La noche del ocho de diciembre de 1980, hace 37 años, el mundo se enteró de la trágica muerte de John Lennon, quien fue asesinado, por Mark David Chapman, en la entrada del edificio Dakota en la ciudad de Nueva York. Para muchos la noticia del fallecimiento de Lennon provocó llanto y desconcierto ante la pérdida de un artista que influyó en muchos ámbitos tanto sociales, como políticos y culturales, para otros más, que ignorábamos de su importancia en ese momento, tuvimos la oportunidad de conocerlo y reconocer su genio artístico y musical. De algún modo, o de otro, John Lennon ha permeado en nuestra vida y en muchos casos nos dio una perspectiva diferente para vivir esta.
Para hablar o escribir de Lennon tenemos que caer en los clásicos lugares comunes, pero no podemos soslayar tales eventos que forjaron al genio y recordar que nació durante la Segunda Guerra Mundial en Liverpool, Inglaterra; decir que fue un joven rebelde que mostró aptitudes artísticas y que perdió a su madre debido a un accidente, cuando ella fue atropellada por un automóvil. No podemos olvidar que su gusto por la música lo llevó a formar el grupo de rock más importante del siglo XX, el cual continúa con la misma trascendencia en la actualidad, The Beatles. Señalar el momento en que conoció a Paul McCartney y a George Harrison y los invitó a ser parte de su proyecto, hablar de todas la aventuras que pasaron antes de llegar a la grabación de su primer disco para el sello Parlophone, con la llegada de Ringo Starr incluida. Narrar el nacimiento de la Beatlemanía, la conquista de Estados Unidos en 1964, la manera en que John comenzó a innovar, no sólo en la música, también en la literatura y en las artes plásticas. Su encuentro con Yoko Ono, la boda con ella y finalmente la separación de The Beatles.
Como solista tenemos que mencionar la manera en la que se involucró como un activista por la paz o por alguna doctrina política, observar que sus discos y canciones fueron un vehículo de su estado de ánimo y su ideología muchas veces contradictoria. “La gente dice que mis canciones son como un diario de mi vida” explica Lennon al inicio de la película Imagine (Andrew Solt, 1989). A mitad de los setentas, luego de pasar un fin de semana (que duro algunos meses) alocado, John Lennon se retiró por cinco años. Durante este periodo se dedicó a ser una ama de casa y cuando recuperó su confianza a principios de los 80s, grabó un álbum que marcaría su regreso a los reflectores del espectáculo, pero el destino le tendría una cruel sorpresa, y no sólo a él, sino a todos los seguidores del músico.
John Lennon tenía 40 años cuando su vida fue arrebatada, muchos ya hemos pasado esa edad y ahora nos damos cuenta que aún tenía mucho camino por seguir, pero fue truncado. Podemos imaginar un sinfín de posibles escenarios y situaciones en donde lo ubicaríamos si David Chapman no hubiera aparecido, con un arma de fuego, esa noche de diciembre. En algún momento leí un artículo de Anthony DeCurtis en la revista Rolling Stone, cuando Lennon cumplía su primera década de muerto, en donde el autor lo situaba en Live Aid, en 1985, y mencionaba lo emotivo que hubiera sido verlo junto a todas esas estrellas de la música en un concierto que tuvo un fin altruista. Pero la realidad es que el hubiera no existe y John Lennon ya no está entre nosotros.
De entre las inquietudes de las que hablaba Lennon en sus canciones estaban, principalmente, el amor y la paz. En el tema Love de su álbum Plastic Ono Band (1970) expresaba que el amor es real, que el amor eres tú, nosotros, porque el amor es necesitar y desear ser amados. En un principio expuso que todo lo que necesitamos es amor y después nos invitó a darle una oportunidad, no solamente al amor, también a la paz y señalaba que “no necesitas que nadie te diga quién o qué eres. Eres lo que eres. Sal y obtén paz. Piensa en la paz, vive la paz, respira la paz y la obtendrás tan pronto lo desees”. El ex Beatle inspiró a muchos a buscar el amor, ese ideal que parece inalcanzable, pero él afirmaba, en Mind Games, que este sentimiento es una flor que hay que dejar crecer.
John Lennon como cualquier ser humano tenía errores, temores y vicios, se le podía acusar de violento, dependiente emocional o incluso hipócrita, pero con su arte jamás vaciló. Con su música siempre fue honesto y expresaba su sentir. Luego de esos cinco años de retiro, en Watching The Wheels escribe: “La gente dice que estoy loco al hacer lo que hago. Me han dado toda clase de consejos para salvarme de la ruina. Cuando digo que me encuentro bien, ellos me miran un poco raro (y dicen) seguramente no eres feliz ahora que no juegas el juego.” Lennon estaba consciente de su naturaleza humana, que tenía una esposa y un hijo pequeño que cambiaron su forma de pensar, se convirtió en un hombre de familia. Trató de no cometer el error que tuvo con su primogénito, Julian, al no estar con él durante su infancia y sólo convivió con el joven durante su larguísimo fin de semana perdido.
Hoy hace 37 años John Lennon dejó este mundo por una mala jugada del destino, pero su herencia cultural continuará porque siempre habrá nuevas generaciones que lo descubrirán y se asombraran con su arte. Sus canciones nos emocionan, nos pueden incitar a bailar o a conmovernos al identificarnos con sus letras. Sus creaciones han traspasado ese dura prueba que es el tiempo, su música no ha envejecido, se escucha actual y su influencia en bastantes agrupaciones recientes es notoria, ya sea cuando realizan un cover a una de sus melodías o hacen alguna referencia a sus letras. Celebremos la vida de Lennon al escuchar sus canciones con The Beatles o en solitario, al ver un video de alguna de sus presentaciones, al apreciar alguno de sus dibujos o leer sus poemas.
Muchos músicos han escrito grandes y emotivas canciones dedicadas a Lennon, podemos mencionar Empty Garden de Elton John y Life is Real de Queen entre muchas. Pero retomemos la bella Roll On John de Bob Dylan que en una parte dice:
“Desde los muelles de Liverpool a las calles rojas de Hamburgo,
por las canteras con los Quarrymen.
Tocando para las grandes multitudes, tocando para los asientos baratos
Otro día en la vida en tu camino al final del viaje.Haz brillar tu luz.
Sigue adelante.
Ardiste con tanto brillo.
Vamos John”.
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