“…veloz como el viento voy corriendo a verte a ti…”

                                                                      Roberto Carlos, 1968

 Continuando con la saga de recuerdos que llevamos revisando, toca a petición de la fanaticada revisar una vez más canciones señeras de hace 52 años en el idioma de Cervantes.

Como en anteriores entregas, he de decir que en estas columnas me aparto del Rock-quizás no mucho, la verdad sea dicha- para revisar a las nuevas estrellas de esos días, con canciones suaves y con un trabajo lírico interesante, y con mucha influencia del Rock en su música y su concepto general; los trabajos instrumentales más logrados, producción impecable, bien grabados, y con un especial feeling para llegar al alma de los adolescentes y jóvenes adultos de la época.

Esas baladas, que hoy resultan sinfónicas musicalmente y con letras poéticas, comparadas a algunas aberraciones seudo musicales tan de moda hogaño, empezaron a devorar espacios radiofónicos en detrimento de algunas canciones que seguían usando un formato en plena decadencia, como eran los covers a éxitos internacionales y que estaban terminando su ciclo de importancia y vigencia; estos nombres que aquí revisamos tendrán varios años de duración en el gusto popular a partir del 68′, y nos darán varios ejemplos de nueva música clásica.

Aunque muchos jóvenes de la actualidad no logran concebir como estas canciones que suenan aún tan frescas ya tienen 52 años, siguen escuchándolas-quizás en otras versiones, ya que han sido covereadas todas ellas- y continúan haciéndolas éxitos; las estaciones mexicanas que las radiodifundieron tampoco existen ya, pero es un buen pretexto para recordarlas con cariño, a las emisoras clásicas de aquellos años XEDF, XEOY Radio Mil, XEFR Radio Felicidad, que aún sobrevive, XEJP Radio Variedades, entre otras, que nutrieron sus playlists con material de excelente calidad como el que analizaremos a continuación:

De Que Sirve Volar, Roberto Carlos (Excepción a la regla; ésta no es en español,jejeje)

 Inicio esta serie de reseñas con uno de los artistas latinos más renombrados de los años sesenta para acá, prometiéndoles una próxima semblanza más detallada de su trayectoria, les referiré solo una pequeña parte de la misma para analizar esta canción.

“A Che Serve Volare ” en su versión italiana, o “Por Isso Corro Demais” en su original en portugués, fue uno de los grandes éxitos de Roberto Carlos que fueron muy populares en 1968, incluidos en su LP “El Internacional Roberto Carlos” y que no conocieron versión castellana, lo cual no obstó para que fueran muy populares en la radio en español mexicana; las otras fueron ” Enamorada de un Amigo Mío ” y ” Me quiero Casar Contigo” mientras que “Ana” y ” Yo Te Amo” si tuvieron sendas y exitosas versiones al español, además de su original en portugués. El acompañamiento musical corrió a cargo del talentoso organista y multiinstrumentalista de renombre internacional “Lafayette y Su Conjunto” quienes eran su grupo de grabación titular; esa es la razón por la cual la mayoría de sus grabaciones de esos años llevan ese sello inconfundible, lamentablemente sin crédito en sus discos. La banda original de Carlos, la RC-7, lo acompaña en sus presentaciones en vivo desde ese entonces y a la fecha, que ya es la RC-13. El sencillo mexicano CBS 6548, publicado en 1969, se promocionó con un video que lo mostraba caminando en un museo de aviación, dicho video se llegó a ver en el legendario programa de televisión “Domingos de Juventud ” que pasaba en el original Canal 13 de televisión, (que transmitía desde la torre Latinoamericana) donde el presentador era un muy joven Adolfo Fernández Zepeda, hoy la renombrada Voz Universal de la estación de radio. Dicho video es uno de los tantos testimonios de aquellos años que se perdió en la tragedia del terremoto de 1985; sin embargo, quedan otros tres videos de la misma canción, uno de ellos en el escenario del mítico Festival de San Remo, en donde concursó en el año olímpico. Su otra participación del festival en ese año, fue La Donna De Un Amico Mio. Era la época dorada del San Remo, en donde se invitaba a grandes figuras no italianas a participar. Roberto Carlos Braga Moreira también participaría en 1969, con la muy gustada canción ” Un Gato En La Oscuridad ” de gran éxito en nuestro país, aunque publicada hasta 1973 aquí; es importante señalar que su discografía refleja muchas disparidades entre la salida de la versión portuguesa, en español o en italiano, lo cual dificulta cuadrar las fechas de sus éxitos para su seguimiento, el amable lector me disculpará por dichos brincos en la referencia de su discografía, pero lo sustituimos por mucho entusiasmo al disfrutar sus rolas. Y ésta es una de las mejores, por cierto. De la película “Quimera”, y en donde su corte de cabello es total y absolutamente buleable para los cánones actuales:

