Aunque oficialmente la consumación de The Beatles como grupo se dio en 1970, fue un año antes el que marcó su verdadero final. En 1969 el cuarteto trabajó en lo que serían sus dos últimas producciones discográficas, por una parte el complicado proyecto fílmico-musical llamado Get Back que inició en enero, pero luego de varios problemas que acarreaban desde 1968, decidieron concluir las grabaciones al terminar el mes y encargar, a principios de febrero, al productor George Martin (junto con los ingenieros de sonido Glyn Johns y Alan Parsons) que trabajara en la mezcla de las canciones, el resultado no los dejó satisfechos y decidieron dejarlas enlatadas. The Beatles no tardaron mucho en regresar a los estudios para iniciar con la grabación de un nuevo álbum que no fuera tan accidentado como el anterior. Fue así que el 22 de febrero se presentaron en los Trident Studios para trabajar con un tema de John Lennon titulado I Want You.

Pero mientras esto sucedía a nivel creativo en el económico no estaban del todo bien, el grupo tenía muchos problemas con su compañía Apple, la cual desde su fundación no dejaba de perder dinero debido a los malos manejos de sus directivos (incluidos desde luego los cuatro Beatles). Tras la muerte de Brian Epstein no supieron cómo lidiar con el asunto de las finanzas, ciertamente Epstein tampoco dejó las cuentas claras y para esos momentos todo fue un verdadero caos.

Con respecto a la crisis financiera que se vivía en Apple en 1969, John Lennon aseguraba que ellos no tenían ni la mitad del dinero que la gente pensaba, “tenemos suficiente para vivir, pero no podemos permitir que Apple siga así. Lo hicimos todo mal. No puedes ofrecer tus instalaciones a poetas, asociaciones benéficas y cineastas si no tienes una buena fuente de ingresos; hay que hacer una limpieza y tendrá que irse mucha gente”. Por su parte Ringo Starr explicaba: “Nadie dirigía Apple. A aquel paso se iría al garete. Todos hacíamos una cosa u otra. Todos dirigíamos trozos de Apple. Pero al final necesitábamos a un tipo duro para que pusiera orden. Elegimos a Allen Klein”.

Allen Klein (1931-2009) entró a escena en la historia de The Beatles. Originario de New Jersey, Estados Unidos, Klein fue un empresario que se dedicó a representar músicos como Sam Cooke y a The Rolling Stones. En el caso de los Stones fue el co manager Andrew Loog Oldham (quien había en algún momento trabajado con Brian Epstein) quien se impresionó al ver la capacidad negociadora de Klein. En ese momento el empresario fue bien visto por Mick Jagger y decidieron integrarlo como manager. Allen Klein les consiguió un jugoso contrato cuando renegoció con Decca Records y su filial norteamericana London Records y obtuvieron el pago de 600 mil dólares que cada compañía pago de manera individual. Para 1968, Allen Klein compró la participación financiera de Oldham con el grupo por la cantidad de 750 mil dólares.

En un principio los Stones fueron seducidos por la sagacidad del empresario para lograr acuerdos que se reflejaban en buenos ingresos, pero Mick Jagger comenzó a sospechar que esas entradas económicas beneficiaban en muy buena parte a Allen Klein por lo que fue objeto de investigación y finalmente lo despidieron hacia finales de 1970. Durante el año de 1971 hubo demandas, los Stones ganaron algunas batallas legales pero otras fueron perdidas y Klein se quedó con el catálogo musical del grupo anterior a 1970. La banda retrasó las grabaciones de Exile On Main Street, Mick Jagger explicaba que tenían que esperar a que el contrato con el manager concluyera para no perder más canciones, “no queríamos darle temas como Shine a Light o Sweet Virginia a Klein”.

Pero fue durante el periodo con The Rolling Stones que Klein tuvo su primer contacto con The Beatles, a través del nada influenciable John Lennon y su novia Yoko Ono. Mientras se filmaba la película Rock and Roll Circus en 1968, Klein habló con Lennon y se presentó como el manager exitoso que había hecho ganar mucho dinero a los Stones, cosa que dejó impresionado al beatle. Neil Aspinall explicó que “Allen Klein era un economista-empresario-director americano que hacía de manager para The Rolling Stones. Sé que John y Yoko se vieron con él y decidieron que sería un buen manager para ellos”.

