Get Back  es la nueva serie documental de The Beatles que hace una revisión de las sesiones de ese proyecto que propuso Paul McCartney hacia finales de 1968 (luego de que en las grabaciones del Álbum Blanco los integrantes del cuarteto trabajaron cada uno por su lado) el cual era regresar a los orígenes en donde los cuatro se juntaban a crear música. Por otra parte Get Back es la serie, en tres partes, que sustituye a la película de Michael Lindsay-Hogg, Let It Be, la cual ha sido rebasada, pero permanece como referencia importante dentro de la filmografía beatle. Con Get Back revisamos ese momento del grupo como si fuera un reality show en donde vemos paso a paso la creación de lo que se convertirá en el último álbum del cuarteto en salir a la venta en 1970. Todo un cúmulo de información que se nos presenta en cada una de las escenas que observamos, todo una gama de situaciones que nos llevan desde la sorpresa hasta esos momentos conmovedores de un grupo que poco a poco está llegando a su final (y que de alguna manera están consientes de ello y sólo es cuestión de tiempo para que ocurra).

Cada uno de los episodios con imágenes restauradas en alta definición, dirigidos por el cineasta neozelandés Peter Jackson (quien comenzó su carrera como director de clásicos de cine gore como Braindead ’92 , conocida también como Dead Alive o con su gracioso título español, Tu mamá se comió a mi perro; Bad Taste ’87, hasta ser reconocido mundialmente por haber dirigido la trilogía de The Lord Of The Rings ´01, ´01, ´03), son el resultado de la filmación de  alrededor de 60 horas de película y más de 150 horas de audio que la banda realizó en enero de 1969, lo que sirvió al director para montar la historia de manera cronológica, y a diferencia del filme Let It Be, se establece un conflicto que será importante para la trama que se plantea en donde The Beatles tienen menos de un mes para componer cierto número de canciones las cuales se presentarán en un concierto, en un lugar por definir aunque se piensa en un anfiteatro en Libia , para finalmente transmitirse en un programa especial de televisión filmado en 16mm que registrará desde la composición, los ensayos, grabación de las canciones y por supuesto el recital.

A lo largo de los episodios seremos testigos de la problemática que presentaron diversas situaciones que fueron aplazando el fecha inicial para el concierto, por una parte la molestia que fue ensayar en los estudios de cine de Twickenham, los cuales tenían mala acústica y además solamente podrían utilizarlos cierto número de días porque ya estaban comprometidos con la producción de la película The Magic Christian (Joseph McGrath, 1969) que fue protagonizada por Peter Sellers (quien visita a The Beatles en uno de los descansos) y Ringo Starr, por otra parte la salida de George Harrison, que en el filme de Let It Be se muestra parte de su discusión con Paul McCartney pero nunca lo vemos renunciar, que decide abandonarlos y marcharse a Liverpool.

Queda claro que los orígenes a los que Paul McCartney se refería no tenían que ver con sus raíces musicales como las que buscaba U2 en la película Rattle and Hum (Phil Joanou, 1988), sino a su manera de componer como en los primeros álbumes en donde cada uno de ellos aportaba ideas y las grabaciones no eran tan complicadas por los procesos de producción. En este sentido Peter Jackson supo qué momentos elegir para poder demostrar la camaradería entre los integrantes de The Beatles en el desarrollo creativo, no sólo nos muestra las bromas, sonrisas,  y referencias a parte de su historia (como aquellas  al baterista sustituto de Ringo, Jimmie Nicol o la golpiza que le propinó Lennon al dj de The Cavern, Bob Wooler), los jams que incluyen viejos covers o canciones propias  y los momentos conmovedores (Paul McCartney hablando de las películas que filmaron en La India, el hablar de una posible separación, escuchar conversaciones privadas con micrófono escondido en un florero o el que George pensaba en publicar un álbum con sus composiciones, sino que además estamos ante el nacimiento de canciones que se volverán clásicos de la música (como ese rasgueó en el bajo que se convertirá en Get Back que en un principio se pensó como un tema de protesta) presenciamos cómo surge la magia ante nuestros ojos.

Además no solamente observamos a los artistas crear melodías, también los vemos como seres humanos con familias, con esposas e hijos que los visitan en el estudio (a excepción de John Lennon que siempre tuvo a Yoko Ono sentada a su lado, aunque en realidad no interfería en decisiones clave). En el transcurso de ese mes de enero el calendario se acomoda y la idea principal del programa de televisión pasa a ser el de una película documental que incluirá un concierto en Primrose Hill (que también se desechara la idea).  En todo momento el grupo está rodeado de personas, asistentes o amigos, como el ingeniero de grabación Glyn Johns, el productor George Martin, el futuro productor Alan Parsons, Mal Evans, el fotógrafo Ethan Rusell,  Chris Thomas y sin duda la llegada de Billy Preston que solamente pasa a saludar y termina como músico de sesión desde esa primera visita.

Ahora con esta serie la película Let It Be parece ser olvidada, pero si somos justos su estructura dramática es similar al de la serie: todo inicia en Twickenham, continua en el estudio de Apple y llega el momento esperado que es el concierto en la azotea para el clímax (lo cual fue una idea de Lindsay-Hogg). Un momento crucial en el documental, pese a no estar filmado, es el encuentro por primera vez con el representante norteamericano Allen Klein, del cual Lennon habla maravillas ante sus compañeros, mientras que Glyn Johns en una escena posterior afirma que Klein “es muy raro y sabe evadir varias preguntas”.

Quizá el momento que muchos esperamos ver es el concierto en la azotea, el cual fue la última vez que el grupo tocó en vivo sobre un escenario, uno muy peculiar sin duda. Peter Jackson nos presenta el concierto completo y nos marca varios ángulos diferentes, que captaron las diez cámaras utilizadas por Lindsay-Hogg, al dividir la pantalla en tres cuadros. En las tomas de las calle observamos parte de las entrevistas con las personas que asombradas escuchaban desde la calle y por supuesto vemos la llegada de los policías que ingresaran al edificio para dar fin con el recital, claro que después de que los hacen esperar un buen rato en la recepción. The Beatles sabían su oficio y regalan a los transeúntes una breve presentación que solamente incluyó canciones nuevas como Get Back, Don´t Let Me Down, One After 909 (que fue escrita desde el álbum Please Please Me, pero en ese momento era inédita), I´ve Got a Feeling y Dig A Pony.

Si en algún momento la película The Beatles: Eight Days a Week The Touring Years (Ron Howard, 2016) mostraba como el entusiasmo por las presentaciones en vivo se convirtió en hartazgo hasta renunciar a ellas, con la serie The Beatles Get Back, con sus alrededor de ocho horas de duración, conocemos un poco más de ese otro periodo complicado del grupo, claro que no es lo mismo leer la historia en sus biografías a verlo en película. Además al tratarse de bastantes horas de filmación ha quedado mucho material descartado, quizá en un futuro se publicará más de ese metraje, mientras tanto Peter Jackson ha hecho una gran labor en montar una parte histórica importante que marcó la inevitable separación del grupo en ese año de 1969. En algún momento de la serie Lennon comenta con Paul que se ha  filmado todo el tiempo sus movimientos y que tienen material suficiente para muchas películas, claro que esperemos que ese material restante no permanezca oculto otros 50 años.

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