La Última Canción, Paulo Sergio

El nombre real de este malogrado y muy popular artista era Paulo Sergio de Macedo, nacido en el mes de marzo de 1944 en la pequeña población de Alegre, Espíritu Santo, en Brasil.

Gozó de mucha popularidad en su país, durante su breve carrera de 13 años, la cual da inicio en noviembre de 1967, cuando graba su primer larga duración y que incluye esta rolita, y hasta su prematura muerte en 1980, a causa de un derrame cerebral provocado por una excesiva alteración detonada por una discusión con una admiradora/ acosadora.

Por alguna extraña razón, éste gran suceso musical se publica hasta finales de 1969 en México, en la desaparecida Discos Raff, y su popularidad es consignada en las listas de éxitos publicadas por la revista Notitas Musicales- de las poquísimas fuentes disponibles- desde diciembre de ese año y hasta principios de 1971 incluso; todo un récord de permanencia en el gusto de los radioescuchas del país. Paradójicamente, Paulo no volvió a tener otro éxito en México, ni tampoco lo necesitó para seguir siendo recordado hasta nuestros días.

Algunos detalles curiosos que pasaron con este muchacho: su primer éxito, y el más importante internacionalmente, se llama “La Última Canción “, sus catorce LP’s se van llamando desde “Paulo Sergio Vol. 1” y hasta “Paulo Sergio vol. 14”, se le atacó constantemente de plagio al estilo y al tono de voz de Roberto Carlos, y por ello no tuvo tanta proyección en América Latina como la hubiera merecido, y el médico militar que lo atendió en su problema de derrame cerebral, y que no pudo ayudarlo a salir de él, fue el mismísimo Doctor Pepper, quien a su vez, tenía el grado de Sargento Mayor; eso me recuerda lo que leí en alguna ocasión acerca de la aprehensión de José María Pino Suárez, la cual fue llevada a cabo por el sargento Juan Pimienta…qué cosas, no?

Lo Mucho Que Te Quiero, René y René

René Ornelas y René Herrera (fallecido en 2005) son un dueto musical oriundo de Laredo, Texas, en donde representaron y dieron sonido al verdadero sonido Tex-Mex- no lo que cantaba Selena, por Dios santo- cantando en los dos idiomas en partes diferentes de la canción, un estilo que llegó a ser emblemático de artistas fronterizos como Freddy Fender, Johnny Rodríguez y en fechas más recientes los BoDeans o Los Lonely Boys; fueron también de los primeros artistas chicanos en aparecer en American Bandstand en 1964, promoviendo su primer gran éxito “Angelito”, y fueron inducidos al Tejano Roots HOF en 2001.

Compuesta y grabada en demo a finales de 1967, se populariza en esa zona fronteriza en su versión en inglés (“The More I Love You”) pero resulta que en Nuevo Laredo y Monterrey se empieza a escuchar una versión apócrifa en español; razón por lo que se re-graba de prisa la parte vocal, quedando como la conocemos hoy. Volvió a estar de moda en 1969 también, siendo un éxito regional en todo Texas en ese año. René Ornelas, único sobreviviente sigue en activo, cantando música cristiana a sus 82 años de edad, y bajo el nombre de René René. La discografía oficial del dueto era interesante, y sus últimos éxitos fueron dos canciones con títulos espirigonzalezcos: Enchilada José, y My Amigo José. De ellas mejor ni hablar.

