el cajón de los calcetines y mi mariguana en la caja de la mariguana.
George Harrison
El miércoles 12 de marzo de 1969, justo el día en que Paul McCartney se casó con Linda Eastman, fue el seleccionado por el Sargento Norman Pilcher de la Unidad de Narcóticos de Scotland Yard para llegar a la casa de George en Esher con una orden de cateo en busca de sustancias ilegales.
El oficial, pensando que George y Pattie estarían en la boda de Paul, llegó a la residencia de los Harrison en un gran operativo con 12 patrullas, 24 policías y dos perros entrenados para detectar droga.
A continuación, el reporte emitido por la Asociación de Prensa de Inglaterra unos días después.
Walton-on-Thames. Lunes 31 de marzo de 1969. El Beatle George Harrison y su esposa, la modelo de 24 años Pattie Boyd, se declararon culpables hoy de posesión ilegal de resina de cannabis.
Se presentaron en la Corte de Magistrados de Esher y Walton bajo el cargo de posesión de una cantidad de resina de cannabis sin la debida autorización. Varios policías se encontraban afuera de la corte cuando llegaron en su Mercedes blanco pero en la entrada sólo los esperaban una docena de adolescentes.
El Sr. Michael West, fiscal, dijo que ambos habían actuado de manera impecable. Su presencia en la corte obedeció a la ejecución de una orden de cateo en su residencia ubicada en Claremont Drive, Esher, a donde los oficiales llegaron a las 7:30 p.m. del 12 de marzo.
Harrison no se encontraba en casa pero su esposa habló con él por teléfono mientras los oficiales de policía estaban ahí. Un agente también habló con él notificándole de la orden de cateo y le preguntó si tenía drogas en su casa.
Harrison le contestó: “No, no hay nada ahí. Sólo están mis medicamentos arriba del refrigerador”. Su esposa le dijo a los agentes que no había drogas además de las que le habían sido prescritas. Sin embargo, para los policías presentes fue obvio que el matrimonio había hablado de drogas en su conversación telefónica dado que, en algún momento, la Sra. Harrison preguntó: “¿En qué parte de la sala?.
Unos minutos después los agentes encontraron una caja con resina de cannabis en su interior.
Pattie Harrison cooperó sin condiciones y no obstruyó la labor policiaca cuando se le notificó que se llevaría a cabo un cateo en toda la residencia. Le mostró a los policías unas píldoras que le habían sido recetadas pero después le fueron encontrados cuatro granos de resina de cannabis en su bolso de mano. Dijo que esa bolsa se la habían dejado en su coche. Además, dos pipas artesanales de metal para fumar cannabis fueron encontradas en un gabinete.
Fue entonces que la Sra. Harrison le confirmó a la policía la existencia de drogas en la sala de la residencia y aceptó que eran las que había mencionado durante su conversación telefónica con su esposo.
La droga mencionada constaba de 217 granos de cannabis y 228 granos de cannabis herbal así como 36 granos adicionales encontrados en otro cuarto. También se encontraron rastros de la droga en un enrollador de cigarros.
Un perro policía entrenado para oler drogas guió a los policías a encontrar otros 304 granos en un mueble dentro de la recámara.
Durante la audiencia, Sr. West, fiscal, le dijo a los magistrados: “No es frecuente encontrar esta cantidad de droga. Estamos hablando de aproximadamente 570 granos que podían procesarse en una gran cantidad de cigarrillos. Sería un error pensar que los acusados tenían la intención de venderlos y resulta claro, por la evidencia, que esta droga es para consumo personal y su uso privado”.
El fiscal preguntó entonces si era necesario presentar como testigos a los agentes que habían cateado la residencia de los Harrison. El abogado de la pareja, el Sr. Martin Poulden, señaló que no era necesario. Agregó que cuando la policía llegó, la Sra. Harrison se encontraba sola en la casa. “No es sorprendente que con la llegada sorpresiva de la policía y dos perros, la Sra. Harrison entró en shock y esto explica por qué no cooperó desde el principio. Su esposo le indicó vía telefónica que le diera a la policía lo que quería. Después del shock inicial, la Sra. Harrison no intentó ocultar nada y la policía se movió libremente dentro de la residencia sin obstrucción”.
