Como dice la letra de la canción de la española Karina (El Baúl de los Recuerdos, 1968) volver la vista atrás es bueno a veces, aunque en opinión personal del que esto escribe es bueno la mayoría de las veces, por no decir que casi todas.

Este breve y bien intencionado recuento de las canciones más populares en nuestro país a lo largo de los años 1945 a 2005 nos muestra el variopinto paladar melódico de nuestros coterráneos, y de cómo los valores de apreciación musicales han ido cambiando, tanto como la vida misma. Será interesante que tú, amigo lector, nos regales tus comentarios y tu personal opinión acerca del presente listado, el cual está basado en la investigación de las escasísimas fuentes disponibles (publicaciones tales como Radiorama, Variedades-versión autóctona de la gringa Variety-, Cancionero de Oro, Álbum de Oro De La Canción Mexicana, Pop, Billboard, Eres, Ídolos del Rock y Notitas Musicales, entre muchas otras) y que si bien puede decirse que pueden estar afectadas por fenómenos tales como la payola y hasta el gusto personal de los editores de dichas publicaciones, cuando menos se les dá el beneficio de la duda razonable al no haber contra qué compararlas.

 

La  lista de canciones arranca en el año en el que finaliza la Segunda Guerra Mundial, y que en México significa históricamente el inicio del Boom de desarrollo tecnológico y de estabilidad y bonanza financiera más interesante en los últimos cien años, terminando sesenta años después, cuando nos damos cuenta que tanto la creatividad musical y el buen gusto musical entran en una etapa crítica de decadencia y escasez, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial. Esta primera entrega termina en el año de la Beatlemanía en su esplendor en México, año de Dios de 1965 en el que se registra un récord en las cifras de venta de discos aquí en Mexicalpán de las Garnachas, y que coincide felizmente con mi año de llegada al mundo.

Acompáñenme amigos a este feliz y relampagueante recorrido, ¡que lo disfruten!

1945, Hilos de Plata, Las Hermanas Águila. Estas simpáticas señoras iniciaron su carrera desde finales de los años treinta del siglo pasado, y algunos jóvenes irrespetuosos que las veíamos en los años ochenta aún en activo en los programas de Nostalgia de Jorge Saldaña, les decíamos con muy mala leche Las Hermanas Terodáctilo. Sobra decir que en la década ochentera el que esto escribe y sus coetáneos teníamos la estúpida idea de que no íbamos a envejecer nunca. Esta rola volvió a cobrar fama en 1970 en la versión del Charro de Huentitán Vicente Fernández.

1946, Ahora y Siempre, intérpretes varios. La canción de José de Jesús Morales fue bastante versionada, siendo la de Los Tecolines la más reconocida hasta 1960, que es la que les incluyo aquí. Guitarra líder protorrocanrolera a cargo del Requinto de Oro de Sergio Flores, fallecido hace 50 años, y que lo logró con una Les Paul Gibson Custom de color negro. De las primeras guitarras eléctricas en México, por cierto.

1947, La Raspa, intérpretes varios. Canción harto populachera que llegó a tener versiones por orquestas de renombre en los Estados Unidos, (Stan Kenton, Xavier Cugat y Les & Larry Elgart) infaltable en fiestas cincuenteras y sesenteras, así como en bailables escolares. Amorcito Corazón de Pedro Infante casi le arrebata el primer lugar de popularidad en ese año. Y la hubiera preferido al estribillo de tarrán tarrán tarrán, tarracatracatratran tan vulgar y molesto.

1948, Verdad Amarga, intérpretes varios. De los productos menos recordados de la fina inspiración de la jalisciense Consuelo Velázquez, no dejó por ello de ser muy versionada; Los Panchos, María Martha Serra Lima, Antonio Machín en España y hasta Pablo Milanés en Cuba aportaron su versión, entre otras. El hermoso bolero tropical Obsesión de Pedro Flores, fue la segunda canción más importante de este año, en versión de Daniel Santos. Me quedo con ésta última.

1949, Sin Ti. Los Panchos. Inolvidable bolero infaltable en el cancionero popular mexicano, inspiración de Pepe Guízar, es una canción emblemática del subgénero musical de Tríos. Y vaya que Los Panchos fueron importantes para el mismo, con un buen número de éxitos como Contigo, Una Copa Más, Me Voy Pa´l Pueblo y Caminemos, entre muchos otros. Los soberanos de este estilo se reunieron y formaron en New York. 

1950, Pobre Corazón, Pedro Infante. Corazón tú dirás lo que hacemos, lo que resolvemos…así empezaba esta rolita que también tuvo la versión de Pedro Vargas y después, mucho después la de Chavela Vargas, con ese estilo altanero y casi masculino de la costarricense que inexplicablemente gustó tanto en nuestro país. Tan inexplicable como que la canción de ese año no fuese la muy gustada Qué Rico Mambo, de Dámaso Perez Prado. Cosas de la vida.

