Playboy – Aunque espero que abarquemos muchas áreas, vamos a empezar por saber la razón por la cual estás actualmente tan activo. Acabas de terminar la película Give My Regards to Broad Street. Además de escribir el guión, eres el actor principal. ¿Qué te llevó a hacerla en este momento?
Paul – Creo que el mayor lujo, profesionalmente hablando, que uno pude darse es tener la habilidad de cambiar de dirección, trabajar en otro medio. Es lo que a mucha gente le gustaría hacer. También me ha dado la oportunidad de ver a actores profesionales en vivo y ahora puedo decir que en esa profesión nadie tiene que preocuparse, no soy un peligro (risas). De todas formas fue muy divertido y aprendí mucho. Es una buena y corta película, como una noche de paseo. Lo que lamento es no haber escrito todas las canciones
Linda – Pero escribió una gran canción para la película. La música es toda en vivo y Paul tuvo el chance de trabajar con grandes músicos otra vez. Ha empezado a regresar a casa feliz otra vez, satisfecho. Paul es un perfeccionista. No ha estado feliz, no ha tenido oportunidad de trabajar con lo mejor, desde los viejos tiempos.
Playboy – Desde los Beatles.
Linda – Sí.
Paul asienta con la cabeza
Playboy – Paul han transcurrido casi 4 años desde la muerte de John y no has hablado realmente sobre tu sociedad con él y qué significó su muerte para ti. ¿Puedes hacerlo ahora?
Paul – Es… es realmente difícil. Siento que si digo algo sobre John tendría que sentarme aquí por cinco días y decirlo todo. De otra forma no quiero decir nada al respecto.
Linda – Yo soy así también
Paul – Se que George y Ringo, de verdad, no pueden hablar de eso
Playboy – ¿Cómo te enteraste de la muerte de John? ¿Cuál fue tu reacción?
Paul – Mi manager me llamó temprano en la mañana. Linda había ido a llevar a los niños a la escuela.
Linda – Acababa de llevar a los niños al colegio y estaba llegando de regreso a la casa. Vi la cara de Paul, ¡y era terrible! Aún hoy, cuando pienso en eso….
Paul – Un poco fatal.
Linda – …supe que algo había pasado.
Paul – Fue todo tan loco. Dijimos lo que dijo todo el mundo, fue todo borroso. Fue lo mismo cuando lo de Kennedy. El mismo momento horrible, tú sabes. No podías asimilarlo. Aún no puedo.
Linda – Dejó a todo el mundo aturdido por el resto de la vida. Jamás tendrá sentido.
Paul – Aún no lo asimilo. No quiero hacerlo.
Playboy – Aún así, lo único que se ha dicho que tú dijiste después del asesinato de John fue: bueno, eso fue una carga.
Paul – Lo que sucedió fue que escuchamos las noticias esa mañana y, extraño como suena, todos nosotros, los tres Beatles amigos de John… todos reaccionamos de la misma forma. Separadamente. Cada uno fue a trabajar ese día. Todos nosotros. Nadie podía quedarse en la casa con esa noticia. Todos teníamos que ir a trabajar y estar con gente que conociéramos. No lo soportábamos. Teníamos que seguir. Así que fui y trabajé como todos los días en estado de shock. Más tarde, cuando salía del estudio, había un reportero y saliendo del estacionamiento que metió su micrófono en la ventana y gritó: “¿Qué piensas de la muerte de John?”. Yo acababa de terminar un día de trabajo en total estado de shock y le dije: “Es una carga”. Pero, tú sabes, cuando ves eso impreso, dice: “Si, efectivamente, es una pesadez”.
Playboy – Tienes la tendencia de dar respuestas raras a las preguntas, ¿verdad?
Paul – Se lo que quieres decir. Cuando mi mamá murió, dije: “¿Qué vamos a hacer para tener dinero?”.
Linda – Ella con su trabajo, completaba lo necesario para la familia.
Paul – Nunca me he perdonado por eso. Realmente, muy profundamente, tú sabes, nunca me he perdonado por eso. Pero fue lo que se me ocurrió en el momento. Es como cuando le dices a un grupo de niños que alguien murió y todos se ríen.
Playboy – Porque no pueden asimilarlo, entenderlo.
Paul – Si, exactamente.
Linda – Cuando lo de John, ¿qué se podía decir?
Paul – ¿Qué se podía decir?
Linda – El dolor está más allá de las palabras. Uno nunca lo puede describir. No importa cuán articulado uno sea.
Paul – Sólo regresamos a la casa. Solo vimos las noticias en la televisión y nos sentamos con todos los niños, llorando toda la noche. No podía manejarlo, realmente.
Linda – Todavía lloramos cuando escuchamos canciones de John, no puedes evitarlo. Uno sólo llora. No hay palabras… Voy a llorar ahora.
Playboy – ¿Recuerdas tu última conversación con John?
Paul – Si, eso es muy lindo, un factor de consuelo para mí porque siento que fue triste que nosotros nunca nos sentamos a arreglar las diferencias que hubo. Pero afortunadamente para mí, la última conversación telefónica que tuve con él fue muy buena y no tuvimos ningún tipo de pelea. Fácilmente pudo haber sido una de esas otras llamadas de teléfono, cuando nos gritábamos el uno al otro y nos colgábamos el teléfono.
Playboy – ¿Recuerdas lo que hablaron?
Paul – Fue solo una linda conversación sobre su familia, mi familia. Disfrutaba su vida mucho. Sean era una parte muy grande en eso. Pensando en seguir con su carrera. Recuerdo que dijo: “Oh Dios, soy como mi tía Mimi, paseándome por aquí en mi bata de casa”, como él la llamaba, porque estaba tomando los modismos americanos… “Alimentando mis gatos en bata y cocinando y sirviendo tazas de té. Esta ama de casa, ¡quiere una carrera!”. Era su momento. Estaba a punto de lanzar Double Fantasy.
Playboy – Pero regresando a tus respuestas fuera de lugar. Cuando la muerte de John, ¿no es eso característico de ti, mostrar poca emoción hacia fuera, mantenerlo todo internamente?
Linda – Correcto, eso es verdad.
Paul – Si. Mi mamá murió cuando yo tenía 14 años. Es una edad muy dura para perder a la madre porque ¿sabes? Estás viviendo la pubertad.
Linda – ¡Dios! Nosotros tenemos una hija de 14 años ahora mismo.
Paul – Sí y para un muchacho perder a su madre…
Linda – Haber tenido que atravesar por muchos otros dolores, ¿cuanto más puede uno soportar y seguir vivo?
Paul – No es fácil. Estás empezando a ser un hombre, un macho. En realidad, fue una de las cosas que nos acercó más a John y a mí. El perdió a su mamá cuando tenía 17. Nuestro modo de enfrentar eso a esa edad era reírnos de eso, no en nuestros corazones sino en apariencia. Era como un guiño entre nosotros. Cuando alguien nos preguntaba: “¿Cómo está tu madre?”, John solía decir: “Ella murió”. Sabíamos que el que preguntaba iba a sentir mucha vergüenza y casi era un chiste entre nosotros. Después de unos cuantos años, el dolor todavía existe. Era un lazo entre nosotros dos, en realidad uno grande como lo recuerdo. Profesionalmente nos unimos después de eso. A medida que desarrollábamos el equipo componiendo canciones, creo que ayudó a nuestra intimidad y nuestra confianza el uno en el otro. Finalmente fuimos muy buenos amigos hasta que los Beatles comenzaron a separarse y Yoko apareció.
Playboy – Fue cuando empezó la enemistad y el llamarse por nombres agresivos. ¿Qué fue lo que realmente provocó esto? ¿Te sentiste herido por John?
Paul – No lo concientizas cuando te están hiriendo. Fue como cuando dos viejos amigos de armas rompen mientras suenan campanadas de boda, tú sabes (tararea) “Esas campanas de boda están terminando con todo mi grupo”. El se enamoró y ninguno de nosotros era tan estúpido como para decir “¡Oh! No debes amarla”. Podíamos reconocer eso, aceptarlo, pero eso no disminuía el sufrimiento que sentíamos por que se nos estaba marginando. Recuerdo que yo decía: “Despeja todo, dale más tiempo con Yoko”. Yo quería que tuviera su hijo y se mudara a Nueva York para que hiciera todo lo que él quería hacer, aprender japonés, expandirse a sí mismo.
Playboy – Pero en el momento no lo entendiste.
Paul – No, en el momento tratamos de entender, tratamos, pero pasaba que éramos un poco malintencionados, maliciosos y eso los hubiera herido a ellos en lo que tenían, esa cosa salvaje en la que ellos estaban. El otro día estaba revisando mi segundo disco como solista, RAM, y recuerdo que había una pequeña referencia a John en él. El había estado predicando y me tenía un poco incómodo. En una canción escribí: “Demasiada gente predicando”, creo que es lo que dice. Lo que quiero decir es que eso fue como una indirecta para John y Yoko. No hubo más nada sobre ellos. Oh, también escribí: “Tomaste tu momento de suerte y lo rompiste en dos”.
Linda – La misma canción. Ellos recibieron el mensaje.
Paul – Pero pienso que lo tomaron mucho más allá de lo que llevaba o era la intención…
Linda – Pensaron que todo el álbum era acerca de ellos. Y se sintieron muy heridos..
Paul – Sí, eso fue lo que pasó. Interpretaban una pequeña parte, la sacaban de contexto y entonces en su siguiente disco venían y arremetían contra nosotros. Entonces dijimos: “Hey, solo fue un dos por ciento y ellos vienen con un 200 por ciento y debemos asumir toda esa insensatez”.
Playboy – En las mayoría de sus entrevistas, John dijo que nunca extrañó ser Beatle. ¿Le creíste?
Paul – No lo se. Mi teoría es que realmente no lo extrañaba. Alguien como John hubiera deseado terminar el periodo Beatle y comenzar el periodo Yoko y no le hubiera gustado que ninguno interfiriera con el otro. Como él estaba con Yoko, cualquier cosa de The Beatles inevitablemente tendía a ser una intromisión. Así que pienso que él estaba tan interesado en su nueva vida que genuinamente no extrañaba la otra.
Playboy – ¿Alguna vez trataste de saber que sentía él acerca de esto? ¿Acerca de ti?
Paul – Yo sabía que había una especie de apoyo que pienso él sintió por mí también. Pero obviamente, cuando estás siendo criticado y se burlan de ti en público, la fe decae. No, no es solo John fanfarroneando. Lo conozco. Pero, bueno, todo esto trajo sufrimiento y era como una práctica, ¿sabes?
Playboy – ¿Fue la forma en la que ustedes dos fueron el uno al otro, buenos para la música?
