Billy Joel ha visitado la Ciudad de México en tres ocasiones, la primera fue en marzo de 1991 cuando piso el escenario del Palacio de los Deportes en cuatro memorables fechas (19,20,22,23) que fueron parte de la gira del álbum Storm Front (1989), luego regresó en 2007 en donde dio un recital en el Foro Sol el 12 de diciembre. Ahora trece años después Billy Joel vuelve al mismo inmueble para demostrarnos por qué es uno de los músicos más importantes que existen en la actualidad. Billy Joel nos ha llevado, en la noche del 6 de marzo de este 2020, a un recorrido musical pletórico de clásicos del rock que han marcado su carrera. Una fría noche en la cual el pianista, nacido en El Bronx en Nueva York, creó un clima cálido para todos los asistentes que gozaron de su música.

Para quien esto escribe tuvieron que pasar 29 años para disfrutar una vez más un concierto de Billy Joel. En aquel momento el motivo de la gira era el álbum Storm Front, pero en esta ocasión la publicidad nos ha dicho que es la última vez que el músico norteamericano viene a México. Ya no hay un nuevo disco que sirva de pretexto para un tour, la última obra en estudio con canciones de rock de Billy Joel apareció en 1993 bajo el titulo de River Of Dreams. Ahora, luego de una semana calurosa llegó el día del concierto y el clima cambió, una baja en la temperatura se sintió desde la mañana con el cielo nublado que amenazaba con llover. En la noche el viento helado no apagó, en ningún momento, el ánimo de las personas que abarrotaron el Foro Sol.

Alrededor de las siete de la noche el ambiente en el inmueble capitalino se sentía apagado, además del frío, las gradas se mostraban vacías por lo que parecía que el lugar no se llenaría, pero cuando faltaban unos minutos para comenzar el show, el lugar se abarrotó de público expectante por ver al artista. Al momento en que el reloj marcó la 9:30 de la noche se escuchó, como en el 2007, la introducción del concierto, la conmovedora música de la película The Natural (Barry Levinson, 1984) escrita por Randy Newman. Billy Joel salió al escenario vestido de negro, luego de saludar se sentó frente a su piano y comenzó el recital con el clásico Big Shot del álbum 52nd Street (1978), para inmediatamente tocar el éxito de 1982, Pressure. En este momento el músico, de 70 años, con buen sentido del humor advirtió del frío que hacía y se colocó un abrigo, una bufanda y una boina en su cabeza.

Siguieron temas como The Entertainer, la bella Honesty, Don´t Ask Me Why, The Stranger (“la siguiente canción es de un disco de 1977 llamado The Stranger, de hecho se llama igual”) y una más de ese mismo álbum, Movin´Out (Anthony´s Song); sin dejar de tocar temas de The Stranger, Billy Joel pide al público elegir, a través de los aplausos y gritos, una canción de esa obra setentera, por lo que puso a votación Just The Way You Are y Vienna, ambas finalmente fueron interpretadas esa noche por empate en la elección popular. El público mostró su alegría al ponerse a corear las canciones, levantarse por momentos a bailar y moverse para entrar en calor con la canción Zanzibar.  Cuando sonaron los acordes de Goodbye To Hollywood  la gente lo ovacionó.

Pese al clima gélido los vendedores de cerveza pasan con sus gritos ensuciando la música a través de las gradas. El comprar cervezas es buena excusa para tener uno o varios vasos conmemorativos a la visita de Billy Joel. La nostalgia invade el lugar, las melodías del artista llenan de emoción a los asistentes, el escenario lleno de luces y unas buenas pantallas nos transportaron hasta la ciudad de Nueva York cuando Joel interpretó New York State of Mind y de ahí a la problemática de los obreros norteamericanos con la pieza Allentown. Después llegó una explosión luminosa para deleitarnos con I Got To The Extremes.

Para este momento muchos esperábamos canciones como An Innocent Man, Goodnight Saigon, A Matter Of Trust, Tell Her About It o The Longest Time, pero quedaron fuera del repertorio en esta noche y en esta gira. Pero aún así composiciones como She´s Always a Woman (“una canción que compuse a mi primera esposa y terminamos divorciados”), My Life, Sometimes a Fantasy y Only The Good Die Young comenzaban a cerrar una fantástica jornada.

Llegó el momento espiritual con River Of Dream. Luego con una magnifica introducción de Nessun Dorma a cargo del guitarrista Mike DelGuidince, Billy Joel interpretó Scenes From An Italian Restaurant, en donde el saxofón de Mark Rivera lució fenomenal. El emotivo momento se engrandeció cuando se colocó en su cuello una armónica, todos presentimos y adivinamos lo que venía. Piano Man, el melancólico himno de los grandes perdedores que se reúnen en un bar en un sábado por la noche, hizo que temblara el Foro Sol, todo el público a una sola voz acompañó la melodía, la letra. Billy Joel visiblemente conmovido se despidió para dar paso al encore.

Una vez de regreso de la breve pausa, Joel sustituyó el piano por una guitarra para interpretar el hit de finales de la década de los ochentas, We Didn´t Start The Fire, en las pantallas pudimos apreciar la letra de la canción a través de imágenes con los personajes y hechos históricos de la cual nos habla. Continua con Uptown Girl, It´s Still Rock and Roll To Me, para cerrar con You May Be Right en donde hacia la parte final la une con Rock and Roll de Led Zeppelin, lo cual eleva la temperatura en esa glacial noche.

Billy Joel ha cerrado una magnifica noche, ha demostrado que sigue siendo todo un showman, uno que quisiéramos ver una vez más en nuestro país, un artista del cual lamentamos que sea la última vez que viene dar conciertos a México. En el mismo concierto el músico ha tocado un breve cover a Tequila de The Champs, a YMCA conocida por el grupo Village People, una muy buena versión al tema de la película The Magnificent Seven (John Sturges, 1960) compuesto por Elmer Bernstein y el Jarabe Tapatío a la mitad de River Of Dreams, las cuales le han dado el toque especial a una noche que será inolvidable para muchos. Esperemos que esta, en verdad, no sea la última vez que lo veamos en concierto en México.

 

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