La relación de Paul con Linda finalmente fue descubierta por los periódicos y, de manera inmediata, inventaron uno de los mitos más duraderos de Linda: que era parte de la familia Eastman Kodak. Supuestamente, éste fue concebido por los tabloides de la Calle Fleet que conectaron su apellido con el hecho de que era una fotógrafa.

Paul: “Una vez, estando en una disco de Los Angeles, un tipo se acercó a nosotros. Preguntó: ‘¿Eres una Eastman Kodak?’. Ella contestó que no y él le dijo: ‘Me alegra que hayas dicho eso porque yo sí soy un Eastman Kodak’”. No importó cuantas veces Linda lo negó, el que Paul se había casado con una heredera se volvió parte de la mitología de McCartney.

Durante dieciocho meses entre 1967 y 1968, el periodista inglés Hunter Davis había estado escribiendo una biografía autorizada con la colaboración del grupo. Paul se llevaba muy bien con él y le dio toda la ayuda posible. Al terminar el libro, Davis rentó una villa en Praia da Luz, en Algarve y se llevó a su familia durante las vacaciones de invierno. Le mandó a Paul una postal, invitándolo casualmente a visitarlo. Después, avanzada la noche del 11 de diciembre, se despertó al oir gritos y ver que alguien estaba aventando piedras a su ventana. Se sorprendió al ver a Paul, Linda y Heather junto a un chofer de taxi con cara de confusión que esperaba que le pagaran.

Esa tarde Paul había decidido de un momento a otro aceptar la invitación de Hunter. Ya que no había más vuelos ese día, Neil Aspinall había rentado un jet privado que los llevó al pequeño aeropuerto de Faro. Paul llegó sin dinero portugués así que Hunter tuvo que pagarle al chofer del taxi. La tranquilidad de la familia Davis se vino abajo al verse envuelta ésta en el circo mediático que normalmente seguía a The Beatles a cualquier lugar a donde fueran. Llegaron tantos periodistas desde Lisboa al día siguiente que Paul tuvo que dar una improvisada conferencia de prensa en la playa pero después de ese momento, su solicitud de privacidad fue más o menos respetada excepto por el gran número de regalos e invitaciones que llegaron a la villa enviados por fans y por los comerciantes locales, otra característica permanente de la vida de Paul como un Beatle.

Fue en Portugal en donde Paul le propuso matrimonio a Linda, por la época en donde Linda descubrió que estaba embarazada de Mary.

Paul: “Mientras nuestra relación se hacía más sólida y realmente nos empezamos a sentir más cómodos con el otro, fue una cuestión de ‘¿Debería de dejar de tomar la píldora entonces?’.

Hablamos al respecto y le dije, ‘¡Sí!’. No se por qué, no estaba planeando una familia, fue más un ‘Si quieres. Podríamos ver qué sucede y si sucede, estaría bien’. Después Mary venía ya en camino; definitvamente no fue planeado. Y decidimos, en ese momento, que nos casaríamos.

Le pedí a Lee su mano en matrimonio: ‘Me gustaría casarme con su hija’. Me la puso difícil; quiso probarme: ‘He escuchado que la Gran Bretaña se está hundiendo”, me dijo, entre otras cosas. Yo le contesté: ‘Yo he he escuchado que a Estados Unidos tampoco le va bien”. Así que hubo un poco de eso. El era muy estricto. Sin embargo, yo tenía una actitud diferente, siendo un hombre independiente y no tenía por qué doblegarme ante él. Así que si decía algo o empezaba con una frase fuerte a la hora de cenar, yo le decía: ‘No estoy de acuerdo con eso’.

Recuerdo una vez, después de que nos casamos, que regañó a Linda en la cena. Le dije: ‘Preferiría que no hiciera eso’. Y me vio como diciendo, ‘¿Quién eres tú?’. Agregué: ‘Soy su esposo y realmente preferiría que no hiciera esto. No creo que lo necesite’. ¡Fue justo como aventar una granada al centro de la mesa! Sólo la tomé de la mano y dije: ‘Muy bien, buenas noches a todos. Fue una velada agradable. Muchas gracias’, y nos fuimos. Salimos, Linda se rió y dijo: ‘No puedo creer que hayas hecho esto’. Le contesté: ‘No tengo obligación ante este hombre. Tú sí, es tu padre. Sin embargo, yo no tengo lazos con él excepto a través de ti. Yo soy me hice sólo tal como él y para mí, es sólo otro hombre’. Creo que, a la larga, me respetó por eso. Tuvimos uno o dos momentos ásperos pero me caía muy bien”.

 

Extracto del libro Paul McCartney, Many Years From Now de Barry Miles
Traducción: Tere Chacón
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