Con Phil Collins no existen términos medios en cuanto al gusto por su carrera en solitario, de tal manera que puedes odiar su música o puedes amarla. Pero debemos reconocer que es un estupendo baterista, que fue parte de un grupo histórico dentro del llamado Rock Progresivo (Genesis) y como solista ha sido creador de éxitos de rock pop que se colocaron, muchas veces en buenas posiciones, en las listas de popularidad de casi todo el planeta.

Fue en 1994, cuando el músico se presentó en México tocando en el Palacio de los Deportes con la gira que promovía su álbum Both Sides (1993). Ahora en la misma sede y con 24 años de diferencia Phil Collins regresó con el tour (de nombre muy significativo) Not Dead Yet, The Legendary Phil Collins. Con una entrada aceptable, para este su segundo concierto (10 de marzo), en el Domo de Cobre primeramente disfrutamos de la presencia de unos teloneros de lujo, The Pretenders, con Chrissie Hynde en muy buena forma vocal y física, que ofrecieron una estupenda actuación en donde sonaron sus hits como Back On Chain Gang, Don´t Get Me Wrong, I’ll Stand By You y Middle Of The Road  que llenaron las expectativas al público presente.

Alrededor de las diez de la noche dio inicio el esperado concierto de Phil Collins, quien entró ataviado de negro y a paso lento, ayudado con un bastón debido al problema de salud que acarrea, el cual es un desorden neuromuscular llamado “pie caído”, lo que provocó que haya sufrido una aparatosa caída, en un baño, a principio de junio del año pasado y que le ocasionó una severa lesión en la cabeza. Ahora meses después, bajo la ovación del respetable se sentó en una silla, de la cual en toda la hora y 40 minutos que duró el espectáculo no se levantó más que para despedirse, tomó el micrófono y una vez que dio los saludos y agradecimientos correspondientes sonó el piano con la entrada de la bella balada Against All Odds (Take a Look At Me Now) y después aún con la emoción a flor de piel llegó el segundo tema que pertenece al albúm But Seriously (1989), Another Day in Paradise.

La noche avanzó con piezas clásicas como I Missed Again y Hang In Long Enough. Un momento emotivo fue el que dedicó a Genesis, en donde primeramente escuchamos Throwing All Away del exitoso Invisible Touch (1986) y Follow You, Follow Me de su álbum And Then There Were Three (1978) en donde en las pantallas aparecieron imágenes, de diferentes etapas, de la vieja agrupación de Rock Progresivo. Peter Gabriel, Steve Hackett, Tony Banks y Mike Rutherford fueron homenajeados por su viejo compañero quien fuera el baterista y posteriormente se convirtiera en el vocalista de la banda.

A lo largo del concierto Phil Collins nos ofreció sus éxitos como Who Said I Would, Separate Lives – que es parte del soundtrack de la película White Nights (1985)- la cual cantó a dueto con la corista Amy Keys; Something Happend on the Way to Heaven prendió el ánimo de los asistentes . Aunque muy poca gente se levantaba de su asiento, todos disfrutaban de las canciones y las coreaban; In The Air Tonight se hizo presente en la noche, una canción que se ha vuelto un himno entre los seguidores del músico inglés. I can feel it coming in the air tonight… Oh Lord.

Llegó el momento en que varios se levantaron a bailar con el cover que hace a un tema de The Supremes, You Can´t Hurry Love. Phil Collins se hace acompañar de músicos que lo han apoyado durante casi toda su carrera solista como el guitarrista Daryl Stuermer y el bajista de luenga barba blanca, Leland Sklar. Una de las sorpresas en el grupo es que su hijo Nicholas Collins lo acompaña en la batería para esta gira y el cual presentó muy orgulloso durante el show.

Hacia la parte final del concierto Collins nos deleitó con Dance Into The Light, Invisible Touch un éxito más de Genesis, aunque a ésta le cambió la entrada para esta gira, Easy Lover y cerró con Sussudio entre una lluvia de papelitos rojos que cayeron el escenario. Para el encore entonó Take Me Home y llegó el momento en que todo el grupo se despidió del público en una noche en donde muchos queríamos más canciones por parte del artista, pero ya no regresó más a la tarima.

A diferencia de aquel concierto en 1994 en donde Phil Collins interpretaba un poco más de 20 canciones (incluso en la gira de la reunión de Genesis en el 2007 podíamos verlo en el escenario, junto a Tony Banks y Mike Rutherford alrededor de dos horas y media) aquí solamente ofrece 15 temas, quizá uno de los repertorios mas raquíticos en cuanto a número de melodías y tiempo de duración de un show que ha presentado el músico inglés; quedaron muchas piezas fuera, las cuales nos hubiera gustado escuchar esa noche, pero lamentablemente no fue así. Quizá Phil Collins aún no esté muerto como lo pregona la gira. pero se nota cansado por momentos, esperemos que para un próximo tour (si es que se llega a realizar) venga en mejores condiciones de salud y que sume unas canciones extras a su espectáculo.

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