“Subimos la montaña más alta.
Vamos a hacer florecer el desierto.
Somos tan ingeniosos que podemos caminar por la luna
Pero cuando oigo hablar de cómo los bosques han muerto,
agua salada brota de mis ojos”
Salt Water. Julian Lennon
Cómo cargar con semejante apellido. Cómo hacer para que ante el pronunciar su nombre la fonética no nos lleve irremediablemente a ese coro fundacional, casi atávico, que a modo de una lengua nativa gorjea: “na, na, na, nananá”, para terminar en la famosa exclamación: “Hey Jude”. Y es que es tan conocida la historia: las referencias a que su “tío” Paul, disfrazo “Julian” por “Jude” ̶ según algunos en referencia a Jude, el oscuro (1895), la novela del poeta y narrador inglés, Tomas Hardy- en un mensaje de aliento para el pequeño al momento de la separación de sus padres. “Tenía 5 años cuando Paul escribió esa canción, y no me enteré de que yo era el protagonista de la letra hasta cuando tenía 15, y sólo porque mi madre me lo dijo”, comentó Julian. Un poco antes de que eso ocurriera, un dibujo realizado por el pequeño de sólo cuatro años inspirará al padre uno de los granades momentos del rock psicodélico: “Lucy in the sky with diamonds” (1967), parte del álbum devenido objeto de culto Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band.
Sin embargo, el joven Julian (Julian Charles John Lennon, Liverpool, 8 de abril de 1963) tenía algunas cosas para decir al respecto, con voz propia. Nació junto con la beatlemanía, mientras su padre John se convertía en uno de las personalidades más reconocidas e influyentes a nivel mundial. Le pusieron Julian en homenaje a “Julia”, la madre de Lennon que murió atropellada por un policía ebrio en 1958. John se había casado con Cynthia Powell (1939-2015) su novia de la adolescencia y con la que tendría una difícil relación desde su casamiento en 1962 hasta la separación en 1968.
Lo que ocurre durante los años Beatle es historia conocida y ajena, si queremos referir a la actividad de Julian. Empecemos entonces por el principio.
En 1984 sale al ruedo con el álbum Valotte, que contiene Too Late For Goodbyes. Más allá de las críticas por la similitud de su voz con la de su padre, el tema llegó al número 1 y su autor fue nominado para los premios Grammy.
Le siguieron cuatro álbumes hasta 1998 cuando edita Photograph Smile, y decide abandonar su carrera como músico. “Cuando la gente no te toma personalmente en serio como artista, sino que sólo quieren conocerte por tu padre y eso es todo, eso es difícil de manejar”, dijo en una entrevista en Larry King live. Se dedicó entonces a su otra pasión: la fotografía.
En 2007 fundó The White Feather Foundation. El nombre proviene de una pluma blanca que tiene una historia particular. En 1995 mientras se encontraba de gira por Australia en el marco de la gira que incluía su hit ecologista “Salt water”, en un hotel en Adelaida, le avisan que lo están esperando miembros de un pueblo originario. Julian recuerda: “Pensé que era una broma. ‘Hay una tribu indígena aquí abajo’, y dije ‘Sí, claro, mándenme un café'”. Sin embargo, en el lobby se encontró con cincuenta representantes de los Mirning, un antiguo pueblo. Una anciana se le acercó y le dijo: “Vos tenés voz ¿Podés ayudarnos? Le pidieron que grabara para alertar de la difícil situación en que se encontraban. A cambio, uno de los líderes le regaló una pluma de cisne blanco. Julian emocionado recordó que en una oportunidad: “Papá me había dicho que, si hubiera una manera de hacerme saber que iba a estar bien, o que todos estaríamos bien, sería en forma de una pluma blanca”. Este hecho significó que pudiera reveer la conflictiva relación que había tenido con su padre. Abocada en el abordaje de problemas ambientales y humanitarios, la fundación busca recaudar fondos para “el mejoramiento de toda la vida”. Por ello recibió el Premio al Artesano de la paz y las culturas transculturales de la UNESCO 2020. La fundación sigue realizando proyectos culturales en distintas partes del mundo.
https://www.youtube.com/watch?v=j7vdP0VZ3dE
Julian creó también la compañía The Revolution, LLC por medio de la cual lanzó una canción tributo a Lucy Vooden O´Donell, su compañera en la escuela que inspirara el famoso tema y que muriera en 2009. Los ingresos fueron destinados a financiar la investigación del lupus, enfermedad que sufrió Lucy.
En 2011 vuelve a la música con el álbum Everything Changes. Y en 2022 decidió volver a dar la cara con Jude, un álbum en el que rescata composiciones realizadas durante todo ese tiempo que estuvo al margen de la industria de la música. Las letras dan cuenta de sus búsquedas, experiencias, peleas y reconciliaciones internas y externas. La pandemia resultó para Julian, como para muchos, un período de reflexión y encuentro con uno mismo. Finalmente, parece haber logrado un equilibrio que lo llevó a reconciliar su propia historia con esa otra que conoce gran parte de la humanidad, ese legado imposible de negar y una voz propia. En Jude, el talentoso Julian puede plasmar sus dos grandes inquietudes: la música y la imagen, junto con sus preocupaciones por el medio ambiente, la cultura y la gente.
Buenos Aires, 20 de febrero de 2024.
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