Paul – Si. Esta fue una de las mejores cosas de Lennon y McCartney, el elemento competitivo dentro del equipo. Fue maravilloso pero difícil de vivir. Fue probablemente una de las razones por las cuales los equipos, un día, deben desintegrarse. Y por supuesto, al encontrar una mujer tan fuerte como Yoko, John cambió.
Linda – Pero de esa forma tú te perdiste.
Paul – Si, pienso que, probablemente, es la más grande crítica que tengo, que John dejara de ser él mismo. Yo acostumbraba a fastidiarlo por eso. En el teléfono unos años después, él se volvió muy neoyorquino, siempre tratando de tener el acento de allá, y yo le decía: “¡Está bien, Dios!”. Le llamé una vez Kojak porque realmente estaba perdido de neoyorquino y me hartó: “Por favor, ¡ya basta!”. Pero a través de todo eso pienso que él siempre fue un hombre con frescos horizontes. Cuando quiso aprender japonés por Yoko, se fue para Biarritz.
Linda – ¡Me gusta eso! Quieres decir Berlitz.
Paul – Si, él quería retos nuevos todo el tiempo. Creo que fue bueno que Yoko llenara ese rol. Ella le dio dirección.
(Paul se ausenta para atender una llamada telefónica)
Linda – Yo estaba por decir que si John aún viviera todavía estaría diciendo: “Oh, soy mucho más feliz ahora…”.
Playboy – ¿Y no lo crees?
Linda – Lo triste es que John y Paul tenían problemas y se querían mucho el uno al otro, se hubieran podido ayudar mutuamente ¡si sólo se hubieran comunicado mejor! Esto siempre me frustra porque yo era sólo una chica de Nueva York cuando entré en todo esto. Dios, si hubiera sabido lo que ahora se… Pero entonces todo lo que podía hacer era sentarme ahí y presenciar todos esos juegos entre ellos.
Playboy – ¿Pero no estaba claro que John, lo único que quería era trabajar con Yoko?
Linda – No. Se que Paul estaba desesperado por componer otra vez con John. Y se que John estaba desesperado por componer. Desesperado. La gente pensó, “Bueno, él está cuidando a Sean, es un amo de casa” y todo eso pero él no era feliz. No podía componer y eso lo volvía loco. Y Paul lo hubiera podido ayudar fácilmente.
(Paul regresa)
Playboy – Desde que John murió, ¿ha cambiado la relación entre los McCartney y Yoko?
Linda – Sin comentarios.!… Solo bromeaba. Eso fue lo que dijo ella..
Paul – Es lo que ella dice cuando le preguntan si The Beatles la han apoyado luego de la muerte de John.
Linda – Aunque Ringo viajó para verla y todos nosotros la llamamos.
Paul – La verdad es que yo nunca me llevé bien con Yoko. Era John quien se llevaba bien con ella, ese es el punto. Extraño como parece, yo solo comencé a conocerla después de la muerte de John. Quería saber si yo podía ser de alguna ayuda debido a mi viejo amigo. Al principio, su actitud de “No quiero ser la viuda del año” y me alejó. Pensé, “Bueno, ¡aguántate!”. Pero luego pensé: “Espera un minuto, vamos, ella vive la tragedia de toda una vida en este momento” y estoy siendo loco e insensible al decir: “Si no vas a ser simpática conmigo, yo tampoco lo seré contigo”. Creo que comencé a conocerla, a entender por lo que estaba atravesando en lugar de estar pendiente solo de mi punto de vista, lo cual pienso que es parte de crecer. Y pienso entonces que fui capaz de encontrar muchas cosas en común con Yoko.
Playboy – ¿Como cuáles?
Paul – Estamos en posiciones similares: nuestra fama y la gente que conocemos….
Linda – Yoko me dijo cuando aun John vivía: “Somos las únicas personas que tenemos los mismos problemas” pero nuestras diferencias siguen ahí. Ser su socio de negocios es un gran problema.
Playboy – Una vez que entendiste a Yoko, Paul, ¿hablaste con ella sobre John?
Paul – Si, lo hicimos. Es más, luego de su muerte, lo que más me ayudó fue hablar con Yoko sobre eso. Ella, voluntariamente, me dijo que a él realmente yo le gustaba. Dijo eso una o dos veces. Me contó que ellos se sentaban a escuchar mis discos y que John decía: “Ahí estás”. Muchas cosas sucedieron en la privacidad de sus espacios. Sí, fue muy importante para mí.
Playboy – ¿Cuánto significaba para ti el halago de John cuando vivía aún?
Paul – Mucho, pero realmente casi nunca lo recuerdo. ¡No hubo mucho de eso! Recuerdo una vez cuando estábamos haciendo Help! en Austria. Habíamos estado esquiando todo el día para la película y estábamos cansados. Generalmente yo compartía el cuarto con George pero en esta ocasión en particular lo hacía con John. Nos estábamos quitando nuestras inmensas botas para prepararnos para la noche y teníamos uno de nuestros cassettes. Era uno de los álbumes, probablemente Revolver o Rubber Soul, la verdad no recuerdo cuál de los dos. Debe ser el que contiene mi canción Here, There and Everywhere. Había tres canciones mías y tres de John en el lado que estábamos escuchando y por la primera vez en su vida, sólo lo dijo, lo lanzó, sin preámbulo: “Oh, probablemente me gustan más tus canciones que las mías” ¡y ya! Ese fue el halago más importante que alguna vez recibí de él: “Probablemente me gustan más tus canciones que las mías” ¡Wow! No estábamos sino nosotros, así que podía decirlo, nadie lo iba a escuchar. Todos nos apoyábamos en John. El era mayor y tenía mucho de líder, era el más rápido y el más inteligente y todo eso. Así que cuando nos hacía algún halago a cualquiera de nosotros, era un gran halago, claro que sí, porque no lo acostumbraba. Si alguna vez uno recibía una pizca de eso, un algo de eso, te sentías muy agradecido. Por ejemplo, con la canción Come Together quería un piano que sonara muy pantanoso y humeante y yo lo toqué de esa forma y a él le encantó. Me sentí muy bien con eso. También le gustaba como yo cantaba la canción de Little Richard, Tutti Frutti y todo eso. Todas mis canciones en las que grito, esas de los inicios de The Beatles, mucho grito, ese soy yo haciendo de Little Richard. Se requiere de mucha garra para hacerlo, gritar como un idiota, ¿sabes? En fin, a veces lo hacía medianamente, sin el pequeño sonidito particular, el soul, y John diría: “Vamos, ¡puedes cantar mejor que eso hombre! Vamos, vamos, hazlo, atrévete”. “Esta bien John, ¿ok?”. Ciertamente, era a él a quien yo recurría, definitivamente.
Playboy – ¿Recuerdas la primera vez que ustedes se vieron, que se conocieron? Una fotografía que aparece en la biografía de The Beatles, The Long and Winding Road, dice que es de las primeras de ustedes dos juntos.
(Paul mira la foto en el libro)
Paul – Ese es mi amigo Len Garry y Pete Shotton. No los he visto en muchos años. Estos eran los Quarrymen originales. John tocaba los acordes del ukulele que le había enseñado su mamá y estaba cantando Come Go With Me, de Del Vikings, pero estaba inventando la letra porque nadie sabía la letra en esos días, así que improvisaba. Solo la habíamos escuchado en la radio y nos encantaba. Conocí a John ese día. Yo sabía la letra de 25 canciones de rock ‘n roll así que entré en el grupo. Fueron Long Tall Sally y Tutti Frutti las que me lo facilitaron. Esa fue mi audición.
Playboy – ¿Sabías que estabas audicionando?
Paul – No. Solo los estaba conociendo. Sucedió que canté un par de canciones en los bastidores con ellos. Yo tenía un amigo, Ivan Vaughn, quien era mi contacto con esos muchachos, era un compañero de colegio. Un muchacho grande, medio engreído, medio tonto, como todos nosotros. Todos acostumbrábamos a hablar tonterías. Quiero decir que nuestra frase clave era y sigue siéndolo: Chrome Rock Navel.
Playboy – ¿Qué significa?
Paul – No lo se. Suena bien, ¿verdad? (lo dice con acento escocés): Chrome Rock Navel. Si, ¡claro que si! Todas nuestras cartas hablan de Chrome Rock Navel. John y todos nosotros utilizábamos esas cosas.
Playboy – ¿Así que jugaban con las palabras desde jóvenes?
Paul – Si, puedes llamarlo literatura sarcástica porque ahora todo es más importante y serio, ¿sabes? Pero como muchachos en las calles sólo lo llamábamos salidas ingeniosas. Claro, era una habilidad con las palabras. Se convirtió en una de las especialidades de The Beatles. Tú sabes, cuando el productor George Martin dijo: “Cualquier cosa que no les guste…” y nosotros contestábamos: “No nos gusta tu corbata”. Fue George quien realmente lo dijo. Todas esas pequeñas famosas salidas ingeniosas formaban parte del humor en ese tiempo. Peter Sellers, y The Goons and Forecasts: “Mañana estará mugí, seguido por tuggy, wuggy y thuggy”. El tenía alrededor de 12 años, un pequeño con mucha inteligencia. Utilizábamos ese tipo de humor.
Playboy – ¿Alguna vez envidiaste su inteligencia cuando componían juntos?
Paul – No, no realmente. Tan solo su repertorio. Envidiaba su repertorio. Pero no se trataba de envidiarse mutuamente. Cada uno era tan bueno como el otro. A veces nos escapábamos de la escuela para irnos de pinta. Ibamos a mi casa y tratábamos de aprender a tocar canciones. El tenía estos acordes de banjo y no olvidemos que empezamos exactamente desde el mismo sitio: Liverpool. Casi la misma calle, sólo una milla o dos entre nosotros. Solo año y medio de diferencia de edad, conocimientos de música de guitarra, muy parecidos. Yo tenía un poco más de conocimiento en armonías a través de mi papá. Yo sabía que significaba la palabra armonía (risas), así que tú sabes, empezamos desde el mismo lugar y seguimos en la misma ruta juntos.
Linda – Los críticos dicen: “Bueno, John era el de la lengua penetrante, Paul el sentimental”. John era también sentimental. Paul era sentimental pero podía ser también muy burlón. Ellos tenían muchas más coincidencias que diferencias.
Paul – En lo que se refiere a mí, lo que escribía dependía de mi estado de ánimo. La única forma que yo fuera medio mala lengua y agudo era que estuviera de mal humor! (risas). Yo era muy bueno siendo sarcástico conmigo mismo. Entonces podía verdaderamente seguir a John. Si estaba suficientemente de mal humor, estaba tal como él. Entonces éramos fantásticos. El podía ser tan mal hablado como quisiera y yo también.
Linda – Pero era gracioso. A menudo pensé acerca de como ustedes se veían a si mismos. Tú eres como tierno, blando, y John supuestamente era el duro. Pero la verdad, tú pudiste escribir Helter Skelter y el escribió Goodnight y las canciones de Abbey Road.