1951, Usted, Los Tres Diamantes. Hermosa rola romántica de este trío formado en México D.F. en 1948, y que grabaron para la RCA Víctor más de 200 canciones, algunas en el extranjero para el mismo sello. ¿Cuántos jóvenes sesentayocheros habrán sido procreados al sonido de las guitarras de Enrique Quezada Reyes, Gustavo Prado y Saulo Sedano Chavira? ¡Hagan sus apuestas!

1952https://www.youtube.com/watch?v=kmJn9FhtIso&feature=youtu.be, Peso Sobre Peso, Chava Flores. El único y original cronista musical de la Ciudad De México (no Rockdrigo, mucho menos Lora) Salvador Flores Rivera, con su genial composición también conocida como La Bartola. El habla popular, las situaciones cotidianas del capitalino que tan buen juego hacen con las caricaturas de Gabriel Vargas, La Familia Burrón. Flores tiene cualquier cantidad de ejemplos musicales de ese México semi-urbano y que se hacía moderno a rastras.

1953, Piel Canela, Bobby Capó. ¿Quién no ha cantado esta canción desde sobrio y hasta borracho? ¿Quién no ha entonado –y más veces desentonado- eso de “me importas tú, y tú, y nadie más que tú…”? uno de los ejemplos de rola clásica e intemporal. Bobby Capó también fue compositor de otros clásicos tales como Un Loco Enamorado, Triángulo y Llorando Me Dormí. 

1954, Cien Años, Pedro Infante. La figura musical más importante del siglo XX en México dejando impronta con uno de sus más grandes éxitos; de sus frecuentes canciones en film, ésta aparece en la película Cuidado Con El Amor. En este año, también destacó la rola Mi Último Fracaso, de Alfredo Gil Bojalil como gran triunfadora en varias versiones, sobresaliendo la de María Victoria. 

1955, Un Mundo Raro, José Alfredo Jiménez. El poeta del tequila y la decepción cantada, compositor cuyas obras estarán en el ADN de varias generaciones mexicanas hacia el futuro, y que en algún momento quiso ser el portero del equipo León del futbol profesional. Criticado por la mojigata sociedad de esos tiempos, ha sido reivindicado y ubicado en su merecido nicho triunfal en tiempos posteriores.

1956, No Me Platiques Más, Intérpretes Varios. De la autoría de Vicente Garrido Calderón, fue más escuchada en ese año con Los Tres Ases, agrupación de donde salió como solista Marco Antonio Muñiz. En tiempos más recientes, el recientemente fallecido José José le hace una gran versión. En la nota curiosa, ¿Pueden creer que hay muchas personas que pensaron que ésta y muchas canciones por el estilo eran originales de Luis Miguel? Es en serio, no se rían. Seguro creyeron también que No Culpes A La Noche, Ahora Te Puedes Marchar o Isabel también lo eran. Luisito Rey, ¿dónde estás?

1957, El Reloj, Los Tres Caballeros. Leonel Gálvez, la fina guitarra líder de Benjamín Correa y el inspirado Roberto Cantoral nos dejaron este clásico, infaltable en serenatas a novias, amantes, mamás, mamacitas, abuelitas y afines. Es increíble como en los primeros años de la época del Rock And Roll mundial aún seguíamos teniendo estas preferencias en México. Pero a decir verdad, es muy buena canción, y este video la muestra de cuerpo entero. 

1958, Volare, Domenico Modugno. El primer gran éxito internacional de su compositor, quien al tiempo también nos regaló buenas canciones como La Distancia Es Como El Viento, y Cómo Has Hecho, baladas inolvidables. Aquí en México se le conoció como Azul Pintado De Azul, y contó con varias versiones entre la que destacan las de Germán Valdés Tin Tan y la de Virginia López, quien también fue responsable del segundo gran hit del año, Tus Promesas de Amor.

1959, Bala Perdida, Lola Beltrán. Yo aquí tengo muchas dudas. Para algunas fuentes, la canción más popular de 1959 fue Un Telegrama, de la chilena Mona Bell, y casi estoy de acuerdo; de hecho, la pegajosa frase “Ya Lo Sabía” incluida en su letra, se volvió durante un tiempo importante parte del habla popular mexicana. Lejos de mi intención el quitarle mérito a la bravía sinaloense Beltrán, pero aquí sí creo que hay un error de apreciación estadística. Cosas verás, mío Cid.

