Dentro de la vasta discografía oficial de The Rolling Stones encontramos varios álbumes grabados en vivo tales Got Live If You Want It (1966), Love You Life (1977), Still Life (1982), Flashpoint (1991) y muchos más (como aquellos de la colección From The Vault que han sacado verdaderas joyas en vivo de los Stones algunas de estas sólo conocidas en bootlegs). Cada uno de estas placas nos ha mostrado la calidad interpretativa del grupo sobre un escenario en diferentes etapas por las que han atravesado. Pero de todas estas obras hay una que los especialistas en rock han señalado como uno de los grandes discos grabados en vivo, el famoso Get Yer Ya-Ya´s Out The Rolling Stones In Concert (1970).
En el otoño de 1969 la agrupación británica ofreció una gira por Estados Unidos. Transcurrieron tres años desde que The Rolling Stones se había presentado en suelo Norteamericano, ahora la banda presentaba cambios en su alineación, sustituyeron al guitarrista Brian Jones (fallecido tan sólo meses antes de iniciar el tour y quien ya tenía demasiados problemas con el grupo) por Mick Taylor (un músico de sesión que fue recomendado por John Mayall a Mick Jagger). Por otra parte la relación con su entonces mánager Allen Klein, quien se aprovechó ciertas situaciones legales para quedarse con las composiciones de Jagger y Richards hechas para Decca Records, se hizo intolerable por lo que ellos esperaban dar fin al contrato firmado con él.
El día 7 de noviembre de 1969 inició la gira, en la ciudad de Fort Collins en Colorado, en la cual visitaron 15 ciudades en donde en algunas arenas dieron dos shows para tener un total de 24 presentaciones. Esta gira fue tan importante para los Stones, por ser el regreso a Estados Unidos, que un equipo de filmación, a cargo de los hermanos David y Albert Meysle y Charlotte Zwerin, los siguió en todo el tour capturando en película momentos claves, uno de ellos sería la tragedia ocurrida, el 6 de diciembre, durante el famoso Altamont Speedway Free festival cuando un integrante de la banda de motociclistas conocida como The Hells Angels (encargados de la seguridad del evento) apuñaló a un joven afroamericano.
Otra circunstancia que se presentó en esta gira fue el inicio de la “industria” de los llamados bootlegs (discos no oficiales) en la costa oeste de Estados Unidos, principalmente en el estado de California. Fue en ese año de 1969 cuando apareció en una librería el famoso álbum Great White Wonder de Bob Dylan, un disco pirata que cambió la jugada del mercado discográfico del rock. El responsable de esto fue un joven llamado Dub Taylor quien poco tiempo después se asociaría con Ken Douglas para fundar un sello al que bautizaron como Trade Mark Of Quality (TMQ) con lo que crearon una empresa de discos ilegales que duró varios años.
El éxito de los bootlegs de Bob Dylan llevó a Taylor buscar nuevo material para vender y se encontró con la noticia de que la gira de The Rolling Stones por Estados Unidos tendría fechas en algunas ciudades de California del cual surgiría el bootleg Live´r Than You´ll Ever Be. En palabras de Dub Taylor: “Antes no había tanto problema para grabar dentro de los conciertos, creo que yo fui el culpable de que en la actualidad no puedas meter tu grabadora. Un amigo mío se me acercó y me dijo: – los Stones vienen a la costa oeste ¿No te gustaría grabar los conciertos y hacer un álbum? – ¡Por supuesto, es el siguiente paso! … Tenía el dinero y me compré una máquina grabadora porque quería obtener una buena grabación de audiencia, por lo que adquirí un micrófono Sennheise shotgun 805 y una grabadora Usher 4000 reel to reel, la cual era pequeña con cintas de cinco pulgadas. Grabé seis conciertos dos en Los Angeles, dos en Oakland, uno en San Diego y otro en Phoenix. El que use para el álbum Live’r Than You´ll Ever Be fue el segundo show en Oakland. Se grabó entre las dos y cinco de la mañana (sic)”.
