Hace algunos meses analizábamos una canción de The Police que nos iba descubriendo lo cierto del refrán: “Las apariencias engañan”. Lo que podemos pensar que es un himno al amor y al romanticismo nos puede terminar estallando en la cara. Tenemos en esta colaboración otro ejemplo de esto. Se trata de Don’t You Want Me? (¿No Me Quieres?) de The Human League, que es una de las canciones y tonadas más sonadas de inicios de la década de los 80. ¡Súper pegadiza!, a primera impresión súper triste, con una forma de interpretación de estilo quejumbroso suspirando por el amor perdido.
¡Cuarenta y tres años tiene ya esta canción! qué barbaridad… no puedo evitar la sensación de vértigo que me produce constatar la velocidad con la que pasa el tiempo, sobre todo últimamente. Hace poco me di cuenta de que era el 60º aniversario de algunos de los álbumes que han ido marcando mi vida como los son los de The Beatles, esos que recuerdo con más frescura que lo que comí ayer y me brotaron una decena de arrugas de repente. Qué angustia… por eso, quizá, he preferido alejar las efemérides. En 1981, cuando The Human League publicó Don’t You Want Me? yo tenía 14 años, y es por tanto es un referente musical de mi paso de la pubertad a la adolescencia.
Es tal vez la canción más conocida de The Human League. Fue número uno durante la Navidad de 1981 en el Reino Unido, donde vendió millón y medio de copias, ocupando el puesto nº 23 en la lista de ventas de sencillos del Reino Unido en toda su historia. Posteriormente encabezó el Billboard Hot 100 en los Estados Unidos el 3 de julio de 1982, donde permaneció durante tres semanas.
En realidad, a mí el synth-pop y la new wave británica de principios de los ochenta no me impresionó en su momento. Aunque las ondas sonoras penetrasen en mis oídos adolescentes de forma involuntaria, no fue hasta mucho más tarde, ya estudiando la carrera de ingeniería cuando empecé a valorar las canciones de ese género y ese período. Fue una evolución rara, para mí, pues era y sigo siendo Beatle fan por siempre… pero bueno, muchos que me conocen a fondo saben que me considero además melómano y siempre estoy abierto a todos los gustos de diversos géneros musicales.
Esta canción es una de esas one hit wonder que me encanta repetirla una y otra vez cuando la llevo en el estéreo del automóvil. Al paso de los años me enteré con asombro que el líder y cantante principal de The Human League, Philip Oakey, no daba una libra por Don’t You Want Me? y que la tuvo que incluir en el tercer álbum de la banda a regañadientes y obligado por el productor Martin Rushent, de Virgin Records. Transcurrido el tiempo y con el éxito arrollador del sencillo, Oakey cambio de parecer y estaba encantado.
Parece ser que para la historia que narra la letra de la canción, Oakey se inspiró en el clásico cinematográfico Ha Nacido Una Estrella, aquel film que en la versión de 1954 (tal vez la más conocida) protagonizaron Judy Garland y James Mason. Trataba de la historia de una camarera introducida en el mundo del negocio musical por un actor veterano que tuvo días mejores, y sufre el trágico contraste entre el ascenso de ella y la decadencia de él. Esto lo notamos en la canción al estar interpretada a dos voces, dando las dos versiones como en la película, la del chico y la de la chica. La parte femenina interpretada en Don’t You Want Me? Fue realizada por una de las dos vocalistas relegadas hasta entonces sólo a los coros en la banda, Susan Ann Sulley. La otra, Joanne Catherall, se quedó fuera de esta parte por sorteo.
En una estudio realizado recientemente, se contabilizó que un 56 por ciento de todos los hombres que van a bares oldies en la Unión Americana eligen como opción para escuchar a Don’t You Want Me? cuando llega la hora del karaoke ochentero, y no es sólo por el coro y música impresionante. Es una declaración desnuda del amor no correspondido y la frustración. Por alguna razón, sin embargo, yo nunca puse atención a la letra más allá del coro. Eso cambió hace algunos años cuando un día que iba manejando mi auto y estaba atascado en un embotellamiento de transito, finalmente le puse atención y me puse a traducir la letra completa.
¿Y saben qué? ¡La sentí algo agresiva! No es inocente o de suplica por otra oportunidad en absoluto; ¡es de reclamo y enojo! Resultó que puso todo mi mundo al revés, y me inquietó; se acababa de arruinar uno de mis mitos de adolescencia de una canción pop . Por esta razón, es digno de someter a Don’t You Want Me? a un análisis detallado de la letra en sus partes más importantes. Por lo menos, esto me ayudará a pasar y compartir mi inquietud al que llegue a leer esta reseña.
