Desde su génesis el cine se ha relacionado con la música. En su etapa silente, en las salas en donde se proyectaban las “vistas”, la música tocada en vivo, por uno o varios músicos, servía para entretener al público y acompañar las imágenes en movimiento, pero cuando el séptimo arte se volvió un espectáculo, el cual ya narraba visualmente una historia, la música siguió como parte importante en cada función para  imprimir un efecto más dramático. Pero el cine evolucionó así como la música que lo acompaña se volvió más compleja, varios estudiosos del cine han escrito acerca de esta relación entre la música y el cine, un ejemplo de ello es al historiador y crítico francés Michel Chion, quien en su libro La música en el cine (edit. Paidós), nos dice: “El Cine es un lugar en que la música, sea realizada a propósito para el filme o tomada de una fuente preexistente, se transforma, desempeñando su papel dentro de un conjunto”.

A lo largo de los años han surgido compositores  que se han especializado en la creación de música para películas, nombres como Ennio Morricone, Nino Rota, Bernard Herrmann, John Barry, Elmer Bernstein, Miklós Rózsa y Maurice Jarre, entre otros, han sido famosos por sus bandas sonoras que se han vuelto, en sí mismas, piezas clásicas. Muchos de estos autores vienen de diferentes escuelas musicales que tienen que ver con la música clásica, pero otros surgieron dentro del rock como lo son los caso, entre otros, de Jonny Greenwood, Trent Reznor, Warren Ellis, Neil Young y por supuesto Danny Elfman, quien se ha ganado un lugar dentro de la lista de los afamados creadores de soundtracks.

Danny Elfman (nacido en Los Angeles, California, el 29 de mayo de 1953) comenzó su carrera como integrante del grupo Oingo Boingo. En el año de 1972, su hermano, el cineasta y dramaturgo Richard Elfman creó una agrupación llamada The Mystic Knights of Oingo Boingo. Posteriormente, debido a diferentes proyectos que se le fueron presentando, dejó a Danny como responsable del grupo. En una entrevista con el portal Wrap, Danny Elfman explica: “Mi hermano empezó la banda en Francia bajo el nombre de Le Grand Circus. Yo lo visitaba a los 18 años y me contrataron para tocar el violín. Al poco tiempo se movieron a Los Angeles, cambiaron el nombre a The Mystic Knights Of Oingo Boingo y me pidieron que fuera su director musical. No sabía de qué hablaban. Mi hermano salió del proyecto para empezar a trabajar en (la película) Forbidden Zone y yo me hice cargo del grupo”. Para le película se su hermano, Elfman compuso la música y realizó una participación dentro de ella en donde interpretó el papel de Satanás.

Una vez que Danny Elfman tomó las riendas de la banda, acortó el nombre a Oingo Boingo, con quienes grabó ochos discos de estudio y tuvieron éxitos como Only a Lad, Just Another Day, Dead Man’ Party, Weird Sciencie, You Got Your Back y Out Of Control. El estilo del grupo fue una mezcla entre new wave, ska y punk. Elfman asegura que su carrera se ha formado gracias a una serie de grandes accidentes: “Un día me desperté en Inglaterra escuchando ska y decidí que la banda se convertiría en una agrupación de rock. Al poco tiempo a uno de nuestros primeros conciertos, un asistente, Tim Burton, me contactó para trabajar en la música de su primera película, yo no sabía que pensar pero lo hice”.

El final de Oingo Boingo se dio en el año de 1995 con un concierto de despedida llamado Farewell: Live From The Universal Amphitheatre, Halloween 1995. Para este momento la fama de Elfman como compositor de música para películas se consagraba al haber concebido la música para filmes de Tim Burton (Pee Wee’s Big Adventure/Back To School, BeetleJuice, Batman, Edward Scissorhands), Sam Raimi (Darkman), Clive Barker (Nightbreed), Warren Beatty (Dick Tracy) y Richard Donner (Scrooged). A lo largo de los años el trabajo musical de Danny Elfman es reconocido por muchos cineastas y productores cinematográficos, además también ha hecho varios temas de series de televisión como Tales From The Crypt, Sledge Hammer!, Desperate Housewives, The Flash (la serie de 1990) y por supuesto The Simpsons. El analista cinematográfico Michel Chion, describe ese trabajo de Elfman como una influencia de Nino Rota: “El Nino Rota de Danny Elfman a menudo está demasiado cargado en orquestación, demasiado demostrativo,  insuficientemente etéreo y además, está desplazado en el contexto en el que ha sido transportado. Sin embargo, a veces esto puede ser el punto de partida para cierta innovaciones”.