El álbum Live´r Than You´ll Ever Be, lanzado en diciembre de 1969, se convirtió en uno de los bootlegs más vendidos, aunque como señaló el mismo Dub Taylor “no hablamos de miles y miles de copias como se piensa, pero dos mil copias si se vendieron, lo cual era mucho.” El álbum no pasó desapercibido por la prensa e incluso se fueron creando mitos acerca de éste. Por una parte un periodista afirmó que el disco, que tenía muy buena calidad de audio, se había registrado con una consola multitracks que se ubicó en el backstage y que fue autorizada por los mismos Rolling Stones quienes quería hacer pasar un mal rato a Allen Klein.
También se llegó a decir que el road manager de la banda, Sam Cuttler, compró seis copias de Live´r Than You´ll Ever Be y las repartió a los integrantes de The Rolling Stones, los cuales apoyaron el bootleg. De hecho se llegó a rumorar que los Stones les pasaban las grabaciones de los conciertos a los piratas y con esto vengarse de su odiado representante. Para Dub Taylor estos rumores son algo exagerados: “Amé cuando dijeron que Live´r fue una grabación hecha en backstage y con multitracks, cuando sólo fue el micrófono Sennheise shotgun apuntando al sistema PA del lugar”.
El contrato con Decca Records estaba por llegar a su fin, requerían un álbum más, Mick Jagger y Keith Richards no estaban dispuestos a grabar nuevas canciones para no entregarlas a Klein, por lo que la empresa al ver el éxito del disco pirata decidió editar un álbum oficial en vivo con canciones de la gira norteamericana de 1969. A diferencia del bootleg que se grabó en su totalidad en Oakland, para el álbum Get Yer Ya-Ya´s Out The Rolling Stones In Concert se utilizaron canciones registradas en distintas arenas y en diferentes fechas, principalmente de los shows del 27 y 28 de noviembre en el Madison Square Garden de Nueva York y un solo tema, Love In Vain, del recital en Baltimore, Maryland del 26 de noviembre. De las 15 canciones que el grupo interpretaba en vivo en ese tour se tomaron diez para acoplar el disco, dejaron fuera piezas como (I Can´t Get No) Satisfaction, Prodigal Son, Under My Thumb, I´m Free y You Gotta Move. Pero para la edición de 40 aniversario las incluyeron en un compact disc extra, al igual que algunas canciones de los teloneros Ike & Tina Turner y B.B. King, así como un documental en dvd.
El álbum, producido por Jimmy Miller y Glyn Jones y publicado el 4 de septiembre de 1970, se colocó en el primer lugar de las listas de popularidad de Reino Unido, mientras que en Estados Unidos alcanzó la sexta posición en Billboard. Para el bootlegger Dub Taylor el éxito del disco Get Yer Ya-Ya´s Out The Rolling Stones In Concert fue debido a que muchos de los que adquirieron su bootleg, más lo que habían escuchado de la existencia del pirata, estaban ávidos por escuchar más de los Stones en vivo. Incluso un ejecutivo de Decca afirmó que la placa oficial era superior en audio al del bootleg. La revista Rolling Stone, en su listado de los 50 mejores álbumes en vivo, lo colocó en el lugar 17.
Las canciones incluidas en el álbum nos presenta un gran momento del grupo, desde que inicia con Jumpin’ Jack Flash estamos ante unos Rolling Stones que parecen una potente banda de garage, un grupo libre de los efectos de audio e integrantes y coristas extras que utilizan en la actualidad. También se incluyen dos temas de Chuck Berry, Carol y Little Queenie, además del homenaje que le hacen a uno de sus ídolos bluseros, Robert Johnson, con una gran interpretación a Love in Vain. En todos los temas incluidos podemos apreciar la calidad musical de cada integrante, Bill Wyman en el bajo que se acopla perfecto a la batería de Charlie Watts, sumado a las guitarras de Keith Richards y Mick Taylor (quien explaya su talento en Midnight Rambler), más el piano del integrante fantasma, Ian Stewart, en los temas rocanroleros de Berry, por su parte la voz de Mick Jagger se acopla perfectamente a la melodía, con estos ingredientes tenemos el disco casi perfecto.
Get Yer Ya-Ya´s Out The Rolling Stones In Concert es un documento musical de la etapa final de los sesenta en donde The Rolling Stones se preparaban para encarar una nueva década. Una grabación en vivo que ha trascendido en el tiempo y que al escucharse nos sigue maravillando. Como lo señaló la revista Goldmine: “En vivo cada parte de la banda era más ruidosa y mezquina. Nunca el baterista Charlie Watts había sonado tan seguro de si mismo”.
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