Los discos grabados en vivo, por parte de grupos o solistas de cualquier género, tiene un encanto especial entre los seguidores de la música, que han colocado a muchos de ellos como álbumes clásicos y los cuales son parte de las colecciones de melómanos especializados. Una primera revisión de estas obras se realizó en un texto anterior https://elcirculobeatle.com/los-conciertos-de-rock-caben-en-un-album-i
Ahora haciendo una reflexión, quizá uno de los puntos que llevaron a que las empresas discográficas le dieran aún más importancia, a nivel comercial, a las grabaciones en directo fue al surgimiento de los discos piratas (bootlegs), muchos de ellos grabados en conciertos y otros tantos proceden de los mismos estudios de grabación, que fueron apareciendo en los aparadores de las tiendas a finales de la década de los sesenta.
En el libro The Secret History Of The Other Recording Industry, del periodista Clinton Heylin, se explica que desde que surgieron los aparatos para grabar, hubo personas que se dedicaron a registrar presentaciones en vivo de música clásica o de jazz. Eran por lo regular grabaciones personales en donde los amantes de la música creaban un acervo musical. Con la llegada del rock, muchos seguidores no solamente grabaron los conciertos a los que asistían sino que también comenzaron a intercambiar sus cintas y varios de ellos vieron la posibilidad de comercializarlas.
Cuando los bootlegs entran (de forma ilegal) al mercado musical a finales de la década de los sesenta, se descubrió que existían un gran número de amantes de la música que deseaban más que un simple álbum grabado en un estudio, pese a que había discos en vivo de diversos grupos, se quería más, de ahí el éxito que tuvieron grabaciones piratas de The Rolling Stones, Led Zeppelin, The Yardbirds, The Beatles, Pink Floyd y demás grupos importantes. Los artistas y discográficas se tomaron en serio estas obras y se fue cuidando más su calidad. Varias de estas producciones fueron un suceso en cuanto a ventas, entre ellos uno de los álbumes más vendidos, de una grabación en vivo, fueron Frampton Comes Alive! (1976) de Peter Frampton y qué decir de Alive (1975) del grupo Kiss que le significó un gran éxito comercial.
Para el guitarrista de Guns and Roses, Slash, los discos en vivo deben tener ciertas características fundamentales: “¿Qué hace un gran álbum en vivo? Deben ser honestos y sinceros. Deben mezclarse bien, pero no deben producirse en exceso ni jugarse demasiado. El sentimiento y la energía son esenciales para un disco en vivo: eso es lo que el oyente debe captar”. En este sentido lo que afirma Slash es cierto, debido a que estas grabaciones pasan por una mezcla en los estudios para realzar el sonido del grupo o para corregir alguna falla en la interpretación, pero estos arreglos deben ser sutiles para no traicionar la interpretación que los artistas plasmaron en un escenario.
Por supuesto que para muchos de nosotros el primer acercamiento a una banda o artista fue a través de una obra en concierto. Quizá muchas de ellas ni siquiera lleguen a estar dentro de las listas que se hacen a lo mejor, de acuerdo con revistas y otros medios de comunicación, pero tienen una importancia porque nos llevaron a vivir un concierto de rock, usando simplemente nuestra imaginación a través de la música.
Aquí un segundo recuento de algunos discos grabados en vivo.
THE ROLLING STONES, STILL LIFE (1982)
Dentro de la discografía oficial de The Rolling Stones encontramos varios álbumes en vivo. Uno de los más importantes es el que se publicó en el año de 1970, Get Yer Ya-Ya´s Out. Previamente el grupo ya había editado un disco en concierto en 1966, Got Live If You Want It. Entre las obras oficiales registradas en concierto encontramos Love You Live (1977), Flashpoint (1991),No Security (1988), Live Licks (2004) y varios más que llegan a encontrarse en Boxsets y series discográficas como From The Vault.
Para 1982 el grupo publicó el disco Still Life, el cual registró parte de la gira norteamericana de Tattoo You. Sin ser un álbum doble, como lo había sido Love You Live, con sus once canciones el disco logró mostrarnos la energía de los Stones sobre los escenarios en una nueva década, en una gira que recorrió estadios y arenas en la cual presentaban canciones como Let´s Spend The Night Together, Under My Thumb, Start Me Up, Time is On My Side, I Can´t Get No (Satisfaction) y Going To a Go- Go que se utilizó para promover el larga duración. Un año después para complementar este disco se proyecto la película documental Let´s Spend The Night Together (Hal Ashby, 1983) que nos mostraba a los Stones en concierto por los Estados Unidos en ese año de 1981.