Paul – Sí.
Linda – Una gran cantidad de canciones que la gente pensó que tú habías escrito, probablemente las escribió él y estoy segura que, una gran cantidad de canciones que la gente pensó que John había escrito, fueron realmente escritas por ti.
Paul – Exacto. Era más gris de lo que cualquiera pudiera suponer
Linda – Absolutamente.
Paul – Con esto quiero decir, por ejemplo, que me topé con una recopilación reciente que colocó a George por debajo en lo que a sus contribuciones para The Beatles se refiere. Pero resulta que somos sólo cuatro personas que sabían realmente lo que The Beatles se proponían. En el auto, el chofer estaba separado de nosotros por una ventana cerrada. Atrás solo estábamos nosotros cuatro en el asiento riéndonos de todo. No había nadie más que supiera de que se trataba. Hasta dudo que nosotros mismos lo supiéramos.
Playboy – Incluso hoy, ¿te sientes a la defensiva si alguien ataca a uno de los cuatro?
Paul – ¡Claro! Quiero decir, ¡no se puede desacreditar a George así como así! ¡Hay mucho más de él que eso! Y Ringo… La verdad de esta clase de pregunta depende de hacia donde tú estás mirando: en la superficie o debajo de la superficie. En la superficie, Ringo era solo un baterista. Pero hay muchísimo más que eso de él. El tenía este tipo de cosas como mover frases. Mis hijas lo tienen también. Ellas sencillamente inventan mejores frases. Algunos de mis hijos tienen algo de cerebro. Primero de una pelota, dicen las niñas, en lugar de Primero que todo. Me gusta eso, porque los líricos juegan con las palabras.
Linda – Ringo también dijo: “Eight days a week”.
Paul – Si, lo dijo como si fuera un chofer que trabajaba de más (acentuándolo): Eight Days A Week (risas) Cuando lo escuchamos, dijimos: “¿De verdad? ¡Aja! Lo tenemos!” (risas). Otra de las de él, Tomorrow Never Knows, solía decir, “Bueno, mañana nunca se sabe”. Y lo decía de verdad, lo sentía. Pero todo esto puede sonar un poco trivial. Eso no era lo único que él hacía. Ese era solo la punta del iceberg
Linda – Pero tú lo dijiste: solo ustedes cuatro saben, el resto sólo hace teorías. Como la gente hace teorías acerca de la vida. ¿Quién sabe acerca de la vida?
Playboy – ¿Entonces estás de acuerdo que el todo de ustedes es mejor que la suma de sus partes?
Paul – Sí, Sí. Definitivamente. Ah, sí.
Playboy – La mayoría de los artistas que han formado parte de un equipo insisten que su trabajo como solista es igual al del equipo.
Paul – Cuando los cuatro nos unimos definitivamente éramos mejores que cada uno por separado. Una de las cosas que teníamos fue que habíamos estado juntos un largo tiempo. Eso nos compenetró mucho, nos hizo como una familia, así que éramos capaces de adivinarnos. Eso nos hizo buenos. Fue solo hacia el final, cuando los negocios comenzaron a interferir.
Playboy – Pero volvamos a los primeros días por un momento, ¿objetaba tu padre que te unieras al grupo?
Paul – El quería que yo hiciera una carrera más que cualquier otra cosa. “Es muy bueno que toques en un grupo”, decía, “pero debes tener una base donde apoyarte”. Él sólo era un Jim común y corriente, un vendedor de algodón, sin grandes pretensiones. Dejó el colegio a los 13 años pero era muy inteligente. Acostumbraba a hacer crucigramas para incrementar su poder con las palabras. Nos enseñó a apreciar el sentido común, que es muy típico de Liverpool. He estado alrededor del mundo varias veces, en muchos de sus lugares ocultos y la verdad es, que lo juro por Dios, no he conocido a gente con más sentido común que la gente de Liverpool. No estoy con esto diciendo que la gente de Linda no sea buena, ni mucho menos…
Linda – No, ¡claro que no!
Paul – Nunca he visto, en todo el mundo, ¡nada mejor que la gente de donde provengo! Quiero decir, los presidentes, los Primeros Ministros, nunca he conocido gente mitad de simpática como algunos de los que conozco de Liverpool, quienes no son nadie, o no hacen nada. No son importantes o famosos. Pero son inteligentes, como mi papá. Me refiero a gente que puede sencillamente enfrentar problemas y salir bien. La clase de gente que se necesita en la vida. La sal de la tierra.
Playboy – Cuando dices algo como eso, la gente se pregunta si eres poco sincero. Eres multimillonario y famoso en todo el mundo y, sin embargo, trabajas mucho para ser ordinario, para predicar la normalidad.
Paul – No, no hago nada para parecer gente común, que la gente diga, “¡Ah! Él está con los pies en la tierra, es demasiado bueno para ser verdad, no puede ser cierto”. En realidad el asunto es que ser común y corriente es importante para mi. Lo veo en millones de gentes. Hubo un nuevo campeón de motociclismo que apareció en la tele. El es él mismo. No es ordinario ni común, es un campeón, pero tiene los mismos valores, los mantiene. En realidad mi proceder es muy racional, común y corriente. No se contradice ni mucho menos. Es verdaderamente mi respuesta a la pregunta. ¿Cuál es la mejor forma de ser? Yo pienso que común y corriente.
Linda – Bueno, es divertido.
Paul – Nosotros podemos ser verdaderos flash y tener un Rolls-Royce para cada dedo, pero yo no busco nada de eso. ¡No significa nada para mí!. Me deja frío. Ocasionalmente me compro un traje o alguna chaqueta o algo, pero no puedo ser de otra manera.
Playboy – Pero toda esa riqueza debe haber tenido algún impacto en esos valores.
Paul – Bueno, cuando ganas dinero por primera vez, compras todas esas cosas, que la gente lo vea. Contratas a un chofer y te encuentras a ti mismo en la parte de atrás de un auto y piensas: “¡Dios mío! “ra más feliz cuando tenía mi propio carro pequeño! Yo podría llevarme a mí mismo, ¡esto es estúpido!”. Te encuentras a ti mismo sintonizando un televisor en la parte de atrás del carro, con una copa de champaña y piensas: “Esto es el infierno, ¡lo odio!”. Tú sabes, tuve dolores de cabeza por estar viendo televisión en la parte de atrás de las limosinas. Decidí dejar toda esa cantidad de basura. Quiero decir, no era sano. No soporto a conductores o gente que viva en tu casa. Ellos se posesionan de tu vida, no puedo vivir así.
Playboy – ¿Tú sientes lo mismo, Linda?
Linda – Yo soy peor, soy terrible. No puedo obtener felicidad de las cosas materiales. Ellas solo me deprimen. Cuando estábamos en gira por América, nos hospedamos en esta casa tan lujosa que alquilamos y me sentí muy vacía y muy sola
Paul – Linda es naturalmente común. No se aprecia cuando está hablando con alguien o está siendo entrevistada pero Linda está como quiere estar cuando prepara su comida en casa. Ahí es cuando realmente ves a Linda. Ella cocina, cuida a los chicos y está ahí. Tenemos una señora que limpia, eso es todo lo que tenemos. Es gracioso, en realidad, porque yo tengo fama de ser tacaño. Cuando yo llevo a mis hijos a la costa y vienen y me dicen: “Papá, ¿nos das dinero para jugar en las máquinas?”. Les doy una cantidad razonable pero no les doy mucho. Linda tiene cuentos de otros padres que conoció en los Estado Unidos que acostumbraban a pagarle a sus hijos… “Cualquier cosa que quieras muchacho, tú sabes, 50 dólares o cualquier cosa”. Pero los padres no eran responsables con ellos. El dinero era su sustituto. Todo esto me hace pensar que yo sería ese papá. Les daré sólo lo que yo crea que ellos puedan manejar.
Playboy – Esto nos lleva a una pregunta interesante. Tanto énfasis en la vida diaria, o domestica, ¿cómo afecta a un compositor? Se siente comúnmente que tu antiguo trabajo tenía más consistencia que la que ha tenido recientemente.
Paul – Entiendo el argumento. Si tu situación doméstica es diferente, es muy probable que no escuches mucha música nueva, especialmente durante la noche, como sucede cuando eres joven, soltero y la música es todo lo que te llena. En mi caso, quizás los chicos ven un programa de televisión o yo quiero solo sentarme o lo que sea. Si pienso que la situación doméstica puede cambiarte a ti y a tus actitudes. Supongo que si tenías un poco de alegría, entonces quizás no escribes letras salvajes y esas cosas. Pero, no se, no creo realmente en todo eso. Detesto la fórmulas de cualquier tipo.
Playboy – A pesar del consejo de tu padre en relación a tener algún trabajo estable, fue él el quien te motivó a tocar música. ¿Escribió él alguna vez música o líricas?
Paul – Si, una vez escribió una canción. Mi padre perteneció a una banda durante un tiempo, la cual no era muy exitosa. Tenían que cambiar de nombre de presentación a presentación, si no, no los invitaban otra vez. Pero, eventualmente, se convirtió en una especie de estrella pop a su manera… Raro que estemos hablando de esto porque mi hermano investigó nuestra historia familiar e hizo preguntas a toda la familia sobre como eran las cosas en ese entonces. Encontró una carta de un tipo quien dijo que estaba enamorado de mi mamá. Es una larga historia, pero, para hacerla corta, él dijo que realmente estaba flechado por mi mamá y la invitó a salir por un largo tiempo. Entonces él de pronto se dio cuenta que ella lo estaba utilizando para que la llevara a los bailes y se preguntaba por qué. Resultó lo hacía para ir a donde mi padre tocaba con su banda. Ella estaba siguiéndolo como una fan. Me hizo pensar, Dios, de ahí es que me viene todo.
Linda – ¿Sabes? No me había dado cuenta hasta ahora que él había estado tan involucrado con la música.
Paul – Lo cual nos regresa a tu pregunta. ¿Escribió mi padre algo?, bueno, él tenía esta única canción la cual tocaba y tocaba una y otra vez en el piano. Era solo una melodía, sin letra. Yo recuerdo, cuando era un pequeño, que le pregunté: “¿Se le puede poner palabras a eso?”. Lo intentamos varias veces, era como un reto. Bueno, años después grabé esa melodía con Chet Atkins y Floyd Cramer, en Nashville. Nos hicimos llamar Los Country Hams y la canción la titulamos Walking in the Park with Eloise. Le dije a mi padre: “Vas a recibir todas las regalías. Tú la escribiste y la vamos a publicar para ti y grabarla, así que tu recibirás los cheques” y él me dijo: “Hijo, yo no la escribí, hijo”. Pensé: “Oh Dios, ¿qué?”. El dijo: “Yo la inventé pero no la escribí”. Lo que quería decir era que él, como yo, no podía leer música así que realmente no podía escribir una melodía. Yo no puedo escribir música. Yo también, solo las invento.
