldman (2010) sostiene que:

“Un batería norteamericano aprende desde su más tierna infancia que el palillo tiene que golpear el parche y rebotar como una pelota a fin de dar al redoble ese ritmo marcado que hace que la música sea swing o rock. Sin embargo, un batería como Ringo Starr desplomaba su bordón como si se tratara de un martillo, ¡clonc!, como si al golpear el parche del tambor hubiera dicho la última palabra sobre el asunto. Ese estilo desmañado y denso de tocar la batería dio al toque Mersey un carácter tan distintivo (…)” (87).

El baterista norteamericano de Jazz y Rock e integrante del grupo Journey Steve Smith, sostiene que la particularidad de Starr radica en que: “Dio luz a un nuevo paradigma donde se comenzó a ver al batería como un participante más en el aspecto compositivo”. En este sentido, podemos ver, por ejemplo, la ejecución que Ringo realiza en “Ticket to ride”. Centremos nuestro oído en la batería y veamos como la forma de tocar, lejos de marcar una base clásica, termina por configurar un sonido compacto que acompaña el riff del arpegio de las guitarras y la forma de la melodía. Y como cambia en el middle, siguiendo justamente la transformación en el clima melódico.

Ticket to Ride:

Por otra parte, en las presentaciones en vivo, Ringo despliega un arsenal de potencia desde sus pequeños y finos brazos que otorga a la factura musical de la banda, una gran contundencia.

Ringo en vivo:

Cuando The Beatles inician su etapa más experimental con el tema de Lennon “Tomorrow never knows” (Revolver, 1966), la batería cumple un papel fundamental. El crítico musical Ian Mc Donald describe la sensación que le produce el sonido de la batería de la siguiente manera: “Tocada en su mayor parte en un par de timbales destensados, amortiguados y comprimidos (…) proyectaba la imagen de una tabla cósmica tocada por una deidad védica montado en un nubarrón” (2008: 151).

Quizá un punto cercano a la perfección sea “Something”, la composición de Harrison para el álbum Abbey road (1969). Tal vez podríamos decir que su realización presenta una verdadera polifonía musical. Esto es que, además de la voz que construye la melodía principal y del solo de guitarra que realiza una melodía alterna o una variación, el bajo y la batería son utilizados como instrumentos de composición. En efecto, mientras McCartney realiza una ejecución en el bajo constituyendo una línea melódica, forma particular que venía desarrollando desde unos años atrás, Starr compone su propia versión en la batería a base de cortes, cambios de ritmo y redobles. Escuchemos con atención el paisaje musical que se genera a partir del encuentro de esas dos líneas y fijemos nuestro oído en la composición como versión del tema, que realizan la batería y el bajo.

Something:

En ese mismo álbum podemos encontrar otros excelentes pasajes musicales que presentan verdaderas composiciones instrumentales. Por ejemplo, en “Come together”, o en el mismo medley del lado B en el que Ringo realiza un solo de batería, bajo el atento asesoramiento de McCartney.

Catalogado como el Beatle simpático, también le debemos a Ringo que a partir de sus ocurrentes frases, sus compañeros pusieran títulos a canciones como “A hard day´s night” o “Tomorrow never knows. Además, según comenta el ingeniero de sonido Geoff Emerick, da la idea para la icónica portada de Abbey Road. Mientras sus amigos no se ponían de acuerdo acerca de la foto de la portada, un pragmático Ringo dice: “Salgamos afuera y llamémoslo Abbey Road” (Emerick y Massey, 2014: 286).

Luego de su etapa Beatle, el caballero de la eterna sonrisa se ha inventado y reinventado en más de una oportunidad. Actor de cine en comedias, crooner, frontman, profuso compositor y productor de discos, músico influyente para muchos bateristas y personaje ineludible en la historia de la música contemporánea, ha llegado a formar su propia banda “Ringo Starr and the all stars” junto a algunos de sus viejos amigos. Allí se da el gusto de hacer lo que quiere: tocar la batería, cantar, dejar a la banda tocar sola.  Pues bien, nosotros no tenemos dudas acerca de por qué los tres Beatles se pararon frente a Brian Epstein para pedir por Ringo. Esperemos, luego de estas breves líneas haber aclarado algunas de esas razones.

Referencias:

Emerick, G. y Masey H. (2014) El sonido de Los Beatles. Memorias de su ingeniero de grabación. Buenos Aires, Indicios.
Epstein, B. (1998) A cellarful of noise. New York, Byron Preiss.
Goldman, A. (2010) Las muchas vidas de John Lennon. Madrid, Lumen.
Mc Donald, I. (2000) The Beatles. Revolución en la mente. Madrid, Celeste ediciones.

Bernardo Suárez, Buenos Aires 5 de julio de 2021.

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