“Quiero uno. ¿Cuándo me lo puedes enviar a Londres?”, preguntó George con el ansia que trae la creatividad contenida.

“Bueno, primero tienes que hacerme un cheque por el 50% del precio a nombre de la R. A. Moog Corporation y dejármelo. Una vez que se confirmen los fondos lo recibirás a partir de 30 días de la fecha”, respondió con toda calma Bernie Krause, artista estadounidense y representante de la compañía que fabricaba el sintetizador.

“Te recuerdo que soy un Beatle y, además, Apple nunca paga por adelantado”.

“Lo siento, George, no hay excepciones. Cuando se confirme el depósito de tu anticipo, recibirás el sintetizador a partir de los siguientes 30 días”.

Dos meses después Krause recibió una llamada del otro lado del Atlántico. Era George preguntando en dónde se encontraba su Moog. Para este momento ya George Martin y Mick Jagger tenían uno y con eso, dejaba él de ser la primera persona en contar con un flamante Moog en el Reino Unido. Y le urgía no ser la última.

Krause declaró después que en ese momento sintió que estaba hablando con un total idiota. Mientras lo mantuvo en la línea telefónica, le repitió pacientemente las condiciones: sin adelanto del 50% no habría Moog para Beatle George. Sólo así George ordenó que Apple Corps hiciera el trámite correspondiente.

El Sintetizador Modular Moog había irrumpido en el mercado de la música a mediados de los 60. Era fabricado por R.A. Moog Co., la compañía fundada por Robert Moog en 1964 cuyo objetivo era vender al medio musical amplificadores y sintetizadores que generaran sonidos análogos nuevos para las producciones musicales de la época.

No pasó mucho tiempo antes de que el Moog fuera considerado un generador de nuevos sonidos en la música popular. El lanzamiento del álbum Switched On Bach, de Wendy Carlos en 1968 hizo que el público volteara su mirada al Moog y cambió el concepto que se tenía entonces sobre la música electrónica y los sintetizadores. Y Harrison, por supuesto, estaba más que interesado en ser uno de los pioneros en esta nueva tendencia.

El primer encuentro del Beatle con el Moog y con Bernie Krause se había dado en los estudios Sound Recorders de Los Angeles durante la grabación de Is This What You Want?, el álbum debut de Jackie Lomax. Tanta fue la fascinación de George con el instrumento que semejaba un tablero telefónico antiguo, que al terminar la sesión le pidió a Krause que le hiciera una demostración de cómo había generado los sonidos para Lomax. Lo que no le dijo es que le había ordenado al ingeniero de sonido que mantuviera la cinta grabando.

El entonces ingenuo Bernie Krause le mostró el funcionamiento del sintetizador y puso como ejemplo el material que había estado trabajando junto con el músico Paul Beaver, pionero también de la música electrónica en Estados Unidos, para su siguiente lanzamiento: el álbum Gandharva. Mala decisión.

Aproximadamente seis meses después, el 9 de mayo de 1969, Beatle George sacó al mercado bajo la subsidiaria de Apple, Zapple, su segundo álbum solista: Electronic Sound. Su propio Moog había llegado a Kinfauns, su casa en Esher, Surrey, a principios del año.

La portada y contraportada de Electronic Sound mostraban dos pinturas hechas por George específicamente para este producto.

En la portada se ve a Bernie Krause al centro, con la cara verde, una corbata de moño y un pañuelo en el bolsillo de su saco tocando el Moog. Los sonidos emitidos pueden verse en la parte inferior derecha de la portada saliendo de un tubo. George se muestra a sí mismo en la parte central inferior y con la cara azul haciendo té (la mesa de té blanca se ve a la izquierda). Además, su gato Jostick con el cuerpo verde y borde blanco, se encuentra cerca de la música que va saliendo del tubo.

Por su parte, la contraportada se sitúa al nivel de la anterior presentando la oficina de prensa de Derek Taylor en Apple y mostrándolo en una silla de mimbre de respaldo alto. Taylor se encuentra deteniendo un papalote japonés enojado (ojo…) que simboliza los problemas y obstáculos de Apple. Las dos caras en el respaldo de la silla son Neil Aspinall, frunciendo el ceño, y Mal Evans sonriendo. A la derecha de la silla está Eric Clapton vestido a la usanza de la época con peinado afro a la Jimmy Hendrix. A la izquierda, en la pared, se observan las cuatro fotos individuales de The Beatles que fueron incluidas en el Álbum Blanco. Los dos cuadros, uno representando a un yogi sentado en flor de loto y el segundo un paisaje, están hacia abajo.

Electronic Sound presentó dos “composiciones” de George con su Moog: Under The Mersey Wall y No Time Or Space. La primera, de 18:41 minutos de duración, había sido grabada en Kinfauns en febrero de ese mismo año. Con su clásico humor negro, George la había titulado así en alusión a la columna del periódico Liverpool Echo llamada Over The Mersey Wall y escrita por el periodista George Harrison (sin lazos familiares con el Beatle) que había cubierto las primeras giras de The Beatles. De ésta, George declaró: “Todo lo que hice fue obtener ese primer sintetizador Moog con esa enorme unidad y el teclado que nunca podías afinar y le puse un micrófono que estaba conectado a una grabadora. Lo que salió cuando le moví las perillas fue lo que se grabó”.

Por su parte, No Time Or Space, de 25:10 minutos de duración, fue grabada el 4 de noviembre de 1968 en el ya mencionado Sound Recorders. Sí, sin avisarle a quien estaba tocando el Moog.

En su biografía de 1998 titulada Into a Wild Sanctuary: A Life in Music & Natural Sound, Bernie Krause relata:

“Si hubiera sabido que me estaba grabando, nunca hubiera tocado lo que estaba preparando para mi álbum. Cuando fui a la casa de Harrison, unos meses después para escuchar lo que iba a presentar en su álbum Electronic Sound, al principio no reconocí el material. Sin embargo, poco a poco me empecé a sentir muy molesto al darme cuenta que lo que estaba escuchando era lo que yo había tocado en la sesión de Lomax hacía sólo unos meses.

Le exigí que sacara de su disco mi composición. Al enfrentar su negativa le ordené entonces que no usara mi nombre en los créditos del disco. Lo quitó de la portada pero no de la funda del disco y, por supuesto, nunca recibí pago por mi aportación. No tenía cómo pagarle a un abogado para enfrentar a los de Apple y decidí dejar pasar el asunto a pesar de la molestia que me representó durante mucho tiempo”.

Pero no nos sorprende, ¿correcto? Un par de años después el asunto se repitió. Beatle George’s so fine…

P.D. El álbum Electronic Sound fue un fracaso comercial. La crítica especializada fue muy dura al calificar sus contenidos y un crítico declaró que era “cuarenta minutos de demostración que The Beatles no tenían idea de cómo tocar un teclado electrónico”. En Estados Unidos llegó al puesto 191 del Billboard 200 y en el Reino Unido ni siquiera figuró en las listas de popularidad.

 

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