Playboy – ¿Inventar una canción es lo que más te llena?
Paul – Si, nada me satisface más que entrar en una habitación y salir con una nueva pieza musical.
(Paul deja a Linda y al reportero solos)
Linda – Me gustaría que Paul compusiera más. Todos estos problemas de negocios toman mucho de su tiempo. Si se le dejara solo podría escribir grandes canciones y tocar con buenos músicos. El tiene tal alma para escribir y es un cantante tan bueno. Creo que la gente no se da cuenta cuan gran músico Paul es.
Playboy – Probablemente la mayoría lo sabe.
Linda – ¿Lo crees ? Yo creo que solo ven en él una cara bonita. El es tan bueno que realmente me gustaría verlo expandirse más musicalmente. Eso es lo que veo. Pero con todo esto del negocio… Odio los negocios. Dame un pedazo de pan y un poco de lechuga en el jardín y a olvidar el resto.
(Paul regresa)
Playboy – Paul, ¿cuando tú y John aun estaban hambrientos por escribir, se decían antes de componer una canción: “Vamos a escribir un carro. Vamos a escribir una casa.”?
Paul – ¡Sí! Vamos a escribir una piscina.
Playboy – ¿Qué dices ahora? ¿Hay algo que aún desees? ¿Ha desaparecido algo importante?
Paul – Si, creo que la ambición ha desaparecido.
Linda – Pero Picasso no tenía hambre.
Paul – Exactamente. Eso era lo que trataba de decir acerca de las fórmulas. Realmente, no siempre es tan importante tener hambre de conocimiento. Creo que es una de esas teorías artísticas, como dice Linda. Picasso no tenía hambre y hay cantidades de artistas quienes no han tenido que perder nada por caer en la domesticidad. En mi caso, es probable que sí sucedió. Cuando yo no era del todo doméstico y estaba de club en club por ahí merodeando mucho en los sesenta, probablemente me expuso más y me dejó con más necesidades que llenar, lo cual es bueno para crear. Escribir canciones es como el pulgar en la boca. Mientras más crisis tienes, mayor material tienes para trabajar. Pero en realidad, te digo otra vez que no se si esto es verdad, quiero decir, tendríamos realmente que decidir cual canción vamos a escoger. Si escogemos Yesterday, bueno, vamos a ver, no puedo recordar que estuviera atravesando por ninguna crisis. Así que no debe ser del todo verdad. Yo creo que yo podría fácilmente darme la vuelta y tener menos margen y escribir algo realmente importante.
Playboy – Obviamente, eres ambivalente acerca del tema.
Paul – Para mí, la verdad, es que esto de la domesticidad es confuso. En mi caso, no fue sólo eso lo que me cambió. Fue eso y el final de The Beatles. Así que puedes ver porque yo comenzaría a creer que la domesticidad iguala la falta de sagacidad. Creo que la falta de The Beatles iguala la falta de sagacidad, más que la domesticidad. Creo que lo que tiene mucho que ver con todo esto es la falta de grandes sonidos como los de John, Ringo y George. Tener otros tres grandes talentos alrededor…
Playboy – Pareciera que estás muy claro en esto. A pesar de que el rompimiento de The Beatles ha sido el más ampliamente discutido en la historia de la música, creo que aun no hemos escuchado, de ti directamente, si querías o no que The Beatles continuaran.
Paul – En lo que a mi concierne, sí, me hubiera gustado que The Beatles nunca hubieran terminado. Yo quería que saliéramos otra vez en giras, ir a pequeños lugares, movernos hacia nuestra forma previa de tocar. Sólo hacer música, y cualquier otra cosa que existiera, fuera secundaria. Pero fue John quien no quiso continuar. Le dijo a Klein, el nuevo manager, que él y Yoko habían buscado, que él no quería continuar.
Linda – Y le dijo a John: “No se lo digas a los otros”. En realidad, no se si debemos decir esto.
Paul – Sí, no se cuanto de esto estamos autorizados a decir, pero dijo: “no se lo digas a ellos hasta después que firmemos el nuevo trato con Capitol Records”.
Linda – No se si debemos decir esto.
Paul – Es la verdad, amigos.
Linda – Sí, es la verdad.
Paul – Aunque no podamos decirlo, lo decimos. Es la verdad. Así que, a la mañana siguiente que estaba yo tratando de decir: “Vamos otra vez a reunirnos, a tocar en pequeños clubes, etc.”. John lo dijo…
Linda – Sus palabras exactas fueron: “Creo que tu eres medio bobo”.
Paul – Y él dijo: “No le iba a decir nada hasta firmar el contrato con Capitol pero me voy del grupo”. Y así fue. El gato entre las palomas.
Linda – Pero lo que también sucedió, luego de que pasó el impacto del anuncio de John, fue que todos estuvieron de acuerdo en que el rompimiento se hiciera silenciosamente.
Paul – Por razones de negocios, no diríamos nada por varios meses. Para mí, lo más doloroso fue que John no nos iba a decir nada. Creo que él estaba muy influenciado por Klein. Y Klein, he escuchado, le había dicho a John:..(primera vez que alguien lo decía): “¿Qué quiere Yoko?”. Así que, como a Yoko le gustaba Klein, ya que él le daba todo lo que ella quería, él era el hombre para John. Es mi teoría de cómo sucedieron las cosas.
Playboy – Pero también se ha dicho que te vengaste al dar tú la noticia primero a pesar de que todos habían acordado esperar un tiempo.
Paul – Dos o tres meses más tarde, cuando yo estaba a punto de lanzar mi primer álbum solista, en el que había estado trabajando, uno de mi equipo me dijo: “¿Y qué hay de la prensa?”. Aún estábamos en shock con la noticia que John nos había dado. Le dije: “No puedo manejar a la prensa, odio todas esas preguntas sobre The Beatles”. Él me dijo: “Entonces por qué no contestas algunas preguntas que yo te haga y eso es lo que le entregamos a la prensa”. Le dije que me parecía perfecto. Así que él me hizo algunas preguntas a las que yo respondí y entre ellas iba el anuncio de nuestra separación.
Playboy – Parece un poco calculador y frío de tu parte.
Paul – Esto iba a ser un inserto en el álbum pero cuando fue publicado como noticia y sí, lucía muy frío, hasta loco. Sólo era yo contestando un cuestionario. Un poco raro. Y sí, John se sintió herido por eso.
Linda – Déjame decir algo. John había dejado claro, que ya que había sido su idea, él quería ser el que anunciara la ruptura.
Paul – El quería ser el primero en decirlo. Yo no pensé que esto lo mortificaría tanto o que en realidad le importara quién fuera el primero en hacerlo.
Playboy – Lo que John dijo después fue que le costó mucho perdonarte por utilizar la ruptura como un medio de publicidad para tu primer disco solista.
Paul – Decidí que era ya tiempo de decir la verdad. Era estúpido, ok, pero pensé que alguien debía decir algo. No me gustaba seguir mintiéndole a la gente. Para mí, era una cuestión de conciencia.
Linda – Es una locura cuando piensas en eso… quién debía decirlo primero.
Playboy – Al margen de quien hizo una cosa o la otra, ¿cómo te afectó la ruptura emocionalmente?
Paul – La verdad es, que por un tiempo, no pude manejarlo.
Playboy – ¿Porqué? ¿Es que acaso no lo veías venir?
Paul – Realmente, en mi mente, no fui tan lejos. Nuestro administrador, Neil Aspinall, tenía que leer el parte oficial de la disolución de la sociedad. Supuestamente, tenía que decirlo en vivo a todos nosotros en una voz muy seria y no pudo hacerlo. Pero se le quebró la voz. Y todos nosotros, de repente nos dimos cuenta, de la clase de consecuencia física que produciría lo que había estado ocurriendo. Yo pensé: “Oh, Dios, verdaderamente hemos acabado con The Beatles. Qué mierda”.
Playboy – y entonces, ¿qué pasó?
Paul – Para Linda fue una época muy dura. No se lo hice nada fácil.
Linda – Fue una pesadilla.
Paul – Era imposible. No se como alguien pudo vivir conmigo. Por primera vez en mi vida estaba hecho trizas. Un desempleado cualquiera puede decir: “Oye, todavía tienes el dinero, no es tan malo”. Pero para mí no tenía nada que ver con dinero. Era sólo el sentimiento, la terrible decepción de no ser útil para nadie. Fue un vacío que pasó a través de mi alma. Nunca había experimentado algo así. Las drogas me habían mostrado algo, pequeñas cosas aquí y allá. Habían atravesado a través de una alfombra una o dos veces pero había podido sacarlas de mi mente. En este caso, el final de The Beatles, realmente me hundí por primera vez en mi vida. Hasta ese momento realmente era una especie de engreído. Era la primera vez que la confianza en mí mismo sufría tal impacto. Cuando mi madre murió no creo haber sufrido en mi propia confianza. Fue terrible pero no me sentí culpable. Fue muy malo para Linda. Tuvo que lidiar con este tipo que casi no salía de la cama y, si lo hacía, quería regresar a ella lo más pronto posible. Quería beber cada día, más y más temprano, no veía razón para afeitarme, porque, ¿para donde iba a ir? Y toma en cuenta que yo era generalmente muy morboso.
Linda – Confianza es la palabra. Realmente destruyó tu confianza.
Paul – No había peligro de suicidio o algo así. No llegó a ser tan malo. Digamos que no me gustaba vivir conmigo mismo. Así que no se como Linda lo soportó.
Playboy – ¿Cómo lo manejaste Linda?
Linda – Daba mucho miedo, más de lo que te puedes imaginar. Pero no soy del tipo de persona que abandona, nunca pensaría: “Oh bueno, ¡esto es! Pero me sorprendió, porque…”.
Paul – Bueno, déjame decirte que muchas cosas a tu alrededor en ese tiempo te sorprendían.
Linda – Oh, Dios, sí, es verdad, me la pasaba sorprendida por todo.
Paul – Ella, en los primeros días veía una foto de mí en la pared, una portada de revista o algo así y decía: “Oh Dios, yo pensé que ya lo había visto todo”.
Linda – Yo pensé que The Beatles estaban sobre todo eso. Ellos no se ocupaban de verse en la prensa, estaban acostumbrados. Para mí era todo nuevo.
Paul – Pero éramos reales y lamentablemente, tuve que revelarle a ella esa verdad.
Linda – La imagen que, nosotros los norteamericanos, teníamos de The Beatles y su música era tan positiva y alegre, resaltando que la vida es tan ridícula que bien podemos reírnos de ella. Pero, realmente, nunca pensé que algún problema pudiera pasarles a esta gente, a estos Beatles. Así que para mí, todo lo de la ruptura era irreal. Estaba dando un pequeño viaje a través de la vida, ¿sabes?: “Aquí estoy, en Inglaterra, y oh, ¿realmente esto estaba pasando?”. ¡Todo sucedía tan rápido!
