Presenciar un concierto de nuestros artistas o grupos favoritos es quizá una de las experiencias más excitantes que podemos vivir como melómanos. Desde el momento en que adquirimos los boletos, llegamos al lugar y vemos el escenario que pisará el grupo, vivir la emoción que siente cuando las luces se apagan en el recinto pletórico de personas que dan un grito al unísono para luego dar paso al espectáculo, sin duda todo esto de convierte en un ritual que podemos vivir y guardar en nuestros recuerdos. Pero el capturar todo ese sentir, de un show en vivo, en un álbum  es imposible, pero se trata de hacer y los resultados, en muchas ocasiones son muy aceptables y varios de esos discos se han vuelto clásicos.

Hubo un tiempo en donde muchos grupos o solistas publicaban sus álbumes en vivo, en varios casos era para cumplir un contrato con sus compañías discográficas, ya que al no tener nuevas canciones se optaba por lanzar platos de grandes éxitos o discos en concierto, pero en la actualidad esta practica ya no se hace regularmente. Claro que el registrar presentaciones en vivo no es algo nuevo,  viene desde que se inventaron los dispositivos para grabar la música y así llegar a los hogares, de acuerdo con el sitio Medium.Com, en un texto escrito por alguien llamado Ingenious Piece, asegura que presuntamente el primer álbum grabado en vivo data de 1938 y se llevó a cabo en el Carnegie Hall, en la Ciudad de Nueva York, aunque no menciona quién fue el artista. Pero hace referencia a la tecnología que surgió con las consolas multi track que sirvieron para poder registrar y mezclar las canciones que se interpretaban en un show. Por supuesto que cada grabación realizada en un concierto tiene que pasar por la consola de un estudio para producirla y darle un mejor sonido para su salida a la venta.

Aunque cabe mencionar que muchas de las canciones que contienen esos álbumes en su mayoría no provienen de un solo concierto, sino que son una mezcla de varias presentaciones en vivo  con que se crea el tracklist, el cual pretende darnos una idea de lo que fue el recital o el tour. Por  el formato y el tiempo de duración de los dispositivos que guardan la música, es obvio que no se editan shows completos, pero eso no le quita su valor histórico – musical.

Cuando se han hecho, por parte de las publicaciones especializadas en rock, las lista a lo mejor en cuanto a discos grabados en concierto, nos encontramos con verdaderas joyas como Made In Japan (1972) de Deep Purple, Kick Out The Jams (1969) de MC5, Under a Blood Red Sky (1983) de U2,  Live and Dengeous (1978) de Thin Lizzy, The Last Waltz (1978) de The Band, Alive (1975) de Kiss, Frampton Comes Alive! (1976) de Peter Frampton, entre muchos otros. Pero hay algunos discos que a veces se ignoran, pero finalmente el gusto se rompe en géneros y sin pretender hacer una lista de “lo mejor” simplemente podemos decir que muchos disfrutamos de estos álbumes grabados en directo y que fue gracias a ellos que conocimos a los grupos o solistas  que se volvieron parte de nuestros gustos musicales y además pudimos sentirnos, de alguna manera, en uno de sus conciertos.

QUEEN. LIVE KILLERS (1979)

Live Killers de Queen fue el primer álbum doble en vivo que publicó el grupo. Salió a la venta en junio de 1979 y se grabó durante la gira que llevaron a cabo durante ese año, entre los meses de enero y marzo, que promovía el disco Jazz en arenas europeas. Pese a que esta obra tuvo buena recepción en cuanto a las lista de popularidad en Reino Unido y Estados Unidos, no fue bien recibido por los seguidores del grupo y los críticos de música, quienes lo han calificado de decepcionante. El periodista David Fricke, de la revista Rolling Stone, se centró en afirmar que la selección de canciones venía en su mayoría de los álbumes A Night At The Opera (1975) y News Of The World (1977) con uno que otro track de otros discos y mecionó: “Si Live Killers sirve para algo, es para mostrar que, despojados de su deslumbrante sonido de estudio y las brillantes armonías vocales de Freddie Mercury, Queen es sólo otro sucedáneo de Led Zeppelin, que combina la parodia clásica barata con tonterías de heavy metal. El uso de una versión grabada de Bohemian Rhapsody en su programa puede ser en realidad la forma típicamente intransigente de Queen de ocuparse de los negocios”.

Con el pasar de los años se rescataron, para discos, conciertos como el de Wembley de 1986 (que se publicó seis años después de que el show se llevó a cabo y meses después de la muerte de Freddie Mercury), así como Queen Live At The Bowl (2007), Live At The Rainbow ‘ 74 (2014) y A Night At The Odeon- Hammersmith 1975 (2015). Pero quizá de alguna manera, sin ser un álbum perfecto, Live Killers  mantiene su valor por haberse publicado en el momento en que el grupo aún estaba completo, algo similar con el disco Live Magic(1986), que nos mostró la fuerza del grupo en  vivo.

