Durante la primera parte de la década de los sesenta, la figura de Bob Dylan representó “la voz de una generación” dentro de la música folk en los Estados Unidos, en un periodo de movimientos sociales y políticos que se fueron dando y que hicieron que parte de la juventud norteamericana adquiriera consciencia de la situación en la que se encontraban dentro de una nación cambiante. Fue a partir de su segundo álbum, Freewheelin´ (1963), en donde canciones como la bella Blowin´In The Wind, Masters Of War o A Hard Rain´s a- Gonna Fall dieron las palabras y música al sentir desesperanzado de los jóvenes que vivían situaciones como la Guerra Fría, los problemas raciales, la Guerra de Vietnam y sumado a esto el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Pero Dylan no solamente se dedicó a escribir acerca de la problemática de la sociedad norteamericana, sino también exploró temas como el amor, desamor, la esperanza, el humor y la espiritualidad en su siguientes LPs, The Times They Are a-Changin´(1964) y Another Side Of Bob Dylan (1964). Pero los tiempos estaban cambiando y la necesidad artística de Bob Dylan lo llevó a buscar expandirse más allá de folk y experimentar con nuevos estilos e instrumentos eléctricos. Para el año de 1964 comenzó la llamada invasión británica con la llegada de The Beatles a Estados Unidos (en algún momento Dylan les haría una visita a un hotel en Nueva York), además iban surgiendo nuevas agrupaciones norteamericanas, tanto de rock, soul, blues y rhythm and blues, que le dieron diversidad al panorama musical de la década.
El músico se había vuelto todo un símbolo del folk de protesta, había construido esa fama que se cimentó con sus primeros álbumes, así como sus presentaciones en vivo en festivales o recitales en donde salía con su guitarra acústica y una armónica alrededor de su cuello. Todo cambiaría en 1965. Para su quinta producción discográfica Dylan dio la sorpresa y decidió cambiar su guitarra acústica por una eléctrica, además de agregar otros músicos para las sesiones de grabación, entre los que se encontraban los guitarristas Al Gorgoni, John P. Hammond, Bruce Langhorne; los bajistas Steve Boone, John Sebastian; el baterista Bobby Gregg y el pianista y tecladista Paul Griffin, entre otros.
De esta manera el disco Bringing It All Back Home (1965) presentó un lado completamente con rock y el otro, el labo b, con música folk. Con esto dio inicio una nueva etapa que fue mal vista por muchos de sus seguidores que se vieron traicionados por el cambio, pero también le trajo nuevos fans que descubrieron y aceptaron su nueva música.
El álbum, producido por Tom Wilson (quien después trabajaría en el Lp Freak Out! de The Mothers Of Invention en 1966), se publicó dentro del primer trimestre de 1965 y en la lista de éxitos de los Estados Unidos, Billboard 200, alcanzó el sitio número seis, mientras que en los charts de Reino Unido llegó al primer lugar. En la reseña que escribió el periodista Will Hermes para la revista Rolling Stone, comentó: “Dylan llevaba tiempo considerando su próximo salto artístico, al menos desde principios de 1964, cuando quedó maravillado al escuchar I Want to Hold Your Hand de The Beatles en la radio. «Hacían cosas que nadie hacía», recordaba. «Los acordes eran escandalosos, simplemente escandalosos, y las armonías lo hacían todo válido. Sólo se podía hacer eso con otros músicos»”.
El primer lado de Bringing It All Back Home (en su versión original en vinil) contiene siete canciones grabadas con instrumentos eléctricos. De acuerdo con Mat Snow, especialista en música de la revista Mojo, explicó: “Durante meses, su astuto y perspicaz productor, Tom Wilson, había estado persuadiendo a Dylan para que se lanzara al rock —con algo de trasfondo, le dijo a Grossman, -podrías tener un Ray Charles blanco con un mensaje—, y ese verano del 64 el bardo había alquilado una guitarra eléctrica, como si aún no hubiera decidido revivir su ambición adolescente por el rock and roll”.
El disco inicia con Subterranean Homesick Blues una crítica al sistema social, además de que el título hace referencia al movimiento beatnik. De acuerdo con los especialistas en música, para la melodía Dylan se inspiró en la canción de Chuck Berry, Too Much Monkey Business. Una serie de personajes van apareciendo en la canción como Johnny quien mezcla sus medicinas en un sótano, así como el hombre de gabardina que fue despedido o Maggie que llega con la cara llena de hollín, un retrato de la sociedad que busca su lugar y la canción enfatiza que “no necesitas un meteorólogo para saber hacia dónde sopla el viento”.