Playboy – ¿Qué te hizo levantarte, Paul, y formar a Wings?
Paul – Solo el tiempo cura. El impacto que sufrí de perder a The Beatles como banda… Uno de los golpes más fuertes fue que no tendría una banda. Recuerdo que John tuvo la misma reacción. Tú sabes, ¿cómo le voy a hacer para sacar mis canciones a la luz pública?
Playboy – Y Wings, ¿fue el primer paso para la recuperación?
Paul – Si. La respuesta cuando pierdes tu trabajo es: “Bueno, vamos a tratar de encontrar otro”. No es una respuesta muy satisfactoria pero es la único que tenía. Así que comenzamos a pensar: “Tomaremos cualquier trabajo, haremos cualquier cosa, sólo para seguir, para hacer algo”.
Linda – Considerando que me pediste que formara parte del grupo, realmente estabas dispuesto a hacer cualquier cosa.
Playboy – Linda, ¿querías pertenecer al grupo?
Linda – Bueno, la verdad no pensé en eso. Tampoco nunca planifiqué ser fotógrafa, siempre pensé que podía hacer cualquier cosa que me gustara hacer. No soy del tipo de persona que piensa por adelantado las consecuencias de lo que vaya a hacer.
Paul – Lo cual fue una gracia salvadora, verdaderamente, porque si ella hubiera pensado en lo que podría suceder…
Linda – Hubiera sentido mucho miedo.
Paul – Bueno, funcionó y muy bien y eventualmente, paso a paso, nos la arreglamos para componer canciones. Esas eran las canciones que alguna gente pensó que no eran tan buenas como mis primeras o que eran muy comerciales. Se que la gente, de vez en cuando, decía eso, pero mi actitud fue: “Lo siento amigos, es lo mejor que actualmente puedo hacer, lo siento. ¿Saben? Este soy yo, tratando de hacer algo. Estoy tratando de hacerlo con honestidad y ser genuino, si algo de esto no es para tu gusto, ¿qué te puedo decir?” Pero nos ayudó a retomar el camino.
Playboy – Cuando miras hacia atrás, ¿qué piensas del material de Wings? ¿Es música de la cual te sientes orgulloso?
Paul – Por un tiempo pensé que lo que hice en Wings era de segunda pero comencé a conocer muchachos jóvenes que no eran de la generación Beatle, quienes seriamente decían: “No, un momento, no podemos permitirte que digas eso de tu trabajo… Nosotros realmente amamos esta canción o esta otra”.
Linda – Mucha gente se nos acercó y nos dijo: “Oh, mi favorita es esta u esta otra…” y era una de las más recientes.
Paul – Si, hubo gente que mencionó My Love o Band On The Run y para nosotros significó mucho. O Mull Of Kintyre o Ebony and Ivory. No importa lo que yo piense de ellas. Puedo verlas cínicamente, hasta despiadadamente, hasta tengo que admitir que definitivamente había algo en esas canciones de Wings. Es más, mientras más las reviso, más descubro que era lo que trataba de hacer. Creo que hay mucho de lo de Wings que se redescubrirá en muchos años.
Playboy – Algunas de las críticas al material de Wings sin duda nacen del hecho que tú y Linda pertenecieran a la banda, ¿cómo reaccionaste a la crítica hacia ella?
Paul – Bueno, estábamos abiertos a esa clase de crítica. Pero fue totalmente inocente la formación de Wings y aún más todavía cuando dije: “Vamos, Lin, ¿quieres estar ahí?”. Le enseñé el Do Central, le dije que le enseñaría unos cuantos acordes y nos reímos. Fue en esa onda que sucedió eso. Pero entonces la gente comenzó a decir, “¡Dios! Tiene a su esposa en el escenario, debe ser una broma”, cosas así. Yo creo que ella lo manejó maravillosamente bien. Linda tiene fabulosos instintos para el espectáculo y para la gira de 1976 en USA, ella manejaba la audiencia mejor que yo y que todo el resto de la banda. Pero mirando hacia atrás, puedo entender la crítica. Era como si estuviéramos poniéndola a ella por encima de The Beatles o algo así. Pero nunca se pensó así. Si lo hiciéramos otra vez solo seríamos un poco más reflexivos. Pero estoy orgulloso de ella. Realmente la lancé a un precipicio sin fondo.
(Paul es llamado y sale)
Playboy – Linda, ¿cómo fue realmente el período Wings para Paul?
Linda – Creo que Paul se sentía muy frustrado. Quería que las cosas resultaran con Wings pero la selección de algunos integrantes fue equivocada. El necesitaba a lo mejor para trabajar a músicos como él, pero no los tenía y llevaba todo el peso él solo.
Playboy – Los ex miembros de Wings han escrito algunas cosas muy fuertes acerca de ustedes dos, particularmente, que Paul era un dictador en el trabajo.
Linda – Es parte del mismo problema. Paul es tan buen músico y ninguno de los integrantes de Wings eran suficientemente buenos para tocar con él, incluyéndome a mí, por supuesto. Ellos eran buenos, pero no grandiosos. Pero en la película Give My Regards to Broad Street, tuvo la oportunidad de trabajar con los mejores. Y el resto de las cosas que se han escrito acerca de nosotros dos, casi todo es pura tontería. Los ex Wings, como Denny Lane, guitarrista, escribió dos artículos. En uno dijo: “Yo guié a Paul en todo”. En el otro: “Paul me dominaba totalmente”. Creo que Denny resultó mal, puedo entender a una novia o a un ex chofer escribir tanta tontería, ¿pero un músico?
Playboy – El fue menos que caritativo acerca de tus contribuciones al grupo.
Linda – Mira, no es lo mío esto de actuar y cantar. No soy talentosa en esos campos. Estaba diciéndole a Paul otra vez que, cuando miro hacia atrás, no entendía como había tenido la valentía para hacerlo y unirme a él. Lo que quiero decir es que fue como salir con Beethoven y decir: “Claro yo tocaré el piano, claro yo cantaré los acompañamientos contigo” cuando uno nunca ha cantado una nota en su vida. Era una locura. Pero yo soy entusiasta. ¿No es gracioso? La gente escribe que soy fría y avasallante. Espero no serlo, pero tengo ese tipo de expresión en el rostro… No sonrío mucho. La verdad es, que soy una buena mujer. Yo no le digo a un niño: “No, no debes hacer eso”, más bien soy del tipo de persona que lo abraza. Soy liviana. Sigo a las cosas. Creo que mi problema es que me casé con Paul y hasta hoy, nadie sabe que o quien soy yo. Ni siquiera yo se que quien soy. Estar casada con Paul me hace una personalidad, creo, pero si no lo estuviera, me las hubiera arreglado en la vida. Me gusta arreglármelas. Me llama la atención que me gustó el intentar cosas que antes no he intentado, como la música. Era así antes de conocer a Paul. Me entusiasmaba con una vitrina que no hubiera visto antes o con un atardecer.
Playboy – ¿Porqué crees que tienes la reputación que tienes? Compartes con Yoko Ono, de alguna forma, ser la causa de la separación de los Beatles.
Linda – ¡Si solo hubiera sabido que tenía que explicarle cosas a la gente! Cuando me casé con Paul sabía que nunca antes había tenido esos problemas excepto quizás cuando estaba en el colegio… pero era normal porque solo escuchabas la radio y olvidabas. Pero Dios sabe cómo la gente me criticó y por cosas que yo no estaba haciendo. Pero no soy de las que se explica a sí misma. Es que yo soy una mujer…. Gente a la que conocía antes, ahora dicen que soy una snob. Tú sabes… “ella no me habla ahora”. Y la gente dice, como lo dijeron en el programa Good Morning America una vez, que si no estuviera casada con Paul McCartney, no sería una fotógrafa. Bueno, puede ser que no fuera una fotógrafa famosa pero sería una fotógrafa y viviría de eso. Todas esas cosas te afectan pero yo las se manejar. Sencillamente, yo las borro. No me importa lo que la gente piensa de mí. Por alguna razón, me importa más lo que se dice de Paul. Quizás es porque él no sabe manejarlo.
Playboy – ¿Como manejas cuando un libro te retrata como una groupie y describe escenas íntimas de las escapadas de Paul y John en el llamado encuentro homosexual con el manager Brian Epstein? Fue Peter Brown, quien fue director de Apple, la disquera de The Beatles, quien lo escribió en The Love You Make.
Linda – (pausa) Él era un amigo, fue quien me presentó a Paul. Un hombre en el que confiaba. Cuando iba al hospital para dar a luz a Stella, le di a mi bebé Mary para que la sostuviera y yo no hubiera confiado mi bebé a alguien en quien no confiara, a alguien que no fuera mi amigo. Ahora es como si no existiera. Y su libro, bueno, no importa lo que escribió, porque traicionó mi confianza. Decidimos no leerlo, pero escuchamos esas cosas. Pusimos la copia que él nos envió en el fuego y yo fotografié cuando se quemaba, página por página. Y en relación a lo que escribió de Paul o de las experiencias de John, pregúntale a Paul. Ya está de regreso.
(Paul retoma la conversación)
Playboy – Estábamos hablando de lo que Peter Brown escribió en su libro.
Paul – Si. Nos dijo que iba a escribir un libro sobre la música de los sesentas no un libro acerca de The Beatles. Lo traje a mi casa, cosa que nunca hacemos, almorzamos juntos, le mostramos a los niños y la villa. Yo pensé que era un amigo así que descubrir que no lo era no es una gran cosa. Escuché que dijo que John Lennon tuvo una relación gay con Brian Epsten cuando viajaron a España una vez. Eso se ha rumorado por años. Lo que me digo es, “¿Estaba él en la habitación con ellos?”. Probablemente es solo un deseo que tiene él de que las cosas fueran así. Pero te diré que es lo sucio de todo eso, que John no está aquí para contestar y tampoco Brian. Todo lo que escribió acerca de nosotros, espero que la gente que ha escuchado nuestra música, aunque sea vagamente, sepa que The Beatles, o los ex-Beatles, eran, lo que mayormente no se ha escrito. Digo, el tiempo y el esfuerzo de John eran invertidos mayormente en cosas honorables. Y por el otro lado, bueno, nadie es perfecto, nadie es Jesús. Y mira lo que le hicieron a él.
Playboy – Aparentemente, John se las arregló con la locura de esos tiempos experimentando con heroína. ¿Sabías algo de esto?
Paul – No, no en ese momento. Es raro que todo fuera en privado.
Linda – No creo que nosotros supiéramos realmente en lo que ellos estaban.