ROD STEWART, ABSOLUTELY LIVE (1982)
Para la década de los ochenta Rod Stewart tenía una trayectoria importante dentro del rock. A finales de la década de los sesenta fue parte del grupo Faces y como solista tenía grandes éxitos con álbumes como Every Picture Tells a Story (1970), Atlantic Crossing (1975), Footlose and Fancy Free (1977), Blondes Have More Fun (1978) y Tonight I´m Yours (1981). Su primer álbum en vivo, Absolutely Live, fue registrado durante las gira de 1980 (llevada a cabo en Europa) y 1981 (realizada en Estados Unidos). Las canciones elegidas para el álbum doble son en su mayoría de las gira norteamericana, principalmente de las últimas fechas (del 14 al 19 de diciembre de 1981), en The Forum en Inglewood, California, y algunos temas son parte de los conciertos en San Diego y en Wembley Arena de 1980.
La obra nos dio dos nuevas canciones, The Great Pretender y Guess I´ll Always Love You, pero curiosamente al pasar a su versión en disco compacto se eliminaron del track list. Aunque hay un versión “extended” que las incluyó la cual se puede también escuchar a través de plataformas streaming. Estos dos platos nos da una muestra del talento de Stewart en concierto (ese que en el caso de México veríamos en vivo en 1989) con canciones como Tonight I´m Yours, Maggie May, Passion, Young Turks, Da Ya Think I´m Sexy?, Sailing, I Don´t Want To Talk About It y You´re in My Heart (The Final Acclaim).
SLADE, ALIVE! (1972).
Como un recuerdo personal para muchos de los que crecimos en los barrios de la Ciudad de México o de la zona conurbada, en las décadas de los setentas y parte de los ochenta era de rigor que en la mayoría de las fiestas, luego de tocar cumbias y salsas, a los que nos gustaba el rock nos complacieran con música de este género para poder bailar. Curiosamente en la mayoría de las veces los sonideros (nombre que se les ha dado a quienes ponen la música) tocaban el tema de Get Down and Get With It y el ambiente rockero iniciaba con esto que se solía llamar rock pesado (sic). Fue gracias a estas fiestas que muchos buscamos el álbum Slade Alive! simplemente para llevarnos una grata sorpresa.
Slade se formó en Wolverhampton, Inglaterra, en el año de 1966, pero su mayor éxito se dio en la década de los setenta cuando apareció el Glam Rock. Para el año de 1969, con el nombre de Ambrose Slade, publicaron su primer larga duración, A Beginnings, un año después lanza su segunda placa titulada Play it Loud en donde llamaba la atención el sonido rudo de la banda que se complementaba con la peculiar voz de Noddy Holder . En 1972 editan su primer disco en vivo y tercero en su discografía, Alive! producido por Chas Chandler, ex bajista de The Animals. De los once tracks que se incluyen en el plato, solamente tres son originales (In Like a Shot From My Gun,Know Who You Are, Keep on Rocking) y los demás son covers a Steppenwolf, Ten Year After, The Lovin´ Spoonful, John Sebastian y Bobby Marchan, de quien es la versión original de Get Down and Get With It, esa misma que se bailaba a brincos en las fiestas de barrio.
BLACK SABBATH, LIVE EVIL (1982)
Oficialmente Live Evil es el primer álbum de Black Sabbath grabado en vivo. Previamente existe un disco llamado Live At Last que fue publicado sin el permiso del grupo y se puede catalogar como un bootleg. En 1981 el grupo contaba con diez producciones discográficas en estudio, de las cuales ocho fueron con Ozzy Osbourne como vocalista, mientras que los álbumes Heaven and Hell (1980) y Mob Rules (1981) se encontraba la poderosa voz de Ronnie James Dio quien revitalizó el sonido del grupo. Además para ese momento el baterista Bill Ward, también había dejado al grupo y fue sustituido por Vinny Appice.
Live Evil se grabó durante la gira de Mob Rules, el disco doble fue bien recibido por el público y crítica especializada, el cual llegó a lugar 13 en los charts británicos y se ubicó en el casillero 37 en la lista Billboard 200. La selección de las canciones estuvo equilibrada entre canciones nuevas y los clásicos de Sabbath en donde por momentos Dio hacía olvidar a Osbourne. Una parte de los fans del grupo se quejó de la producción de la obra, alegando que no representaba el poderío del grupo en concierto. A fin de cuentas Live Evil es un buen documento musical que nos presenta a un grupo que había sobrevivido a los setenta y tenía mucho que dar a un viejo y nuevo público en una década diferente.
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