El primer lado nos entrega bellas piezas románticas bien estructuradas, primero She Belongs To Me, una balada que conocedores de Dylan afirman que quizá la compuso para algunas de las mujeres con las que se relacionó como Joan Baez, Suzie Rotolo o Sara Lownds (ella tiene todo lo que necesita. Es una artista, no mira atrás. Tiene todo lo que necesita. Puede sacar la oscuridad de la noche y pintar el día de negro) y después con Love Minus Zero/No Limits, un poema al sueño de la mujer ideal (mi amor, ella habla como el silencio, sin ideales ni violencia.No tiene que decir que es fiel. Pero es verdadera, como el hielo, como el fuego), pero quizá este ideal puede destruir un espíritu libre, en este caso esa mujer, debido al propio egoísmo y tenerla “en la ventana como un ave con el ala rota”.
Después llega Maggie´s Farm, una pieza que habla del hartazgo de la política social con el personaje que se niega a trabajar más en diversas granjas. Asimismo tenemos un blues, con una melodía muy parecida a los covers que hacían The Rolling Stones en sus primeros álbumes, con Outlaw Blues, una polémica canción que habla de las leyes raciales de anti mestizaje (tengo una mujer en Jackson. No voy a decir su nombre. Es una mujer de piel morena, pero la amo igual).
De igual manera complementan este primer lado dos canciones con temas que van desde la vida bohemia con On The Road Again, hasta la graciosa Bob Dylan´s 115th Dream que inicia con el músico deteniendo el inicio de la pieza, porque le gana la risa, y a lo largo de la canción hace varias referencias simpáticas hacia la sociedad y vida marina con el Mayflower, el Capitán Arab ( en alusión al Capitán Ahab de Moby Dick) y Cristóbal Colón.
Por su parte el lado b, el folk, contiene cuatro temas. Mr. Tambourine Man, una canción que ya tenía tiempo escrita y que vio la luz en este disco. Un hermoso corte que nos habla de tomar un respiro a través de la imaginación a pesar de las insatisfacciones de la vida. La guitarra acústica de Dylan se adorna con figuras musicales hechas por una segunda guitarra que le dan un toque especial (Llévame de viaje en tu mágico barco giratorio.Mis sentidos han sido despojados, mis manos no sienten para agarrar. Mis dedos de los pies están demasiado entumecidos para caminar, sólo esperan los tacones de mis botas para vagar). Esta canción contrasta con la siguiente, Gates Of Eden, que es más pesimista. Inspirada en un poema de William Blake, Canciones del Paraíso, cada estrofa son imágenes oscuras, así como It´s Alright Ma (I´m Only Bleeding), que hace una revisión introspectiva del ser humano con estrofas surrealista (mientras los dioses humanos apuntan a su objetivo. Hacen de todo, desde pistolas de juguete que chispean, hasta Cristos de color carne que brillan en la oscuridad).
It´s All Over Now, Baby Blue da el cierre a la obra. Una canción melancólica en donde aparecen diversos personajes como figuras reflexivas que mantienen una esperanza en esta vida (Deja atrás tus peldaños, hay algo que te llama. Olvida a los muertos que has dejado, no te seguirán. El vagabundo que llama a tu puerta está de pie con la ropa que una vez usaste. Enciende otra cerilla, ve y empieza de nuevo. Y todo ha terminado ahora, Baby Blue).
Con Bringing It All Back Home, Bob Dylan dio inicio a la trilogía eléctrica que continuó con Highway 61 Revisited (1965) y Blonde on Blonde (1966). Muchos de los outtakes de estas grabaciones se editaron en la caja The Bootleg Series Collection Vol. 12: The Cutting Edge (2015) que nos permitió apreciar esa evolución del músico que provocó molestia en los puristas del folk, pero le dio una nueva faceta dentro del rock.Como lo escribió el crítico Will Hermes: “«Lo que realmente destacaba de Bringing It All Back Home eran sus palabras», dice David Crosby. Eso fue lo que Bob dejó al mundo boquiabierto. Hasta entonces, sólo teníamos ‘oooh, cariño’ y ‘te quiero, cariño’. Bob cambió el panorama. Nos dio palabras realmente buenas”.
En las notas de Bringing It All Back Home Dylan escribió: “Todos moriremos algún día y ninguna muerte ha detenido al mundo. Mis poemas están escritos con un ritmo de distorsión apoética, divididos por orejas perforadas y pestañas postizas, sustraídas por personas que se torturan constantemente. Con una línea melódica y ronroneante de vacuidad descriptiva, vista a veces a través de gafas de sol oscuras y otras formas de explosión psíquica. Una canción es cualquier cosa que pueda caminar sola. Me llaman compositor. Un poema es una persona desnuda… Algunos dicen que soy poeta”.
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