Paul – Lo que si es cierto es que nunca los vimos consumiendo heroína. Nunca, nunca.
Linda – Debe haber sido cuando Yoko ya estaba en su vida.
Paul – Si. Mi teoría es que John y Yoko estaban tan enamorados que le agregaron salvajadas a un amor ordinario, arriesgando todo por eso en formas extremas. Por lo que ellos nos dijeron y por lo que nosotros supimos, incluía cosas locas como la heroína. Parecía que incluía de todo y cualquier cosa. Quiero decir, si el atrevimiento era andar desnudo o era probar heroína, nada era demasiado. Pensar de ti mismo como Jesucristo no era blasfemo, era solo algo más importante que la vida. Toda clase de cosas estaban sucediendo. Todo el mundo estaba hablando sobre ampliar la mente.
Playboy – Y, ¿nunca te inyectaste heroína?
Paul – No.
Playboy – Pero al menos no vas a decir que eres ajeno a las drogas.
Paul – Nunca quise que me escucharan hablando de marihuana para promocionarme. ¿Por qué? Porque tengo cuatro hijos y pareciera que estoy defendiendo eso. Pero después de lo sucedido en Barbados, con la gente diciendo, “Niño malo, no deberías hacer eso”, como un hombre de 42 años siento que tengo el derecho de responder. Si alguien en los sesenta me hubiera dicho que 20 años más tarde estaríamos hablando de si la droga era peor que esto u aquello, yo hubiera dicho: “Olviden eso”. Si tú empiezas con lo más peligroso de la lista, heroína o morfina, sabemos que no hay salida, debes ser suicida para entrar en eso en cualquier forma –entonces pienso que la marihuana está en lo más bajo de la lista. La cocaína está sobre la mariguana en peligrosidad. Yo inhalaba cocaína pero se convirtió en algo muy de moda, demasiado mono, entre los récords de los excesos. No podía manejar todo eso, estar en los baños con toda esa basura. Y creo genuinamente que Librium y Valium, estarían ambos sobre la marihuana. Para mí, la hierba es más suave que el whisky. Eso no significa que yo me doy la vuelta y abogo por la mariguana. No lo he hecho. Solo estoy diciendo que esta es una verdad para mí. Quiero decir, en Barbados, donde estaba de vacaciones, en una habitación a miles de millas de todo el mundo, no interfería con nadie. Nadie estaba mirándome excepto el sirviente del lugar. Y también quiero decir que hoy la marihuana es más dañina que el aire, por ejemplo. Yo preciso de aire todos los días. Agua, jugo de naranja, abogo por eso y una buena dieta vegetariana cualquier día de la semana. Pero la prensa te pone en un rincón; ellos hacen que parezcas el predicador de la hierba. Es estúpido, tú sabes. Yo puedo fumar hierba y dejarla igual. Fui a prisión por eso en Japón. Fueron nueve días sin la droga y no hubo ningún ápice de síndrome de nada.
Playboy – No has hablado de tu tiempo en prisión en Japón por posesión de mariguana. ¿Cómo fue eso?
Paul – Fue un infierno. Pero solo recuerdo las pequeñas cosas buenas. Fue como unas malas vacaciones. Mi arresto se transmitió en todas la malditas televisiones. Los otros prisioneros, todos sabían quien era yo y me pedían que cantara. No tenía ningún instrumento pero los medios del mundo les habría encantado tener las cámaras filmando cuando yo con mis manos hacía que tocaba batería. Bueno, ¡yo he visto Puente sobre el Río Kwai y sabía que era lo que tenía que hacer cuando eres prisionero de guerra! Tenías que reír mucho y mantenerte contento y de buen ánimo porque eso es todo lo que tienes. Así que yo hice mucho de eso.
Playboy – ¿No escribiste un recuento de 20.000 palabras sobre tu estadía en prisión?
Paul – Después de eso, sí. Lo escribí en caso de que alguien preguntara: “¿Cómo es eso?” porque, como dije antes, todo lo poquito de lo bueno salió. Pero si me pongo a pensar mucho, puedo recordar que lo primero a lo que le temía era ser violado. Ese era mi gran temor, ¿correcto? ¿No hubiera sido el tuyo también? (con acento japonés) “Hola, éste es tu amigo guardián de prisión”. Me gustaría un favor, “¿No? ¿Ni siquiera por un plato de arroz?”. Dormí como por una semana llevando el mismo traje verde con el cual fui arrestado; no sabía que podías pedir ropa fresca.
Playboy – Linda, ¿cómo fue ese período para ti?
Linda – Totalmente miserable. Yo estaba con los niños en un hotel japonés sin saber que estaba pasando. Estaba muy asustada por Paul, no lo puedo ni describir. Tu imaginación vuela. No sabía que le podrían estar haciendo. ¿Y por qué? Solo por un poquito de nada. La mariguana no es como las bombas o asesinato o la mafia. No creo que la hierba sea un pecado, no quería que nosotros fuéramos mártires por eso.
Playboy – Los problemas de ustedes por la hierba son una cosa pero los problemas legales alrededor de Apple para esclarecer los asuntos financieros de The Beatles están en otra dimensión. ¿Será eso alguna vez arreglado?
Linda – ¿Qué quieres? Han pasado solo 15 años (risas).
Paul – Para toda la gente es obvio que ya deberíamos haber arreglado los asuntos de The Beatles por nuestra salud. Pero ha habido muchos inconvenientes a través de los años. Una vez John pidió en una reunión un préstamo de un millón de libras. Eso nos desequilibró. Todo el mundo decía: “¿Qué?” y las mandíbulas se caían. Otra vez llegamos todos al Hotel Plaza en Nueva York para la definitiva disolución de The Beatles. Habían una grandes mesas, como en la Conferencia de Ginebra, con millones de documentos que debíamos firmar. George acababa de llegar de una gira, yo viajé especialmente desde Inglaterra, Ringo había viajado especialmente para eso también y ¡John no apareció!. No pudo atravesar el parque. George tomó el teléfono y lo llamó y gritó: “¡Déjate de tonterías y vente ya para acá!” Pero no aparecía. Envió un globo con un letrero que decía: “ESCUCHEN A ESTE GLOBO“. Fue una locura.
Linda – Los números no eran los apropiados, los planetas tampoco, así que John no iría. Bueno y no ha vuelto a suceder desde entonces. No ha sucedido nada desde entonces. El dijo que no iría y punto. Si hubiéramos sabido que había un tipo echando las cartas en su casa para ayudarlo a tomar la decisión, todos hubiéramos ido para allá. George estaba furioso pero eso no cambió nada. Eso fue algo que está más allá de toda explicación.
Paul – Han habido muchos problemas, piedras en el camino y para dejar esto claro, no ha sido siempre John y Yoko. Obviamente, ellos me acusan a mí de poner algunas también. Todos nos hemos acusados unos a otros de muchas cosas de negocios. Actualmente, todos tendemos a ser un poco paranoicos como es de imaginarse. Hay mucho dinero involucrado.
Playboy – Con toda esa historia de números y cartas, pareciera que estás diciendo que es Yoko quien ha impedido que se llegue a un arreglo.
Linda – No lo se. Es verdad que ella llegó a un acuerdo con Klein por 5,000,000. No era su dinero, realmente. Cada Beatle dio su parte, Paul incluido, y él nunca quiso a ese hombre como manager, en primer lugar. ¡Cinco o seis millones! ¡Y piensas que están dependiendo de cartas para ver que deben hacer! ¡Si solo hubiéramos sabido que era lo que estaban haciendo allá! Tratamos de creer que había una razón pero no había ninguna. Todo lo que se es, que con todos los abogados, asesores y parásitos, estábamos dándoles a muchos niños el pago de sus universidades y para que se compraran muchas piscinas. Todo lo que Paul ha dicho en todo este tiempo es: “¡Divídanlo en 4 partes, por favor! En lugar de que los abogados hicieran dinero, divídanlo en cuatro partes y ¡sigamos con nuestra vida!”. Yo le dije a Paul que no me importaba si no nos daban nada, siempre que se dividiera, solo para salir de esto, que los abogados dejaran de hacer dinero. Sólo por eso no me importaba si no nos quedaba nada pero odio ser tomada por tonta.
Playboy – Afortunadamente para ti, la mayoría de tus ingresos no vienen de Apple pero, realmente, vienen de tu compañía de catálogos musicales, ¿correcto?
Paul – De ahí y de mis grabaciones. En partes iguales. La música que poseo es fabulosa. Hermosa. Le debo todo al papá de Linda, Lee Eastman y a su hermano John. El papá de Linda es un gran cerebro comercial. Comentó originalmente: “Si vas a invertir, hazlo en algo que conozcas. Si inviertes armando computadoras o algo así, puedes perder una fortuna. ¿No preferirías estar en la música? Quédate en la música”. Le dije, “Sí, estaría mucho mejor”. Así que me preguntó qué clase de música me gustaría. Y el primer nombre que dije fue Buddy Holly. Lee contactó al hombre que poseía el material de Buddy Holly y lo compró para mí. Así que yo estaba en ahora en la publicación. Lo extraño es, nosotros nunca poseímos nuestra propia música; siempre fue comprada vendida. Alguien más posee Yesterday, yo no. Así que es un tipo de compensación, realmente, por eso. Lee encontró esta compañía llamada a Edwin H. Morris, en Nueva York que poseía todo, incluso el fregadero de la cocina… es la compañía más maravillosa. Tiene alguna de la mejor música jamás escrita, canciones que mi papá tocaba, como Tenderly, After You’ve Gone, Stormy Weather ¡Y nuestra suerte! Hay algo en el negocio que ellos llaman la Suerte de Eastman o quizá un poco suerte de McCartney incluida, también, pero de repente tuvimos mucha, mucha suerte. Había un espectáculo que necesitaba inversionistas y Lee dijo, ‘”¿Quieres dejar seguir al espectáculo o deberíamos intentarlo? Tenemos el poder para hacerlo”. Le dije, “No, lo haremos… es un riesgo artístico, nosotros no queremos que siga”. Era Annie. Estaba en un teatro pequeño antes de ir a Broadway, un pequeño espectáculo y publicamos la música. A Chorus Line también, y publicamos esa. La Cage Aux Folles fue después y esa era lunática, demente. Y muchas, muchas más… Grease también. John Travolta estaba buscando algo que hacer y nosotros poseíamos los derechos para eso.
Playboy – ¿Esto no tuvo nada que ver con tu entendimiento de música popular?
Paul – Un poco. Estuve muy apegado a esto. Y muy enamorado y eso ayuda. Sin embargo, ahora se convirtió en la compañía independiente de publicación más grande así que fue algo grande.
Playboy – Esto también te hizo uno de los hombres más ricos en el mundo, ¿o no?
Linda – No hay todos esos millones que ustedes leen en los diarios. Cuánto gana Paul es uno de esos temas constantes en las columnas de chismes y todas son exageradas.
