La vida va día tras dí
Corazones se vuelcan en todos lados
Así que, el ferry cruza el Mersey
Porque esta tierra es la que amo
Y aquí estaré.
Gerard Mersden – Ferry Cross the Mersey

 

Tengo un recuerdo aún muy vívido, muy latente de aquel 1981 en que viajé a Liverpool, Inglaterra, lleno de una emoción enorme al escaparme de mis padres mientras visitábamos Londres, durante un viaje que hicimos al viejo continente en un gélido diciembre.

Tomé el tren en la estación Victoria que confluía también la terminal del famoso tube, el metro de la capital inglesa, hacia el puerto más importante que tiene el Reino Unido. Si, el mismo que vio zarpar por primera y última vez aquel trasatlántico histórico en abril de 1912, el famoso y trágico SMS TITANIC. Al llegar a la terminal de la estación Lime Street del Merseyrail en el centro de Liverpool, casi de inmediato no podía más que seguir en búsqueda de la gran meca de la beatlemanía, la calle de Mathew Street donde se situó aquel sótano—que albergó en alguna lejana ocasión una bodega de víveres y verduras—el famoso THE CAVERN CLUB. Si, queridos lectores, era una verdadera odisea que sólo duraría 24 horas, pero para mí un sueño hecho realidad a pesar de que solo tendría 24 horas para disfrutarlo para poder alcanzar a mis adorados padres en París.

No solamente fue encontrarme con personalidades ya para entonces convertidas en íconos del mundo Beatle como lo fueron Bob Wooler, el disc jockey de The Cavern Club y Pat Delaney el enorme cadenero de más de 1.90 de estatura que por varios años se dedicó a resguardar la puerta del club y aguantar a decenas y decenas de chicos que deseaban entrar a como de lugar a ese sótano lleno de humedad, pero repleto de contagiosa alegría y mucho ROCK ’N’ ROLL.

Pero antes de acabar de contarles aquellas conversaciones entre cerveza y cerveza con ese par de íconos, primero tendríamos que entender el por qué es tan importante y de gran sentimiento para nosotros los beatlemanos de corazón ese casi sagrado lugar donde empezó ese fenómeno que marcó la cultura popular del siglo XX hasta nuestros días en pleno siglo XXI.

Liverpool es una ciudad marítima al noreste de Inglaterra donde el río que lo atraviesa, el Mersey desemboca en el mar de Irlanda. Fue durante muchos años, a partir del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, el puerto mercante más importante de Europa y que distribuyó en gran parte el comercio y las comunicaciones hacia el resto del continente y ser el contacto con América, África y Asia. Justamente el río Mersey es el sitio que rodea la parte metropolitana del puerto adonde se ubican los emblemáticos edificios conocidos de las tres gracias, el Royal Liver Building, el Cunard Building y el Liverpool Port en la zona conocida como el Pier Head, justo donde están los principales embarcaderos de atraco también donde está el más grande, el Albert Dock.

Por supuesto que mucha gente a partir de 1963, año en que nace la Beatlemanía, reconoce más que nada ese puerto con la música y no les falta nada de razón. Pero en este artículo veremos más que nada a lo que fue la corriente del Mersey Beat, que presentó a varios grupos que llenaban no sólo The Cavern Club sino otros como el Jacaranda, el Tower Ballroom, el Brighton Club Ballroom entre otros que formaban medianos y pequeños lugares para pasar las tardes-noches para escuchar a los grupos, tomar Pepsis o Cocas y por supuesto, bailar con los diferentes ritmos que gustaban a los liverpulienses como el Skiffle, el jazz, el rythm and blues y por supuesto el rock’nroll.

Pero… ¿Quiénes eran esos grupos que formaban el sonido del Mersey donde se encontraban incluso The Beatles?

Demos, queridos lectores, un repaso de los principales grupos que compusieron ese sonido del Mersey y que formó parte también de la llamada Ola Inglesa de los años sesenta.

