Han pasado cinco años desde que Paul McCartney se presentó en el Zócalo de la Ciudad de México. Cinco años de aquella noche que muchos nunca podremos olvidar. Aquí el rescate de una crónica que nos cuenta cómo se vivió ese día 10 de mayo del 2012.
Si alguien nos hubiera dicho, hace algunos años atrás, que Paul McCartney se presentaría en un concierto gratuito en el Zócalo de la Ciudad de México lo hubiéramos visto como algo inconcebible, pero la gira On The Run, del 2012, incluyó en su itinerario la Plaza de la Constitución, en donde Paul y su grupo ofrecieron un concierto inolvidable para todos los que pudimos presenciarlo.
Luego de visitar países como Uruguay, Paraguay, Colombia y Brasil, el tour de McCartney pisó suelo mexicano para presentarse en el estadio Omnilife en Guadalajara el cinco de mayo y en el estadio Azteca de la Ciudad de México el día ocho del mismo mes. Los boletos, para ambas fechas, alcanzaron precios estratosféricos, así como también hubo entradas a costos accesibles para el público, pero ubicadas en las partes más altas de cada inmueble. Rápidamente el boletaje se agotó en un solo día, lo que dejó a muchos con la desilusión de no poder ver a uno de los cuatro genios de Liverpool.
Comenzó como un rumor, una broma de mal gusto tipo día de los inocentes, Paul McCartney en el Zócalo y gratis ¡Por favor! El ex Beatle ha tocado en plazas como la Roja de Moscú, en La Independencia en Kiev o en Plains of Abraham en Quebec, Canadá, pero en México se veía como algo improbable. Nos fuimos de espalda cuando se confirmó la noticia, ya era un hecho que McCartney tocaría en pleno corazón de la Ciudad de México, el 10 de mayo, el día en que celebramos a las madres. Fue en noviembre de 1993 cuando el zurdo bajista vino por primera vez a México y ofreció dos conciertos en el Autódromo Hermanos Rodríguez, después en el 2002 llegó al Palacio de los Deportes con el Driving Rain, en 2010, en el Foro Sol, con su Up and Coming Tour Paul nos volvió a hacer vibrar de emoción. On the Run es la gira que lo regresó a México y en la plancha de Zócalo vivimos una de las grandes experiencias de nuestras vidas.
Desde muy temprano, 6:00 am, llegamos a formarnos para poder ingresar sin problema alguno a la explanada del Centro Histórico. En la calle de Madero ya se encontraba una larga fila esperando a que ésta se abriera para poder encontrar un buen lugar cerca del escenario. Pasadas las ocho de la mañana las autoridades del Distrito Federal comenzaron a dar el tan ansiado acceso, por un momento la gente se descontroló y corrió con desesperación hacia las entradas pero la calma regresó y nos volvimos a formar. No faltó el desmayado, aquel que llegó un día antes y a la hora de la verdad simplemente quedó tirado en la orilla de la banqueta, dejado ahí por sus acompañantes, para no entorpecer la circulación de las personas.
Una vez ubicados en nuestro espacio, dentro de la explanada del Zócalo, y haber ido al baño algunas veces, ya que al correr las horas esta actividad ya no se podría llevar a cabo a riesgo de perder el lugar, nos dispusimos a esperar a que comenzara el concierto, teníamos doce horas por delante en las cuales vimos como poco a poco comenzaba a llenarse el lugar. Gente de todas las edades, algunos con sus playeras estampadas con la imagen de Paul o de Los Beatles. En el transcurso de la tarde los músicos tomaron turnos y subieron a realizar el soundcheck, por ahí vimos a Abe Laboriel Jr en la batería, a Paul Wickens, Brian Ray y Rusty Anderson quienes con sus cámaras tomaban fotos o videos del ambiente festivo que se vivía.
El entarimado se colocó frente a la Catedral, ese mismo escenario que Paul McCartney ha llevado consigo en toda la gira. Alrededor de las seis de la tarde, una ligera lluvia refrescó la tarde calurosa, una anciana de alrededor de unos 70 años, quien había sido llevada por su hijo y la cual no tenía idea de quién era el ex Beatle, suplicaba luego de estar varias horas de pie – Ojalá que este hombre se compadezca de nosotros y ya salga – Pero aun faltaba tiempo para que esto sucediera.
Por fin dieron las 7:30 pm y el dj Chris Holmes arrancó con su rutina de mezclar clásicos de Los Beatles y de Macca, una hora le llevó realizar su show. El público se impacientaba hasta que pasadas las 8:30 de la noche comenzaron a verse en las pantallas, ubicadas a los costados del escenario, ese mosaico-collage de imágenes y música que detallan la carrera artística de Paul McCartney, el mismo que ya había presentado dos años atrás en la gira Up and Coming.
Minutos después de las nueve de la noche, todo el cansancio del día quedó en el olvidó, las luces se apagaron, el escenario se iluminó de color azul y por fin entró Paul McCartney vestido de una media gabardina roja, pantalón negro y camisa rosa. Su banda entró enseguida de él, los gritos de euforia sonaron por todas las calles aledañas a la plancha citadina, el Zócalo se volvió un polvorín, las lagrimas de emoción se apoderaron de miles de rostros, sir Paul volteó hacia el baterista Abe Laboriel Jr. y comenzó el sueño, ahora hecho realidad, cuando se escuchó Hello Goodbye – You say yes, I say no – Todo el Zócalo cantó a una sola voz; Junior´s Farm nos hizo recordar a los Wings; entretanto todos brincamos al mismo tiempo, como si hubiéramos ensayado previamente una coreografía, con All My Loving.