“Estabas trabajando como camarera en un bar de cócteles. Cuando te conocí”
De acuerdo, es un inicio bastante vago. A menos, es decir, uno intuye lo que vendrá después. ¿Por qué puedo detectar un soplo misógino aquí? Esto es algo que muchos han tratado de poner como un estereotipo en los bares como lugares degradantes para trabajar desde el punto de vista machista, ¿verdad? Los misóginos se imaginan faldas muy cortas y la terrible clientela masculina del tipo que buscan la “miel” con las camareras, que siempre encuentran excusas para dejarse tocar cuando ellos lo ordenan. Me dan escalofríos sólo de pensarlo. ¿Acaso el narrador nos quiere decir que ella era linda, pero sin ningún talento adicional? ¿Nos está pidiendo hacer un juicio de valor? ¿Está tratando de avergonzarla con los recuerdos de su pasado? Probablemente estoy exagerando.
“Te elegí, te rescaté, cambie tu rumbo y te convertí en alguien nuevo”
No. Sencillamente es un idiota. Cinco líneas, y en él ya se está confirmando su egocentrismo. Está diciéndole que antes de él, para ella no había ninguna expectativa antes de que se encontrara con él; básicamente, para él; ella sólo era un objeto sexual inútil en el bar, hasta que el llegó con su condición de salvador y la rescató de los hombres inferiores que componen el ambiente de esos lugares. Para él, los hombres que van a esos bares de mala copa a comerse con los ojos a las camareras son sin duda menos a los ojos de Dios de acuerdo a la canción. Pero, un momento, ¿Qué estaba haciendo entonces el “salvador” en el bar de cócteles en primer lugar? ¿Fue solo para recoger camareras con la promesa de hacerlos famosas? ¿O era cliente frecuente viendo pasar la carne por la pasarela? Pregunta que queda al aire y algunos empiezan a hacérsela después de que termina la melodía.
“No olvides que yo fui quien te puso a dónde estás ahora y también puedo bajarte de ahí”
De su declaración de “salvador“, el protagonista emerge con su egocentrismo de “todopoderoso” y menosprecia el esfuerzo que su mujer ha hecho por cinco años para llegar a donde está y no sólo eso, veladamente la amenaza con hundirla más rápido que un chasquido de dedos, todo es solo por envidia o celos de sus logros de ella, que por alguna ofensa que ella misma le hubiera podido hacer.
“…Desde que trabajaba en el bar sirviendo cocteles sabía que encontraría un lugar mucho mejor (sin tí , por buena suerte)”.
Afortunadamente la contraparte femenina no se intimida ante el reclamo machista y al escucharle los reclamos y las amenazas; ella le deja muy en claro que tiene potencial y talento, y que aún sin haberlo conocido, ella habría logrado salir adelante y lo remata comunicándole que le decisión que ha tomado de dejarlo es la más acertada
“…Acaso ¿No me quieres ? – Sabes que no puedo creer cuando me dices que ya no me necesitas…”
El “salvador” termina sorprendido, derrotado y hasta humillado. A primera impresión parecería que aboga por una segunda oportunidad de su contraparte, pero al leer la frase completa y meditarla, nos damos cuenta que en realidad, lo que lamenta es que está perdiendo su posición de ser una persona indispensable para ella, eso es lo que le está doliendo y no los sentimientos de ella.
Dejemos el análisis de la letra de la canción atrás y revisemos algunos aspectos adicionales. En cuanto al vídeo promocional, este corrió a cargo de uno de los grandes, Steve Barron, que tuvo en su haber exitosos vídeos clips como el de Billy Jean de Michael Jackson, el de Take On Me del grupo A-Ha o el de Money For Nothing de Dire Straits. Desde luego, el vídeo es también memorable, con esos exteriores tan de otoño británico, que se respira el frío y con esa estética tan del momento, ese maquillaje tan natural como favorecedor y ese delineado de ojos digno de halloween.
Al final, puede ser que quien escuche la canción se llegue a sentir identificado en los roles de la misma. Para los que hemos pasado un divorcio o un rompimiento de una relación de años, uno sentirá al principio que siempre dio lo máximo y que la otra parte fue ingrata, triste situación. Pero siempre habrá modos de externarlo y se debe de hacer para comenzar un ejercicio de autocrítica y nunca será bueno para nadie el sentirse indispensable y mucho menos agredir física o verbalmente a tu ex sintiendo que tu nunca fallaste en algo. Psicología pura.
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