A finales de la década de los cincuenta, el mundo juvenil empezaba a cambiar como respuesta a una sociedad de la post guerra que lo dividía entre la llamada guerra fría entre las potencias de Estados Unidos y la Unión Soviética, sus países aliados, el entorno de la tecnología y la carrera por conquistar el espacio. Entonces aparecieron nuevas modas, vestidos más ceñidos y peinados más atrevidos en las mujeres que tenían como escaparate a estrellas del cine como Brigitte Bardot o Gina Lolobrigida o la modelo Twiggy. La aparición de la minifalda y el uso comercial de la pastilla anticonceptiva, parecía tener más efecto que la bomba atómica. La transistorización hacía llegar la radio a muchos jóvenes que con un simple y pequeño aparatito con un solo audífono (muy lejano todavía a los gadgets actuales como el celular o la Tablet) hacía llegar los hits del momento y en Europa, especialmente en el Reino Unido, donde era aún muy caro obtener discos en acetato de vinil y las radios clandestinas hacían llegar esos números musicales del Rock’n Roll a los juveniles oídos. Así era una forma para obtener y escuchar lo último que proyectaban los éxitos de Buddy Holly, Carl Perkins, los Everly Brothers, Chuck Berry, Bill Halley, Paul Anka, Fabian, Chubby Checker y por supuesto del rey Elvis.

Era también muy común el contrabando que hacían marineros mercantes que llegaban de América con los discos de 45 rpm de todas éstas estrellas que hacían buenos clientes en los docks liverpulianos, punto de llegada al viejo continente, sobretodo con los jóvenes de las clases obreras y medias en donde inflamaban ese tremendo gusto al grado de que empezaron la inminente formación de grupos que hacían llegar lo último en el hit parade y hacerlos escuchar en su mejor fidelidad y estilo para sus audiencias en vivo.

Como lo mencioné párrafos arriba, hubo lugares míticos (ya todos ellos desaparecidos) que se convirtieron en verdaderas catedrales de la música juvenil, pero quizás donde se concentró gran parte del Sonido Mersey fue The Cavern Club.

La moda en Europa para escuchar música a bajo costo, pero tratando de lograr una gran calidad, era hacerlo en sótanos con una mínima capacidad de clientela para tomar café y refrescos primordialmente, ya que el alcohol estaba restringido a bares establecidos de mayor consumo. Ahí se podía escuchar esencialmente Jazz como sucedió en gran cantidad en el París de los años cincuenta.

Alan Sytner, hijo de un afamado médico de Liverpool, había emprendido con parte de su mediana fortuna, varios clubes de Jazz como el Club 21 en el suburbio de Toxteth y el West Coast Jazz Club en el distrito de Temple, en Dale Street. Tras un viaje a París para conocer esos sótanos jazzísticos, se topó con Le Cave, un lugar en los bajos de un viejo edificio abandonado por los bombardeos en la guerra, y se llevó la idea directa hacia Liverpool. Consiguió un viejo almacén subterráneo que servía de bodega de verduras y frutas en el número 10 de Mathew Street y lo convirtió en un Jazz Club el 16 de enero de 1957.

Duranto los dos primeros años solo se podía encontrar grupos de Jazz como el Alan Byrd Jazz Trío, el Merseysippi Jazz Band, The Wall City Jazzmen y el Ralph Wathmough Jazz Band que abarrotaban el húmedo y sórdido lugar, rechazando incluso a aquellos iniciales grupos de Rock’n Roll y Skiffle considerandolos vulgares y de poca seriedad a esos géneros. Si, los jazzistas más puros tardaron en reconocer a éstos géneros como producto de su misma influencia.

