La última fecha de la edición 2024 del Festival Corona Capital de la Ciudad de México cerró de manera grandiosa con la presentación de Paul McCartney, quien finalizó su gira Got Back en el continente americano la cual inició en el mes de octubre en el Estadio Centenario en Montevideo, Uruguay y recorrió ciudades de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Costa Rica. Su paso por México comenzó en Monterrey y posteriormente la capital mexicana recibió al exbeatle con tres fechas inolvidables para el público que pudo estar presente en cada uno de los conciertos.
Para Paul McCartney participar en un festival musical no es algo nuevo; entre los festivales en los cuales ha estado presente podemos mencionar algunos como el Bonnaroo Music & Arts en Tennessee (2013), Lollapalooza en Chicago (2015), Desert Trip (2016) en California y por supuesto sus dos participaciones en Glastonbury, Inglaterra, en los años 2004 y 2022. En varios de ellos el artista ha tocado su repertorio completo y en otros ha tenido modificaciones para cumplir con los tiempos establecidos por los organizadores, aunque después se ha pasado del horario pactado. Tener dentro de un evento especial a McCartney, en el cual debe alternar con varias bandas más, lo ha ayudado a llegar a un público que quizá no se caracterice por ser fiel seguidor del músico, pero sus shows siempre terminan por sorprender a los asistentes.
Ese domingo 17 de noviembre, que marcó la tercera jornada del festival, desde muy temprano comenzó a llegar la gente que deseaba ver a Paul McCartney; ataviados con sus playeras con la imagen del músico zurdo, así como con chalecos y camisas multicolores y sus trajes de banda militar en tono azul a la Sargento Pimienta, los fans se hicieron presentes en el lugar de la cita. Toda una mezcla generacional que caminó bajo el sol por ese largo y sinuoso camino que condujo a la entrada del recinto. Pero también se encontraban los jóvenes que buscaban disfrutar con las presentaciones de Jack White, Empire Of The Sun, Beck, Iggy Pop, Kim Gordon, Sophie Ellis-Bextor, así como varios grupos y artistas emergentes que son parte del cartel quienes buscan dar un paso a la consolidación.
Se han cumplido 14 años de la creación del festival y en la actualidad se puede afirmar que compite en calidad con cualquiera que se realiza en el extranjero. Por su parte han pasado 31 años de la primera visita de Paul McCartney a México en el año de 1993. Todo esto dio una combinación perfecta para tenerlo como el artista estelar que clausuró tres días en donde la música fue el marco perfecto para el celebrar de una generación, la cual coexiste con otras previas, dentro del macrocosmos de verbena que representa este evento.
Los seguidores de Paul McCartney están conscientes de que la reunión es solamente en el escenario principal, denominado como Corona, la mayoría quiere estar ahí. La misión fue llegar temprano para poder alcanzar un lugar cercano a donde el músico se presentaría a las 11:30 de la noche, porque no hay asientos y todo dependerá de lo que aguante el cuerpo durante varias horas de pie y por momentos sentarse en el suelo cuando sea posible; el resistirse a no tomar la suficiente agua, refresco o cerveza para hidratarse en una temperatura calurosa se vuelve una prueba de resistencia, debido a que al salir al baño se puede perder el lugar que se había ganado.
El tiempo poco o poco avanza e inicia el desfile de grupos sobre la tarima, bellamente adornada en los costados con motivos de la Ciudad de México como el Monumento a la Revolución, el Ángel de la Independencia o la Torre Arcos Bosques (conocido como el pantalón). Para quien esto escribe, presencié las actuaciones del rock básico de los jóvenes de CaveTown, las melodías fuertes de Nothing But Thieves y por supuesto la genialidad de Beck (quien merece una mención aparte en otro texto) que nos hizo pasar un buen rato con su extraordinaria presentación de 70 minutos. En el momento que el músico californiano se despidió la gente reunida cerca del Escenario Corona ya no se movió, aunque faltaba más de una hora para que McCartney iniciara su recital. Mientras tanto las personas compartían, con amigos o desconocidos, sus propias anécdotas que han vivido en los conciertos de Paul, sus gustos por The Beatles o por la música en general, así como sus experiencias en las ediciones pasadas del festival.
