“Finalmente lo hicimos, teniendo en mente que el costo de ser arrestados y encarcelados sería menor que contratar publicidad”: Grace Slick, vocalista de Jefferson Airplane.

El primer contacto que tuve con Jefferson Airplane fue gracias a una revista que desglosaba la historia del rock tanto en Estados Unidos, Gran Bretaña y México, misma que fue escrita por Víctor Blanco Labra, quien fuera director de la revista POP aquí en tierra azteca en los años 60 y 70.

En esos momentos yo estaba en plena euforia por la música de los 60 (bueno, y todavía) pero sobretodo en esos tiempos trataba de devorar todo lo que llegaba a mí de información y de audios relacionados con los grupos de la segunda mitad de dicha década y cuando descubrí ese compendio informativo entre las cosas de mi papá realmente sentí como si hubiera entrado hacia un lugar muy recóndito, pero maravilloso.

El encanto ocurrió desde que vi el nombre del grupo y desde ahí, sin siquiera haberlos escuchado me interesaron y empecé a investigar sobre ellos. Debo aclarar que mi pasión desmedida por The Beatles fue la que me llevó a interesarme y a sumergirme en no sólo esa década sino en prácticamente todos los subgéneros del rock mundial. 

A partir de ahí y gracias a mí tío que me envió desde Chicago uno de los discos clásicos de la banda: “Surrealistic Pillow” fue que pude acceder a su universo. Este material realizado en 1967 bajo el sello RCA y que contó con la participación de Jerry García como productor, “Guía Espiritual” y guitarrista, mismo que fuera el emblemático requintista y líder de la otrora banda ecléctica sesentera Grateful Dead; la placa literalmente me voló los sesos y claramente me cautivó porque me encontré con una mezcla de sensaciones y emociones que van desde la melancolía hasta la felicidad más auténtica, eso sólo con The Beatles me pasaba.

Desde ese momento supe en el fondo que tanto The Beatles como Jefferson Airplane serían mis dos bandas predilectas de todos los tiempos.

Todo este contexto no es más que para “enmarcar” que ambas bandas fueron precursoras de los conciertos en azoteas, -curiosamente las dos bandas de mi predilección-. Ahora que acaban de cumplirse 50 años de la última presentación en vivo de The Beatles, creo que es buen momento para recordarlo y también para despejar el hecho.

The Beatles siempre desde sus inicios fueron los creadores de tendencias tales como: dejarse el cabello largo, componer su propio material lírico y musical sin tener conocimientos musicales (todo surgió gracias a tres acordes), hacer famosas a marcas de instrumentos, así como para imponer moda en la vestimenta, llevar a cabo conciertos masivos en estadios y arenas y hasta realizar los primeros videoclips musicales.

Tal vez por eso y por muchas otras cosas más no es de extrañarse que dada su fama internacional como el conjunto más importante de todo el orbe, también se le atribuya el que ellos fueran los detonantes de la idea de llevar a cabo un concierto en una azotea, esto en sus oficinas –Apple Corps- en el n° 3 de la ya famosa calle Saville Row, en Londres.

Este directo supervisado por George Martin, Glynn Johns y Alan Parsons se llevó a cabo durante 42 minutos en las primeras horas de aquella fría mañana del 30 de enero de 1969 como parte de las grabaciones que estaba realizando el director Michael Lindsay-Hogg relacionadas con el desarrollo del disco  “Let It Be”.

Sin embargo, este hecho fue llevado a cabo por primera vez un mes antes por el grupo californiano Jefferson Airplane en la cima del Schuyler Hotel de nueve pisos ubicado en 57 West 45th Street en la zona de Midtown, esto al centro de Manhattan, en Nueva York y frente a las oficinas de la distribuidora de películas Leacock Pennebaker, la misma que había filmado el Monterey Pop Festival en junio de 1967 y donde había participado también el Aeroplano de Jefferson.