Playboy – Una de las que más a menudo hemos oído es que tienes aproximadamente 500 millones.
Paul – Y la otra es que gano 20 millones por año.
Linda – ¿Puedes imaginar los impuestos que tendrías que pagar por eso?
Paul – Las historias de dinero realmente se pusieron de moda porque alguien por ahí escribió un libro llamado Sueldos Mundiales: Quién Hace qué, Dónde y Por Qué, un libro de basura que los periódicos citaron como una referencia hacia mí. Ésa es toda la fuente de donde ha salido esto.
Linda – Y se duplica cada vez que lees el diario.
Paul – Todo esto está basado en las cosas que uno lanza y realmente no es verdad. Yo no gané tanto en regalías. Sólo tienes que ver mis ventas en 1980 para deducirlo. En este momento, el asunto está salvajemente exagerado.
Linda – Eso es. Es todo lo que necesitas decir.
Playboy – Muy bien pero cuando usted dices “en este momento”, pareces estar insinuando algo. ¿Eso significa que es posible que podrías estar ganando mucho en el futuro?
Paul – No, no estoy hablando figuraciones. De donde yo vengo no hablas realmente de cuánto estás ganando. Esas cosas son privadas. Como mucha gente, mi papá nunca le dijo a mi mamá cuánto estaba ganando. Ciertamente no voy a decirlo al mundo. Lo estoy haciendo bien.
Playboy – ¿Linda sabe?
Paul – Linda sabe.
Linda – Realmente no me interesa. Quiero tener lo suficiente para vivir y si puedo ayudar a algunas otras personas, eso es lo que me importa.
Playboy – Otro rumor: ¿Es verdad, como se ha publicado, que eres el depositante individual más grande que tiene el Chase Manhattan Bank en Nueva York?
Paul y Linda – ¡Ni siquiera somos clientes del Chase Manhattan Bank!
Playboy – Cualquier otra cosa que ustedes digan, la gente siempre ha sentido que están comercialmente dispuestos, que ustedes están motivados por el dinero.
Paul – No, no es el dinero. Es el hacerlo bien. Vi a Meryl Streep decir, “Yo sólo quiero hacer bien mi trabajo”. Y realmente eso es todo lo que siempre estoy tratando de hacer. Aún me gusta escribir canciones. Aún me emociona. Si me hubiera preguntado a los 15 años que por qué escribí, yo habría contestado, “Dinero”. Pero después de un rato,te das cuenta que ése realmente no es tu motivo principal. Cuando obtienes el dinero, aún necesitas seguir; no te detienes. Tiene que haber algo más. Pienso que es la libertad para hacer lo que quieres y realizar tus sueños.
Playboy – Una de las últimas cosas que John Lennon estaba de acuerdo en hacer para Playboy era recorrer sus canciones y compartir sus recuerdos de ellas. Aun si no tenemos tiempo para pasar por toda tu música, Paul, ¿nos dirías lo que recuerdas de algunas de tus canciones en The Beatles?
Paul – Está bien pero apenas pasará por mi mente.
Playboy – Entendido. ¿Qué recuerdas de una de tus primeras canciones, Love Me Do?
Paul – Love Me Do es la primera canción que grabamos, realmente. La primera audición seria. Yo estaba muy nervioso, recuerdo. Se suponía que John era el cantante principal, pero cambiaron de parecer y me pidieron que la cantara de último minuto porque querían que John tocara la armónica. Para entonces, no habíamos ensayado con una armónica; George Martin empezó a hacerle arreglos. Estábamos muy nerviosos.
Playboy – ¿Do You Want To Know A Secret?
Paul – No mucho; una canción que realmente escribimos para que la cantara George. Antes de que él escribiera su propio material. John y yo escribimos cosas para él y Ringo.
Playboy – All My Loving.
Paul – Sí, yo escribí esa. Fue la primera canción que escribí en donde tenía la letra antes que la música. Escribí la letra en un autobús en una gira, después obtuvimos la melodía cuando llegamos. La primera vez que había trabajado al revés.
Playboy – I Wanna Be Your Man.
Paul – La escribí para Ringo en uno de nuestros primeros álbumes. Pero terminamos dándosela a los Stones. Nos encontramos a Mick y Keith en un taxi un día en Charing Cross Road y Mick dijo: “¿Tienen algunas canciones?”. Así que dijimos: “Claro, ¡acabamos de hacer una!”. Creo que George había sido fundamental al conseguirles su primer contrato de grabación. Los recomendamos a Decca porque Decca se había arrepentido de rechazarnos así que trataron de sacarse la espina preguntándole a George “¿Conocen a otros grupos?”. Él dijo, “Bueno, está este grupo llamado The Stones”. Así fue como consiguieron su primer contrato. Sin embargo, John y yo quizá no les dimos su primera grabación pero creo que fue la primera con la que llegaron a las listas. Ellos no comentan con nadie sobre esos días; prefieren ser más étnicos. Pero tú y yo sabemos la verdad.
Playboy – ¿Qué hay de Not A Second Time?
Paul – Influenciados por Smokey Robinson and the Miracles.
Playboy – Please Mr. Postman.
Paul – Influenciados por The Marvelettes quienes hicieron la versión original. La obtuvimos de nuestros seguidores que escribían “Please Mr. Postman” en el reverso de los sobres. “¡Cartero, cartero, no seas lento! Sé como The Beatles y apúrate, hombre, ¡apúrate!”. Esa clase de cosas…
Playboy – I Should Have Known Better.
Paul – ¡Debí haber estudiado antes de venir a esta entrevista! I Should Have Known Better era de John; era de A Hard Day’s Night.
Playboy – If I Fell.
Paul – Era nuestro período de armonías. Hicimos varias canciones… This Boy, If I Fell, Yes It Is… en la misma vena, la cual era como The Fourmost – un grupo vocal inglés.
Playboy – Si tomaron cosas de otros grupos; ¿oían lo que otros grupos pop estaban haciendo?
Paul – Oh, sí. Éramos los copiones más grandes en la ciudad. Plagiarios extraordinarios.
Playboy – And I Love Her, ¿fue escrita para alguien?
Paul – Es sólo una canción de amor; no, no fue para nadie. Teniendo el título inicial a la mitad, pensé que era original. Bueno, Perry Como hizo And I Love You So muchos años después. Tratando de copiar la idea. Me gustó, era una melodía agradable, esa. Todavía me gusta.
Playboy – Can’t Buy Me Love.
Paul – La grabamos en Francia si mal no recuerdo. Fue por el Odeon en París. La grabamos por ahí. Me sentía orgulloso porque Ella Fitzgerald la grabó también aunque no comprendimos el significado de lo que ella estaba haciendo.
Playboy – Help!
Paul – John la escribió. Bueno, John y yo la escribimos en su casa en Weybridge para la película. Creo que el título reflejaba desesperación.
Playboy – You’ve Got To Hide Your Love Away.
Paul – Ése era John haciéndola de Dylan, fuertemente influenciado por Bob. Si escuchas, está cantándola como Bob.
Playboy – Nowhere Man.
Paul – Ése era John después de una noche fuera con el amanecer iniciando. Creo que a esas alturas de su vida estaba preguntándose un poco hacia dónde iba.
Playboy – In My Life.
Paul – Creo que le escribí la melodía; ese es lo que discutimos un poco. John o se olvidó o no creyó que yo escribí la melodía. Recuerdo que él tenía la letra, como un poema, algo sobre los rostros que él recordaba. Me acuerdo de estar por media hora sentado con un Mellotron que él tenía, escribiendo la melodía. La cual fue inspirada por The Miracles, si mal no recuerdo. De hecho, mucho material era así.
Playboy – Taxman.
Paul – George la escribió y yo toqué la guitarra en esta. La escribió en protesta al descubrir lo que los cobradores de impuestos hacían. Él nunca había sabido antes lo que podría pasarle a tu dinero.
Playboy – Eleanor Rigby.
Paul – Yo la escribí. Obtuve el nombre Rigby de una tienda en Bristol. Estaba yo vagando un día en Bristol y vi una tienda llamada Rigby. Y creo que Eleanor era de Eleanor Bron, la actriz con la que trabajamos en la película Help! pero sólo me gustó el nombre. Yo estaba buscando un nombre que sonara natural. Eleanor Rigby sonaba natural.
Playboy – Here, There And Everywhere.
Paul – La escribí un día en la piscina de John.
Playboy – ¿Escribiste mucho de tu material en la casa de John en ese período?
Paul – Una parte. Cuando estábamos trabajando juntos, a veces él venía a verme. Pero principalmente, yo iba a verlo.
Playboy – De las canciones que compusiste solo, Yesterday es obviamente tu más grande éxito. ¿De dónde salió Yesterday?
Paul – Salió de la cama. Tenía un piano a mi lado y yo… debí haberla soñado, porque salté de la cama y puse mis manos en las teclas y tenía una melodía en mi cabeza. Todo fue sólo así, así se completó. No podría creerlo. Llegó demasiado fácil. De hecho, no creía que yo la había escrito. Pensaba que tal vez la había oído antes, era alguna otra melodía y fui por ahí durante semanas tocando los acordes de la canción para la gente, preguntándoles:”¿Te suena conocido? Creo que yo la he escrito”. Y la gente decía: “No, no me parece conocida, pero es buena”. Yo no creo en la magia llegue tan lejos como para hacer esa clase de cosas. Yo no soy de los que dicen “¿Hey, cuál es tu signo?” o cosas así. Pero creo en la magia en el sentido de algo como ¿De dónde venimos? ¿Cómo nos creamos de un exitoso esperma de entre más de 300 millones? Esa es la magia en la que creo. Yo no sé cómo la hice y yo no sé cómo escribo canciones. Yo no sé por qué respiro. Dios, magia, maravilla. Es sólo eso. Amo esa clase de pensamientos: toda la información para un árbol estaba en una bellota… el árbol estaba de algún modo ahí.
Playboy – Muy bien, de lo sublime a lo… menos sublime: ¿qué hay de Yellow Submarine?
Paul – La escribí en la cama una noche. Como la historia de un niño. Y entonces pensamos que sería buena para Ringo.
Playboy – Good Day Sunshine.
Paul – Escribí esa un día con John… el sol estaba brillando. Influenciado por the Lovin Spoonful.
Playboy – ¿Cuando escribían, tenían dificultad en decidir quién tocaría qué y quién cantaría qué? ¿O sólo acordaban que cantaría cada quien sus propias canciones?
Paul – Normalmente, cantabas tus propias canciones y tocabas cualquier cosa que escribieras.
Playboy – For No One.
Paul – La escribí en unas vacaciones esquiando en Suiza. En un chalet rentado entre la nieve.
Playboy – Got To Get You Into My Life.
