“Nothing really matters to me,
anyway the wind blows”.

(“En realidad nada me importa,
de todas formas, el viento sopla”.)

En la década del setenta del siglo XX, el rock ya había construido puentes con la música clásica. Desde los arreglos orquestales que incorporaron Los Beatles a través de la experiencia musical de George Martin, esas incursiones se fueron convirtiendo en más usuales. The Who, ya había diseñado la ópera rock Tommy en 1969. También las fugas bachianas aparecían en los solos de Ritchie Blackmore para Deep Purple, o los arreglos sinfónicos de Rick Wakeman que impregnaban al característico sonido de Yes, entre tantos otros. El paso de la música psicodélica al rock sinfónico trazó así un complejo mapa de sonidos con reenvíos desde la música clásica a la música popular contemporánea. Pero, por fuera del campo del rock sinfónico algunas bandas de rock y pop continuaron incluyendo elementos, instrumentos y arreglos provenientes de la llamada “Música culta” Es el caso de “Bohemian Rhapsody” (“Rapsodia Bohemia”). Escrita por Freddie Mercury para el álbum A night at the opera (Una noche en la ópera, 1975), parte de su originalidad radica en la estructura: más próxima al género rapsodia que a la música popular y a las composiciones de rock and pop de ese momento. La etimología de la palabra “rapsodia”, que proviene del griego, resulta de la unión de dos términos: “ensamblar” y “canción”; se trata de una canción ensamblada a partir de diferentes partes temáticas. En el caso de la “Rapsodia bohemia”, dicha estructura consta de seis secciones: la introducción (cantada a capela), una balada, un solo de guitarra, una parte operística, una de música rock y una coda. Cuando la banda propuso el tema para un futuro sencillo, como en otras oportunidades y con otras agrupaciones muy famosas, los ejecutivos de la compañía indicaron que, debido a su extensión, el tema nunca llegaría a convertirse en un éxito, que ninguna emisora de radio se arriesgaría a reproducirla. A continuación, detallamos algunas cuestiones vinculadas con esos seis minutos a pura inspiración y talento.

“Is this the real life?” (¿Es ésta la vida real?)

Queen era, para ese entonces, un grupo de rock que no necesitaba presentación. Para 1975 ya había publicado tres álbumes que alcanzaron un gran nivel de popularidad. De 1973 data el álbum debut: Queen. En 1974 lanzan: Queen II y Sheer heart attack (Ataque certero al corazón); sin embargo, el golpe de gracia vendría al año siguiente. A todo esto, Brian May confiesa que todos los integrantes de la banda estaban endeudados en ese momento ya que debían dinero a las grabadoras, compañías de sonido. En síntesis: “Estábamos en un momento realmente crucial donde tendríamos que separarnos si a ese disco no le iba bien”. Para el mes de agosto de 1975, Freddie Mercury realiza una maqueta de una canción que resulta bastante particular respecto al repertorio que venían realizando. El tema se encuentra construido en partes bien disímiles, como en las rapsodias. Luego llega el arduo trabajo vocal. Fueron 180 grabaciones separadas que realizaron May, Mercury y Taylor durante unas doce horas. Para ello se utilizan tres estudios diferentes. Rapsodia Bohemia se encontraba ya en proceso.