Sytner vendió el lugar a Ray McFall, contador de la familia Sytner, al momento en que Alan decidió cambiar su residencia a Londres. McFall tuvo una visión mucho más amplia, a sabiendas de que muchos jóvenes adolescentes estaban inclinados hacia el Skiffle y al Rock’n Roll. Así fue que trajo a su vez a Bob Wooler, un administrador de tiempo libre y que gozaba con una gran colección de discos para que fuera atrayendo a los nuevos grupos que tocaban éstos géneros, constituyéndose como el Disc Jockey oficial de The Cavern Club.

En pleno apogeo en Mathew Street, se creaban pequeñas multitudes pagando 5 chelines por entrada más el consumo de refrescos y sándwiches adentro.

La entrada, donde el portero-cadenero, Pat Delaney con su 1.90 de estatura lograba controlar a los chicos y chicas que abarrotaban el lugar, más cuando The Beatles hacían sus presentaciones.

El lugar era incómodo, no propio para todo tipo de público, sin una pista para bailar pero lleno de entusiasmo desbordante por el Rock’n Roll.

Al día de hoy el lugar ya desapareció al ser derruido. En su sitio original hay un estacionamiento, pero se reconstruyó una réplica a un costado donde llegó a tocar Sir Paul McCartney con David Gilmour entre otros grupos tributo de varias partes del mundo. A un lado está el Beatles Museum con algunas piezas auténticas que pertenecieron al cuarteto Liverpool.

McFall se convirtió con el tiempo en gran amigo de The Beatles, incluyéndolo muchas veces en sus giras por el mundo.

Ray aquí con su inseparable gorro con Bob Wooler.

Fue durante esos años donde llegaron varios grupos y de los cuales se llegó a formar el llamado Mersey Sound del cual es el tema central de ésta columna.

RORY STORM AND THE HURRICANES.

Un joven de los suburbios clasemedieros de Liverpool, era Alan Caldwell, uno de tantos que llegaron a formar grupos de Skiffle en la zona y que logró en primera instancia formar el suyo propio con el nombre de Al Caldwell’s Texans. Pero, ¿Qué era el llamado Skiffle?  En principio, la palabra partía de la onomatopeya del sonido que desprendía la ropa al lavar en una tabla portátil de madera y metal, con lo que se conseguía un buen ritmo de percusión a falta de una batería en forma. Un bajo construido con un palo de escoba y una cuerda elástica y una guitarra acústica y en sus mejores casos una eléctrica, siendo uno de los elementos más rítmicos que partían del Country de Estados Unidos pero que en Inglaterra logró posicionarse con mucho gusto en el ámbito de los jóvenes. Si, era difícil constituir en total forma un grupo de Rock’n Roll por los amplificadores y las guitarras eléctricas más aparte, una buena batería.

Bob Wooler los vio y les dio su oportunidad en The Cavern Club, pero tuvieron que ir cambiando de nombres y vestuario hasta que se dieron a conocer como Rory Storm and The Hurricanes, haciendo gala de la fuerza de los fenómenos naturales al traducirlos como Rory tormenta y sus huracanes, un nombre atractivo para sus propios fans. Así, ya con instrumentos eléctricos, contrataron a un joven de baja estatura, pero de simpática personalidad, Richard Starkey, ya entonces mejor conocido como Ringo Starr para que fuera el baterista del grupo, haciendo su debut en el club Mardi Gras Club el 28 de marzo de 1959. El sobrenombre de Ringo era por su gusto de llevar varios anillos en los dedos para lucirlos mientras tocaba la batería.

El grupo logró posicionarse entre los teenagers de Liverpool por su apariencia algo elegante que les daba esa personalidad, trajes satinados, corbata de palomita y mocasines, dando siempre una pincelada de alegría, bailes coreográficos y buenas canciones en cada show que daban. Sin embargo, a pesar de que fueron el segundo grupo de Skiffle en The Cavern, tuvieron ese choque entre jazzistas cuando tocaban la canción Cumberland Gap un número de Skiffle, hicieron una improvisación uniendo las últimas notas combinándola con Whole lotta shakin´goin´on, número que hizo fama al rocanrolero Jerry Lee Lewis, levantando protestas entre los puristas del jazz y el Skiffle al aventarles monedas y basura. McFall tuvo que amonestar al grupo, pero pudo más la audiencia que fue llegando posteriormente, adictos al Rock’n Roll haciendo que ese genero se quedase para el resto de vida de The Cavern.