El abogado de los Harrison agregó: “La droga encontrada en su bolso de mano, tal como ella dijo, le fue dada por un extraño en Chelsea. La pipa fue un regalo de un conocido en San Francisco. Pero fue un regalo inconveniente para ellos ya que no sabían que contenía rastros de cannabis. Además, la Sra. Harrison no intentó ocultar la caja blanca que contenía cannabis y que se encontraba en la mesa de la sala. Asimismo, la policía no mostró interés en los muchos artículos orientales que se encuentran en la casa. Encontraron ornamentos que son inofensivos y que enfatizan el interés del Sr. Harrison en el yoga”.
Sobre las drogas encontradas en el cajón de un mueble dentro de su recámara, el Sr. Poulden señaló: “El matrimonio no puede explicar este hallazgo. No saben, hasta el día de hoy, nada al respecto. Esta gran cantidad de cannabis que fue encontrada no indica que su residencia es un lugar de corrupción y degeneración. Ni siquiera es posible acusarlos de adicción”.
“Este caso puede afectar los viajes del Sr. Harrison en el futuro, particularmente aquellos a los Estados Unidos. Esto significaría un gran problema para él y para la Gran Bretaña ya que The Beatles siempre son requeridos para representar al país en el extranjero”.
El abogado de los Harrison concluyó con la siguiente delcaración: “Además, debe de tenerse en cuenta de que, gracias a la gran hospitalidad mostrada por la Sra. Harrison, cuando el Sr. Harrison llegó a su domicilio encontró a los agentes de la policía viendo televisión y escuchando discos de The Beatles. Ella fue una gran anfitriona”.
De cuando la policía llegó a la casa de George
Después de las palabras de la defensa, los magistrados de la corte se retiraron durante un periodo de 15 minutos a deliberar. A su regreso, el Magistrado Supremo Eric Causton sentenció a George y a su esposa a pagar una multa de 250 libras por persona y 10 guineas por costos administrativos.
Al salir de la corte, George Harrison le dijo a la prensa: “Esperemos que la policía ya no se meta con The Beatles”.”
A pesar de haberse declarado culpable de posesión, George mantuvo siempre que la droga encontrada en un cajón del mueble de su recámara había sido plantada.
El Sargento Norman Pilcher se volvió famoso por llevar a cabo operativos en contra de las estrellas de la Gran Bretaña durante la década de los 1960. Entre sus logros policiacos se encontraron los arrestos por posesión de drogas de Keith Richards, Donovan, Mick Jagger y Marianne Faithfull así como el de John y Yoko en octubre de 1968.
Muchas celebridades, aprovechando la difusión que tenían, se quejaron de que éste sólo llevaba a cabo operativos para ganar notoriedad en los periódicos nacionales al tiempo que plantaba drogas en los hogares de sus objetivos para después arrestarlos y acusarlos de posesión de sustancias ilegales.
Y al final, todo cae por su propio peso. El 8 de noviembre de 1972, Norman Pilcher fue acusado de conspiración para pervertir el curso de la justicia después de que se le comprobó perjuicio. Renunció a la policía antes de que su caso fuera juzgado y huyó a Australia pero fue arrestado a su llegada a la ciudad de Fremantle y extraditado a la Gran Bretaña.
El 6 de septiembre de ese año fue sentenciado a cuatro años de prisión. El Juez Melford Stevenson, a cargo de su juicio, cerró el caso con las siguientes palabras: “Usted envenenó el pozo de la justicia”.
Norman Pilcher no abandonó Inglaterra al salir de la cárcel. Se mudó a Kent y murió en junio de 2011 en Sussex.
Muchos beatleros piensan que el Sargento Norman Pilcher fue inmortalizado por John en su canción I Am The Walrus en la línea “Semolina Pilchard, climbing up the Eiffel Tower” en donde, aparentemente, desató su ira al ridiculizarlo por decir que estaba escalando este monumento en París. Sin embargo, esto es poco probable; la canción fue compuesta en 1967, un año antes de que Pilcher irrumpiera en el departamento en el cual vivían John y Yoko y no existen referencias oficiales de que así fuera.
Como sea, más le hubiera valido escalar la Torre Eiffel que enfrentar el desprestigio en su corporación.
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