Aunque existen diversas plataformas digitales, gratis o de paga, para escuchar música en streaming, los melómanos, jóvenes o adultos, continúan con un ritual que comienza con el ir a buscar discos a mercados de pulgas o a tiendas de viniles (afortunadamente aún podemos encontrar varias que se niegan a morir y siguen más vivas que nunca), perderse en esos locales varias horas, elegir qué álbum  adquirirán, después llegar a casa, abrirlo, deleitarse con la portada, colocarlo sobre una tornamesa y disfrutar del contenido que puede generar un éxtasis sin igual. Pese a que esta costumbre solamente es afín a un reducido grupo de personas en la actualidad, hubo un tiempo en la historia del siglo XX, en el cual fue algo común y encumbró a muchos álbumes dentro de la clasificación de clásicos,  tal como lo explora el documental de la BBC llamado When Albums Ruled The World (2013).

De acuerdo con David Byrne, en su libro Cómo Funciona La Música (Edit. Sexto Piso) la primera grabación de un sonido data del año 1878 y fue evolucionado gracias a inventos, que reproducían y grababan sonidos, como el fonógrafo de Thomas Edison y el gramófono que fue patentado por Emile Berliner en 1887. Byrne asegura que “del mismo modo que la fotografía cambió nuestra manera de ver, la tecnología de grabación cambió nuestra manera de escuchar”. La música grabada cambió muchos parámetros para los amantes de la música. En el documental When Albums Ruled The World,  dirigido por Steve O´Hagan, nos muestra cómo el disco de larga duración, Long Play (LP), se convirtió en el lienzo de muchos músicos para plasmar su arte a través de la música durante las décadas de los sesenta y setenta que fueron en donde vivieron su mayor esplendor, antes de llegar a los ochenta en donde la industria musical cambió a raíz del surgimiento de la cadena de televisión norteamericana MTV.

Steve O´Hagan documenta cómo los discos de larga duración aparecieron en el año de 1948, gracias a Columbia Records, los cuales por lo regular eran adquiridos por personas adultas que disfrutaban de los musicales o bandas sonoras que se imprimían en estos álbumes, ya que tenían más espacio para registrar música (aproximadamente 22 minutos por lado). Cuando surgió el rock and roll en la década de los cincuenta con el cual la juventud, no sólo la norteamericana sino la mundial, se identificó con ese nuevo estilo, fue a través de los discos sencillos de 45 rpm, esos de siete pulgadas, en donde se imprimieron los temas rocanroleros, además de que eran fáciles de adquirir por los jóvenes por sus bajos costos y por la duración de las canciones, que iba entre dos a tres minutos, se podían programar en las estaciones de radio lo que suscitaba un éxito comercial.

Poco a poco la producción musical de los pioneros del rock se fue incrementando y se  tuvo la necesidad de colocar esos singles en discos de larga duración, en los cuales se acoplaban las canciones como meras colecciones de sencillos como lo fueron los primeros elepés de Elvis Presley, The Beatles, The Rolling Stones y The Kinks, entre otros. Sobre este punto David Byrne explica que con los elepés “las compañías de discos alentaban a los artistas a grabar música específicamente para el nuevo formato, puesto que los nuevos discos podían venderse más caros y generar más beneficios por unidad que los singles de 45 rpm”.

Con la narración del actor británico Ian Curtis, la película de O´Hagan nos dice de inicio que “el héroe no reconocido en la historia épica de la música popular no es un artista o un grupo, ni siquiera una canción, este es el álbum de larga duración, en donde los artistas plasmaron toda su creatividad y con lo cual las empresas discográficas se convirtieron en imperios financieros. Convirtió a humildes músicos en exaltados inmortales y ayudó a transformar la industria musical que pasó de una distracción pasajera para jovencitos a una forma de arte”.

A través de testimonios de periodistas, productores y músicos como Slash, Tony Visconti, Noel Gallagher, Geoff Emerick, Tony Parsons, Nile Rodgers, Nick Mason, Richard Branson, Ray Manzarek y Travis Elborough, entre otros, When Albums Ruled The World no habla de la importancia y trascendencia de muchos álbumes que aún en estos días siguen influyendo en la música como The Dark Side Of The Moon de Pink Floyd, Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, The Rise and Fall Of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars de David Bowie, A Night At The Opera de Queen, Bitches Brew de Miles Davis o Never Mind The Bollocks Here´s The Sex Pistols, del que Noel Gallagher afirma que cambiaría todos sus discos que ha grabado, tanto con Oasis o como solista, por tener un álbum con la fuerza que tiene el de los Sex Pistols.

La película asegura que el concepto del álbum convertido en un medio para expresar arte, surgió en la primera parte de la década de los sesenta gracias a los músicos de folk de los Estados Unidos y en especial con Bob Dylan que utilizó los 22 minutos que contiene cada lado de un LP para difundir canciones que llevaban un mensaje directo a la juventud. Posteriormente varios grupos de rock siguieron ese camino como lo fueron The Beatles, The Who (quien presentó en Tommy la primera ópera rock en la historia contenida en dos platos) y sin duda el mejor vendedor de álbumes durante los setenta, Led Zeppelin, quienes se negaron a publicar sencillos, incluso cuando un directivo de Atlantic Records decidió imprimir un single de 45 rpm, con una versión editada de Whole Lotta Love, esto molestó a Jimmy Page quien ordenó retirar el disco de las tiendas, aunque varios ejemplares fueron adquiridos y ahora es un objeto de colección.

Los LPs sirvieron para promover el arte del rock progresivo, el glam, el hard rock y cada propuesta que surgía en esas décadas. También tenemos presente la importancia de las portadas y presentaciones (gatefold, discos dobles, triples) de cada álbum que lo hacían un objeto sin igual. Pero el rock en general fue madurando, el público que siguió al género desde los sesenta se convirtió en adulto y de alguna manera comenzaban a rechazar nuevas propuestas musicales, lo cual provocó un estancamiento y a esto se sumó una crisis petrolera que incrementó los costos de los viniles, por lo que las compañías discográficas recurrieron a publicar colecciones de “grandes éxitos” o grabaciones en vivo que eran más baratos de producir. Lamentablemente, según la tesis del documental, los ochenta marcó la decadencia de los álbumes. Con MTV y los videos musicales muchos de los artistas regresaron a la creación de sencillos en donde también tenían que ser concebidos en imágenes para poder tener éxito al ser transmitidos en la televisión.

When Albums Ruled The World nos introduce a esta nostalgia por esos tiempos que han quedado en la historia y que ahora parece que se van olvidando, así como el director y actor Colin Hanks nos presentó el esplendor y caída de la icónica tienda de discos Tower Records en el documental All Things Must Pass (2015) en donde vimos como la llegada del MP3 y el intercambio de música a través de internet terminó con esos imperios dedicados a la distribución y venta de discos, ahora las colecciones musicales, adquiridas de manera legal o ilegal, están dentro de un teléfono celular o una computadora.

Tal parece que las nuevas generaciones terminaran por olvidar el concepto del álbum para regresar solamente a sencillos que se pueden encontrar a través de un botón y agregar a playlists virtuales que de alguna manera están extinguiendo (o ya lo hicieron) la emoción de buscar, comprar, escuchar y  sentir un álbum de larga duración en un formato físico.

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