Todo esto y es preciso mencionarlo, sin contar el recital “La Poesía y la Paz” que ofreció el cantautor valenciano Raimon en el Centro Cultural Antifranquista fundado en 1961 –el CAUM- (Club de Amigos de la UNESCO de Madrid) el 1° de noviembre de 1965 donde se colocaron altavoces en las calles aledañas a dicho lugar para que pudiera ser escuchado por todos. Esta participación fue muy popular no sólo por la fama de la joven promesa de la canción española sino porque interpretó varios temas en catalán, cuestión que no se hacía en años. 

Pero retomando a la banda de San Francisco, realizó esta presentación en lo más alto de su popularidad ya que acaban de arrasar en ventas con su cuarto álbum “Crown of Creation”, habían terminado una gira por el viejo continente con The Doors y venían de aparecer en la portada de la revista LIFE y consideraron que sería una buena forma de publicidad dar un concierto sorpresa en el techo del mencionado hotel.

Fue así como la mañana del 19 de noviembre de 1968 subieron y comenzaron diciendo: “Hello New York! New York, wake up you fuckers! Free music! Nice songs! Free love!”, que traducido sería algo así como: “¡Hola Nueva York!, ¡Nueva York, te despiertan desgraciados!, ¡Música gratis!, ¡Lindas canciones!, ¡Amor libre!”.

El concierto que sólo incluyó el hit “The House at Pooneil Corners” fue tan corto debido a la intervención de la policía neoyorkina por el caos que el “ruido” estaba generando en la zona adyacente. La escena puede disfrutarse gracias a que el famosísimo cineasta francés Jean-Luc Godard la registró junto a DA Pennebaker para el documental inconcluso “One AM (One American Movie)” donde se pretendía mostrar la contracultura y aspectos del antiestablishment.

Aquí la presentación de Jefferson Airplane:

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Para tal efecto Godard se dio a la tarea de buscar a la banda que era una de las favoritas del argot hippie, cabeza del Acid-Rock y representante férrea de la radicalización vivida en el momento, con los cuales quería cerrar dicho proyecto con una presentación musical que llamara la atención tanto de la gente que caminaba por ahí, como de la autoridad. Recordemos que Godard era parte de la nueva ola del cine en Francia e iba en contra del Statu Quo y del sistema imperialista.

Godard colocó tres cámaras para capturar toda la escena desde todos los enfoques, capturando  tanto a la banda como las reacciones de la gente que transitaba por la calle, así como a los huéspedes del hotel y quería que el cierre perfecto fuera con la incursión de la policía furiosa, lo cual queda evidenciado perfectamente en los archivos filmados. Al final no se ve que los integrantes del conjunto sean arrestados, sin embargo un amigo de ellos, el actor Rip Torn fue subido a una patrulla por acosar a los oficiales.

Al final de cuentas hubo jóvenes entusiasmados bailando e incluso hasta hubo quienes se las ingeniaron para llegar lo más cerca del grupo.

Para muchos el directo realizado por The Beatles es una calca de lo que ya Grace Slick, Marty Balin y compañía habían realizado, pero por cuestiones de que no se puede considerar como un concierto como tal porque sólo se registró un tema y no se dio a conocer sino hasta hace poco gracias a que Pennebaker reeditó el material es que muchos consideraron a los Fab Four como los que patentaron esta ocurrencia genial, además hablamos de The Beatles, los casi intocables músicos que transformaron todo.

Y tal vez y sólo tal vez la conexión que McCartney tenía con lo que ocurría en Estados Unidos y el movimiento musical gracias a que el padre de su entonces novia Linda Eastman tenía nexos con personalidades del rock porque las representaba es que se puede percibir la posibilidad de que tuviera información e influencia sobre dicha presentación de Jefferson Airplane.

Aquí The Beatles:

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Sea como sea, es agradable saber que ambas bandas estaban en la misma sintonía y que cada una desde su ambiente tenía como meta común revolucionar al mundo e ir contra los cánones establecidos.

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