THE WHO, WHO´S LAST (1984)

Cuando se han elaborado las listas de los mejores álbumes grabados en vivo se coloca, sin dudarlo, en muy buena posición, la obra de The Who, Live At Leeds (1970), originalmente publicado como un solo plato con  seis tracks (posteriormente se han reeditado varias ediciones especiales en disco compacto que contienen  el concierto completo llevado a cabo en la Univesity Of Leeds Refectory), el disco se ha vuelto todo un clásico. Pero tuvieron que pasar 14 años para que el grupo lanzara su segunda obra en vivo a la que llamó Who´s Last (que hace referencia a Who´s Next y además porque se anunció que ese tour sería el de despedida).

Who´s Last se grabó durante la exitosa gira norteamericana de The Who de 1982, la cual se llevó a cabo en su mayoría en estadios con llenos totales. Para ese momento el baterista Keith Moon, quien falleció en 1978, fue sustituido por Kenny Jones (ex miembro de Small Faces), y grabó con el grupo los discos It´s Hard (1981) y Face Dances (1982). Curiosamente para el álbum no se seleccionaron ninguna de las canciones de este par de obras que el grupo tocaba en vivo, solamente escogieron clásicos.  El disco doble obtuvo muy malas reseñas por parte de la crítica, así como de los fans de la banda, quienes aseguraron que The Who no se escuchaba bien y que su parte rítmica había perdido fuerza con la ausencia de Moon.

Aun así, Who´s Last es otro de los documentos musicales que vale la pena escuchar para ubicar a The Who en la primera parte de los ochenta  con una gira exitosa; con buenos shows rescatados en bootlegs, pero que al ser grabado para su álbum oficial no se capturó esa magia. Pero eso no quita el que se podamos deleitarnos con sus grandes éxitos en concierto.

LED ZEPPELIN, THE SONG REMAINS THE SAME (1976)

Led Zeppelin fue todo un éxito durante la década de los setenta, no sólo sus discos se vendían en grandes cantidades, de igual manera sus recitales fueron todo un suceso. Los discos piratas que se grabaron de sus conciertos eran buscados por sus seguidores. El primer álbum doble grabado en directo oficialmente publicado por la agrupación fue también la banda sonora para le película del mismo nombre. La grabación y rodaje del film se realizaron en el Madison Square Garden, en la Ciudad de Nueva York, durante la gira de 1973. Curiosamente en la versión original en vinil no incluía algunas canciones que venían en el film y viceversa. No obstante la obra nos mostró la fuerza del grupo británico sobre un escenario y por supuesto con un sonido superior al de los bootlegs.

Posteriormente, con la llegada del disco compacto, The Song Remains The Same tuvo una reedición remasterizada en este formato al cual se le agregaron tracks, de igual manera la película se limpió para su publicación en blu-ray. Es de tomar en cuenta que cuando se realizan los conteos a lo mejor de los álbumes en concierto, se suele elegir a How The West Was Won (2003), grabado en California, en el Forum de Los Angeles, en el año de 1972, por encima de The Song Remains The Same. Para muchos de nosotros este fue el acercamiento que tuvimos a un show del grupo, además de que no solamente escuchamos el álbum sino que también pudimos apreciarlos en la película.

PINK FLOYD,  DELICATE SOUND OF THUNDER (1988)

En la década de los ochenta, luego de los conflictos legales con Roger Waters, David Gilmour y Nick Mason entraron a los estudios de grabación para preparar lo que sería un nuevo álbum de Pink Floyd, A Momentary Lapse Of Reason (1987). El larga duración fue todo un éxito y el dueto, quien llamó a Richard Wright para unirse al proyecto, salió de gira y un año después se publicó la obra, grabada en concierto, Delicate Sound Of Thunder.

Delicate Sound Of Thunder se convirtió en el primer álbum de Pink Floyd en concierto (aunque en 1972 presentaron la película Live At Pompeii, esta no tuvo un soundtrack que se pudiera tomar como disco en vivo). Se editó como una obra doble en compact disc, vinil y cassette.  Por supuesto que hubo algunas diferencias en las ediciones, al vinil se le quitó la canción Us and Them, mientras que en cinta y disco compacto se incluía, de igual manera el orden del listado variaba con el track Wish You Were Here. El disco, además de los temas de A Momentary Lapse of Reason, incluyó clásicos como Money, Time, One Of These Days, Run Like Hell, Another Brick in The Wall Part 2 y Comfortably Numb.

David Gilmour afirmó que a las canciones no se les realizó una sobreproducción para que el escucha del disco pudiera apreciar al grupo en toda su dimensión sonora en un concierto. Lo cierto es que si tuvo algunos arreglos en el estudio. En el 2019 se reeditó la obra a la cual se agregaron más canciones y una remasterización para el Boxset The Last Years. Asimismo, en el 2021, se lanzó de manera independiente a la caja de lujo.

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