Pasan de las 11 de la noche, una gran imagen del artista se muestra en las pantallas, así como un código QR que lleva a sus redes y por fin aparece ese atractivo collage de imágenes de McCartney que recorren toda sus historia, desde su infancia hasta la actualidad, todo con la mezcla de canciones que realiza el DJ Chris Holmes, quien se ha colocado en una orilla del entarimado. La recompensa de aguantar todo un día caluroso, sin tomar demasiados líquidos o algo de comida, está a unos minutos de llegar. Las enormes pantallas muestran el icónico bajo Hofner, las luces se apagan para el público y se encienden sobre el escenario, entran los músicos Rusty Anderson, Abe Laboriel Jr, Brian Ray y Paul “Wix” Wickens y de pronto aparece Paul McCartney, levanta su brazo, se acerca al micrófono y da la señal (one, two, three, four) para arrancar el show con A Hard Day´s Night, que nos representa a nosotros que estamos felices, gritando y brincando en la noche de un día difícil.
Se sabe que Paul tiene designada solamente una hora y media de concierto y las dudas surgen entre los fanáticos -¿Tocará sólo ese tiempo? ¿Qué canciones quitará?- Pero por lo pronto el músico británico saluda el público mexicano e inician las notas de Letting Go que nos recuerda a su otro grupo, Wings. McCartney nos deleita con canciones (y a su vez las presenta a nuevas generaciones que no conocen su legado) que son parte de su paso con The Beatles como Got To Get You Into My Life, I´ve Just Seen a Face, Love Me Do, Blackbird, Lady Madonna, Ob La Di Ob La Da, Get Back, Let It Be, Hey Jude, I´ve Got a Feeling, Sgt Pepper, Helter Skelter, Golden Slumbers e incluye Now and Then. Por supuesto que el repertorio lo balancea con su material solista y de Wings que también son bien recibidos con gritos (pol pol pol pol), porras (ahehoehoheh sir Paul sir Paul) y brincos; no hay persona alguna que no deje de corear cada canción, de levantar sus brazos con la lámpara de su teléfono encendida y ser parte de la algarabía.
Paul se eleva en una parte del escenario, sonríe desde lo alto después de interpretar Blackbird y su voz se quiebra en Here Today que es para su cuate John Lennon. Tampoco puede dejar fuera el romanticismo con My Valentine (dedicada a su esposa Nancy Shevell, quien al parecer siempre está en todos los conciertos) y Maybe I´m Amazed para recordar a Linda. Paul se mueve de un lugar a otro en el escenario, cambia el bajo por la guitarra eléctrica o acústica, sube a una tarima a tocar el piano y también muestra su habilidad con la mandolina en Dance Tonight, mientras que el baterista Abe Laboriel Jr. ofrece su tradicional baile que emociona al público. Llega el momento de Live And Let Die en donde aparecen las explosiones y la pirotecnia que ilumina la pista cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez. En Get Back nos asombra con la presencia sorpresiva de St Vincent para acompañarlo en la guitarra.
La noche avanza y seguimos extasiados con el concierto de McCartney. Con Hey Jude cantamos a todo pulmón el coro (na na na na na) y todo parece indicar que el concierto ha terminado, el tiempo se ha pasado de la hora y media. De repente salen los músicos ondeando banderas, entre ellas la de México, Paul toma su guitarra y asegura que la siguiente canción es especial para él –“Ya verán por qué”- dice, y se escucha el riff de I´ve Got a Feeling que vuelve a juntarlo con John Lennon quien aparece en las pantallas con parte de la letra que le agregó a la composición de McCartney (Everybody had a hard year/ Everybody had a good time/Everybody had a wet dream/Everybody saw the sunshine). El final se acerca con Sgt Pepper que se mezcla con la estridente Helter Skelter, para dar paso inevitablemente a Golden Slumbers-Carry That Weight- The End y aún Paul tiene reservado un detalle especial para la audiencia, cuando ingresan al escenario Jack White y de nueva cuenta St. Vincent para tocar sus guitarras en la parte de los solos en The End.
“And in the end/ The love you take/ Is equal to the love you make”
Paul McCartney termina su concierto, los músicos se juntan, se toman de la mano y levantan los brazos con lo que agradecen al público. Ha sido el final de la gira por Sudamérica y México, un cierre que fue espectacular y que nadie podrá olvidar. Un joven abraza a una mujer y llora, muchos rostros siguen sonriendo y otros tantos siguen con el na na na na de Hey Jude. Es de madrugada y ahora es tiempo de regresar a casa y guardar el recuerdo de una noche maravillosa con un artista que se ha entregado y que por cierto se pasó del tiempo designado para su recital.
TU VOZ