Fue a mediados de los noventa cuando Brian Molko y Stefan Olsdal formaron, en Londres, el grupo Placebo y formalmente se dieron a conocer, en 1996, con su primer larga duración. Han pasado casi tres décadas y la banda sigue manteniéndose vigente con álbumes como Black Market Music (2000), Sleeping With The Ghost (2003), Battle For The Sun (2009) o el más reciente Never Let Me Go (2022), en donde en cada obra se nota su evolución y madurez como músicos.
Tuvieron que pasar seis años para que Placebo volviera a México para ofrecer un espectáculo en vivo, aunque este show se tenía contemplado para septiembre del 2022 pero se tuvo que posponer por problemas de logística como lo informaron, en su momento, en un comunicado en su redes sociales: “Lamentamos mucho anunciar que, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para resolver los problemas logísticos que han causado, en gran medida, el aplazamiento de nuestra gira por América del Norte”. Meses después llegaron a la Ciudad de México, con dos conciertos, el primero en el Lunario del Auditorio Nacional, el domingo 16 de abril, y por supuesto en el Palacio de los Deportes un día después.
La noche de la presentación de Placebo en el Palacio de los Deportes fue un acontecimiento que muchos seguidores del grupo esperaban, además de que la gira inició precisamente en México para continuar por los Estados Unidos y Europa. Una vez que terminó la banda telonera mexicana, Vondré, con un agradable hard rock, al que no le ayudó mucho el audio del lugar, la agrupación británica dio inicio de manera puntual su concierto. Por cierto, previo a su show dieron un aviso en el cual pidieron al público evitar sacar sus teléfonos celulares y disfrutar de la música sin faltarle el respeto, y con esto mostrar amor, a los demás, en un evento irrepetible, cosa que la mayoría de los asistentes no hizo caso.
El repertorio que presentó Placebo fue una combinación entre temas de su nuevo álbum, así como algunos éxitos y deep cuts que fueron recibidos con gran ovación, aunque curiosamente, a lo largo del concierto, en las secciones de gradas la concurrencia, en su mayoría, no se levantó de sus asientos y por momentos se mostraron apáticos. Al apagarse las luces del escenario y encender las pantallas la banda comenzó con los dos primeros temas que abre su obra Never Let Me Go, Forever Chemicals y Beautiful James. Después llegó Scene Of The Crime de su séptimo plato de estudio, y otra nueva pieza más con Hugz. Al hacer una pausa Brian Molko se presentó, hablando en español – Mi nombre es Brian y el nombre de mi banda de rock es Placebo. Es una noche muy especial para nosotros y queremos que sea lo mismo para ustedes-.
Molko y Olsdal se mostraron felices y agradecidos ante una audiencia emocionada que no dejó de aplaudir, gritar y conmoverse en una verdadera comunión cuando el vocalista dedicó el tema Happy Birthday In The Sky para su hermano. Con Bionic nos regresaron hasta 1996 para recordarnos que aún siguen manteniendo esa misma fuerza que presentaron en su primer larga duración, el espectáculo de luces se mezcló perfectamente con piezas como Twin Demons, Surrounded by Spies, Chemtrails, Sad White Reggae y Try Better Next Time. Para este momento Molko anunció que el concierto se estaba grabando en video para un futuro proyecto, por lo cual a lo largo del show un dron sobrevolaba el escenario capturando todos los detalles que se presentaban sobre éste.
Pero la noche no se presentó perfecta por detalles técnicos. Luego de tocar Try Better Next Time, los roadies ingresaron un piano de cola blanco para los siguientes temas, pero después de unos minutos, en donde una persona entraba y tocaba algunas teclas, después salía sin que sucediera nada; el desconcierto se presentó en Brian Molko y Stefan Olsdal, quienes pidieron al público esperar unos minutos en lo que solucionaban el problema, para después abandonaron el entarimado. La gente comenzó a divertirse haciendo la ola en las tribunas, espectáculo que lució en un inmueble con las luces apagadas y adornado con las lámparas de los teléfonos. Sin más remedio luego de la espera, el piano fue retirado y el show debía continuar.
Después de las disculpas por los inconvenientes el grupo continuó con temas clásicos como For What It´s Worth, Slave To The Wage, Song To Say Goodbye, Come Undone, The Bitter End y cerraron con Infra Red. Con el primer encore Placebo tocaron las canciones que no se pudieron incluir en el repertorio original planeado por el problema del piano. Una vez que el instrumento se colocó sobre el escenario, Olsdal se sentó para comenzar con Too Many Friends, seguida de Went Missing, con esto el grupo agradeció y se despidió. Mientras tanto en las gradas el desfile de vendedores de cerveza, pizzas, vodka y nachos, quien gritaron encima de las canciones y obstaculizaron la visibilidad por muchos momentos durante todo el concierto, hacia la parte final del recital algunos de ellos comenzaron a buscar algunos lugares vacíos para sentarse y tomar las bebidas que les sobraban.
El segundo encore inició con un cover al éxito de Tears For Fears de 1985, Shout, en donde el publicó la coreó a todo pulmón. Después prosiguieron con otra canción del 2022 , Fix Yourself, y finalizaron con otro cover más, ahora a Kate Bush con Running Up That Hill, para que después Brian Molko y Stefan Olsdal manipularan unos artefactos para crear varios sonidos y ruidos que culminaron el espectáculo. Sin duda un recital en donde Placebo decidieron dejar de un lado varios de sus grandes éxitos como Special Needs, Twenty Years, You Don´t Care About Us o Every Me Every You, sin duda una apuesta arriesgada en el repertorio de una noche imperfecta que se volvió mágica con un grupo que se brindó al máximo, mostrando que son de lo mejor de su generación.
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