Una de las incógnitas del tema tiene que ver con la letra: la confesión de un hijo a su madre acerca de un asesinato que ha cometido. Mercury nunca quiso explicar el significado o a qué se refería específicamente. May dio a entender que simbólicamente tiene que ver con la vida del cantante, muy atribulada por ese entonces. “Nunca ha explicado la letra -sostuvo- pero creo que ha puesto mucho de sí mismo en aquella canción”. Para algunos, recrea el drama del Fausto (1832) de Goethe quien ha vendido su alma al diablo. De hecho “Bohemian”, parece referir a la región de Bohemia en la República Checa, lugar visitado en distintas oportunidades por el escritor alemán y al que parece ubicar como lugar de nacimiento del protagonista de la tragedia. Otros ven una referencia a El extranjero (1942) de Camus, escritor que incursionó en el movimiento existencialista. Otros lo vinculan con su situación sentimental, Mercury había estado viviendo con Mary Austin durante siete años; en 1975 tuvo su primera pareja homosexual. Para algunos entonces, la frase “Mama mia, mama mia let me go”, aludiría a un pedido para que lo dejaran vivir libremente su sexualidad. Tim Rice, letrista que trabajara tiempo después con Mercury en su etapa solista, sostiene en una entrevista al diario Daily Mail que, en la letra, Mercury “pudo haber matado al antiguo Freddie, a su antigua imagen (…), heterosexual. Había destruido al hombre que intentaba ser y ahora era él mismo, intentando vivir con el nuevo Freddie”. Sin embargo, el líder de Queen ha desacreditado todas esas versiones al afirmar que se trata de una sumatoria de rimas sin sentido. La introducción de “Bohemian Rhapsody” comienza con el planteo acerca de si lo que le está ocurriendo al narrador se trata efectivamente de la vida real o es fantasía. La conclusión sentencia que no hay escape de la realidad. Luego, el narrador se presenta y antes de realizar la confesión sostiene que no busca compasión. Durante la balada, delata el asesinato a su madre y le pide disculpas. En su relato se trasluce el cansancio. A continuación, se despide del mundo y se presenta como listo para enfrentar la situación. Respecto del proceso de composición, Mercury afirma que se trata de tres canciones inconclusas que había hecho tiempo atrás y que en esa oportunidad decidió unirlas. Por ejemplo, la frase: “mamma, just killed a man”, provenía de la que él llamó “La canción del cowboy”. Por su parte, May interpreta uno de los solos más recordados de esa etapa de la música rock. Como hicieran otros guitarristas del género, y que hemos detallado en otro artículo publicado en este sitio (https://elcirculobeatle.com/aqui-llega-george), Brian May sostiene que la intención fue realizar: “una pequeña melodía que haga de contraparte a la principal, no quise simplemente tocar la melodía”. A continuación, el tema se abre a otro universo musical: el de la ópera italiana. El ingreso se produce con un abrupto cambio de ritmo. A partir de una serie de sobregrabaciones se narra el descenso al infierno del personaje con la alusión a diversas óperas. Por ejemplo, Scaramouche refiere a un personaje de Las bodas de Fígaro, ópera bufa de Mozart. Así se entremezclan Fígaro con Galileo, “Magnifico” en alusión a la composición de Bach, el Magnificat, en una encarnizada lucha por el alma del personaje. Al estilo de los coros griegos, una parte de las voces realiza la acusación mientras que otra, procede a la defensa. La sección finaliza con la sentencia: “Beelzebub has a devil put aside for me” (“Belcebú tiene un demonio reservado para mí”). A continuación, y a partir de un ostinato en la guitarra se inicia la sección rock, y el personaje parece surgir del juicio en forma desafiante. La canción finaliza en la coda retomando un ritmo similar al de la introducción. El verso final: “nothing really matters” (“Nada realmente importa”) sugiere un estado de resignación.

Sigamos la experiencia sonora que surge de la combinación de la lírica con la música.

Antes de aparecer en el álbum A Night At The Opera, “Bohemian Rhapsody” es lanzada como cara A de un sencillo que lleva en la cara B un tema de factura rockera del baterista Roger Taylor, “I´m in love with my car” (“Estoy enamorado de mi auto”). La rapsodia tiene una duración poco frecuente para los temas del género rock, seis minutos, y cuenta con el antecedente de “Hey Jude” (1968) de Los Beatles, resistido por las emisoras de radio en su momento por la misma razón: su extensión (7 minutos). Pero, además, la “rapsodia…” no presenta el formato “estrofas estribillo” propio de la canción popular. Una vez que comenzara a sonar en las radios y que su aceptación se trasluce en los números de ventas, el problema que debía sortear la banda era la dificultad para su ejecución en vivo debido a su gran complejidad sonora. Para ello, la sección operística se reproduce desde una cinta grabada mientras se proyecta un espectáculo de luces.

Aquí, por ejemplo, su ejecución durante la histórica presentación de Queen en el estadio Vélez Sarsfield de la ciudad de Buenos Aires, en la República Argentina en el mes de marzo de 1981.

“Rapsodia Bohemia” representa, quizá, uno de los puntos compositivos más altos de Queen. Pueden señalarse otros, pero la búsqueda de la originalidad y la perfección, la mixtura entre la ópera y el rock, y la máxima explotación tanto del caudal vocal de Mercury, los agudos que brotan de la garganta de Taylor, además de su ajustada performance en la batería, el talento en la guitarra de Brian May, como las nuevas posibilidades técnicas en la grabación siguen impregnándola, aún hoy a casi medio siglo de su realización, del aura que rodea a toda obra maestra para convertirla en un clásico del género.

Buenos Aires 7 de junio de 2021

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