La innovación musical que Danny Elfman le imprimió a cada pieza musical que creó para las bandas sonoras le ha dado un estilo que se reconoce en obras de filmes, de cineastas consagrados, como To Die For (Gus Van Sant, 1995), The Frightners (Peter Jackson, 1996), Big Fish (Tim Burton, 2004), Hellboy II (Guillermo del Toro, 2008), American Hustle (David O´Rusell, 2013) y muchas más. Además ha sido nominado en tres ocasiones en los Premios de La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Oscars, por las bandas sonoras de Good Will Hunting (Gus Van Sant, 1997), Big Fish y Milk (Gus Van Sant, 2008). En 1990 ganó un premio Grammy a Mejor Composición Instrumental, por el tema de la cinta Batman (Tim Burton, 1989).

Entre sus producciones musicales de rock como solista, podemos contar So-Lo (1984), en donde participan miembros de Oingo Boingo (Steve Bartek, Sam Phipps, Dale Turner). Una obra que sigue con los estilos de new wave, ska y el llamado synth pop y que contiene temas con el sencillo Gratitude, The Last Time, Go Away, Sucker For Mystery y Everybody Needs. Sin duda un disco con un rock agradable que se colocó dentro de la etapa de Oingo Boingo. Pero tuvieron que pasar 37 años para que Danny Elfman regresara con otro álbum doble de rock, Big Mess (2021).

A diferencia de So-Lo, en esta producción, Big Mess, el músico se inclina hacia los estilos rock y metal industrial, en donde la estridencia sonora del grupo que formó se combina con una orquestación y coros para darnos una obra llena de fuerza que por momentos nos recuerda a Nine Inch Nail o Rammstein. Pero el estilo que Elfman ha forjado al crear bandas sonoras, así como las letras llenas de ironía, le imprime un estilo único, muy ecléctico, con temas como  Sorry, Everybody Loves You, Native Intelligence (de la cual existe una versión single en donde colaboró Trent Reznor), Happy, Love in Time of COVID y una nueva versión al tema de Oingo Boingo, Insects.

En una entrevista, publicada en el portal del Clarín, el músico expresa que la idea para el álbum surgió debido a una invitación que se le hizo por parte de un festival, llamado Dark Mofo, celebrado en Australia, en donde le pidieron crear una pieza de performance, para lo cual realizó una combinación de cuerdas y  rock al que denominó “punk de cámara”. “Me descubrí escribiendo personalmente de una forma que nunca había hecho antes y eso fue sorprendente para mí”, añadió Elfman.

Danny Elfman vio como el mundo en el 2020 se paralizó completamente debido al Covid-19, además de que en su país gobernó Donald Trump, lo que le dio la temática para sus canciones: “Esto surgió de la tormenta de mierda que fue 2020. Me sentía frustrado por todos lados, pero particularmente por lo que estaba viendo en la sociedad. No he visto al país tan dividido desde la Guerra de Vietnam. Las canciones salían todas en parejas. Pesado y rápido y loco, y luego ligero, como si cada uno fuera una reacción al otro. Sentí que estaba desarrollando dos álbumes diferentes, de ahí el título. Me volví cada vez más consciente del hecho de que tengo dos escritores disfuncionales muy funcionales viviendo dentro de mí, y no se caen bien”.

Y el reflejo de este sentir lo escuchamos en varias de las canciones como Choose Your Side que abre con un discurso de Trump para preguntarse, dentro de la canción, ¿Cuándo empezaremos a sentir que no somos indefensos como un cachorro recién nacido? ¿Cuándo dejaremos de esperar una mano salvadora para levantarnos?¿Cuándo aprenderemos a no repetir los mismos malditos horrores del pasado?

Con casi 69 años y alrededor de 84 soundtracks para películas de diversos géneros cinematográficos, así como algunos discos de rock, solista o con Oingo Boingo, la carrera musical de Danny Elfman ha sido muy abundante y reconocida por críticos y  melómanos. Un trayectoria que fue ovacionada en el pasado Festival de Artes y Música de Coachella 2022, en donde los asistentes se sorprendieron de ver cómo este veterano músico tiene un gran fuerza sobre el escenario, con un rock de una sonoridad frenética que se mezcla con sus composiciones para filmes que han sido exitosos. Música que se ha vuelto parte de la banda sonora de su vida y de las nuestras.

 

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