El blues, ese género musical referente en la cultura norteamericana y para ser más precisos ligado a la raza afroamericana, es el canto a la melancolía, a la tristeza que nos recuerda el sufrimiento de la esclavitud que vivieron los negros por décadas en la parte sur de los Estados Unidos. Ante la impotencia de no poder hacer nada por los maltratos de sus amos blancos, la música fue el refugio espiritual para hacer los días más llevaderos y mantener la esperanza de que su situación algún día cambiaría; los cantos religioso, conocidos como góspel, salían de sus bocas como lamentos que invocaban la presencia de un ser superior que los confortara en esos momentos de angustia. El blues se nutrió de esa religiosidad y conforme fue pasando el tiempo tomó su forma como tal.
Para la década de los cincuentas la música blues era popular en todo el país, pero sólo dentro de la comunidad negra, aunque muchos jóvenes blancos fueron atrapados por su melodía, con lo que nacieron diversos géneros musicales. Si somos justos con el blues éste sembró las semillas para que nacieran el Rock and Roll, El Soul e incluso el Pop. Con el tiempo el blues cambió y pasó de ser el lamento de esclavos de los sembradíos de algodón a ser también el canto de los corazones rotos por una mujer que se ha marchado o la voz que se quejaba de las injusticias sociales de la segregación. Sin duda alguna unos de los elementos que nutrió este género fue el invento de la guitarra eléctrica (recurrente en el llamado blues estilo Chicago), la cual le imprimió su característica principal que son esos requintos que en cada despunte nos tocan las fibras del alma.
Grandes representantes ha dado este género, tales como BB King, Buddy Guy, Willie Dixon. Robert Johnson, Sonny Boy Williamson, Howlin’ Wolf y muchos más, los cuales con su arte cruzaron fronteras a finales de los años cincuentas para llegar a Inglaterra en donde la juventud británica adoptó y abrazó al blues como la voz de su generación, en esa donde se incluían a grupos como The Yardbirds, Cream y por supuesto The Rolling Stones.
Desde sus inicios la agrupación inglesa formada por Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones, Bill Wyman y Charlie Watts se inclinó por interpretar música blues. En su primer disco de 1964 incluyeron covers a canciones de bluseros como Willie Dixon y Jimmy Reed. Incluso cuando llegaron a los Estados Unidos, en la famosa invasión británica, mucha gente pensó que ellos eran negros debido el tipo de música que hacían.
En la actualidad ya convertidos en unas septuagenarias leyendas del rock, The Rolling Stones rinden tributo en su más reciente disco, llamado Blue and Lonesome (2016), a ese estilo musical que los ha influenciado en toda su obra artística, el blues.
Bajo la producción de Don Was (excelente músico, famoso por haber formado el grupo Was Not Was en la década de los ochentas y producir álbumes para artistas de la talla de Elton John, Stone Temple Pilots, John Mayer y Annie Lennox entre muchos otros) quien prácticamente ha trabajado de la mano con los dupla Jagger y Richards (conocidos como The Glimmer Twins) desde la década de los noventa, el nuevo disco de The Rolling Stones es quizá su obra más solida en muchos años (no olvidemos que el anterior long play, A Bigger Band, es del 2005). Sin incluir ninguna canción original por parte del grupo, el álbum es una colección de viejos temas de blues, a los cuales el propio Keith Richards llamó “un montón de blues estilo Chicago”.
La realización de Blue and Lonesome comenzó en diciembre de 2015, cuentan que las sesiones de grabación sólo duraron tres días. Además los Stones deciden tomar el riesgo al interpretar canciones no muy conocidas de Wilie Dixon, Buddy Johnson, Magic Sam, Howlin’ Wolf entre otros artistas del blues. Dicen que Dios los hace y los blueseros se juntan, para esta producción discográfica contaron con la presencia de Eric Clapton (amante del blues de hueso colorado y quien ya había hecho una obra similar en 1994 a la que bautizó como From The Cradle) quien los acompaño con la guitarra principal en la canción Eveybody Knows About My Good Things conocida anteriormente en la voz de Little Johnny Taylor.
El mérito de The Rolling Stones para este álbum es que en ningún momento lo sobrepruducen con efectos o instrumentos de más. Incluso podemos afirmar que cada canción suena cruda, como debe sonar el blues, con la fuerza que esta música lleva implícita. Las guitarras de Keith Richards y Ron Wood en cada tema nos ofrecen una maestría que solamente el talento y el tiempo dan; Charlie Watts demuestra el porqué es uno de los grandes bateristas en la historia del rock, sin olvidar el bajo de Darryl Jones y los teclados de Chuck Leavell que dan firmeza a la parte rítmica. Por supuesto sin dejar de mencionar la insuperable voz que Mick Jagger le imprime a cada tema que llega a igualar esos lamentos desgarradores de las versiones originales; aparte nos muestra que es un excelente ejecutante de la armónica presente en todas las canciones del disco.
A estas alturas del partido podríamos pensar que The Rolling Stones ya no tienen nada que demostrar con su exitosa carrera a lo largo de todos estos años. Pero con Blue and Lonesome suenan vigentes, pese a ser viejos temas de blues los Stones los hacen propios, no se trata de simplemente hacer el tributo a sus ídolos, sino de meterse en su piel, en su esencia y compartirnos la tristeza, el dolor y melancolía de esos artistas negros que le dieron mucho a la música. Por un momento nos olvidamos que son el grupo que llena estadios en cualquier parte del mundo y los podemos escuchar y recordar como esos veinteañeros que en los primeros años de la década de los sesenta entraron a los estudios de la Decca para grabar su primer disco y mostrarle al mundo la madera de las cual están hechos.
Blue and Lonesome es el recordar que todo tiene un origen, que nadie ha nacido o se ha hecho por generación espontánea, que al final somos un cumulo de influencias y experiencias que nos definen, The Rolling Stones regresa a su pasado y nos los trae al presente para disfrutar del blues que los hizo lo que son ahora, una de las más grandes agrupaciones de rock que existen hasta nuestros días.
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