Para 1969 Lennon había decidido que Klein fuera quien llevara las riendas de Apple y por consiguiente del grupo, con los cual comenzaron los problemas con Paul McCartney quien no aceptó esta situación. En la Antología McCartney expresó: “El concierto en la azotea dio pie a una reunión, yo estaba a punto de sugerir a todo el mundo que volviéramos a hacer conciertos aún más pequeños para ser los mismos de antes. Pero John y Yoko se habían reunido con Allen Klein y John dijo que Klein iba a ser su manager, ya había dado la orden – a partir de ahora Allen Klein me representa- Cuando le preguntamos por qué él dijo: Porque es el único que nos ha gustado a Yoko y a mí”.

John Lennon invitó a George Harrison y a Ringo Starr a un encuentro con Klein en donde terminaron por convencerse que era la mejor opción para el grupo. Para Ringo, Klein era un tipo agradable e inteligente, “era un personaje muy divertido y lo conocía todo sobre el mundo de las discográficas. Sabía de discos, sabía de conciertos, sabía de música”. Mientras que Harrison aseguraba: “Si hay que elegir, me quedo con Klein, porque John está con él y me pareció que era muy auténtico”.

En el caso de Paul, él quería que los familiares de su mujer Linda tomaran el control de Apple. “Paul había conocido a Linda y quería introducir en el empresa a su hermano, John Eastman, o a su padre, Lee Eastman”, cuenta Neil Aspinall, además añade que hubo una reunión entre Lee Eastman y Allen Klein la cual no terminó bien, “no se caían bien y tuvieron una discusión”.

 

Los altercados por quién debería dirigir los destinos de Apple, entre Paul y los Beatles restantes era fuertes hasta que luego de varias disputas The Beatles firmaron, en septiembre, un contrato con el empresario y resolvieron darle el 20% de las ganancias, situación con la que McCartney no estuvo de acuerdo y propuso darle sólo el 15% pero no fue tomado en cuenta. El mismo Paul recuerda: “Creo que Allen tenía una buena técnica para persuadir a la gente. Básicamente decía ¿Qué Quieren? Nosotros respondíamos -Mucho dinero- ¡Eso está hecho! En el caso de Yoko era una exposición y tenía problemas para montarla. Allen Klein dijo ¿Una exposición? Vale, eso está hecho. Y todos terminamos financiado su exposición de Syracuse – a partes iguales- Y ella ni siquiera estaba en el grupo”.

Pese a toda la polémica que trajo la llegada de Klein a The Beatles este logró renegociar el contrato de The Beatles con EMI y Capitol en donde obtuvieron más dinero con el 25% de regalías bajo la amenaza de que el grupo dejaría de grabar con ellos. Con esto la banda se comprometía a entregar dos álbumes nuevos al año, juntos o como solistas, hasta 1976. Los beneficios que obtuvo Klein con sus convenios llegaron a ser superiores a los de Brian Epstein, con esto The Beatles tenían el control de su producción musical, aunque por ese tiempo Lennon y McCartney recibieron un duro golpe al perder los derechos de sus canciones debido a que Dick James de Northern Songs vendió el catálogo musical a Lew Grade de ATV Music. En un intento por recuperar las composiciones, Allen Klein pensó en que Apple adquiriera ATV, pero no pudo hacerlo debido a que Lee Eastman envió una carta a Grade en donde le explicaba que Klein no tenía la autorización para llevar a cabo negociaciones con las canciones de la dupla creativa.

El paso de Allen Klein con The Beatles fue polémico e importante pese a que le tocó la parte final. Logro controlar una empresa que iba en picada por no tener una dirección sólida y darle, de alguna manera, estabilidad. Como dato adicional podemos mencionar que el día que se firmó el contrato con Klein, John Lennon anunció su decisión de abandonar al grupo, pero fue persuadido por el nuevo manager a que no lo hiciera público y esperar un poco más. Paul McCartney comenta en la Antología: “Allen Klein consiguió levantar Apple. Fue una locura porque una de las primeras cosas que hizo fue revisar todos los archivos que nosotros no habíamos ni mirado, ni siquiera sabíamos que existían. Encontró un contrato que nos vinculaba durante diez años, que ni siquiera recordábamos haber firmado. No nos fijábamos en lo que firmábamos. No le dábamos importancia. Klein los encontró en un cajón y ellos me forzaron a cumplirlo. Tuve que seguirlo al pie de la letra”.

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