Por Que Yo Te Amo, Sandro

 Ahora que están tan de moda las bioseries, debo de comentarles que actualmente hay una de ellas dedicada a una de las más grandes estrellas en solitario que ha dado la Argentina en toda su historia, con más convocatoria popular que el mismo Gardel, y muy cercano a su popularidad mundial. Estos 13 capítulos ponen de nuevo en el ojo público a Roberto Sánchez Ocampo, quien falleció a los 64 años en 2010 y que fue conocido como “El Elvis Argentino”, yo personalmente creía que tal calificativo era muy exagerado, por lo que me tocó ver y vivir en México, pero mis amigos argentinos me han corroborado que su popularidad en el cono sur fue mucho más de lo que se veía aquí en programas piteros como Siempre en Domingo.

Roberto es de los primeros rockers argentinos, todavía un poquito más antiguo que el muy famoso Club del Clan argentino –referencia cuasi obligada al Rock y Twist argentinos- y junto con Johnny Tedesco (aquel del Rock del Tom-Tom) de los meros pioneros de por esos lares. Su etapa solista y baladera arranca por el año 1966, después de gran éxito en Argentina con su grupo “Los De Fuego”, y con su LP debut de ese año “Alma y Fuego”. Su primera gran balada es la que nos ocupa, y fue su primer gran éxito internacional, llegando a México y Estados Unidos con mucha fuerza, lo cual le trae compromisos artísticos muy importantes en nuestro país; fue de los primeros artistas internacionales en aparecer en Domingos Espectaculares, de TIM, Televisión Independiente de México, interesante y maratónico show conducido en aquellos ayeres por los animadores Neftalí López Páez y Nelson Juárez, ligando 15 semanas de apariciones consecutivas en el mismo, y debutando otra de sus baladas importantes en nuestro país “Penas” en 1969.

De trayectoria muy trascendente, hay muchos éxitos que reseñar del Gitano, quien fue una figura bien importante de la balada latinoamericana desde hace más de cincuenta años; exagerado y sobreactuado para muchos, teatral y opératico para otros, hay que reconocer que si tiene un estilo único y original, así como piezas musicales bien interesantes para analizar. En 1968 teníamos a Sandro de América, ahora tenemos a Maluma. Eso es decadencia y no fregaderas. Mejor disfrutemos la rola.

Tu Nombre En La Arena, Carlos Barocela

 Este cantautor porteño nace en 1939, y 29 años después graba para la CBS argentina este temazo, que evoca antiguas alegrías que se han muerto, y que en esa frase dice una verdad de a kilo para nuestras vidas, aparte de tener un aire a mar y costa muy pronunciado. One Hit Wonder de la música en español, Carlos Abel Barocela nace en Haedo, Buenos Aires, y graba el LD 8891 en 1968 con música folklórica del noroeste argentino, y radicándose en un lugar llamado Villa Gesell; su disco se llamó simplemente “Carlos Barocela” y obtuvo fama internacional casi inmediata. Su segundo disco, “Amigo” también tiene una linda canción, ” Tarde Suburbana”, lamentablemente muy poco difundida, así como una muy buena versión de ” La Mentira” de Álvaro Carrillo. Su obra ha sido tristemente ignorada, pero aún sigue escribiendo en Villa Gesell, y esa frase que aportó al habla popular mexicana de aquellos ayeres, aplicable frecuentemente al ver a una chica embarazada antes de tiempo, queda para la posteridad: ” Y hay tanta adolescencia apresurada, y tanta soledad arrepentida” es un rolón, bien sesentayochero y súper recomendable.

Tú Nombre Me Sabe A Yerba, Joan Manuel Serrat

El poeta de la canción auténtico, imitado pobremente y hasta la saciedad por personajes tan zafios y poco valiosos como Fernando Delgadillo o el albañil de la canción Ricardo Arjona, es nativo del pueblito llamado Poble Sec, en las entrañas de Cataluña, y nacido en 1945 como Joan Manuel Serrat i Teresa.

Activo musicalmente desde el año de Dios de 1965, es uno de los pioneros del movimiento musical llamado Nova Canco (nueva canción), y conocido por su círculo cercano como “El Nano”, se influye en su lírica por personajazos como Benedetti, Machado, Alberti, García Lorca, y de americanos como Violeta Parra y Víctor Jara, sus éxitos como “Mediterráneo ” “Penélope” “Cantares” “La Saeta” o “De Cartón Piedra” entre muchos más, son clásicos del género, y aunque nunca concedió ser cantautor de baladas, esta hermosura califica dentro de esa clasificación y se convierte en su primera grabación importante en castellano, para Discos Zafiro-Edigsa allá, y publicado en México por Discos Musart, en su álbum “Como hace el viento “, y en otras ediciones en el álbum ” La Paloma” de 1969.

