El pasado 16 de agosto se adelantó del plano físico uno de los íconos contraculturales de la década sesentera: Peter Fonda. El actor norteamericano saltó a la fama en 1969 tras rodar la cinta “Easy Rider”, dirigida por Dennis Hopper, quien también actuó en ella.
Sin embargo y contrario a lo que se pensaría, Fonda también tuvo una estrecha relación con la música, codeándose con artistas y grupos del momento como The Byrds, Buffalo Springfield, Steppenwolf y The Beatles.
Por si fuera poco, el histrión fue amigo cercano de Michael Nesmith, cantante, requintista y productor de The Monkees, con quien le unía la pasión por las motocicletas.
Mike Nesmith escribió en su autobiografía: “Infinite Tuesday: An Autobiographical Riff”, lanzada en 2017, que Fonda lo visitaba muy seguido donde le platicaba sobre el proyecto fílmico que tenía en planes con Dennis Hooper y Jack Nicholson, y que siempre que le narraba la historia era un poco distinta, sin embargo reconoce que la idea central de un viaje de Peter en motocicleta le parecía interesante, no tanto así una cinta donde actuaran los Monkees, idea que le propuso Jack Nicholson en determinado momento.
Así mismo Nesmith narra que conoció a Dennis Hopper y a Jack Nicholson gracias al mismo Peter, poco tiempo después Nicholson dirigiría a The Monkees en el filme psicodélico “The Head” del año 1969, que sería en su momento poco valorado, pero considerado de culto en el transcurso de los años.
Por otro lado, en el año 1965 Peter Fonda era asiduo a visitar diversos clubes en el circuito de Los Angeles que frecuentaban varios grupos como The Byrds, Buffalo Springfield y Love.
Y precisamente el 24 de agosto de ese año cuando The Beatles se encontraban descansando durante su gira por Estados Unidos realizaron una reunión en una casa que habían alquilado en Mulholland Drive, en Los Angeles, y entre los invitados se encontraban Roger McGuinn y David Crosby de los Byrds, y por supuesto Peter Fonda, quienes tras un viaje con LSD tuvieron una charla en donde el incipiente actor lanzó al aire una frase que un año después vería la luz en la canción del cuarteto “She Said, She Said”.
El mismo Fonda indicó: “Intenté calmar al guitarrista George Harrison, quien temía que estuviera muriendo durante el trance del viaje del LSD. Le dije que no había nada que temer y que lo que tenía que hacer era relajarse; comenté que sabía lo que era estar muerto porque cuando tenía 10 años accidentalmente me pegué un tiro en el abdomen y mi corazón dejó de latir mientras estuve en la mesa de operaciones porque había perdido mucha sangre.
En ese momento Lennon pasó y me escuchó decir ´Sé lo que es estar muerto’ a lo que adjuntó: ‘Oye, Peter, ¿quién te metió toda esa basura en la cabeza?’ “.
Se dice que el líder de The Beatles terminó muy ofuscado con Peter Fonda a quien corrió de la reunión.
Tiempo después Lennon recordaría para la revista “Playboy”: “No queríamos escuchar eso, estábamos en un viaje con ácido y el sol brillaba y las chicas bailaban y todo era hermoso y de los años 60, este chico a quien no conocía, aún no había hecho ‘Easy Rider’ ni nada, venía diciendo ‘Sé lo que es estar muerto’ y era muy aburrido y lo usé para la canción, pero lo cambié a ella en lugar de él”.
La canción a pesar de haber sido parte del disco “Revolver” no es de los números más valorados y reconocidos, sin embargo, para el escritor Martín Salvidea en su libro “Los Beatles en CD”, a John Lennon le pareció valioso el sonido de las guitarras y confirma la idea de que es de las canciones olvidadas del grupo, pero con justo valor porque musicalmente no va a ningún lado.
La canción era al principio muy dura y agresiva, pero poco a poco se fue puliendo hasta quedar como la conocemos hoy, fue escrita por Lennon en colaboración con Harrison y originalmente se llamaba “He Said He Said”. McCartney no participó en la grabación.
A parte de todo esto, en 1967 Peter Fonda probó suerte en la música grabando un tema escrito por el cantante y compositor de country-rock y próximo integrante de The Byrds, Gram Parsons, llamado “November Night”, el cual pasó sin pena ni gloria.
También en 1969 estaría ligado a grupos como The Byrds (Ya sin Crosby en su alineación) y con Steppenwolf ya que fueron parte de la banda sonora de “Easy Rider”, la cinta que lo pondría en los cuernos de la luna.
Aunado de alguna forma con la música, en 1971 el famoso actor filmó la cinta “The Last Movie” junto a Michelle Phillips, excantante de The Mamas and The Papas, misma que fue un rotundo fracaso en taquilla.
En 1999 Fonda dio vida a un productor discográfico en la película “The Limey”, donde usó el apellido de uno de los dueños del Whiskey A Go Go.
Por último el actor preparaba para septiembre de este año un evento por el 50 aniversario de “Easy Rider”, el cual se llevaría a cabo en el Radio City Hall de Nueva York, con la presencia en directo de John Kay de Steppenwolf y Jim McGuinn de The Byrds.
Probablemente no tuvo mucho éxito en el plano musical de manera directa, pero Peter Fonda fue sin duda punta de lanza para proyectos relacionados con varias leyendas musicales de los 60.
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