En noviembre de 1975, Camilo Sesto veía finalmente consagrado un proyecto que anhelaba presentar al público esa noche, una versión en español de Jesucristo Superestrella, la obra que cuatro años antes Andrew Lloyd Webber y Tim Rice habían estrenado exitosamente en Londres y que dos años atrás se había estrenado en cine, con una película dirigida por el enorme Norman Jewison.
Para ese entonces, Camilo Sesto ya había recorrido hispanoamérica en giras, donde mostró su prodigiosa voz en baladas como Algo De Mi, canción que lo presentó al mundo como solista, pero también había canciones como Fresa Salvaje que lo metía en un estilo con tintes psicodélicos. Pero el intérprete en su mente tenía presente en cada momento la obra que lo había impactado de una forma profunda, el mensaje y la pasión, la cual visualizó como una puesta en escena de grandes dimensiones.
La obra es una representación de los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret, desde su llegada a Jerusalén hasta su calvario en el monte Gólgota. La historia parte desde el punto de vista de Judas, quien advierte de un escenario trágico al visualizar la pérdida del control del hombre ante su divinidad, la que alerta a los sacerdotes que planean la forma de acabar con lo que ven como una sublevación, con varias situaciones alrededor de personajes como María Magdalena y los Apóstoles, culminando con la Última Cena, su juicio ante Pilatos y su crucifixión, siendo este el episodio final.
Para Lloyd Webber, su visión nunca fue la de una obra de teatro, sino un espectáculo más parecido a un concierto de rock, lo cual verá más adelante realizado en otras versiones, y eso tal vez es crucial para primero lanzar Superstar como sencillo y el disco con Ian Gillian (Deep Purple) como Jesús, sin embargo en Londres como representación fue una opera rock. Es de notarse que cada versión muestra características únicas, como la versión de Chile de 1977 hecha con música folclórica o la película de 1973 que tiene una vibra hippie y es presentada como un espectáculo moderno, donde incorporan la tecnología actual, lo cual le permite ser una obra atemporal.
Camilo Sesto se echó al hombro el llevar la obra a España y crear una versión traducida al castellano, siendo quien puso todos los recursos para la obra con una inversión de 12 millones de pesetas. Se reconoce que tuvo un montaje complicado. Primero, nunca se había presentado una ópera rock de tal magnitud, por lo que había un gran escepticismo. Evidentemente en época del franquismo, había que evadir la censura, pero gran parte de gente religiosa buscó la forma de frenar el musical. También hubo múltiples amenazas de bomba y un casting que el director de la obra, Jaime Azpilicueta, mencionó en entrevista que llegaron más de 1200 aspirantes a ser parte de la obra, pero ninguno de ellos había visto un musical, había que adaptar a los actores a bailar y cantar en el escenario, además del reto tecnológico de cantar con micrófono de cable. Sobre Camilo, lo menciona como reservado y tímido, pero humilde y dispuesto a sacar el reto adelante.
El musical de cierta forma llevó al cantante a sus raíces, ya que antes de ser el Camilo que todos hemos escuchado, el integró bandas de rock como Ojos Negros y Los Botines. que pasarían a ser Camilo y Los Botines. Y de hecho, a diferencia de la orquestación de la obra original, si bien se respetaba la esencia, se integraron sintetizadores. ciertos toques más pesados en las guitarras y algunos destellos de rock progresivo y psicodélico, lo cual fue gracias a Teddy Bautista, quien venía del soul y el progresivo y que además de la dirección musical, su fuerza vocal fue la ideal para representar a quien es el ancla de la historia, Judas Iscariote.
Otro de los personajes centrales, es María Magdalena, papel que quedó a cargo de la cantante dominicana, radicada en Madrid, Angela Carrasco,en la primera gran oportunidad de su carrera, impresionado al propio Camilo, de quien sería su musa artística por mucho tiempo. En el elenco también se destacan Alfonso Nadal como Poncio Pilatos y Dick Zappala como Herodes, entre otros grandes artistas y un elenco joven y dispuesto a demostrar que podían con la misión. Andrew Lloyd Webber se sorprendió con la calidad de la obra y la equiparo con la representación original.
No existen las suficientes palabras para expresar la emoción, fuerza y entrega que Camilo Sesto tuvo en el personaje de Jesús sobre el escenario. La obra es exigente al pedir a los intérpretes que vayan en idas y venidas de intensidad, pero Jesús va en un camino donde tiene que mostrar decepción. cansancio y desconcierto, pero también momentos de una fortaleza que rápidamente se desvanece, Muchos decían que el cantante no tenía la personalidad requerida, pero inmediatamente silenció a sus críticos con sus interpretaciones en temas como Hossana y la que lo consolidó, Getsemaní, cuya apasionada interpretación sigue siendo admirada y descubierta hasta estos días por miles en el mundo, al grado de que por mucho tiempo fue parte del repertorio de sus conciertos.
La puesta consagró definitivamente la carrera de Camilo Sesto, ya no era sólo un baladista de grata presencia, era un artista completo, además de ser punta de lanza de una gran carrera, que continúa hasta ahora, la de Angela Carrasco. El amplio esfuerzo de varios meses finalmente el día 6 de noviembre de 1975 que dio resultados al recibir, el elenco de la obra, una gran ovación en el Teatro Alcalá Palace en Madrid, en el inicio de una temporada que culminó el 28 de Marzo de 1976. Semana después del estreno de la obra, el 23 de Diciembre, Ariola pondría a la venta el disco doble de la obra, que obviamente también tuvo una gran recepción.
Esta obra marcó un antes y un después para quienes estuvieron en la puesta en escena, fue el punto de partida del nuevo teatro musical español, acostumbrado a las representaciones clásicas de la zarzuela, se abrió a una forma contemporánea que ha dado éxitos posteriores como El Fantasma De la Ópera y El Rey León, pero también a múltiples representaciones y lecturas en toda hispanoamérica de Jesucristo Superestrella. incluyendo las representaciones mexicanas, iniciando en 1975 con la versión producida por Julissa, llegando a la versión de 2019, protagonizada por el cantante chileno Beto Cuevas.
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