Paul presentó canciones que no había interpretado hasta este tour como The Night Before o esa otra que desde 1993 no la había vuelto a tocar, Hope 0f Delivarence, la cual fue dedicada a las madrecitas en su día. Sorpresa fue haber escuchado Birthday del llamado Álbum Blanco de los Beatles. Cuando arrancaron los primeros acordes de Jet la misma anciana que suplicaba que Paul saliera, ahora sacó una torta y comenzó a comerla, sin importarle nada más que saciar su hambre. No faltaron algunos expertos beatlemanos, entre el público, que les decían a sus amigos qué canción era la que McCartney estaba tocando en ese momento. Otro de los momentos asombrosos de la jornada llegó cuando Ob-la-di- Ob-la-da fue acompañada del mariachi Gama Mil, nadie podía dar crédito ante tal acontecimiento.
– Viva México cabrones – Gritó Paul para inmediatamente después ofrecernos una canción de su hermanito George Harrison, la bella Something; mientras que a John Lennon le dedicó Here Today del Tug of War y A Day in The Life, para muchos la mejor canción grabada por el cuarteto de Liverpool. -Son a toda madre- nos recalcó el ex Beatle, mientras la audiencia coreaba su nombre ¡Paul, Paul, Paul!
Cuando cantó el sencillo My Valentine, dedicado a su actual esposa Nancy Shevell, de su nueva producción Kisses from the Bottom, en las pantallas aparecieron Johnny Depp y Natalie Portman interpretando el tema en el lenguaje para sordomudos. A su adorada Linda le dedicó Maybe I´m Amazed hermosa melodía de su primer disco como solista.
Paul McCartney en concierto produce una alegría indescriptible, nadie puede dejar se saltar y bailar con temas como Mrs. Vanderbilt, Band on The Run y Dance Tonight. Los clásicos beatleros se apoderan de la noche, las nostalgia nos llegó con The Long and Winding Road, Let it Be y Get Back. Con Live and let Die nos emocionó el ver los fuegos artificiales que salieron expulsados hacia el cielo e iluminaron, con varios colores, por instantes el lugar. Con el entusiasmo a flor de piel escuchamos Hey Jude en donde Paul nos puso a cantar a todos –na na na na ná Hey Jude. McCartney se despidió para hacer el primer encore. Muy pocos minutos después el músico volvió a ingresar al escenario con una bandera de México, mientras que el tecladista, Paul Wix Wickens, ondeó una de Gran Bretaña, después de deleitarnos con Lady Madonna, el ex Beatle tomó su bajo Hofner y comenzó a tocar Day Tripper, un joven que está junto a mi gritó – ¡Es la coqueta! ¡La coqueeetaaaa!
Para su segundo encore Paul entró con su guitarra acústica, lo siguió Wix Wickens para acompañarlo en Yesterday, al terminar la canción, McCartney, y después de roquear con Helter Skelter, él se dirigió hacía su piano y nos avisó que lo siguiente sería el último tema de la noche; al igual que lo hacía en la gira de Flowers in the Dirt de 1989-90, el músico cerró con ese medley final del Abbey Road el cual comienza con Golden Slumbers, continua con Carry that Weight y culmina con The End en donde nos dice que al final todo el amor que recibimos es igual al amor que damos. Ha terminado el concierto, la sonrisa permanece en nuestros rostros, la alegría de ver una parte de la historia musical del rock está presente. No hay cansancio en ese momento, la adrenalina aun sigue y nos preguntamos si volveremos algún día a ver a Paul McCartney. Caminamos por Madero hacia la avenida Eje Central, el metro ya ha cerrado sus puertas y los taxistas cobran un ojo de la cara por un viaje. La noche se ha hecho corta y esperamos a que llegue un nuevo día para poder volver a casa. Good Day Sunshine.
Set List. 10 de mayo 2012. Zócalo, Ciudad de México:
1. Hello, Goodbye.
2. Junior´s Farm.
3. All My Loving.
4. Jet.
5. Drive My Car.
6. Sing The Changes.
7. The Night Before.
8. Let Me Roll It.
9. Paperback Writer.
10. The Long and Winding Road.
11. Nineteen Hundred and Eighty Five.
12. My Valentine.
13. Maybe I´m Amazed.
14. I´ve Just Seen a Fece.
15. Hope of Delivarence.
16. And I Love Her.
17. Blackbird.
18. Here Today.
19. Dance Tonight.
20. Every Night.
21. Mrs. Vanderbilt.
22. Eleanor Rigby.
23. Something.
24. Band on The Run.
25. Obladi Oblada.
26. Birthday.
27. Back In The USSR.
28. I´ve Got a Feeling.
29. A Day In The Life.
30. Let It Be.
31. Live and Let Die
32. Hey Jude.
33. Lady Madonna.
34. Day Tripper.
35. Get Back.
36. Yestarday.
37. Helter Skelter
38. Golden Slumbers/Carry That Weight/ The End.
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