Cuando el rock comenzó a convertirse en una forma de manifestación cultural-artística en donde los músicos involucrados, más allá del plano comercial, crearon álbumes conceptuales en los cuales imprimían, en música y letras, sus ideas e inquietudes personales. Durante la década de los sesenta, con los cambios sociales, culturales y políticos, los jóvenes buscaron identificarse con canciones que hablaran de situaciones cotidianas para ellos. El rock ya no sólo eran melodías que servían para bailar, ahora se habían transformado en un vehículo de diversas expresiones artísticas tanto sonoras como poéticas. Pero con todo esto, además de la música grabada, se necesitó que esos álbumes fueran llamativos de una forma visual y en esto las portadas sirvieron para hacerlos aún más atractivos, con lo cual las compañías disqueras también salieron beneficiadas.
A lo largo de la historia de la música, en especial el rock en todas sus derivaciones, la creación de las portadas involucra todo un departamento con diseñadores y personal técnico, en los cuales contamos a afamados fotógrafos y artistas visuales, que han se han vuelto verdaderas obras de arte. Con esto existen álbumes que se han vuelto icónicos, no solamente por su cortes musicales, sino también por sus carátulas como por ejemplo Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band (1967) de The Beatles, diseñada por el artista Peter Blake, The Rolling Stones con Their Satanics Majesties Request (1967), con una portada en 3D creada por Michael Cooper, Big Brother & The Holding Company: Cheap Thirlls con un diseño de Robert Crumb o In The Court of The Crimson King de King Crimson con una portada creada por Barry Godber.
Entre los artistas, creadores de portadas, podemos mencionar a Roger Dean, el mismo Andy Warhol, Gerald Scarfe, Paul West, Peter Saville y Barry Godber entre otros. Por supuesto que no podemos dejar de mencionar al colectivo de artistas gráficos, originarios de Cambridge, Inglaterra, llamado Hipgnosis, formado por Storm Thorgerson, Aubrey “Po” Powell y Peter Christopherson, quien fueron los responsables del arte en las portadas de Pink Floyd, Wings, Peter Gabriel, Led Zeppelin, Genesis, 10cc, Yes, The Alan Parsons Project, AC/DC, entre otros, los cuales comenzaron su trabajo en la última parte de la década de los sesenta.
El documental Squaring The Circle: The Story Of Hipgnosis (2022), dirigido por el fotógrafo y cineasta neerlandés, Anton Corbijn, quien ha trabajado con grupos, realizando sus videos o fotografiándolos como Joy Division, U2, Depeche Mode, Mick Jagger, Nick Cave, David Bowie y The Killers, por mencionar algunos; así como la realización de largometrajes entre los que contamos Control (2007), A Most Wanted Man (2014) y Life (2015), es una revisión de la historia de un grupo de artistas que realizaron un trabajo que hasta la fecha se le sigue reconociendo, con diseños que se volvieron “piezas de arte para pobres que se podían apreciar en el formato vinil”, como lo menciona Noel Gallagher en la película.
Con guión de Trish D Chetty y una bella fotografía en blanco y negro de la dupla Suart Luck y Martijn van Broekhuizen, la película nos traslada a aquella época en las que los viniles dominaban al mundo (como lo presentó el documental When Albums Ruled The World de Steve O´Hagan del 2013) en donde estos formatos físicos, en especial el vinil, eran valorados no solamente por la música que contenían sino que también por lo atractivo de su presentación en su diseños de arte. Corbijn nutre su cinta con entrevistas a músicos y personas cercanas al colectivo Hipgnosis como David Gilmour, Roger Waters, Paul McCartney, Jimmy Page, Merck Mercuriadis, Noel Gallagher, Roger Dean, David Gale, Glen Matlock y algunos más, cada uno va armando la historia de la empresa gráfica con curiosas anécdotas que van desde la elección del nombre, Hipgnosis, que se divide en Hip que es moderno y Gnosis que significa conocimiento. Además observamos que no se ponen de acuerdo en quién bautizó al grupo, por una parte se dice que fue Syd Barrett, mientras que otros entrevistados afirman que fue Adrian Haggard y otros aseguran que Dave Henderson les dio el nombre.
Anton Corbijn, quien también ha sido el fotógrafo de varias portadas entre ellas Joshua Tree de U2, tiene una mirada pasional al ver la historia de Hipgnosis, en donde cada entrevistado relata sus experiencias en la creación de icónicas portadas comenzando con Pink Floyd y su obra A Saurceful Of Secrets (1968), luego continuando con ellos en la mayor parte de su discografía, incluyendo la famosa portada del prisma para Dark Side Of The Moon (1973). Existen historias curiosas como el modelo que sufrió quemaduras graves durante las sesiones fotográficas del álbum Wish You Were Here (1975) o el cerdo inflable que se soltó y creó todo un caos en los cielos de Londres, en las tomas para el disco Animals (1977). Asimismo su relación con Paul McCartney (“cuando recibes la llamada de un beatle, es como recibir la llamada de Dios”) quien les pidió trabajar en el arte para Band On The Run (1973) y otros platos de Wings.
Hipgnosis se volvió todo un referente en la creación en los trabajos del arte visual en las portadas de discos, con lo que se volvió un empresa que generó mucho dinero, pero los egos internos y excesos creativos, personales y económicos, así como el surgimiento de una competencia, generaron pérdidas laborales y de dinero, sumado al carácter megalómano de Storm Thorgerson contribuyeron al desgaste de la empresa que finalmente cerró en la década de los ochenta.
Corbijn, al igual que lo hizo Colin Hanks en la cinta All Things Must Pass: The Rise and Fall of Tower Records (2015), ve esa parte de la historia de la industria musical con nostalgia, así como las personalidades que pone frente a su cámara quienes recuerdan el adquirir los discos con portadas atractivas “que se volvieron piezas de arte” como lo explica cada personalidad que ofrece su testimonio; si Hanks en su documental nos mostraba el esplendor y decadencia de una empresa que ganó millones de dólares con la venta de discos, aquí Corbijn hace lo propio con la historia de Hipgnosis al explorar también su esplendor y su fin, pero al final dejaron huella con sus diseños y artistas gráficos, que han sido influencia para nuevas generaciones de publicistas.
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