Aunque nunca llegaron a firmar un contrato de grabación, sólo algunos números llegaron a formar parte de dos álbumes compilatorios que salieron ya hacia 1963, el Merseybeat Vol. 1 y el Merseybeat Vol. 2 con Dr. Feelgood, I Can Tell y America. Fueron la primera apuesta del manager Allan Williams, antes de manejar a The Beatles, llevándolos a los primeros lugares en varios centros y clubes de Liverpool y por supuesto una de sus barajas predilectas para llevarlos a Hamburgo cuando debutaron en el Kaiserkeller.

A continuación una grabación amateur de Rory Storm con la canción Something Else en 1960 con Ringo Starr.

Rory Storm and the Hurricanes fueron el grupo base en el campamento juvenil de Butlin por mucho tiempo llevando a varios grupos como The Swinging Bluejeans, King Size Taylor, Cas and the Casanovas entre otros y fue justo ahí cuando la distancia de £25 que le ofreció John Lennon vía telefónica  a su baterista Ringo Starr en 1962 cuando este narigón baterista cambió su destino al formar parte de The Beatles para cubrir el compromiso del contrato de grabación que obtuvieron en Parlophone, gracias a su mánager Brian Epstein.

Escuchemos los tres números que lograron grabar para las compilaciones del Merseybeat que comenté arriba con los números de Dr. Feelgood, I Can Tell y America este último proveniente del musical West Side Story, película basada en las partituras de Leonard Bernstein.

Rory Storm and the Hurricanes siguieron por ese tiempo como uno de los favoritos del Merseybeat, muchas veces por encima de The Beatles, de acuerdo a los Top Poll del periódico Merseybeat de Bill Harry. Sin embargo, no tuvieron mayor trascendencia después de la salida de Ringo. Se fueron diluyendo hasta que Rory inició su carrera como disc jockey en Benidorm y Amsterdam durante los últimos años de los sesenta y principios de los 70.

Falleció misteriosamente en su casa de Rorysville junto a su madre que también apareció muerta. Los forenses no pudieron explicar ambas muertes que se sucedió en marzo de 1972.

Ringo quiso ser amistoso con el grupo después de abandonarlo, ayudándolos en algunas audiciones que tuvo el grupo, pero Rory ya no quiso aceptarlo. Al parecer un poco de rencor quedó en ellos.

Rory Storm (Vocalista), Ty Brian (Guitarra), Johnny Byrne (Guitarra), Lu Walters (Bajo), Ringo Starr (Batería).

GERRY AND THE PACEMAKERS

Gerry Mersden, nació el 24 de septiembre de 1942 en el distrito de Dingle, Liverpool. Apoyado por su padre, Frederick, formó, como muchos otros, su primer grupo de Skiffle con el nombre de Gerry Mersden’s Skiffle Group con la siguiente alineación: Fred, su hermano mayor, a la batería, Tommy Ryan y Dixie Dean en las Washboards o tablas de lavar, Jimmy Tobin en el bajo creado por una caja de té y Marty Summer junto con Gerry en las guitarras.

Ya hacia los 16 años, con su primera guitarra eléctrica, una Futurama, cambia el nombre a Gerry & the Mars Bars (Mars era un chocolate famoso en aquel entonces) y su padre, quien manejaba al grupo, logra que la compañía chocolatera le diera la licencia para usar el nombre en el grupo. Pero no fue sino hasta que Gerry viera en la televisión un programa de atletismo y el comentarista usar el nombre de “peacemaker” (pacificador), que lograra mejor cambiar el nombre a Gerry & The Pacemakers, ya que incluso la fábrica de chocolates se quejara por el uso del nombre.