1960, La Plaga, Los Teen Tops. Por fin el Rock And Roll Juvenil mexicano se hace presente en este listado. Publicada en abril de éste año, y junto con La Hiedra Venenosa de Los Rebeldes Del Rock, y Leroy de Los Crazy Boys, dan el banderazo al fenómeno asaz peculiar que han dado en llamar Los Grandes Años Del Rock And Roll. Otra canción sumamente popular del año lo fue La Boa, que en versión de la Sonora Santanera vendió discos como tortillas.

1961, Agujetas de Color De Rosa, Los Hooligans. Ésta composición de Mickie Grant no pasaba de ser una de muchas canciones del montón en los Estados Unidos, y contaba con versiones de Dodie Stevens y de The Chordettes, bastante bobaliconas por cierto. Pero he aquí que un arreglo juvenil muy bien logrado y la letra del baterista de la agrupación Luis Felipe Cisneros, logran un hitazo de popularidad y de ventas pocas veces visto en aquel México aún tan provinciano.

1962, El Loco, Javier Solís. El ídolo de Tacubaya, aprendiz de carpintero, carnicero y boxeador de corta existencia, aprovecha esta composición de Víctor Cordero para apuntarse uno de sus éxitos más recordados; dueño de una gran voz, para estas fechas Solís ya estaba establecido como actor de cine, estrella discográfica y heredero natural del liderazgo artístico que dejaron vacantes Negrete e Infante en el género ranchero. Por cierto, cabe recordar que a la muerte de Pedro Infante en 1957, Javier estuvo presente en los funerales, cantó y logró éxito casi inmediato con su primer single de impacto para la Columbia, Llorarás Llorarás. En un muy cercano segundo lugar de popularidad, la rola más popular de 1962 fue la festiva y potente Popotitos, a cargo de Los Teen Tops y su todavía Part-Time singer Enrique Guzmán.

1963, Despeinada, Los Hooligans. Palito Ortega, inspirado compositor argentino con notoriedad en el cono sur desde 1960 cuando forma el grupo Los Red Caps con Lalo Fransen y Johnny Tedesco, graba la versión original de este hit en 1962 y los ejecutivos de la Orfeón le pasan este material a Johnny Ortega, cantante de Los Hooligans para esas fechas, junto con otras canciones de Palito. Vale la pena mencionar que aunque la canción es de corte humorístico, la ejecución instrumental es notable y sobresaliente. Un hit memorable, con un video pletórico de nostalgia que se vió en la película La Edad De La Violencia.

1964, Tijuana, The Persuaders. En 1964 nuestro país estaba dominado por la cada vez más creciente tendencia a preferir las baladas en lugar del Rock and Roll rítmico, que ya iba de salida. Aunque seguía siendo importante la presencia del Twist y los nuevos ritmos (Mashed Potato, Watusi, Madison, y otros tantos) en las ondas hertzianas mexicanas, el ritmo que más huella dejó por esos días fue el Surf proveniente de California, y que aquí gustó muchísimo. Esta pieza de The Hollywood Persuaders, nombre real de la banda-en donde tocó la guitarra un muy joven Frank Zappa– llegó para quedarse y formar parte de las discotecas de la gente joven de aquel México de cafés cantantes y que se empezaba a hacer cosmopolita. Personalmente, considero que es uno de los discos más emblemáticos de la época, disfrútenla.

1965, Bule Bule, Los Rockin´Devils. Para este año viene un resurgimiento de los ritmos bailables en las preferencias de mis paisanos, consecuencia de la Beatlemanía, la Invasión Inglesa, y el auge de bailes como el Jerk y el Go-Gó, de la cual esta composición de Domingo Samudio (Sam The Sham) es un referente obligado. Sin duda alguna, mucho de su popularidad se debió a su presentación, exhibición y constante repetición en el programa Discoteca Orfeón a Go-Gó, dueño absoluto del rating de los viernes a las 19:00 en proyección nacional por el Canal 2 de Telesistema Mexicano. Cabe mencionar canciones bien interesantes que le hicieron sombra a este éxito de los tijuanenses como reinas de la popularidad de 1965, tales como El Mundo, en versiones de Jimmy Fontana y un buen cover de un incipiente Pepe Sosa, la mundialmente famosa Capri Ces´t Fini de Hervé Villard, Tiburón Tiburón de Mike Laure y sus Cometas, La Pollera Colorá de Carmen Rivero – no olvidar que la Cumbia toma carta de naturalización en México a partir de ese año, que conste- y el super hit Sombras, de Javier Solís. México se va transformando, pero la mayoría de los éxitos musicales siguen en manos y oídos adultos y conservadores en su mayoría. Pero la variedad del gusto musical no deja de sorprender, y la juventud se empieza a adueñar poco a poco de las listas de popularidad.

 ¿Qué les pareció esta primera entrega? Y no se pierdan por favor las siguientes, para conocer a totalidad esta divertida e ilustrativa historia, ¡Hasta la próxima!

 

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