Paul – Esa es mía; Yo la escribí. Fue la primera en que usamos metales, creo. Una de las primeras veces que usamos trompetas de soul.
Playboy – Tomorrow Never Knows.
Paul – Eso fue una de las frases de Ringo. John escribió la letra de la versión de Timothy Leary de El Libro Tibetano de los Muertos. Era una clase de Biblia para todos los monstruos psicodélicos. Era una canción de LSD. Probablemente la único. La gente siempre creyó que era Lucy In The Sky With Diamonds, pero realmente no decía LSD. Fue un dibujo que el hijo de John llevó a casa de la escuela. Lucy era una niña en su escuela. Y dijimos: “Ése es un gran título” y escribimos la canción psicodélica basada en eso. Es natural, ¿o no? Ya sabes, era esa época. Como todo lo de la portada de Abbey Road, ya sabes. Paul está muerto porque no tienes zapatos, ¿sabes? Era un período en el que solían leer mucho nuestras letras, solían creer que habría más en ellas de lo que había. Nosotros no nos molestamos por eso.
Playboy – ¿Su consumo de LSD hacía alguna diferencia en sus composiciones?
Paul – Supongo que sí. Supongo que todo hace alguna clase de diferencia. Era un período psicodélico, así que estábamos en esa clase de cosas. Pero no trabajamos con LSD… siempre.
Playboy – Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band.
Paul – Era una idea que yo tenía, creo, cuando estaba volando de Los Angeles a alguna parte. Pensé que sería bueno perder nuestras identidades, sumergirnos en la persona de un grupo falso. Constituiríamos toda la cultura alrededor de ello y reuniríamos a todos nuestros héroes en un lugar. Así que pensé, un nombre que sonara tonto como Dr. Hook Medicine Show sería Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band. Sólo un juego de palabras, realmente.
Playboy – Getting Better.
Paul – Escribí esa en mi casa en St. Johns Wood. Todo lo que recuerdo es que dije: “Está mejorando todo el tiempo” y John contribuyó con la línea legendaria no podría estar peor. La cual pensé que era muy buena, contra el espíritu de esa canción que era súper optimista… está esa encantadora pequeña línea irónica. Típico de John.
Playboy – Fixing A Hole.
Paul – Sí, yo la escribí. Me gustó. Historia extraña, creo. La noche que fuimos a grabarla, un tipo vino a mi casa anunciándose como Jesús. Así que lo llevé a la sesión. Ya sabes, no podría hacernos daño, pensé. Lo presenté como Jesús a los muchachos. Bastante razonable. Pero era él. Lo último que vimos de Jesús.
Playboy – She’s Leaving Home.
Paul – Yo la escribí. Mi clase de balada de ese período. A mi hija le gusta. A una de mis hijas le gusta. Aún funciona. La otra cosa que recuerdo es que George Martin se ofendió de que yo usara otro arreglista. Él estaba ocupado y yo estaba teniendo prisa por seguir con ella; yo estaba inspirado. Creo que a George le fue muy difícil perdonarme por eso. Lo hirió; no quise hacerlo.
Playboy – Being For The Benefit Of Mr. Kite.
Paul – Es o se tomó directamente de un cartel que John tenía. Un cartel del circo. La alargamos un poco.
Playboy – ¿Qué hay de When I’m Sixty Four?
Paul – ¿Quién sabe? Sí, yo escribí la melodía cuando tenía como 15 años, creo, en el piano en casa, antes de que me mudara de Liverpool. Era como una melodía de cabaret. Entonces, años después, le puse la letra.
Playboy – En su entrevista de Playboy, John dijo que ésa era una canción que no le gustó y nunca podría haber escrito.
Paul – ¿Quién sabe lo que a John le gustaba? Ya sabes, John diría que no le gustó algo un minuto y al siguiente podría gustarle. ¡Realmente yo no sé lo que le gustó o no le gustó, ya sabes! Dependería de qué humor estuviera en un día determinado, realmente, lo que le gustaría… no me importa, a mí me gustó.
Playboy – ¿Qué hay sobre Lovely Rita?
Paul – Sí, era mía. Se basaba en las cuidadoras de parquímetros norteamericanas. Y tuve la idea tan sólo… ya sabes, tantas de mis cosas, como When I’m Sixty Four y ésas, ¡son en doble sentido! Pero las toman como reales! (impresión sarcástica) “Paul está diciendo, ¿me amarás cuando tenga 64 años?”. Pero yo digo, “¿seguirás alimentándome cuando tenga 64 años?”. Ése es un poco de doble sentido. Y algo parecido es con Lovely Rita -la idea de una cuidadora de parquímetros siendo sexy era doble sentido en ese tiempo. Aunque he visto varias, pienso en eso.
Playboy – Te estás relamiendo de gusto.
Paul – ¡Bueno, esta es una charla con Playboy!
Playboy – Correcto. Good Morning, Good Morning.
Paul – Good Morning… John. Ése fue nuestro primer uso considerable de efectos de sonidos, creo. Teníamos los caballos y pollos y perros y todo eso corriendo por ahí.
Playboy – A Day In The Life. Por supuesto que es de John. ¿Correcto?
Paul – Fue principalmente de John, creo. Recuerdo estar muy consciente de las palabras I’d love to turn you on y pensar: “Bien, es tan riesgoso si nos atrevemos a dejarlo a estas alturas”. Bueno, la BBC la prohibió. Dijo: “Ahora saben cuántos agujeros se necesitan para llenar el Albert Hall o algo”. Pero quiero decir que no había nada vagamente grosero o malo en eso. I’d love to turn you on era la línea más grosera en todo. Pero era una de las mejores de John. Yo escribí… esa era co-escrita. El crescendo de la orquesta y eso basado en algunas de las ideas que yo había estado recibiendo de Stockhausen y gente así, que es más abstracta. Así que les dijimos a los miembros de la orquesta que sólo empezaran en su nota más baja y terminar en su nota más alta e ir en su propio tiempo… lo que a las orquestas les da miedo hacer. Ésa no es la tradición. Pero los trajimos para hacerlo. Realmente, tuvimos a las trompetas para empezar en la nota más baja, y los violines empezaron un poco después; los violines se tienden a seguir entre sí, como ovejas. Las trompetas son un poco más osadas; ¡habían bebido! Los trompetistas son generalmente borrachos.
Playboy – Back In The USSR.
Paul – La escribí que como una clase de parodia de The Beach Boys. Y Back in the USA era una canción de Chuck Berry así que la tomé de ahí. Me gustó la idea de muchachas de Georgia y hablar de lugares como Ucrania como si fueran California, ¿sabes? También era un riesgo muy grande del cual todavía estoy consciente. Porque les gustamos allá, aunque a los jefes en el Kremlin tal vez no. A los niños sí. Y para mí son muy importantes para el futuro de la raza.
Playboy – Ob-La-Di Ob-La-Da.
Paul – Un amigo que solía andar por los clubes decía, (con acento jamaicano) Ob-la-di, ob-la-da, la vida sigue y se molestó cuando hice una canción de esto porque él quería un crédito. Le dije: “Vamos, Jimmy, es sólo una expresión. Si hubieras escrito la canción, podrías tener un crédito”. Él también solía decir: “Nothin’s too much, just outta sight”. Él era uno de esos tipos que tenían grandes expresiones, ya sabes.
Playboy – Está bastante claro cuánto te gusta trabajar con lo de otras personas. Es como si necesitaras a alguien más para ser totalmente creativo. ¿Cierto?
Paul – Bueno…
Playboy – Por ejemplo, anteriormente dijiste que realmente extrañabas a esos tres apoyos, John, Ringo y George. ¿A quién puedes usar hoy como apoyos?
Paul – A mis hijos. Yo tocaré alguna nueva melodía en el piano. Si es realmente buena, yo notaré que los niños se levantarán con ella y empezarán a tararearla. Recuerdo, cuando escribí So Bad, la letra era, Girl, I love you / Girl, I love you, la cual canté para mis niñitas… y la cantaron también. Entonces mi muchachito James quien tiene seis años nos miraba haciéndolo y empecé a cantar la letra como Boy, I love you, / Boy, I love you. ¡No quise dejar fuera a mi muchacho de una canción de amor!
Playboy – ¿Qué hay sobre los otros canta-autores con quienes has colaborado? ¿Cómo son sus apoyos?
Paul – ¿Quieres decir Stevie Wonder y Michael Jackson? Me encantó trabajar con ellos. Admiro sus voces y su talento. Pero no fue lo que yo llamaría una colaboración seria; fue más como si estuviéramos cantando en un disco de otro. Michael y yo escribimos un par de canciones juntos pero realmente nunca nos sentamos a pensar, somos ahora un equipo de compositores. Creo que Michael y yo lo tomamos como una clase de… sólo algo agradable que hacer. Él empezó llamándome y diciéndome que quería verme. Así que le dije, “¿Para qué? ¿Lo sabes? ¿Por qué?”. Todo esto era muy agradable, pero dijo: “Quiero hacer éxitos”. Le dije: “Grandioso, encantador”. Así que no tomo esa clase de cosas seriamente.
Playboy – ¿Consideras seriamente a Michael Jackson como compositor?
Paul – No, yo no lo admiro particularmente como compositor porque él no ha hecho mucho. Yo admiro más a Stevie Wonder. Y a Stephen Sondheim. Probablemente uno de los mejores.
Playboy – ¿Sondheim? ¿Quieres decir como en los musicales de Broadway?
Paul – Seguro. Ya sabes, cuando empezamos con lo de Lennon-McCartney, ya sabes, 50-50 con un apretón de manos, era como un viaje de Rodgers y Hammerstein. Para mí lo era, de algún modo. Esa imagen romántica de colaboración, todas esas películas sobre ello. Compositores de Nueva York sentados al piano… La llamaremos la Sinfonía del Caimán; ¡Que gran idea! –y todos se van a California y se emborrachan. Siempre me atrajo, esa imagen. Lennon y McCartney estaban convirtiéndose en los Rodgers y Hammerstein de los sesentas; ésa es la forma en que fue el sueño.
Playboy – Entonces ¿hay una parte de ti que aun está buscando a un nuevo compañero, alguien con quien puedas escribir de la manera que lo hiciste con John?
Paul – Yo no estoy buscando… yo no, porque yo no busqué a John, tampoco. Pero creo que si cayera en una situación donde me sintiera cómodo escribiendo con alguien, definitivamente no le diría que no. Me gusta la colaboración pero la colaboración que tenía con John… es difícil imaginarse a alguien más llegando a ese estándar. Porque él no era flojo, ese muchacho. Era alguien bastante dispuesto, ya sabes. Quiero decir, no puedo imaginar a nadie estando ahí cuando voy, (canta) It’s getting better all the time... No puedo imaginar a nadie con quien poder tocar, (canta) It couldn’t get much worse...
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