Llegaron a tener en su haber, poco más de 240 canciones que formaron parte de su repertorio, como Skinnie Minnie, Halleluya, I love her so, What I’d say, Save the last dance with me, Will you Still love me tomorrow, Jambalaya y lo que sería un himno para el Liverpool FC, You´ll never walk alone.

Para entonces Led Chadwick y Arthur McMahon ya formaban parte del grupo cuando ya hacían presencia importante en varios lugares de Liverpool, incluida, por supuesto The Cavern Club. Rivalizaban con The Beatles en las presentaciones, aunque gozaban de una gran amistad entre ellos, al grado que en algunas ocasiones tocaban juntos y los fans los llamaban The Beatmakers.

The Beatles, una vez contratados por Brian Epstein y haber logrado el contrato con Parlophone, haciendo el primer grupo del Merseybeat en hacerlo, Gerry & The Pacemakers logran ser el segundo grupo de la cuadrilla de Epstein en lograr un contrato de grabación con Columbia Records para su primer número How do you do it, composición de Mitch Murray, que también había sido ofrecida a The Beatles y producida por el mismísimo George Martin.

Y si, fue justo esa composición que a Gerry apasionó desde que era niño, You’ll never walk alone, composición de Richard Rogers y Oscar Hammerstein de 1945, que su versión creada para su grupo, logra tener un auge, como se hace mención párrafos arriba, en la tribuna de los fanáticos del Liverpool F.C. los reds, que no sólo logran poner esa frase en el mismo escudo del club, sino que la hacen cantar como himno antes de que el árbitro pite el silbato al inicio del partido.

Esta canción habla en sus orígenes en los momentos de la guerra, donde la solidaridad y la empatía entre los habitantes de Liverpool se hacía patente durante los bombardeos llevando la idea de que nunca más caminarás solo y siempre habrá alguien que te acompañará en tus sueños.

I´m the one fue un siguiente éxito del grupo que compitió muy de cerca con Needles and Pins de The Serachers, otro grupo del Mersey del cual escribiremos más adelante. I´m the one logra posicionarse entre los primeros lugares del hit parade en Estados Unidos y por fin logra un primer lugar después de dos semanas en el Top Británico.

Y otro número que logra también tener muchas preferencias entre el público joven fue Don´t let the sun catch you crying una composición del mismo Marsden, número muy significativo en las listas de 1964.

Pero sin duda, uno de sus máximos, si no es que el más, fue Ferry Cross the Mersey, un tema igualmente simbólico de toda esa generación que logra incluso ser tema de la película del mismo tema de 1965, donde retrata muy fielmente la vida del puerto más importante de Inglaterra, en esos años que lo hicieron más que famoso.

A partir de ese año, la agrupación fue dando menos en su producción musical y no fue sino hasta 1972 que Gerry Mersden hizo una reagrupación con músicos como José McLaughlin, Billy Kinsley y Pete Clarke para realizar nuevas grabaciones, esta vez si para Parlophone. Se hizo un disco compilatorio hacia finales de 1973 en los estudios de la BBC con sus anteriores temas que los hicieron famosos, Gerry & The Pacemakers live at BBC.

La banda estuvo haciendo una que otra presentación, incluyendo algunos Beatles Fest donde hicieron acto de presencia.

Su hermano Fred falleció en 2005 y Les Chadwick en 2019. Gerry pasó a mejor vida en 2021 después de haber anunciado su retiro en 2019.

Como un homenaje, la radio holandesa 3FM, emitió en 2020 la canción You´ll never walk alone hacia todo el mundo sometido en la pandemia del Coronavirus también como un mensaje de aliento.

En la siguiente entrega veremos los demás grupos que formaron el llamado MERSEY SOUND, una parte esencial de lo que fue la también llamada INVASIÓN BRITÁNICA de los sesentas.

CONTINUARÁ.

Y sin olvidar que:

BEATLES 4EVER!!!!

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