Se dice que está canción está inspirada en la historia de amor de sus padres, y ha sido versionada en múltiples ocasiones, con interpretaciones tan buenas como la de Marisol – quien estuvo enamorada de Serrat, y que terminó siendo una historia de amor imposible – la de Antonio Flores, que Joan dice que es su preferida, hasta la de Lucero Hogaza, que puede gustarle solo a sus fans, pues es nauseabunda.

Las imágenes de este video provienen de la película “Palabras de Amor” filmada en 68′, y donde podemos observar que Serrat ejecuta una versión más intimista que la comercial, secundado por las actrices Serena Vergano y Cristina Galbó; en la película, Cristina interrumpe la canción con un muy tonto “me duele la cabeza” jajaja, vieja loca. En alguna otra ocasión les platicaré por qué Pepa Flores (la hermosa Marisol) y Serrat vivieron un amor imposible, ahora les dejo esta maravilla en 2 minutos y 29 segundos.

No, Carlos Lico

Conocido por los bajos mundos como “El Señor De La Voz De Oro” este nativo de Izamal, Yucatán, nacido en 1933 y familiar lejano de Guty Cárdenas, se aficionó a tocar guitarra y a cantar a partir de sus veinte años de edad. Formó parte de varios tríos, algunos de relevancia, tales como Los Delfines (Amor Indio), Los Embajadores (muy al estilo del trío Los Paladines) y Los Pao, con quienes adapta una canción cubana llamada “Angoa” y que llevaría a la fama a la importante Sonora Santanera en 1960, “La Boa”; a pesar de que sus composiciones fueron grabadas por artistas como Vicky Carr, Alberto Vázquez o Lucha Villa, fuera de “La Boa” no son muy recordadas hoy.

En la década de los sesenta realizó un número importante de giras por Canadá, Estados Unidos y Puerto Rico, estableciéndose definitivamente en la Ciudad de México en 1966; aquí empieza a grabar material propio, así como de compositores bisoños de esa época tales como Héctor Meneses, Paco Chanona y un chaparrito talentoso e inspirado paisano suyo, que había sido músico de sesión y arreglista en la Musart (Angélica María le debe la mayor cantidad de sus éxitos en el arreglo musical, tales como Johnny el Enojón, Dile Adiós, Edi Edi, y muchas más) el maestro Armando Manzanero; quien es compositor de esta excelente balada. Les platico dos cosas en especial de este gran éxito: recientemente el sobrevalorado Alejandro Fernández le hizo un cover que nos retorció las tripas a los que conocimos la versión original, pero que sirvió para que los millenials conocieran la rola; por otra parte, existe un video memorable de “No” , filmado en los sureños sets cinematográficos Azteca y en una locación entrañable y muy sesentayochera, el desaparecido “El Centro Mercantil” de Av. Nonoalco y Lerdo (por Tlatelolco), en donde Jacqueline Andere se enamora de Lico destrozando el corazón de Capulina, en el churrazo de antología llamado “El Zángano”, película anunciada en la marquesina del cine Alameda, en las imágenes de una manifestación (la del Silencio, nada menos)en blanco y negro del documental sobre el movimiento estudiantil “El Grito” de Leobardo López Arretche. Una de las baladas sesenteras clásicas, y que deben escucharse antes del fin del mundo.

Aaaaaah…! La melcocha sesentayochera es vigente, irresistible, actual y ya clásica, pues estas agradables baladas no pasarán de moda, en los próximos años; estas canciones forman parte del soundtrack de mi generación, y siempre tendrán un lugar bien importante (aunque nos cueste más o menos trabajo reconocerlo) como para pasar desapercibidas. Reunamos a la cuatiza alrededor del tocadiscos portátil, con estos 45’s y otros más de la misma fuerza y magnitud, distribuyamos de forma equitativa y constante líquidos que enardezcan el espíritu en dosis adecuadas, y dispongámonos a darle gusto a esa nostalgia que tanto nos marcó desde hace 52 años exactos, léase y cúmplase.

¡Hasta la próxima!

“….y hay tanta adolescencia apresurada, y tanta soledad arrepentida…”

                                                                     Carlos Barocela, 1968

 

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